3. Wrong education
Tosió y trató de levantarse, quejándose por el ardor en su garganta. Vio de reojo a Otabek y jadeo, tenía la vista borrosa y las orejas tapadas.
—L-lo lamento —murmuró, sosteniéndose del vater, con una mano en el estómago.
— ¿Vas a ponerte así cada vez que tengamos un trabajo?
—D-déjame —se quejó, agitado, tratando de ponerse en pie.
—Te dije que esperaras en el auto.
Trato de ponerse de pie, sus piernas temblaban como la vez que se conocieron y su estómago aún se sentía revuelto. Jalo la cadena y camino al lavamanos, enjuagando su boca y su rostro, en un intento de calmarse.
Si, Otabek le había dicho claramente que no se moviera de la van puesto que aún no estaba listo. Pero Yuri Plisetsky se caracterizaba por lo terco y obstinado que era, al desesperarse por la tardanza bajo a buscarlo a la casa donde se metió. La escena que encontró no fue agradable y las nauseas de la primera noche volvieron.
Tuvo que vomitar en el vater aunque sentía que no llegaría porque su "dueño" le dijo que no podía arruinar la escena que había montado con tanto cuidado.
—Lo lamento —volvió a decir, cuando pensó que se sentía mejor...pero el recordar que tenía que volver por donde estaba el cuerpo, le causó incomodidad.
—Vámonos, su esposa llegará en media hora.
Asintió y agradeció que le sostuviera de la cintura, en su mente, seguramente se veía tan mal que Otabek creía que se caería en cualquier momento.
Subió en la parte de atrás de la van para recostarse y sintió cuando el vehículo comenzó a moverse.
—No puedes seguir así cada que veas un cuerpo o sangre.
—No estoy acostumbrado a eso...
—Estuviste en la carcel, no debería ser gran cosa.
—Nunca vi nada así —murmuró, estaba pálido de nuevo, quería llegar a dormir—. Viktor y Yuuri no dejaban que me involucrara en nada de eso.
La risa burlona de Otabek taladro sus oídos.
— ¿Seguro?
—Suena a que los conoces...
—Deberían estar en una de máxima seguridad, pero si pagas una buena suma, te liberas de eso —vio a Yuri por el retrovisor—. Pero puedo decirte que yo soy muy compasivo, en comparación, tienes suerte de agradarles.
El rubio se pasó una mano por el rostro, no podía creerlo, y él siempre había pensado que eran las personas más inocentes que había conocido...
—Estoy...
—No te asustes, cuando salgan no vendrán a buscarte para matarte.
Cerró los ojos, masajeandose las sienes. El auto se estacionó en la cochera de la casa y Otabek bajo sin prisas, abrió la puerta trasera por si el chico quería bajar, caminando dentro para poder beber una cerveza.
Yuri gateo sin ganas para bajar, cerró la puerta y siguió los pasos del azabache, con la mentalidad de que algún día debía acostumbrarse a eso...ya se iba resignando a que estaría atrapado en ello para siempre.
Entro directo a la cocina luego de lavar sus manos, buscando en el refrigerador una botella de agua para calmar su interior.
—Yuri.
El muchacho volteo y encontró a Otabek con un cuchillo en la mano y un plato frente a él.
—Puede que te hayan enseñado algo, sin que te dijeran para que —tomó su muñeca y le hizo tomar el cuchillo.
—Yuuri me enseñó cosas de cocina, pero no entiendo...
— ¿Que te enseño?
—Me enseño a cortar la carne para el almuerzo, ¿que tiene que ver?
—Córtala.
Bufo y se volteo para observar el cuerpo muerto del ave sin plumas que esperaba en el enorme plato de la encimera. Hizo una mueca y comenzó a quitar la piel con cuidado de no dañar la carne ni desperdiciarla, luego corto los pedazos para remover los huesos, dejándolos en una pila.
—Espera —se detuvo, bajando el cuchillo para voltear a ver a Otabek—. ¿Ellos comen personas? —preguntó cuando finalmente pudo hacer la conexión.
—No —dijo tranquilo, acercándose a ver lo que había hecho—. Ellos...se toman su tiempo, por decirlo de alguna manera —se asomó a ver el interior del ave, encontrándola completamente limpia—. Reciben un trabajo, Viktor sale, secuestra al objetivo, lo lleva a una bodega donde Yuuri finge ser víctima también, juegan un rato con él y luego lo matan cuando se da cuenta que trabajan juntos, y conservan el cuerpo —dijo volteando a verle—. Pero si no hay paga, yo, por ejemplo, hago que la persona que pidió el trabajo parezca la responsable, pero ellos...cocinan a la víctima y hacen que el deudor se lo trague.
Yuri sintió las nauseas de nuevo y tuvo que alejarse para lavar sus manos con la esponja nueva para los trastes.
—Es lo más...sadico y asqueroso que he escuchado.
El otro soltó una risa y tomó su botella de cerveza.
—Ya lo creo, pero no son los peores.
—Vomitare otra vez.
—Aguántate —ordenó, alejándose—. No quiero que te estés vomitando en la habitación de Leroy.
—No estoy hecho para esto.
— ¿Y tú crees que yo lo estaba? —preguntó arqueando una ceja, incrédulo—. Además, de cualquier forma hubieras terminado en esto, conmigo ahora, o después cuando tus "padres" salieran de la carcel, no creo que te enseñaran eso porque si.
—Ellos no son...
—Pero te ven como su hijo —le interrumpió, con esa sonrisa fastidiosa que Yuri ya odiaba—. Yo soy más directo, ellos te habrían llevado más despacio y suave hasta que estuvieras tan loco como ellos.
Tragó saliva y bebió más agua, tomando aire para bajar las nauseas. No quería ni imaginar cómo sería estando con ellos.
—Te toca la cena, Nikiforov —soltó burlón, alejándose a la sala.
—No son mis padres —dijo en voz alta, observando la carne del ave que esperaba por él.
Trato de calmar su estómago, su cabeza y olvidar toda la nueva información sobre los únicos amigos que había tenido en prision.
Camino al refrigerador y busco lo que usaría para hacer la cena, era extraño, pero ahora la compañía de Otabek no le parecía tan mala.
—Modales —reprendió, dandole un golpe en la mano con la servilleta.
Soltó la copa y agitó la mano, sobándose el dorso. El cristal cayó en el suelo y se rompió, la cara de Yuri se puso pálida y alzó la mirada a ver a Otabek.
—Te dije que no dejaras caer...
—Lo lamento —se apresuró a ponerse de pie para hincarse a levantar los pedazos, sus manos temblaban.
El azabache se puso de pie, Yuri sintió todo su cuerpo tensarse en espera de la reprimenda y solo le vio alejarse, muy despacio. Se apresuró a juntar todos los pedazos y se puso de pie para correr a desecharlos, tenía que limpiar el agua en el suelo.
Lavo sus manos luego de tirar lo que quedaba de la copa, tratando de ignorar las pequeñas cortadas que se había hecho por las prisas. Limpio el suelo con unas toallas de papel y al terminar, se sentó con algo de temor a la mesa.
—Si la tiras de nuevo te castigaré.
Negó sin alzar la vista, temeroso.
—Ahora no respires en la copa, está mal.
—No creo que se den cuenta —murmuró.
—Debes ser perfecto, entiéndelo de una vez.
—Pero...
—De otra forma no vas a llamar la atención de Leroy.
—No quiero tener su atención —bajo la mirada—. No quiero ir...
—No te pregunte —termino de comer.
A diferencia de la ostentosa y elegante cuberteria frente a Yuri, él tenía sólo un tenedor y un cuchillo para comer lo que tenía en el plato, con una cerveza en la mano.
El menor se sintió incómodo por la voz dura e indiferente, Otabek era...extraño en muchas ocasiones. El rostro del azabache siempre estaba serio, sin contar las veces que le sonreía para burlarse de él, por lo que era complicado entender que era exactamente lo que sentía, y su abuelo siempre decía que los ojos eran la ventana del alma pero las ventanas de su captor siempre estaban cerradas. Joder, era complicado saber lo que iba a pasar, por eso estaba tan tenso y miedoso la mayoría del tiempo, pero aún se daba momentos para tantear el terreno.
Suspiro al verle servir más agua en la copa donde debería ir vino, que tristeza que ni en la práctica podía beber un poco de su adictivo líquido favorito.
—Está es la última noche que prácticas esto, no tengo tanta paciencia como parece.
Asintió y carraspeo, tratando de no decir una tontería.
—No recargues los codos en la mesa y recuerda comer con la boca cerrada.
Asintió, tomó aire y trató de comer con normalidad, despacio y cortando bocados pequeños, de tres en tres, tratando de no prestar atención a su acompañante, que se servía vino en una copa.
— ¿De donde eres, July? —la pregunta era de practica, sabía bien lo que tenía que contestar.
—Moscú —su voz sonó aniñada y lo más inocente que pudo—. Me encanta estar aquí en San Petersburgo, pero siempre se extraña el hogar.
Él asintió, como dándole el visto bueno a su tono de voz.
— ¿Y qué relación tienes con Isabella?
—Estudiamos juntas en la academia de danza de la señorita Baranovskaya, cuando me dijo que estaba aquí no podía esperar a verla...es una pena que haya tenido que volver a Ottawa.
— ¿Eres bailarina?
—La mejor de toda Rusia.
Otabek soltó una risa baja y divertida, al menos eso no se lo quitaría para que July tuviera cierta autenticidad.
—Cuando quieres lo haces bien —se acercó y cambio la copa por la que tenía vino—. Bebe tragos pequeños y haz pausas considerables entre ellos, solo así te mantendrás concentrado hasta que lo lleves al hotel.
— ¿Nos vas a esperar ahí todo ese tiempo?
—Rentare una habitación, cuando terminemos nos iremos a quedar ahí.
—Pero... ¿no hay cámaras de seguridad? Se darán cuenta que fuimos nosotros —dijo alarmado, haciendo el plato de lado.
—Cálmate, tendré eso cubierto, tú solo encárgate de llevarlo a la habitación, ¿entendido?
Asintió no muy convencido, tomando la copa entre sus dedos, jugando un poco con el líquido.
—Aún hay un par de cosas por cubrir, menos mal que si sabes bailar.
— ¿Qué otra cosa se supone que debo aprender?
— ¿Como planeas llevar a Leroy a su habitación? ¿Haciendo berrinches como un adolescente?
Se sonrojó inevitablemente y sintiéndose algo ofendido.
—Ya, entiendo el punto —desvío la mirada y le dio un trago a su bebida—. Pero no se hacer eso, no soy mujer.
—Si no te hubiera visto desnudo ya, pensaría que mientes.
Bufo y frunció el ceño, quería romperle la copa en la cara...pero mejor se quedaba sentado.
—Mejor ve pensando que harás, debes asegurarte que no falle.
—Bien.
—Ahora ve a dormir, aún no desaparecen tus ojeras.
Suspiro y se puso de pie, se sentía como un niño regañado.
—Buenas noches, July.
Yuri frunció el ceño al escuchar el tono de burla y se volteo para lanzarle la copa, echando a correr sin quedarse a ver si le había pegado o no. Se encerró en el cuarto, deseando que la puerta tuviera más seguros, y se escondió bajo las cobijas...seguro lo iba a castigar el día siguiente.
Bueno, tercer cap :3 ya hice mención a Yuuri y Viktor xD si, están loquitos, pero así los amamos
Me alegra que les vaya gustando el fic, actualizo este tan seguido, porque no quiero acabar redención xD y porque ando trabada con Myth, yo solita me meto en líos, pero no quiero dejarlos sin actualización y por eso actualizo este, always es...hmmmm pues me cuesta un poco pero puede que mañana lo actualice igual :) gracias~
Gracias por leer, votar y comentar, les mando mucho lof *smooches*
Rave, la que está cansada por el turno nocturno xD
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