15. Sorrowful truth
Decir que un mes pasó suena fácil, pero fue una tortura para Yuri. No había querido salir de la casa, menos de la habitación y si tenía que hacerlo era por pura necesidad básica, aunque la verdad se quería morir.
Se había cansado de llorar en la segunda semana y ahora sólo sentía los sollozos que escapaban de su boca sin su permiso. Estaba tan triste y perdido que no sabia que hacer.
Seung había ido a verle un par de veces, por petición de Otabek y porque el chico le daba pena, le llevaba comida y lo obliga a bañarse para que no le diera alguna infección. Pero había decidido que era suficiente de la patética expresión en ambos y que tomaría el asunto en sus manos.
No le sorprendió al llegar y encontrar todo polvoso, solitario y a oscuras, al subir pudo escuchar los quejidos de Yuri al dormir y frunciendo el ceño entro sin preguntar casi pateando la puerta abajo. Vio al rubio enderezarse y pudo distinguir la esperanza en sus ojos, pasando luego a la decepción profunda al ver que no era quien esperaba.
—Para con eso —pidió, tratando de no desesperarse por la mirada patética en el otro—. Báñate y come algo, saldremos.
—No quiero —susurró haciéndose ovillo en la cama, aferrándose a la almohada de Otabek.
—No te estoy preguntando, párate y haz lo que te digo.
Yuri se tallo los ojos y se restregó en la almohada entre sus brazos, entendía que ambos eran iguales así que Seung debía tener un lado...suave, tal vez.
— ¿A donde vamos?
—Haz lo que te digo y tal vez después te diga.
Hizo una mueca y termino por acceder, no es como si tuviera algo mejor que hacer.
Arrastró los pies hasta el baño y se desnudó para bañarse con el agua helada, tratando de calmar el dolor de cabeza y el de su pecho con ella. No se esforzó en escoger la ropa, de hecho, al terminar de acomodarse las prendas sus pies le llevaron al armario y saco una sudadera de Otabek para ponérsela encima, al menos así se sentía un poco tranquilo, ¿no era extraño que no se llevará nada?
Bajo y encontró a Seung sentado a la mesa, con una lata en una mano y la otra tamborileando los dedos en la madera.
—Ya era hora —se quejó señalando el plato frente a él—. Come.
Resopló se sentó también, comenzando a comer sin muchas ganas, su estómago se sentía lleno por lo poco que comía esos días y ahora se le dificultaba comer como antes, en abundancia y rapidez.
Tanto tardó en terminarse lo que había en el plato que ya había amanecido, el sol estaba saliendo y la gente comenzaba su rutina.
Yuri termino y se levanto para limpiar los trastes que había ocupado, el azabache no parecía querer decirle nada por lo que solo buscaba la forma de matar el tiempo y el silencio.
— ¿Terminaste? —preguntó finalmente, luego de casi una hora sumidos en esa incómoda situación.
—Si, ¿me dirás ahora?
—No, sube al auto —le dijo dándole las llaves de la casa para salir primero.
Cerró los ojos y se pasó los dedos por el cabello, le pesaba y quería cortarlo ahora que no había motivo para cuidarlo tanto. Salió a regañadientes, arrastrando los pies como cuando se levanto y subió al asiento del copiloto del extraño y lujoso auto de Seung.
El carro comenzó a moverse sin prisa, provocándole una extraña sensación en su interior, quería preguntar a donde iban y por que tardaba tanto pero de alguna manera su cabeza le gritaba que se quedara callado.
Fue un viaje relativamente largo, Yuri supo cuando iban a las afueras de la ciudad que debía ser algo muy importante o su acompañante solo buscaba deshacerse de su patética versión actual.
Todas sus dudas aumentaron cuando el coreano estacionó en la prision federal.
— ¿Que...? —se quedo sin habla, no sabia que decir, ¿acaso iba a entregarlo por cómplice ya que no le servía.
—La hora de visita empezó hace unos minutos —se adelantó antes de cualquier reclamo o pregunta conclusa—. Ve y pide hablar con Alek Ivankov.
Le tomó un par de minutos hacer la relación por las pocas horas de sueño y la repentina sorpresa, no sabia que decir ahora.
—Vino a entregarse, el muy idiota —apretó el puente de su nariz—. Por el homicidio de Yuuri y para darle fin a ese...ciclo de su identidad y tal.
Observó el rostro cansado y fastidiado de Seung, incapaz de decir nada.
—También pensaba librarte de él por cosas que no me dijo, aunque puedo deducirlas —se quitó los guantes—. Pero estoy cansado de la patética expresión en ambos así que ve y habla con él, denle fin a esta...cosa, de una vez.
Contuvo el aliento y tragó saliva, estaba tan nervioso y su mente le gritaba que debía arreglar su cabello enmarañado o tratar de ganar algo de color de alguna manera, pero su cuerpo entero estaba inmóvil.
— ¿No se enfadara?
—No lo sé, tampoco me importa, si te digo que deben hablar es porque sé que les hace falta.
Bajo la mirada y se mordió el labio, tratando de calmar los repetimos nervios que le provocaban ganas de vomitar.
Carraspeo y asintió aunque parecía enterrado en el asiento, se sentía tan estupido en ese momento, quería llorar.
—Esperare aquí hasta que termines, si tienes que golpearlo para que hable, hazlo —se quedó pensativo y torció la boca—. Ten cuidado con lo que dices y como le llamas, recuerda que habrá policías por todos lados y puedes aumentar su condena si hablas demás.
—Está bien —dijo muy bajito, sentía la garganta cerrada, abrió la puerta y la empujo despacio.
—Hazle todas las preguntas que quieras hacerle, porque probablemente no pueda traerte otra vez.
Asintió y cerró la puerta sin mucha fuerza, guardó los puños en las bolsas de la sudadera y se cubrió la cabeza con el gorro, el ambiente frío le calmaba las nauseas y las ganas de llorar...tendría que aguantar al menos hasta salir.
Cuando le dijeron que tenía visita creyó que era Seung de nuevo, la ultima vez habían peleado por su repentina decisión y por más que había preguntado por Yuri su hermano se negó a decirle lo que quería saber. Deseo que no viniera a molestar más con el tema pero en el momento que le empujaron a la mesa donde le esperaban, quiso salir y ahorcar al coreano.
Sus manos fueron esposadas a la mesa y les dejaron solos para ir por el siguiente preso, la sala aún no estaba llena pero ya había unas cuantas personas haciendo bullicio mientras charlaban.
— ¿Qué haces aquí?
— ¿Por qué no me dijiste de esto?
Preguntaron al mismo tiempo lo que querían saber, pero no lo que más ansiaban escuchar. Otabek hizo una mueca y desvío la mirada, estaba a nada de pedirle al guardia que lo llevara de vuelta.
—Vine a verte, necesito respuestas.
—No tengo nada que decirte.
—No puedo vivir sólo con tus palabras en papel, necesito oírlo de ti.
— ¿Que quieres que te diga? —apretó los puños y frunció el ceño, eso era justo lo que había querido evitar.
—La verdad, no pido nada más.
Suspiro, la verdad, ¿que verdad quería oír? ¿Acaso no podía conformarse con lo que le había escrito? No, era obvio que no.
—La verdad es que estoy aquí, tú eres libre y no tienes porque estar aquí.
—Tengo si solo se te ocurre abandonarme cuando estoy durmiendo, idiota —frunció el ceño, las ganas de llorar habían vuelto—. Pudiste decirme que no me querías y esto no dolería tanto.
—No puedo mentirte —se inclinó sobre la mesa tratando de no jalar sus manos—. Si te dije que te amo es porque lo hago, y porque esto es lo mejor.
— ¿Como es que esto es mejor? —discutían en voz baja, porque no querían a ningún chismoso tratando de escuchar lo que decían.
—Nos volvimos dependientes del otro —su mirada seria y molesta tomó a Yuri con la guardia baja—. ¿No lo notaste?
Negó, apretando los puños sobre la mesa.
—No podíamos hacer nada sin el otro, prácticamente me hacías todo y yo jamás me queje.
—Estabas herido.
—Puedo hacer cosas por mí mismo hace meses, pero quería que tú las hicieras para que no me dejarás, ¿no pudiste verlo?
Bajo la cabeza, el nudo en su garganta le impidió hablar más y las lágrimas comenzaron a desbordarse.
—Creí que si hacía todo eso no ibas a dejarme...
—Exacto —dijo luego de un gran suspiro, quería limpiar sus lágrimas con tantas ganas y se odio por ser quien las causaba—. Necesitamos tiempo lejos de nosotros y está era la única manera de asegurarme que no te iré a buscar...sé que cuando pruebes tu libertad, no la vas a dejar.
—Quiero estar contigo... —murmuró, entre sollozos.
—No, no aquí, tampoco quiero que me visites.
—Pero...
—No, quiero que te vayas y hagas una vida normal, con personas normales.
—Pero te amo —susurró alzando su mirada vidriosa y triste.
Otabek tuvo que tragar saliva y apretar más los puños para contener lo que quería decir.
—Escojo tu vida sobre la mía —murmuró suavizando un poco su expresión—. Vete y sé feliz, yo estaré aquí cinco o diez años, no lo sé.
—Puedo esperarte.
—No quiero que lo hagas —tragó saliva y mojo sus labios, estaba seguro que les dolía de la misma forma cada palabra que decía—. Quiero que te alejes de mí, porque sólo puedo traerte cosas malas.
Yuri limpió sus ojos con el dorso de la mano, tratando de calmarse y de no tirarse sobre él a seguir llorando.
—Lo haré si me dices que me amas.
—Ya lo hice.
Negó y se inclinó más para acortar la poca distancia que quedaba entre ellos.
—Hazlo de nuevo.
Suspiro, viendo directamente a los preciosos ojos de Yuri, estaba a nada de negarse pero al mismo tiempo quería gritarlo y hacerle el amor sobre esa mesa. Estaba odiando todos esos estupidos sentimientos contradictorios.
—Te amo, Yura —dijo únicamente para el rubio, sin desviar la mirada ni un poco, casi parecía que habían olvidado parpadear y respirar.
—Te amo, Beka —respondió de la misma manera para posar los labios sobre los suyos, lo más y mejor que pudo por la mesa entre ellos como barrera.
Se separaron obligados cuando escucharon a los guardias acercarse y Yuri volvió a su posición sumisa en la silla.
—El tiempo acabo —anunció un policía quitándole las esposas a Otabek para hacerlo levantarse.
El azabache inclinó la cabeza hacia Yuri como despedida y el menor solo pudo quedarse ahí, esperando a que desapareciera tras la puerta del fondo.
Suspiro y giró sobre sus talones, abatido, de alguna forma eso le tranquilizaba...y no.
Listo el cap 15 y ahora el 16 hasta el lunes uwu espero que les haya gustado, quiero decirles que cada cinco capítulos es como cerrar cierta parte de la historia, los primeros cinco fueron del trabajo y los inicios de Yuri, los siguientes el asunto con los loquitos xD y estos cinco fue la sinceridad y un poco los trastornos de ambos, porque seamos sinceros, Yuri y Beka estaban siendo dependientes más que amarse, Beka tuvo razón al alejarse antes de que todo se pusiera más feo.
Espero que les guste~ gracias por votar, comentar y leer, sobre todo, les mando lof y smooches sin fin
Rave, la reina del caos(?)
P.D. Mañana experiment, wuuu, he esperado toda la semana xD
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