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Capítulo 25.

—Vamos, amor. Quítate la ropa —demandó Jungkook. Totalmente serio, excitado y necesitado.

Jimin obedeció de inmediato y en completo silencio.

Se alejó del cuerpo de su novio y se levantó del sofá con torpeza. Comenzó a quitar la ropa sobrante que le estorbaba lentamente, dejando a la vista su perfecta piel de porcelana y su hermosa polla endurecida.

Jungkook lo miró muy atentamente y se relamió sus labios, saboreando con la vista esa exquisitez que le ofrecía esa tarde. No dijo nada, tampoco hizo falta palabra alguna.

Jimin sabía perfectamente qué hacer.

Se acercó al castaño y se subió nuevamente sobre sus piernas en el amplió sofá, miró el bulto en la entrepierna de Jungkook y mordió su labio inferior inconscientemente. Deslizó sus manos lentamente hasta la pretina del pantalón y lo desabotonó, luego bajó la cremallera y se inclinó para besar el gran bulto por sobre la tela del boxer.

Jungkook jadeó ante aquel toque, estaba sensible. Muy sensible.

Jimin tomó el borde del bóxer para bajarlo y liberar la polla de Jungkook, pero las manos del castaño sobre las suyas se lo impidieron .

—Espera... —interrumpió casi con un gruñido— Ven aquí.

Jimin avanzó y subió, hasta que su polla quedó en la cara de Jungkook.

—¿J-Jung...

—Shh... —siseó y llevó sus manos hasta las nalgas del rubio, amasando e impulsandolo hacia adelante.

Abrió la boca y dio un lametón por toda la dura extensión frente a él y luego la engulló sin problema. Jimin atrapó con sus dientes su labio inferior para no dejar escapar ningún gemido, mientras lo miraba desde arriba con un hermoso color carmesí sobre sus mejillas.

Jungkook sacó una de sus manos de la blanda piel del culo del rubio para llevarla hacia arriba, hasta que tocó los pomposos labios de Jimin con la yema de sus dedos y sin aviso, los introdujo en su cavidad bucal. Jimin chupo y lamió los dedos con entusiasmo.

Cuando los dedos quedaron completamente ensalivados, Jungkook los retiró de la boca de Jimin y los llevó hasta su fruncida entrada. Masajeo de forma circular por alrededor de su anillo muscular hasta que enterró un dedo, haciendo que Jimin jadeara ante tan repentina intromisión.

Jungkook siguió follando su boca con la polla de Jimin, deleitando sus papilas gustativas con aquel delicioso líquido tibio del pre semen de su novio. Las notas saladas y varoniles lo estaban excitando aún más.

Un segundo dedo fue introducido y Jimin llevó sus manos temblorosas hasta los cabellos castaños de Jungkook.

—Ugh... —se quejó y comenzó a mover sus caderas al ritmo de las penetraciones.

Cuando el tercer dedo ingresó, Jimin cerró sus ojos y apretó con fuerza sus manos al sentir una corriente de placer inundar su vientre bajo.

Jungkook aumentó el movimiento de sus dedos y golpeó sin piedad el punto dulce de Jimin, haciéndolo retorcerse del placer y ahogarse en gemidos.

—Ju-Jungkook... —suspiró, jadeante y demandante.

—¿Hm?

—Detente... m-me voy a ugh...

Jungkook se detuvo en ese instante y sacó sus dedos del interior de su novio, haciéndolo lloriquear ante el sentimiento del vacío en su interior. Jimin se alejó de él, sacando su polla de los labios de Jungkook.

—Quiero follarte.

—V-vale.

—¿Lo quieres, verdad?

—Sí. Lo necesito. Quiero que me folles.

Jungkook esbozó una mueca similar a una sonrisa. Estaba satisfecho con la respuesta.

Llevó una de sus mano hacia la mejilla sonrojada del rubio y deslizó sus dedos a lo largo de su mandíbula, se inclinó hacía delante y lo besó.

—Vas a saltar sobre mí, amor —susurró en sus labios.

—S-sí.

Con Jimin aún cerca de su cara, Jungkook levantó levemente sus caderas y bajó su pantalón junto a su bóxer, liberando finalmente su generosa polla endurecida, haciendo que rebotara sobre su vientre plano.

Jimin bajó hasta quedar sobre el miembro de Jungkook, lo sostuvo con una de sus manos y se alineó sobre él para luego penetrarse a sí mismo.

—Agh... —se ahogó con un gemido de dolor y placer, al sentir como sus paredes cedían y se adaptaban al grosor de la hombría de Jungkook. Jimin estaba deliciosamente apretado y tibio en su interior.

—M-muévete, bebé... —jadeó con dificultad. Presionando sus manos en los huesos de sus caderas de Jimin, quien echó su cabeza hacia atrás y gimió suave.

Se sujetó en el pecho desnudo de Jungkook y se apoyó en sus rodillas para empezar a rodar las caderas. Los movimientos fueron lentos y uniformes.

Jungkook se acomodo bien en el respaldo del sofá y se relamió los labios ante tan increíble vista.

Jimin no dejo de mover sus caderas, gimoteando de placer mientras sus rodillas se presionaban sobre el sofá en una búsqueda por darse más impulso.

—E-estas... estas tan apretadito... —jadeó. Jungkook estaba conteniendo las horribles ganas de correrse en ese momento— Mierda. Vas a acabar conmigo, bebé.

Jungkook estaba disfrutando verlo cabalgar encima de su polla, hecho un lío de jadeos y gemidos. Con sus mejillas sonrojadas y la frente perlada a causa del sudor.

—Kookie...

—¿Hm?

—Q-quiero... más... —pidió entre jadeos.

Jungkook sonrió y llevó su mano hasta la erección de Jimin, cuyo líquido pre seminal goteaba. Lo masturbo lento, tortuosamente lento.

—Quiero... ugh... beso —rogó luego de unos minutos un desarmado Jimin. Jungkook no lo hizo esperar y se inclinó hacia delante.

El beso fue delicado, apasionado y lleno de cariño. Totalmente opuesto a las violentas penetraciones que forzaba con una de sus grandes manos en las caderas de Jimin, haciéndolo bajar y subir, rápido y profundo.

—N-no puedo más... ugh... —Jungkook aumentó los movimientos de su mano y lo masturbó rápido, mientras levantaba sus caderas para profundizar aún más las penetraciones en Jimin.

El abdomen de Jungkook se tensaba cada vez que Jimin se dejaba caer en él, provocándole una apretada fricción sobre su erección.

—Mierda —gruñó, cuando el orgasmo lo estaba alcanzando.

Jimin lloriqueó al no pudo contener el placer que lo abrazó en ese momento y arqueando su espalda, se liberó sobre el estomago de castaño. Jungkook solo necesitó sentir cómo las paredes de Jimin lo apretaban para dejarse llevar y finalmente correrse en su interior.

Ambos gimieron antes tan delicioso placer.

Sus respiraciones erraticas era lo unico que se escuchaba en esos momentos.

Jimin sonrió agotado mientras intentaba controlar su respiración. Quiso decir algo romántico para su novio, pero antes de que las palabras salieran de su boca, la puerta de entrada fue repentinamente abierta.

—¡Jesucristo! —exclamó horrorizada ante la escena la señora Park.

Jimin aun estaba sobre Jungkook, con la polla de este dentro suyo, desnudos, sudados, hechos un completo lió. Una clara escena de dos personas que acababan de follar.

—¡Mamá! —gritó Jimin, quien cubrió de manera pobre su cuerpo con la manta de Minjung que había sido olvidada en el sofá.

—Tae, cariño —se le oyó decir mientras volteaba su rostro— ¿Qué tal si el café lo tomamos en tu casa? —fue lo último que escucharon antes de que la puerta fuera cerrada.

Suspirando, Jimin miró a Jungkook. El maldito idiota sonreía divertido ante aquella escena.

—¿De que te ríes? —preguntó con su ceño totalmente fruncido. Las manos de Jungkook aún estaban firmes sobre sus caderas— Por Dios... ¡Mi madre practicamente casi me ve rebotar sobre tu polla, estúpido! —cubrió su rostro ante el horror y la verguenza. ¿Cómo miraría a su madre desde ahora?

—No vio nada que ella no haya hecho en algún momento de su vida —habló Jungkook, con su voz ronca y sin dejar de lado su sonrisa.

—Oh, dios. Cállate.

—Ya se fue. No sea tan dramático que tampoco es como que vio mucho.

Jimin boqueó varias veces y fingió estar desconcertado ante su respuesta.

—¿Quién eres tú y qué has hecho con mi Kookie? —bromeó, pero Jungkook no le siguió el juego.

—Quiero hacerlo de nuevo, ¿me dejas?

—¿Q-qué? No puedo...

—Sí. Sé que puedes, bebé.

—M-me duelen las piernas... —si bueno, era una excusa barata. Porque en el fondo, Jimin también deseaba más, aún cuando no lo pedía.

—Eso se puede solucionar.

Jimin se levantó con la ayuda de las manos que aun lo sujetaban fuertemente de sus caderas y gimió al sentir como la polla de Jungkook salía de su interior. No alcanzó a nada cuando Jungkook lo volteó y lo tumbó boca abajo sobre el sofá.

—¿Qué crees que haces?

—Voy a darte placer —Jimin cepilló su labio inferior con sus dientes y pegó su pecho al colchón mientras alzaba sus caderas.

Se aferró y hundió entre los cojines del sofá, gimiendo bocanadas de aire tibio cuando las grandes manos de Jungkook apretaron sus nalgas.

—No tienes idea de la increíble vista que me estas dando, bebé - alzó una de sus manos y la dejó caer con brusquedad sobre la nalga de Jimin.

—Aaah... duele... —lloriqueó lastimero.

—Quedó tan... rojito... —alzó nuevamente la mano y volvió a azotar el culo de Jimin— ¿Duele?

—Sí... no más... —el castaño acarició la zona enrojecida, satisfecho al ver ese lindo color sobre la piel blanca de su novio.

Jungkook se inclinó y lamió las mejillas del trasero de Jimin, mordió y chupó. Dejando un mapa de marcas rojas y provocándole espasmos de placer al rubio.

Arqueó su espalda cuando los dedos de Jungkook se introdujeron en él y tocaron su próstata.

—No te lo guardes, amor. Gime para mí —ordenó.

Jimin soltó su labio inferior, dejando emerger agudos y suaves sonidos que escapaban de su garganta.

Jungkook no jugó mucho con el culo de Jimin, no hacía falta realmente. Se alineó en él y se introdujo de una sola estocada, sus manos se clavaron de inmediato en las caderas del rubio, posesivas y sensuales.

—M-más, ugh...

Las penetraciones se volvieron más rápidas y profundas. Jungkook volvió a encontrar el punto dulce de Jimin y se molió contra él, haciendo que este gimiera su nombre por lo alto.

—Oh, dios. M-me ugh... corro... —lloriqueó lastimeramente. Tensandose y apretando los ojos ante el orgasmo que se avecinaba.

Sus paredes internas se estrecharon alrededor de la erección de Jungkook, haciéndolo jadear rasposo de placer. Todo pensamiento coherente se nublo cuando el orgasmo lo golpeó.

Jungkook sujeto con más fuerza las caderas de Jimin y se impuso sobre su culo, con embestidas rápidas y duras, buscando llegar a su propio orgasmo, el cual alcanzó luego de unas cuantas penetraciones más.

—Mierda... —gruñó con los ojos cerrados. Su polla aun bombeaba en el interior de Jimin y se dejó caer con cuidado sobre su espalda, dejando tiernos besos en su nuca y hombro— Debemos ir a ducharnos, bebé - habló luego de calmar su respiración.

—S-sí, baño...

Salió del interior de Jimin con cuidado y lo escuchó gemir bajito. Tomó la ropa del piso y ayudó a su novio a ponerse de pie, una vez que lo tuvo frente a él, acunó su rostro con ambas manos y lo besó.

El beso duró hasta que Jungkook sintió que su polla volvía a despertar. Lo cortó y tomó la mano de Jimin para guiarlo hasta el baño, antes de que llegara la señora Park y los viera nuevamente desnudos.

El baño de tina que pretendía relajarlos, no lo hizo. Jungkook lo volvió a follar hasta que lloró a causa del placer y la sobre estimulación. Fue duro y demandante.

Cuando finalmente salieron del baño, Jimin arrastró sus pies hasta que llegó a la cama y se dejó caer sobre ella sin cuidado. Estaba completamente exhausto y su cuerpo dolía. Malditamente le dolía todo.

Jungkook se había transformado en un maldito animal en celo y lo follo sin piedad. Bueno, la verdad es que le gustó. Y mucho.

El sexo vainilla que practicaban hasta ahora era increíble, Jungkook siempre le hizo el amor con tanta delicadeza y preparación que Jimin en ningun momento se harto de ello. Pero haber experimentado el sexo duro, el ser follado sin piedad hasta perder la fuerza de sus piernas, habia sido sin duda lo mejor. ¡Y quería volver a repetirlo! No ahora, claro.

—¿Tienes hambre, amor? —Jungkook se acercó a Jimin y acarició su espalda.

—Te odio —murmuró contra su almohada— Me duele el trasero, idiota.

Jungkook sonrió y se recortó a su lado.

—Eso pasa por dejarme en abstinencia dos memes, amor.

—Espero que se te seque y se te caiga.

—Shh... Luego Kookie júnior escucha y se pone triste.

—Tonto... —Jimin giró su rostro y sus ojos marrones conectaron con los de Jungkook, quien inmediatamente le sonrió— Te amo.

—Te amo más, bebé.

—Estoy... cansado... —sus párpados comenzaron a cerrarse, aún cuando intentaba mantenerlos abiertos.

—Descansa, amor —fue lo último que Jimin logró escuchar. No bromeaba con estar cansado, Jungkook no había exprimido, le habían quitado toda su energía del día.

A la media hora después, el timbre sonó.

La señora Park no se atrevió a entrar sin avisar antes y fue Jungkook quien recibió a Minjung. Jimin estaba demasiado avergonzado y no se sentía preparado para mirar a su madre luego de que prácticamente los vio follar. 

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