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Capítulo 18.

—¿Listo? Llegaremos tarde, amor —habló Jungkook mientras tomaba las llaves del auto y su billetera.

—Sí, ya estoy listo —respondió Jimin, quien venía saliendo de la habitación— Vamos.

Jungkook lo tomó de la mano mientras cerraba la puerta del departamento. El trayecto hasta el ascensor fue en silencio, pero uno realmente cómodo. Cuando finalmente llegaron al estacionamiento, Jungkook le abrió la puerta del copiloto a Jimin y la cerró una vez estuvo dentro.

—¿Qué te harán hoy? —preguntó Jungkook, quien ya había subido al auto y abrochó su cinturón de seguridad.

—No lo sé realmente —se encogió de hombros.

Jungkook sonrió y besó los labios pomposos de Jimin para luego encender el auto y ponerse en marcha.

El trayecto al hospital privado no duró mucho ya que conocían bastante bien el camino y a las nueve de la mañana no había tanto tráfico.

—Tengo frío —dijo Jimin mientras se acercaba al brazo de Jungkook, quien inmediatamente lo abrazó.

—Cuando termine la cita, vamos a comprar algo calentito para que tomes.

—Y algo para comer —añadió.

—También.

Llegaron a la recepción y la chica que atendía en esos momento los hizo pasar de inmediato, ya que el doctor los esperaba.

—Buenos días, señores Park y Jeon —saludó mientras se colocaba sus anteojos con bastante aumento.

—Buenos días —respondieron al mismo tiempo y se sonrieron.

—Me alegro que haya podido venir a este control. Por favor, antes de empezar —se levantó de su asiento— Necesito verificar su peso —se dirigió hacia la balanza digital en un rincón de la sala y Jimin lo siguió.

—¿Me quito el abrigo y los zapatos?

—Solo el abrigo —y así lo hizo— Mmm... estas en cincuenta y ocho —informó.

—Oh.

—¿Eso es malo o bueno? —preguntó Jungkook.

—¿Has estado con náuseas? —pregunta antes de dar una respuesta y Jimin asintió con la cabeza— Entonces es normal, los primeros meses se suele bajar de peso a causa de las náuseas —habló mirando a Jungkook.

El doctor se fue a anotar el peso y la estatura de Jimin en la ficha médica y luego tomó un aparato para ver la presión de este, la cual indicó que estaba perfecta.

—Necesito que se recueste en la camilla con su vientre al descubierto, escucharemos los latidos del bebé.

Jimin hizo como el doctor se lo pidió y se sacó nuevamente el abrigo y el suéter grueso que llevaba puesto, quedando en una simple camiseta negra la cual levantó hasta sus costillas.

—El pantalón, necesito que lo desabroche un poco para poder tocar su pelvis —Jimin lo hizo de inmediato.

El líquido frío y viscoso que el doctor derramó, lo hizo contraer inmediatamente su vientre. Una sensación totalmente desagradable.

No pasó mucho rato cuando se pudo escuchar fuerte y claro cada latido del corazón del pequeño que se formaba en su vientre. Jimin mordisqueó su labio inferior ante la felicidad y reprimiendo unas lágrimas que amenazaban con salir.

—Todo está en perfectas condiciones, Park —informó el doctor mientras le pasaba papel para que se quitará el gel del vientre— Ahora le daré unas órdenes para exámenes que se debe realizar y para la siguiente ecografía.

Jimin se puso su ropa y llegó al lado de Jungkook, quien tenía una hermosa sonrisa y lo tomó de la mano mientras escuchaban cada indicación del doctor.

—¿Te has sentido bien? —preguntó el doctor mirando por sobre los lentes a Jimin.

—Sí, muy bien.

—Eso es bueno, aún así, no dejes los reposos ni ninguna otra de mis indicaciones.

—No lo haré.

—Bien, todo va marchando de maravillas, estas en la tercera semana del cuarto mes y debemos seguir así hasta al menos las treinta y ocho semanas. Sería lo ideal.

—Bien.

—¿Has tenido antojos?

—No, ninguno —Jungkook comenzó a reír y Jimin lo fulminó con la mirada— ¿Qué? —preguntó frunciendo sus cejas.

—Claro que sí. Doctor, pasa comiendo sandía —lo delató. El doctor sonrió.

—Bueno, al menos es fruta y no grasa o cosas altas en azúcar.

—Sí...

—Bien, creo que eso es todo por hoy. ¿Tienen alguna pregunta, alguna inquietud?

—Sí... Tengo una —respondió Jimin y Jungkook lo miró.

—Digame, ¿cual es?

—Yo... quiero saber si uhmm... nosotros... —miró a Jungkook y sus mejillas se volvieron rojas de inmediato— Sí... sí podemos...

—Ji-Jimin... —Jungkook estaba tan avergonzado como él.

—Oh —el doctor sonrió al entender que queria preguntar el rubio— Claro que pueden tener relaciones sexuales sin problema, solo no hagan nada alocado ni alguna poisicion complicada para no poner en riesgo al bebé.

—Bien...

Estuvieron en total casi cuarenta minutos y cuando finalmente la cita acabó, el doctor les entregó la lista de exámenes y todo lo que debían realizar, ellos se despidieron amablemente de él y finalmente dejaron la clínica para ir hasta el auto.



***

Llegaron al departamento de Jungkook con sus chocolates calientes y los sándwich que habían comprado en el camino. Al abrir la puerta el frío del interior fue lo primero que los recibió.

—Ugh. Está frío aquí.

—Es que casi no vengo, las ventanas quedaron abiertas —se apresuró a cerrarlas— Prenderé la calefacción.

—Sí... quiero mi chocolate —se fue con las cosas hasta el sofá y dejó los sandwish en la mesita de centro que había para poder tomar su chocolate— Mmm.... —tarareó cuando el líquido oscuro y caliente bajó por su garganta.

—¿Está rico? —se sentó a su lado y comenzó a sacar los panes de su envoltorio.

—Ajá. Muy rico.

Estuvieron ahí, comiendo y disfrutando de la compañía del otro hasta que finalmente todo se acabó y Jungkook se levantó para ir a su habitación, la cual ya ni siquiera ocupaba.

—¿Qué vas a dejar? —preguntó Jimin mientras llevaba los restos de lo que consumieron a la basura.

—Eso quiero ver, pero creo que dejaré casi todo —respondió desde la habitación.

Jimin salió de la cocina y fue en la misma dirección que Jungkook, pero se detuvo en una puerta que estaba cerrada antes de la habitación y la curiosidad le ganó.

—¿Qué hay aquí? —giró la manilla y asomó su cabeza en el interior de la oscura habitación.

—¿Dónde? —Jungkook salió de donde estaba para ver qué cosa era— No lo sé —dijo finalmente cuando llegó al lado de Jimin.

—Como que no lo sabes.

—Amor, casi no paso aquí y esta habitación no la he ocupado nunca —rodeó a Jimin con sus brazos— Dame un besito —pidió de manera dulce y Jimin sonrió.

—¿Solo uno?

—Muchos —se inclinó para unir sus finos labios con los carnosos de Jimin y así deleitarse con un dulce beso. Uno con sabor a chocolate.

Luego de unos largos minutos en donde solo se besaron, Jungkook llevó a Jimin hasta la sala para que descansara mientras él llevaba cajas y poder ver que había en el interior.

—¿Qué tienes en estas cajas? —preguntó mientras tomaba una.

—Umm... no lo sé realmente, son cosas que guardé hace tiempo y no las volví a sacar.

Jimin no demoró en tomar una y abrirla de inmediato. Comenzó a sacar lo del interior y se dio cuenta de que había muchas fotos y accesorios de mujer, pero no era cualquier mujer y él la recordaba muy bien.

—Son cosas de tu madre...

—Oh... —se acercó para echar un vistazo— No recordaba que aún tenía esto —tomó algunas de las fotografías.

—¿Las conservaras?

—No.

—Nuestro hijo debe conocer a su abuela —Jungkook lo miró y no pudo evitar sonreír.

—Solo las fotos —dejó las fotografías a un lado— Lo demás no lo llevaré.

—Bueno —dejó a Jungkook con esa caja para tomar otra.

Estuvo abriendo cajas con ropa, papeles de trabajo, cosas de Jungkook cuando era adolescente y otras cosas que no servían de nada. Hasta que se le ocurrió abrir una no tan grande.

—Uhm... —tarareó mientras tomaba una foto— Yo me acuerdo de él, ¿cómo es que se llamaba? —Jungkook se giró y lo miró.

—¿Quién? —preguntó.

—El chico de esta foto. ¿Por qué conservas fotos de él? —Jungkook se acercó para ver bien quién era.

—Ah... —sonrió al ver que era una caja donde habían muchas cosas que de seguro intentarían a Jimin— No sabía que aún tenía esas fotografías con Yugyeom...

—Nada de ah. ¿Por qué las tienes aún?

—No lo sé, las guardé y realmente olvidé que las tenía.

—Tiralas, no las quiero en nuestra casa —ordenó sonando un poco irritado.

—Son sólo fotos, mi amor.

—No sólo tienes cosas de él, ¿quién es este? —bufó tomando otra imagen del interior de la caja.

Jungkook comenzó a reír divertido

—Ya deja ahí, mejor no sigas hurgando en esa caja.

—¿Quién es? —volvió a preguntar.

Suspirando, Jungkook respondió.

—Es Eunwoo. Realmente no recordaba esta caja.

Jimin lo ignoró mientras sacaba todas las fotos que claramente se irían a la basura.

—Oh —salió de sus labios y luego los mordisqueó.

—¿Qué más encontraste? —preguntó mientras metía todo en una gran bolsa de basura lo que realmente no le servía.

—Esto... —en el fondo de la caja logró ver una pequeña cajita azul marino con tonos grises, una que recordaba bastante bien— Esto es mío... —la tomó y la abrió.

Cuando Jungkook se la dejó aquella tarde, él sólo la guardó entre todas las pertenencias de él y luego metió todo en una caja para que se lo llevara. Nunca la abrió, nunca vio los anillos, no hasta ahora.

—Amor, deja eso —se acercó para tomarlo y Jimin se lo impidió.

—Es mío.

—Ya no. Dámela —extendió su mano— Compraremos otros, unos más bonitos.

—No quiero otros, quiero estos.

—No.

—Sí —tomó uno de los anillos— Ni se te ocurra discutir con un embarazado, puedo llorar todo el día si me lo propongo —comenzó a poner el anillo en su dedo.

No le quedó.

—Ya ves, dame eso —pidió mientras le tomaba la mano a Jimin y este hizo un puchero.

—Pero es mío...

—No te entra en el dedo, compraré otro más bonito.

—No.

—Dios, eres tan terco —sonrió— Bien, quédatelos.

—Igual quiero otros.

—Sí mi amor, lo que tú quieras —se acercó y lo besó nuevamente.

—No puedo creer que yo también esté en tu caja de ex novios —habló mientras seguía revisando.

Siguieron guardando cosas, sacando otras y ordenando el desastre que habían dejado. Cuando les dieron las cinco de la tarde, Jimin se quejó de que tenía hambre.

—¿Qué quieres comer? —preguntó mientras se ponía las zapatillas para salir a comprar.

—Umm... a ti —sonrió.

—Me refiero ahora, amor.

—Quiero Tteokbokki y Jugo de sandía.

—¿Qué tienes con las pobres sandías?

—Y un pastel de chocolate.

—Bien, saldré uno minutos —se acercó a besarlo nuevamente— Cuando vuelva comemos y ya luego nos vamos, está empezando a hacer frío.

—¿Por qué?

—Está todo desordenado, no quiero estar entre tanto desorden.

—Entonces vámonos y lo que compres lo comemos en el departamento —sugirió— Me dará sueño si me re lleno con comida —puchereó.

—Bueno, voy a dejar la basura abajo y vuelvo para irnos.

—Yap —vio como Jungkook tomaba las bolsas y salía del lugar, él siguió revisando cajas.

Pasaron unos quince minutos cuando la puerta se abrió y Jungkook ingresó al departamento, camino hasta la sala y vio a Jimin concentrado revisando unas cosas.

—¿Qué encontraste, bebé? —preguntó mientras se acercaba.

—Ella es tu... tu ex esposa —lo miró.

—A ver, dame eso —Jimin le entregó lo que tenía en sus manos.

—¿Las vas a guardar? —preguntó curioso. Ellos nunca tocaron esos temas, sobre sus matrimonios pasados.

Jungkook miró las imágenes y luego a Jimin.

—No voy a tirar las cosas de Jieun —advirtió en un tono suave— Las tendré guardadas, pero no puedo simplemente tirarla —Jimin no dijo nada ante el comentario.

—¿Por qué te casaste con ella?

—Cielo, ¿por qué andas tan curioso? —tomó la caja con los recuerdos de ella y guardo las fotos en su interior.

—Quiero saber. ¿Por qué te casaste con ella? —volvió a preguntar. Jungkook arribó levemente el entrecejo y frunció sus labios, hablar de aquello no era algo que realmente quisiera en esos momentos.

—Estaba mal, se estaba muriendo.

—¿Entonces te casaste con ella por lastima?

—No, no fue lástima.

—¿Entonces?

—Amor...

—Quiero saber.

Jungkook pasó sus manos por la cara en modo de frustración y tratando de aliviar su propia tensión. Dios, Jimin podía ser demasiado insistente si se lo proponía.

—Porque estábamos pasándola mal y justo me enteré de que ya no le quedaba mucho tiempo, quise hacerla feliz de algún modo.

—¿Y lo fue?

—Supongo que sí.

—¿La amaste?

—Vamos, Jimin —tomó la caja y la alejó, realmente no quería seguir con esa charla.

—¿Q-qué?

—Cielo, no es divertido hablar de las relaciones pasadas —se acercó a él y lo ayudó a ponerse de pie para irse.

—Entonces sí la amaste.

—Sí —respondió ya serio y Jimin mordió su labio inferior. Quizás no esperaba realmente esa respuesta.

—Oh...

—Pero no de la forma que estás pensando —dijo rápidamente.

—No estoy pensando nada...

—Lo estás haciendo —le pasó el abrigo a Jimin para que se lo pusiera— La amé, pero de manera diferente, como una gran amiga, no como te amo a ti.

—Mm... —hizo un sonidito sin mirar a Jungkook.

—Jimin —lo tomó de la mano para traerlo a su cuerpo y lo abrazó por la cintura— Mi amor —lo miró y le sonrió.

—Ya entendí. Ahora quiero irme.

—¿Por qué te enojas? —besó una de sus mejillas— Tú eres quien insistió en preguntar —besó la otra mejilla— Te amo, lo sabes.

—Sí.

—No te enojes, no puedes estar celoso de alguien que ya no está. La amé como persona, como una gran amiga porque era alguien increíble, pero jamás la amé de la forma en la que te amo a ti —besó sus labios— Eres al único que he amado de esta forma, no debes dudar de ello.

—No lo hago —miró para un lado. Bien, si se sentía irritado— Vamos a casa.

—Vamos, pero dime que me amas —pidió sin dejar de sonreír.

—¿Para qué? Ya lo sabes —bufó.

—Por favor...

—El chantaje es sólo mío, no lo uses en mí porque soy inmune.

—Bien, si no quieres decirlo... —se alejó del cuerpo de Jimin para tomar sus llaves y salir del lugar.

—Espera... —lo tomó del brazo y miró para cualquier lado que no fueran sus ojos— Te amo.

—Mírame y dilo —sonrió.

—Ash... tú, idiota. Te amo.

Jungkook lo volvió a tomar de la cintura y lo besó, lo besó hasta que Jimin quedó sin aliento y se vio obligado a alejarse.

—Te amo —dijo al finalizar el beso— Vamos a casa, amor —tomó de la mano a Jimin, quien tenía las mejillas tan rojas como un tomate y lo llevó hasta el auto. 

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