Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11.

Diez días habían transcurrido desde el cumpleaños de Jungkook, y las jaquecas de Jimin nunca cesaron. El dolor iba y venía todo el tiempo, volviéndose un malestar constante.

Jimin se encontraba en su academia, despidiendo a los pequeños alumnos que habían asistido a sus clases ese día. Kai, su compañero en la academia, se encontraba junto a él.

—¿Te vas ahora, Jimin?

—Sí. Tengo una hora con mi doctor —habló mientras se dirigía a su pequeña oficina para tomar sus cosas, Kai iba detrás de él.

—Oh, verdad que me comentaste en la mañana eso, que te vaya bien.

—Gracias, ¿te queda solo una clase?

—Síp, luego cierro todo, no te preocupes —sonrió.

—Vale. Nos vemos, cuidate —se despidió.

—Tú igual.

Kai había vuelto de Rusia cuando Jimin llevaba un mes con su academia, se habían reunido a beber un café ya que se llevaban bastante bien y fue ahí cuando el rubio le pregunto a su compañero, si quería trabajar con él como profesor de danza, Kai no lo pensó mucho y aceptó feliz. Ahora, con el paso del tiempo, Kai era quien llevaba la administración y estaba a cargo de todo.

Jimin no tuvo problemas en cederle el poder, había estado tan mal anímicamente que llegó un punto donde no podía con tanta responsabilidad. Aunque ahora todo había vuelto a la normalidad, Jimin en ningún momento mostró intenciones de tomar su puesto en la academia, solo se dedicó a ser un profesor constante en sus clases ya que su compañero administraba bastante bien la academia.

El camino a la clínica fue rápido y cuando Jimin llegó a la recepción, lo hicieron ingresar de inmediato a la consulta de su doctor, quien se sorprendió apenas lo vio cruzar la puerta, ya que lucía totalmente diferente a como lo vio la última vez que fue a su departamento. Ya no había rastro de aquel Jimin extremadamente delgado, pálido y deprimido. Por lo que se alegró regalándole una tierna sonrisa.

—Tiempo sin verlo, Park.

—Sí... —le sonrió.

—Cuénteme, ¿qué lo trae por aquí? —preguntó mientras tomaba sus anteojos con aumento y los acomodaba en su rostro para comenzar a teclear en su computador.

—Me duele la cabeza —el doctor lo miró por sobre los anteojos esperando más información y Jimin sonrió al no saber qué más decirle, solo eso sentía.

—¿Solo la cabeza? —preguntó luego de varios segundos.

—Sí.

—¿Hay algo más? ¿Algún otro malestar? —lo observó. En su expediente no había familiares con cáncer, tumores o enfermedades terminales por lo que quedaba descartada la posibilidad de un diagnóstico apresurado, teniendo en cuenta de que no hace mucho Jimin se había realizado un chequeo general cuando decidió comenzar su tratamiento de fertilidad.

—Estoy subiendo de peso... —dijo con vergüenza.

¡Y es que sentía que estaba subiendo más rápido de lo que debía!

—Bueno, eso está bien. Antes estuviste bajo peso, Jimin - le recordó.

—Lo sé, pero ahora subo aun si mantengo la boca cerrada - el doctor sonrió una vez más.

—Mmm... —pensó— Pueden ser los anticonceptivos, Jimin. —habló mientras revisaba su última cita con él, lo último que había recetado a Jimin. El rubio lo miró sin entender— Los anticonceptivos son hormonas que el cuerpo realmente no necesita, pero son introducidas de golpe y claro, tu cuerpo está reaccionando porque no le está haciendo bien aquello.

—Oh... ¿Entonces debo suspender el tratamiento?

—Sí, debes dejarlo desde hoy. Voy a darte una orden para que te realices un examen y así sabré cuál te puedo recetar sin tener efectos secundarios en tu organismo.

—Está bien...

—Te veré dentro de un mes, necesito que tu organismo esté libre de alguna hormona del anticonceptivo, para cuando inicies el nuevo tratamiento tu cuerpo lo acepte sin problema —le extendió una hoja— Aquí está la orden para el examen, hazlo pronto.

—Bien...

—Debes empezar a cuidarte solo con preservativos para evitar embarazos —lo miró serio— En tu caso, Jimin, es importante que lo hagas ya que si quedas nuevamente embarazado, corres un ochenta porciento de perder nuevamente el bebé.

—Lo sé —lo tenía más que claro, aún si el doctor no se lo hubiera recordado.

—Perfecto. Eso sería por ahora, ¿hay alguna otra inquietud?

—No, solo era el dolor.

—Debería pasar pronto los dolores al no seguir ingiriendo el anticonceptivo. Te recetaré un medicamento bastante bueno para la jaqueca.

—Gracias.

Luego de recibir la hoja donde estaba escrito el nombre del medicamento, Jimin se despidió y salió de la consulta, caminó tranquilo hasta llegar a su auto y se puso en marcha para llegar a alguna farmacia. Necesitaba comprar condones y así evitar una posible tragedia.

Una mueca se dibujó en sus labios.

Solo él era conciente de los terribles resultados que le había probocado tener un aborto en un mal lugar cuando era adolecente. Pero ya había pagado por ello.

¿Por qué la vida se empeñaba en seguir jodiendo?

Suspiró frustrado.



***

Había llegado finalmente a su departamento y dejó la bolsa de las compras sobre la mesa, caminó hasta su dormitorio donde comenzó a quitar toda su ropa, dejándola tirada por todos lados y se fue directo al baño para darse una ducha, necesitaba relajarse.

Perdido en sus pensamientos sobre cómo debía evitar en lo posible, un embarazo. Tenía que hablar con Jungkook para tomar las medidas necesarias, necesitaban ambos ser lo más responsables posibles y así no lamentar nada a futuro.

Se olvidó por completo del exterior y apoyó su frente en los azulejos mientras el agua caía sobre su cuerpo. No sintió cuando Jungkook abrió la puerta de la entrada principal, ni cuando lo llamó varias veces y menos lo sintió cuando entró al baño, solo se dio cuenta de su presencia cuando Jungkook apoyó las manos en su cintura y comenzó a besar su nuca sin importar que estuviera mojando su ropa.

—No... no te sentí llegar —su cuerpo se puso tenso al sentir los dedos de Jungkook recorrer sus caderas.

—Te llamé —volvió a besar su nuca y luego el hombro— Pero no respondías.

—Tu ropa...

—No importa —lo giró para poder besar sus labios, pero al verlo directo a los ojos frunció el ceño un poco— ¿Pasó algo? —preguntó en un tono de voz dulce, sin dejar de sonar preocupado.

—No, solo estoy cansado.

—¿Seguro? —preguntó no muy convencido.

—Sí —llevó sus brazos al cuello de Jungkook— Bésame —pidió en un tono melancólico.

Jungkook quiso preguntar más, pero Jimin de una manera sutil supo silenciarlo.

Mientras el beso se intensificaba, las manos de Jungkook comenzaron a recorrer la espalda mojada de Jimin, luego las caderas y finalmente esas redondas y firmes nalgas.

—Es-espera... —logró romper el beso— No podemos...

—¿No podemos qué? —sonrió al no entender.

—No podemos hacerlo, idiota.

—¿No? —Jimin negó con la cabeza y volvió a besarlo— ¿Por qué no? —preguntó mientras intentaba separarse de los labios contrarios, pero le fue imposible.

Se besaron una vez más, por un largo rato. Jimin tenía enterrados sus dedos en el cabello mojado de Jungkook y este amasaba sus nalgas sin delicadeza, haciendo evidente la necesidad de querer poseerlo en ese momento.

—Oh dios, s-sí podemos... —jadeó cuando Jungkook quitó su camisa y la tiró fuera de la ducha.

—Claro que podemos —habló sin dejar de lado esa hermosa sonrisa pícara y llevó sus manos al miembro erecto de Jimin.

—No... aaah... no podemos... —apoyó su cara en el pecho del contrario al momento en que este comenzó a masajear de manera lenta y tortuosa su miembro— Jun-Jungkook...

—¿Mmm? —ronroneó cerca de su oreja, la cual fue levemente mordida.

—Condón...

—¿Qué? —se apartó y lo miró.

—Tú, idiota... debes usar un maldito condón —logró apartarse de los brazos de Jungkook.

—¿Para qué?

—Para que tu pene no pase frío —habló serio y Jungkook no pudo evitar soltar una risita— ¿Como que para qué?

—Dijiste que te estabas cuidando.

—Estaba, tiempo pasado —salió de la ducha y cubrió su cuerpo con una toalla— Ya no.

—¿Por qué ya no? —hizo un puchero y Jimin no pudo evitar sonreír— No es divertido hacerlo con eso.

—Creo que es mejor eso a estar en abstinencia por más de un mes, tú eliges —salió finalmente del baño.

—¡Qué! —gritó Jungkook, mientras salía de la ducha.

Jimin caminó hasta el comedor y tomó la caja que había comprado en la farmacia y volvió al dormitorio.

—Toma, si no usas esto no habrá diversión para tu mini kookie —Jungkook lo recibió de malas ganas, pero luego sonrió.

—¿Son ultra sensibles? —comenzó a leer la caja— Ideales para alcanzar un buen orgasmo...

—Dame eso, idiota —dijo avergonzado y se lanzó con intenciones de arrevatarle la pequeña caja, pero falló.

Jungkook levantó el brazo con la caja aun en su mano y Jimin dio un pequeño brinco para quitárselo, pero le fue imposible.

—Solo vienen tres, bebé —lo miró y con su brazo libre tomó la cintura del rubio y lo apegó a él— Esto se acabará justo ahora.

—Podemos... podemos comprar más... —sus mejillas rojas y esa mirada inocente solo hicieron que el miembro de Jungkook reaccionara con rapidez.

—Podemos —afirmó y tiró la caja a la cama, llevó su mano a la nuca de Jimin para acercarlo y deleitarse con un beso lleno de lujuria.

Sus lenguas se encontraron y danzaron al mismo compás, sus salivas se mezclaron y formaron una deliciosa mezcla digna de saborear, los jadeos roncos y gemidos agudos hacían eco en toda la habitacion. El calor de sus cuerpos aumentó y todo lo que los cubría fue retirado de manera rápida.

—Mimi... —susurró cerca del cuello del mencionado, haciéndolo erizar todos los vellos de su cuerpo.

—Ah... —jadeó en respuesta.

—Te quiero... —Jimin escuchó esto y salió de su trance frunciendo el ceño, levantó la cabeza de Jungkook con ambas manos haciéndolo salir del hueco de su cuello donde este estaba repartiendo besos.

—¿Como que me quieres, idiota? —reclamó fingiendo molestia.

—Te amo.

—Que no se te olvide —dijo en un tono divertido, sonando tan infantil como pudo.

—Cariño, estamos a punto de hacer el amor de manera salvaje y me sales con esto —sonrió y mordió el labio inferior de Jimin.

—Te amo —Jungkook soltó el labio del menor y volvió a besarlo. No importaba si se le había bajado la erección con el reclamo de Jimin, ya tenía una nueva.

Los besos no se detuvieron, las caricias continuaron ya que las manos de Jungkook se encargaron de recorrer todo el hermoso cuerpo de Jimin, quien no dejaba de gemir en ningún momento a causa del placer que este le proporcionaba.

—Jungkook... ah... —gimoteó al sentir como Jungkook comenzaba a mover sus largos dedos de adentro hacia afuera en el interior en su apretada entrada, haciéndolo soltar gemidos a causa del placer.

—¿Mmm? - solo eso fue capaz de murmurar aquello, mientras succionaba y lamía con vigor el duro miembro de Jimin.

—No más... —apretó sus manos en el cabello castaño— Por favor... —Jungkook dejó de lamer.

—¿Me quieres aquí? —miró a Jimin mientras suavizaba los movimientos de sus dedos.

—Sí... —no lo dejó sufrir más y se posicionó entre sus piernas para luego alinearse en él, el movimiento que hizo para ingresar fue tortuosamente lento.

—Uhm... —gruñó ronco al sentir como las paredes apretaban su miembro, dándole una deliciosa sensación de placer.

Sus movimientos fueron lentos en un inicio pero se volvieron más intensos en cada estocada que daba.

—Agh... —gimió cuando su próstata fue golpeada y enterró sus dedos en la cintura de Jungkook— Más... —pidió entre jadeos y castaño se inclinó sobre él para lograr besarlo sin detener sus movimientos.

Cuando Jimin logró alcanzar el primer orgasmo, Jungkook no se detuvo y siguió. Sus piernas descansaban sobre los hombros del castaño y sus manos se aferraban en las sabanas, mientras que Jungkook sostenía su cintura con fuerza y lo apegaba más a él en cada estocada que daba.

Cuando finalmente ambos llegaron al orgasmo, Jungkook se dejó caer sobre el cuerpo sudoroso de Jimin y trató de regularizar su respiración, pero en ningún momento dejó de besar su cuello y luego fue por sus mejillas, las cuales estaban completamente sonrojadas.

—Jungkook —habló luego de varios minutos en silencio.

—Dime, bebé.

—No usaste los malditos condones

—Oh... —efectivamente, los había olvidado por completo— Para La próxima —dijo con una sonrisa en su rostro.

Jimin suspiró y le devolvió la sonrisa.

—¡No habrá próxima!

—¿Cómo? —preguntó confundido.

—Estás castigado, idiota —se salió de su lado— Vamos a darnos una ducha —le extendió la mano y Jungkook la tomó sin dejar de lado la boba sonrisa que tenia dibujada en su rostro.

—Vamos —Jungkook lo acercó a su pecho y luego lo abrazó desde atrás, caminaron así hasta que llegaron a la ducha.

—¿Y si mejor llenamos la tina? —preguntó mientras se giraba para abrazarlo.

—Me gusta la idea —se inclinó para besar una vez más los hinchados labios de Jimin.

Cuando finalmente entraron al agua caliente, llena de burbujas que había cubierto más de la mitad de la gran tina, Jimin se dejó caer hacia atrás, dejando su espalda pegada al pecho de Jungkook, quien no dudó en abrazarlo y apoyar su mentón con cuidado en el hombro izquierdo de este.

Estuvieron así, hablando y enjabonándose tranquilamente unos minutos, hasta que Jimin se apartó del cuerpo de Jungkook y se sentó sobre sus piernas, quedando de frente.

—¿Qué quieres comer? —comenzó a acariciar los cabellos castaños del mayor— Podemos pedir algo a domicilio, estoy realmente cansado —Jungkook no pudo quitar su vista de los labios brillosos de Jimin— Jungkook, ¿me estás escuchando?

—Lo hago, no sé —relamió sus labios y con ambas manos tomó las nalgas del rubio, dándoles un leve apretón, acercándose más a él— Está justo aquí lo que quiero comer.

—¿Qué? - Jimin se ruborizó aún más cuando logró sentir como el miembro duro de Jungkook se abría paso a través de sus nalgas— Jung... aaah... —no alcanzó a decir más cuando sintió el glande adentrarse en su interior.

—Está caliente... —gruñó Jungkook, quien besaba sus mejillas y ayudaba a Jimin con los movimientos de caderas.

—Te dije que... agh —Jungkook besó y mordisqueó una vez más el cuello de Jimin— Jungkook...

No pudo detener los besos ni las caricias, aunque tampoco deseaba que Jungkook se detuviera. Sabía y tenía más que claro que debía cuidarse, pero era solo un día, uno donde apenas habían dejado su tratamiento por lo que no quiso seguir preocupándose por ello y decidió disfrutar de lo que Jungkook le daba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro