Capítulo 10.
Un terrible dolor de cabeza empezó a poner de mal humor al rubio, llevaba unos días con la misma sensación molesta y debía recurrir a un medicamento para aliviar su jaqueca.
—¿Te sientes mal? —preguntó Jungkook, quien había ingresado a la cocina y vio al rubio sobando su sien.
—Mmm... me duele el cerebro —se quejó haciendo una mueca.
—¿Tomaste algo? —lo abrazó por detrás, rodeando la delgada cintura con sus brazos, dejando su mentón en el hombro del más bajo sin hacer presión.
—Sip, recién —se giró y le sonrió— ¿Estás listo para ir?
—¿Quieres ir realmente? Si te sientes mal, puedo cancelar todo y nos quedamos aquí —Jimin negó con su cabeza.
—Estoy bien, pasa luego de unos minutos —se puso de puntitas y dio un pequeño beso en los finos labios del mayor— Vamos que se hace tarde y te están esperando. —Jungkook lo miró dudoso unos segundos.
—Vamos —dio un último beso y se pusieron en marcha para ir a la gran fiesta que de seguro habían preparado en la mansión donde los esperaban.
Cuando bajaron del auto, lograron escuchar la música que provenía del interior de la mansión y era posible escucharla en cada rincón del lugar. Había en una esquina una gran mesa llena de comida tipo cóctel, una variedad de cosas saladas y dulces, todo lucía realmente delicioso. La increíble decoración era digna de apreciar en todo el gran salón.
La mansión estaba llena de gente, tanto de la empresa como unos que otros amigos de ellos, no era una cantidad excesiva pero sí había bastante gente disfrutando de la música, comidas y charlas que se entablaron en medio de todo el bullicio.
Jungkook a medida que se iba adentrando al lugar, aun tomado de la mano de Jimin, saludaba a todos los que se le cruzaban por su camino.
Vio a lo lejos a Seokjin quien llevaba en una de sus manos una copa y sonreía, pudo ver que hablaba con alguien más.
—Oh —escuchó decir a Jimin y se giró para verlo— Tae está ahí —apuntó con su dedo.
—¿Vas a ir con él? —habló cerca de su odio para que Jimin lograra escucharle y este asintió— Yo iré a hablar con Jinnie —soltó la mano del rubio y este le sonrió— Luego te veo, cielo.
—Sí, sí —se giró aún sonriendo y caminó hasta donde estaba su amigo.
Jungkook hizo lo mismo y a los segundos llegó al lado de SeokJin quien esbozó una radiante sonrisa al verlo finalmente en el lugar y sin pensarlo mucho, se lanzó para darle un gran abrazo, sin tener mucho cuidado haciendo que cayera un poco del champagne que quedaba en la fina copa de cristal.
—¡Me alegra verte! —gritó emocionado— ¿Por qué tardaste en llegar? —gruñó fingiendo molestia, pero la sonrisa de sus labios seguía ahí.
—Estaba ocupado —sonrió y sus ojos viajaron hasta donde estaba el rubio.
—¿Ocupado? —enarcó una ceja sonriendo.
—Sí. ¿Dónde está Nam? —preguntó para cambiar el tema.
—Debe estar por llegar, llevó a Sun con su mamá que se está quedando en casa de Jennie —le informó.
—Oh. Ya veo...
—Ten, bebe algo —le pasó una copa de un líquido burbujeante— Está rico.
Jungkook sin meditarlo mucho, bebió todo aun cuando sentía el amargo líquido burbujeante bajar por toda su garganta. Hizo una mueca a la cual Jin soltó una divertida carcajada, sabía que el menor no era buen bebedor y no disfrutaría de la costosa champagne como lo hacía él.
Siguieron hablando un momento hasta que sus compañeros del trabajo se acercaron a saludarlo y se quedaron ahí riendo y bailando juguetones por un largo rato.
Sin darse cuenta comenzó a beber todo lo que le ofrecieron y su estómago se revolvió a consecuencia de la poca costumbre y experiencia que tenía con el alcohol.
Por un momento volvió a buscar a Jimin con la vista y ahí estaba, sentado en uno de los sofás con un vaso medio lleno, mientras escuchaba lo que sea que Hoseok le comentaba con entusiasmo.
Una bonita sonrisa se dibujó en el rostro de Jungkook.
Jimin se veía tan hermoso ante sus ojos.
Caminó lento, alejándose de sus bulliciosos compañeros para ir en dirección del bonito chico de cabellos rubios, estaba algo mareado pero supo disimularlo, o eso creía.
Cuando llegó a su lado, se dejó caer en el cómodo sofá, dejando su cabeza en el hombro de Jimin, quien sonrió al saber que lo más probable era que ya estuviera borracho.
—¿Amor, qué haces aquí sentado?, ¡Vamos a bailar! —gritó un entusiasmado Taehyung cuando llegó al lado de los únicos chicos en toda la fiesta que estaban sentados. Arrastró consigo a Hoseok quien no se negó y se dejó guiar con una encantadora sonrisa hacia la pista de baile.
La mayoría de los invitados estaban bailando y cantando a todo pulmón, disfrutando cada segundo de la increíble fiesta, el resto solo reían y charlaban mientras mantenían sus manos ocupadas con algún vaso o copa lleno de alcohol.
—¿Ya estás borracho? —Jimin giró su rostro para poder ver a Jungkook— Eres demasiado débil, cariño —soltó una encantador risita.
—Claro que no —dijo totalmente ofendido.
Jimin sonrió ampliamente y bebió todo el resto de licor que quedaba en su vaso
—¿Vamos a bailar? —preguntó el rubio mientras se ponía de pie frente a él.
—Cariño, estoy mareado y vomitaré si me haces bailar —advirtió.
—Correré el riesgo.
—No quiero...
—Vamos, está sonando música lenta —habló dulce, era su recurso para conseguir lo que quería ya que realmente deseaba bailar y divertirse un rato.
Lo guió hacia la multitud, todos perdidos en su mundo bailando con sus parejas. Taehyung observó divertida la escena de cómo su amigo arrastraba a un no muy contento Jungkook a la pista de baile.
Jimin rodeó el cuello de Jungkook con sus brazos y apoyó su frente en el pecho contrario. Jungkook lo rodeó con sus brazos por la delicada cintura y lo atrajo un poco más a su cuerpo. Los movimientos lentos del rubio guiaban en todo momento a Jungkook, el cual estaba siendo arrastrado por los efectos del alcohol y todo giraba a su alrededor.
Estuvieron pegados, abrazados y bailando todas las canciones lentas que sonaban. De momentos, Jimin alzaba la vista para encontrar los hermosos ojos marrones de Jungkook, el cual aprovechaba ese momento para apoderarse de sus labios y besarlo sin importar que hubiera más gente y pudieran verlos.
Cuando vio que el castaño realmente sintió que vomitaria, se detuvo y lo llevo al baño para que pudiera lavar su cara, pero Jungkook se negó y tomó otro vaso con licor de quién sabe qué y lo tomó todo sin importar cuanto quemara su garganta mientras el líquido espeso bajaba por ella.
—Si entras en coma etílico te dejo tirado por ahí —le amenazó con diversión.
—¿Me dejarás morir solito? —sus palabras sonaban algo distorsionadas y Jimin soltó una risita al escucharlo.
—Sí, yo no te obligue a beber hasta quedar en ese estado.
—Vendría por ti en la noche, sabes. No te dejaría dormir —habló cerca de su oído y los vellos del cuerpo del rubio se erizaron ante la cercanía y al sentir el aliento contra su cuello.
—De todas formas, ya lo haces —Jungkook sonrió ladino. Entendía perfectamente a lo que se refería.
Volvieron nuevamente al sofá y se dejaron caer sin cuidado en el. Jungkook acarició la mejilla de Jimin, dispuesto a deleitarse una vez más con estos deliciosos labios rosas cuando fueron interrumpidos.
—¿Lo están pasando bien? —preguntó Seokjin con una bonita sonrisa. Había estado bailando junto a su esposo, el cual se encontraba con Yoongi al otro lado de donde estaban ellos.
—Sí —dijo Jimin.
—Demasiada gente —se quejó Jungkook— Dijiste que seria algo discreto y tranquilo.
Seokjin lo miró y rompió en una divertida y exagerada carcajada, fue tanto que tuvo que secar las lágrimas que comenzaban a salir de sus bonitos ojos.
—Jungkookie, ya me conoces desde años —le dijo aún divertido— No deberías estar sorprendido.
Jungkook quiso refutar ante aquellas palabras pero no pudo.
—Por cierto, se ven bien juntos —habló Seokjin tan sincero que Jungkook enarcó una ceja por lo que acababa de oír— Se ven bien —afirmó nuevamente.
Las mejillas de Jimin se tornaron rojas al instante.
¿Desde cuándo se había vuelto tan tímido?
—Gracias, supongo —sonrió de vuelta el rubio.
Seokjin se levantó para dejarlos solos y fue en directo hacia los brazos de su esposo quien no paraba de reír junto a Yoongi y a Hoseok que se les había único no hace mucho.
Luego de que Jungkook robó pequeños besos de los labios de Jimin, este se alejó para ir a la pista de baile y disfrutar de la música con su amigo, quien era demasiado bueno meneando su cuerpo, aunque Jimin no se quedaba atrás.
—Toma, para que te limpies la baba —le dijo divertida Lisa. Jackson y Mark quienes estaban a su lado estallaron de la risa en ese instante.
Inconsciente, llevó su mano en dirección de su boca para comprobar que realmente no estaba babeando, pero es que por un momento se había perdido en los sensuales movimientos de caderas que Jimin hacía mientras bailaba.
—Creo que lo perdimos —esta vez fue Jackson.
Jungkook sonrió ladino.
—Ten y quita esa cara de idiota enamorado —Mark le extendió un vaso con más trago, pero a esa hora ya no sabian que era lo que bebían exactamente.
—Oh no, creo que vomitaré.
—Hazlo —dijo Lalisa emocionada— Aposté a que vomitas antes de irte a casa, y quiero ganar
—Jungkook frunció el ceño. Para su mala suerte era el único que ya no daba más por beber tanto, mientras que todos los demás se veían en su mejor momento disfrutando de la fiesta.
—Claro que no vomitaré —se defendió no muy confiado.
—¿Quieres apostar? —preguntó Jackson sin dejar de reír
Cuando ya eran casi las cinco de la mañana, Jimin comenzó a sentir nuevamente su jaqueca y maldijo mentalmente por ello, debía ir al doctor para saber qué estaba pasando.
—Jungkook —le habló para hacerlo volver en sí.
—¿Mmm? —soltó mientras tallaba sus cansados ojos.
—Tengo sueño, quiero ir a casa.
—Vamos... —lo miró con los ojos entrecerrados— Estoy cansado.
Jimin se levantó primero y ayudó a Jungkook, el cual no se encontraba en las mejores condiciones como para avanzar solo. Caminaron en dirección de SeokJin y Namjoon para despedirse, Jimin fue rápido hasta donde estaban sus amigos y se despidió con un beso en sus mejillas y un cálido abrazo.
***
Llegaron finalmente al departamento y Jimin dejó a Jungkook apoyado en la pared para finalmente abrir la puerta y poder ingresar al interior de su hogar.
—Dios, esto es un doble dejavu —gruñó, pero no pudo evitar sonreír cuando vio la cara de Jungkook frunciendo el ceño a causa de lo mareado que estaba.
Una vez en el interior, Jimin guió al castaño hasta el dormitorio.
—Mimi...
—¿Qué? —habló mientras intentaba no caerse junto a Jungkook por el pasillo.
—Sabes... cuando te vi y tu me viste y no vimos —el rubio soltó una risita. La voz de Jungkook sonaba tan distorsionada que era difícil para Jimin comprender todo lo que le intentaba decir— Cuando te vi...
—¿Cuando me viste qué? —preguntó cabreado y lo dejó caer sin cuidado sobre la cama, haciéndolo dar un leve rebote.
—Te extrañaba...
—¿Eh? —no entendía a qué se refería e intentaba armar lo que Jungkook quería decirle.
—Quise abrazarte ahí mismo. Te extrañaba...
—Realmente no entiendo a qué te refieres —comenzó a quitar sus propios zapatos y luego los de Jungkook.
—¿Me extrañaste, Mimi?
—No.
—Eres malo.
—Jungkook, te veo casi todos los días —sonrió— No me das tiempo para extrañarte.
—Yo te extraño... —murmuró y cerró los ojos.
—Oye idiota, no te duermas —gruñó.
—Todo me da vueltas —abrió los ojos, pero solo un poco e intentó sentarse pero solo logró tomar la mano del rubio y lo jalo, haciendo que Jimin cayera en su pecho.
—Si vomitas en mi cama, te golpeo.
—Sueño...
—Estás con ropa aún.
—Buenas noches...
—¡Oye! —chilló, pero no obtuvo respuestas.
Jimin sonrió y suspiro derrotado, lo observó un momento mientras el castaño alcanzaba el sueño profundo y dejó un pequeño besos en sus labios. Luego de un rato solo pudo pensar en que Jungkook se refería a aquella vez que se vieron de casualidad en la calle.
¿Realmente lo extrañaba?
Saber que estaba esa posibilidad, saber que ambos se extrañaron, de alguna forma agitó su corazón enamorado.
Se apartó como pudo de los brazos del castaño y fue hasta la cocina para tomar una pastilla y acabar con su jaqueca que comenzaba a aumentar. Volvió al dormitorio y cambió su ropa por un pijama.
—Tú, idiota borracho... —murmuró irritado mientras comenzaba a quitarle el pantalón para meterlo bajo la ropa de cama, cosa que le costó demasiado ya que Jungkook era jodidamente pesado— Te amo.
Beso una vez más sus labios y se acomodo junto a él para cerrar sus cansados ojos e inhalo profundo para poder embriagarme del olor varonil mezclado con alcohol que desprendía Jungkook, y así poder conciliar el sueño.
Y lo hizo.
Durmieron hasta que sus cuerpos se sintieron totalmente descansados y listos para empezar un nuevo día, uno juntos como ya se estaba haciendo costumbre y al parecer a ninguno de los dos les molestaba, al contrario. Les encantaba pasar el día juntos aun cuando no decían nada.
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