꒰• 05 •꒱
"Y bien por ti, es como si nunca me hubieras conocido.
¿Recuerdas cuando le juraste a Dios que yo había sido el único que te había atrapado?"
Había decidido limpiar mi habitación. Había pasado un par de semanas en las que no limpiaba a profundidad, y de paso tiraría a la basura todo lo que pertenezca a ese cretino o todo lo que me haya regalado.
—Shuen, deberías ir a dormir a otro lugar—. Mi gato solo levantó la cabeza y volvió a enrollarse como una bolita de pelos. —Shuen, me encantaría que obedezcas de vez en cuando.
Lo cargué como un bebé y salí de la habitación para llevarlo a su camita que había sido movida al pasillo por la limpieza de mi habitación. Ahí estaría mejor, y el posible polvo no lo molestará.
(…)
Dejé el desinfectante a un lado para abrir el armario, tenía mucha ropa vieja ahí y otras cosas que probablemente no necesitó.
—¿Aquí estaba?—. Incrédulo, saqué el libro que Finn me había prestado hace unos 3 meses—. Con razón no lo encontraba.
Pase un buen rato vaciando aquel armario, las prendas de vestir las dejaba sobre la cama y el resto en el suelo, había encontrado cosas tan viejas que consideraba extraviadas.
Entre esas cosas había una maldita caja llena de cartas. Lance no era bueno expresando lo que sentía, por eso lo hacía en cartas.
«¿No había lanzado esto a la basura?». Me pregunté a mi mismo casi como reproche.
Decidí abrir la caja, para sacar todas las cartas y otra cosas pequeñas que había guardado ahí: las cuales no recordaba. Quizás tardé más vaciando la maldita caja de lo que tardé vaciando el armario, pero fué inevitable para mí leerlas mientras las sacaba una a una. Lo sé, es patético de mi parte sonreír con cartas viejas que ya no significan nada, en especial la que tengo en mano.
La primera carta me la entregó en nuestro primer año como novios. Ya no tiene un significado cálido, ahora representa lo que nunca volverá a ser.
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"Hola, así no se empiezan las cartas o no sé, nunca había escrito una carta. Pero aquí estoy, escribiendo esta carta para ti, mi novio.
¡Si te burlas te golpearé!
Mi novio...
Recuerdo que cuando me dijiste que si a mí improvisada confesión. Para ser sincero, no lo podía creer.
Recuerdo que me preguntaste si me pasaba algo malo porque me puse rojo y empecé a golpearme la cabeza con el primer muro que estubo a mi alcance. La verdad, es que no podía creer que aceptarás, ya sabes éramos como perro y gato en la secundaria. Pero aceptaste así sin más, como si fuera de todos los días.
¡Por Dios, Wirth! Llevaba un año enamorado del idiota con gafas oscuras de administración, ni siquiera me dí cuenta de que eras el mismo con el que peleaba en secundaria hasta que me dijeron tu nombre y se me fué todo el coraje que tenía en ese momento para pedirte una cita.
El tiempo pasa rápido y yo lo sé porque ya estamos cumpliendo un año de noviazgo, se dices y escribe fácil, pero definitivamente no es.
Siempre hemos tenido nuestras dudas en algunos momentos, pero logramos desechar esas inseguridades. Por ejemplo, yo detestaba a Love Cute, sé que es como tu hermana, pero era demasiado insoportable, y que se pegará mucho a tí me hacia solo hervir de celos.
Pase la vergüenza de mi vida cuando descubrí que ella era lesbiana.
Esto podrá ser muy cursi, pero es sincero. Te amo mucho Wirth, incluso si los demás creen que me apresuré, es lo que realmente siento.
Logré recuperar la primera fotografía que nos tomamos, no la vuelvas a perder si tanto te gusta".
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Y otra vez sentía mi pecho quemar, este año íbamos a cumplir 3 años juntos, pero supongo que no sentías lo mismo, Lance.
Ya casi no me respondías cuando te decía te amo, creo que te daba pena pues solo me respondías cuando estábamos solos. Casi nunca me respondías las llamadas, hasta hubo un día en el que te llamé al verte en la calle junto a ese imbécil de cabello rojo y sólo viste tu teléfono y no contestaste. Me dolió, quemó, se empezó a abrir esa herida y cada vez que hacías algo como eso era como si le pusieras sal y limón a esa herida.
—Wirth cariño, ya-...—. Mi madre calló el notar mis mejillas húmedas. —Necesitas alejarte de todo un por un tiempo. —dió un besó en mi frente y susurró—. Estás muy mal, cariño.
No respondí, solo me aferré a ella en cuanto senti sus brazos para cubrirme.
—Si quiere... Puedes ir a Kyoto, tu hermano te recibirá con gusto y lo sabes.
—Mamá, estoy estudiando y...
Yo me encargo de eso, pero tú te vas mañana temprano a Kyoto.
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