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kim dahyun.

si, no estás viendo mal. por fin un nuevo cap de goma de mascar.

Mina frunce el ceño al abrir de forma torpe los ojos, las cortinas no se encuentran en su habitual lugar y por ende toda la luz de los rayos del sol y el brillante cielo azul le pegan en la cara sin cuidado alguno.

Sus párpados aún adormilados se vuelven a cerrar para intentar bloquear aquella fuente de iluminación. Gruñe mientras se mueve por toda la cama para meterse en su lugar favorito, el hueco entre el cuello y los hombros de su chica. Frunciendo sus labios al no sentir el caliente cuerpo ajeno, su cerebro obliga a su vista a enfocarse y empezar la búsqueda de un cuerpo femenino no muy alto.

Escucha un ruido en el baño y asiente antes de volver a quedar dormida.

—Despierta ya, dormilona...

Una dulce voz, tan exquisita como la miel se le cuela por los oídos. Una sonrisa se expande y sus brazos se mueven a ciegas para apretar a Nayeon contra su pecho. El chillido que pega la omega es más que suficiente para que una risa sea todo lo que se escuche en la habitación, claro está, además de los golpes y quejidos ajenos.

Sus ojos finalmente salen de su celda, permitiéndose hacerlo solo para que lo primero que la reciba sea el sonrojado rostro de su amada.

Una vez sus miradas se unen es como aquella ocasión en el parque. Solo ellas dos, nadie más. Un par de corazones latiendo a ritmo de un corredor, la sangre corriendo por sus venas para hacerles saber que están vivas y que estar junto a lo que ellas piensan que es el amor de su vida no se trata de un sueño ni mucho menos de una de las tantas pesadillas que las persiguieron por tanto tiempo.

—Buenos días, Minari. Sigues tan hermosa como ayer.

Mina lo intenta. De verdad lo hace, sabe que besar a Nayeon con ese aliento de oso no es lo más deseable ni lo más agradable, pero esa frase le derrite todo sentido común existente. Le demuestra lo mucho que la aprecia con una de las tantas forma que conoce, con un beso que pueda decir todo lo que su cerebro aún no decifra en palabras.

Al contrario de lo que creyó que pasaría (su novia empujándola y diciéndole que vaya a lavarse los dientes antes de siquiera intentar algo con ella) Nayeon la recibe gustosa, cómo si de hecho, la estuviera esperando por una década. Le devuelve el beso con fervor, con una emoción tan descuidada que solo significa que lo estaba deseando.

Al cabo de unos cuantos minutos y unos toques de labios-contra-labios Nayeon parace notar que el tiempo ya se ha acabado.

Son las siete de la mañana del día lunes, lo cual significa que ya deben volver a su vida normal.

Desafortunadamente.

—Minari...

Murmura antes que la hambre de la mencionada robe sus palabras una vez más.

—Vamos Myoui. Se nos hará tarde.

Un bufido es lo que obtiene de respuesta.

Bien, no quiso hacerlo tan temprano pero tendrá que usar armas más fuertes.

—Andando cariño, todavía nos podemos bañar juntas.

Ni siquiera ha terminado de decir su oración cuando su novia ya está de pie, bien despierta, con ojos brillosos y con Nayeon en su hombro.

Suelta una risa ante su insaciable apetito, pero sabe que no la puede culpar. No cuando estos tres días han sido tan especiales y llenos de amor, pasión y cuidado.

Cada segundo que pasaron en aquella habitación será algo que ella asesorará toda su vida. Cada minuto compartido entre besos y caricias debilitó su principal órgano vital y como si de un veneno se tratará el amor por Mina se inyectó en su cerebro. Dónde parece que no será posible sacarlo pronto (posiblemente nunca.)

Ha aprendido tanto con y por Mina. Que ha abrazado el miedo y ha aceptado que por muchas trabas y obstáculos le ponga al destino, siempre terminará pasando lo que debió pasar. No puede escribir otra historia, otro pasado u otra vida. Pero si puede ser paciente y ver lo que el futuro le tiene preparado.

Lo cual espera que sean décadas y eternidades al lado de su novia.

—Vamos, vamos. No hay tiempo que perder.

⌗ ⨟ ♡

Después de una ducha de veinticinco minutos (solo diez siendo ocupados para su propósito original) ambas por fin salen de aquella regadera con aire caliente rodeándola.

Mina le presta (regala más bien) una playera a Nayeon, sonriendo cuál tonta al notar lo grande que le queda al pequeño cuerpo suyo, además de un par de boxers cortos que no le quedaron debido a un problema de virilidad.

Nayeon acepta todo encantada. Decidida a estar todo el día con el olor de su alfa para hacerla sentir feliz y segura.

Una vez las dos están mucho más presentables que esa misma mañana bajan las escaleras con las manos en un agarre único. Sin embargo, Mina se debe obligada a dejarla ir cuando no encuentra sus llaves en el lugar donde siempre las deja.

Le resulta extraño, pero no le da vueltas al suceso.

Le dice a la coreana que se siente en unos de los tantos sillones que están en la sala de estar en lo que ella vuelve a su habitación a buscar el objeto perdido. Nayeon acata el pedido, esperando mientras ve todo lo que le rodea.

Paredes blancas con decoraciones que lucen caras y extentosas a su gusto. Pinturas raras, fotografías demasiado simples y cotidianas para tener a la vista de todos y un bello y estético candelabro colgando por encima de su cabeza. Aunque hay un cuadro que llama su atención, tanto que se levanta solo para aproximarse a él y poder verlo con más precisión.

Mina es la obra maestra. Quien destaca de esa foto, su gran sonrisa con un diente  faltante, sus ojos achinados, sus ya largas pestañas negras luciendo más grandes de lo común y su delgado cuerpo escondido detrás de ese gran árbol.

—¿Preciosa, cierto?

El salto que pega debido al susto es algo cómico, por lo que se gana una risita de esa misma persona. Se le erizan los vellos del cuerpo cuando su cerebro parece por fin notar a quien pertenece ese tono característico.

Traga saliva antes de dejar el retrato justo en la posición que lo encontró para después darse la vuelta y enfrentarse con su suegra.

—Sí, desde pequeña siento toda una ternura...—Murmura con precaución.

No sabe que decir sinceramente, teme decir mucho o en su caso, decir muy poco.

—Sabes Nayeon, me temo que no hemos podido entablar una relación adecuada para el tipo de cercanía que tienes con mi única heredera. —Se acerca a la chica, moviendo sus manos para acomodar de forma milimétrica la fotografía que recién estaba en posesión ajena.

Esto raya lo ridículo, en primera Nayeon había dejado aquel objeto en el mismo lugar en que había estado antes de ser tomado y segundo aquella mala "relación" que tienen es debido a ella misma y a su odio por su clase social, por su familia y su simple existencia.

¿Con qué cara le decía eso? Sin embargo lo sabe, ella no puede reclamarle nada por la constante amenaza de Mina vagando por la casa.

—Siento que hay tanto que contarnos y explicarnos, y poco tiempo que te veo entre contadas ocasiones no es suficiente. Deberíamos salir un día de estos, conozco un restaurante que se adecua a tus modales.

Ahí esta, aquel ataque disfrazado de un halago. Había sido demasiada amabilidad.

No obstante, antes de pueda objetar la emocionada voz de su novia la interrumpe.

—¡Madre! Esa es una excelente idea. —Mina siendo tan adorable e ingenua como normalmente lo es, no nota la tensión qué hay. Para ella son solo sus dos personas favoritas en el mundo charlando y eso la alegra tanto.

—¿Verdad que si, cielo?—Dice abriendo los brazos para que su hija se meta entre ellos, deja un sonoro beso en su cien y la mantiene pegada a ella, como si temiera qué Nayeon la apartase de su lado al primer movimiento. —Entonces querida, ¿Qué día tienes libre?

—Uh...

Una vez más, Mina interrumpe al ver su evidente duda. Aunque algo confundida, ya que conoce el horario de su novia al derecho y al revés (al igual que ella sabe de memoria el suyo).

—Tenemos libre el miércoles, madre. Ese día ambas salimos temprano y yo no tengo entrenamiento.

La sonrisa que la señora deja salir le resulta escalofriante a la coreana. Como si su plan estuviera siendo ejecutado perfectamente.

La aterra.

—Pues ese día, solo Nayeon y yo iremos a cenar. —La mujer lleva su dedo índice a los labios de su hija al conocerla tan bien como la palma de su mando y saber que ella rezongaria aquella decisión. —Es charla entre omega a omega, no lo entenderás hasta que el padre de Nayeon te invite.

Ella lo sabe.

Sabe la delicada situación familiar de Nayeon y no parece importarle ni un poco, el rastro de burla en sus palabra enfada de sobremanera a la muchacha. Y como su rostro se queda a la expectativa, como si estuviera esperando la reacción de su Mina (quién hace una mueca y mira de forma incómoda a su novia)

—Sí, seguro. —Se aclara la garganta y le deja un beso en la mejilla antes de separarse. —Ya nos tenemos que ir, no queremos llegar tarde. Mándame todos los detalles de la reunión en cuanto los tengas, ¿sí?

Sachiko asiente con un rostro amoroso.

—Bien, andando nena.

Su mano busca el calor ajeno, sonriendo al sentir ese agarre fuerte. —Hasta la noche madre.

—Cuidate corazón.—Manda un beso rápido y sus ojos llenos de veneno se postran en la coreana—Hasta el miércoles, Nayeon. Ponte lo mejor que tengas.

La mencionada asiente de forma torpe antes de salir de la habitación, arrastrada por la fuerza de su amada.

Genial, el día no podría ponerse peor.

⌗ ⨟ ♡

—Tengo tanta hambre. Todo es tu culpa, Nayeon.

La chica frunce su ceño y le da un golpe juguetón a su novia. —¿Por qué sería mi culpa que tu tengas hambre? Tu siempre estas con ganas de más, eso es algo que yo no puedo controlar.

La alfa ríe alegre, frenando el automóvil al notar que el semáforo delante suyo y sus ojos buscan a su novia. —Todas esas ocasiones en las que me mantuviste despierta pidiéndome más hacian parecer que el celo era tuyo, no mio. Asi que tu eres la que está con ganas de más.

—Que sinverguenza eres Myoui. Yo solo estaba preocupándome por ti y enseñándote todo lo que debes aprender, ¡todo eso lo hice por ti! Pero claro, de esa forma no lo ves, ¿cierto? En fin, última vez que te ayudo en su ce-

Antes de que pueda seguir con su drama, los irresistibles labios de la nipona se adaptan a los suyos en un milisegundo y comienza un suave vaivén en donde nadie lucha por liderar el movimiento. La dos solo se quedan ahi, besandose con calma y amor puro. No son conscientes de cuánto tiempo ha pasado (algo usual en ellas) hasta que el conductor detrás de ellas toca el claxon fuertemente.

Se alejan con los rostros rojos y los labios brillantes, Mina pone en marcha el carro y coloca su mano derecha en la pierna de la coreana. —Estaba pensando en que definitivamente no llegaremos a tiempo para lograr entrar a la primera clase...

Nayeon sabe en qué dirección va ese cuento, sin embargo, sonríe divertida y emite un sonido para hacerle saber que puede seguir con lo que le esté contando. 

—Y...mmm...yo tengo ganas de devorar algo mas que tu, asi que pense que podriamos ir a desayunar.

—Menuda alfa que eres tu, Myoui.—La risa finalmente brota de su pecho y asiente. —Andando entonces, llevame a un buen lugar, donde valga la pena saltarse las clases, ¿okey?

La mencionada asiente, el sonido que sus labios dejan salir al estirarse para formar una sonrisa es suficiente para que Nayeon la imite de forma inconsciente.

El tiempo pasa rápido, unos diez minutos después de esa plática se encuentran entrando a un lindo y hogareño café con las manos unidas y los cuerpos juntos.

A Mina no le molesta la cercanía. Su lobo y ella lo aceptan con gratitud.

—¿Qué te parece si nos sentamos en aquella mesa de ahí?— Es algo casi ridículo, de verdad, pero que sea una pregunta y no una orden le hace tanto bien a la omega. Significa que toma en cuenta su opinión, incluso para las cosas más insignificantes.

Nayeon le toma el rostro en un impulso y toma gentilmente aquellos labios a los que parece adicta.

—Me parece excelente, mi amor.

Ambas se encaminan, Nayeon pasando primero para tomar asiento junto a la ventana, Mina esta a su costado viendo la carta del lugar.

Cómo si no supiera de memoria el precio de cada producto vendido y sus características.

Pero por alguna razón incomoda, decide no decírselo a su omega. No es que le oculte las cosas, pero sabe que es un tema que ha dejado de tener importancia ya hace tiempo. Aunque por alguna razón su corazón le pidió pasarse por el establecimiento después de años.

—¿Myoui?

Sí, ahí esta la razón.

Sus cejas se alzan, sus ojos se abren sorprendidos y una gran sonrisa se posa en su boca (énfasis en gran).

—¡Kim!

Se levanta con rapidez de la mesa que la mantiene presa y estrecha entre sus brazos a aquella rubia delgada.

Para Nayeon la ventana ha dejado de ser tan atractiva como pensó al principio, sus ojos llenos de curiosidad se enfocan en aquellas chicas que comparten un caluroso y apretado abrazo. Un nervio enojado hace que apriete la boca antes de decir algo grosero.

Se golpea mentalmente. No hay razón para aquel pensar, Mina es suya tanto como Nayeon es de ella.

—¡Tanto tiempo sin verte, lindura!

Bueno, definitivamente su pensar duro demasiado. Finalmente ha sido desechado y su corazón ha tomado el control de su cuerpo.

Es interrumpida incluso antes de que piense en comentar una oración.

—Eso mismo digo yo, no me dijiste que volverías a la ciudad. —Ese tono acusatorio no se le escapa a ninguna de las mujeres extras en esa situación. Para una de ellas es divertido mientras que para la otra es asfixiante.

Por fin, después de lo que parece una eternidad (máximo diez segundos) las dos se separan y sin importarle nada a esa rubia toma asiento justo enfrente suyo para seguir con su monólogo. —Hay sorpresas qué es mejor no arruinar, solo mi padre sabe que estoy aquí y es porque lo llamé para pedirle dinero. —Ambas ríen, ¿Qué de divertido tiene eso?—En fin, historia de nunca acabar, ya lo sabes. Mejor cuéntame, ¿Quién es ella, Myoui?

Dos pares de ojos se fijan en ella. Expectativa y nerviosismo.

—Ella es, ah, sólo Nayeon.

Oh, así jugará sus cartas. Presentarla con solo su nombre es un suceso tan insólito y que por alguna razón, se siente tan ilícito.

—Hola solo Nayeon, yo soy solo Dahyun.

Lo admite, tiene que morderse el interior de su mejilla para no reírse por aquel pésimo chiste.

—Hola solo Dahyun.

Sigue el juego, sabe que la vibra se ha puesto muy densa y no quiere tener más problemas por hoy. Ya suficiente tiene con su suegra y su mente.

—Bueno, cuéntame todo. ¿Qué haces aquí después de cinco años?

Sonríe mientras sus ojos miran con gracia a la alfa. —No tan rápido, velocista. ¿No crees que mi hermanastra tiene que estar en esta conversación también?—

Mina asiente avergonzada, un notable rubor en sus mejillas.

—Tienes razón. Como siempre.

El ceño de Nayeon se frunce, su mandíbula se tensa y sus manos forman puños debajo de la mesa.

¿Quién era aquella chica que hacía que su alfa se sonrojada y le diera la razón?

—Me supongo entonces que irás al juego de hoy para sorprenderla...

La incertidumbre es palpable en las palabras fichas. El corazón de la omega arde de coraje al ver el rostro lleno de expectativa de su novia.

—Ding, ding. ¿Qué comes qué adivinas?

«A mí.»

—Por mucho que me encantaría quedarme a pasar el rato contigo y con solo Nayeon, hay un par de cabos qué tengo que atar antes de hacer mi espectacular aparición. Así que me temo que las dejaré para que sigan en lo que estaban.

Se levanta y acaricia la mejilla de su novia.

—No sabes cuanto gusto me da qué nada haya cambiado.

Dice para marcharse dando una mirada hacia atrás antes de cruzar la puerta.

¿A qué carajo se refiere? ¿Qué Mina no haya cambiado su personalidad, su aspecto físico o su manera de ser? ¿O acaso se refiere a sentimientos? A ella no le paso desapercibido como el aura qué las envolvía cambio drásticamente a ser Mina encantada con Nayeon a Mina derretida con solo Dahyun.

¿Había algo entre las dos? No puede ser, al menos no actualmente. Myoui había mencionado cinco años, no se vieron en un lustro entero así que tuvo que haber pasado algo para esa separación tan drástica. Ahora, ¿Hermanastra? ¿De quién? ¿De Sana? ¿O de Momo? Tal vez de ese omega qué había estado tan pegado a su novia hace unos cuantos días.

No lo sabe y siente como la razón maquinando junto a su desconcertado corazón no le traerán nada bueno.

—Iré a pedir algo para comer, ¿okey omega? No tardo.

Y así, tan rápido como sucedió, tan rápido como parece terminar.


No lo menciona mientras transcurre el día. No tiene ni la fuerza, ni las ganas. Lo deja pasar sabiendo que es lo peor que puede hacer.

¿Pero quién la puede culpar? Si es que esa mujer y Mina compartieron mucho más que un par de besos cariñosos y caricias decentes no puede ir directamente contra su alfa y reclamarme por ello.

No es culpa de Myoui qué ella haya llegado tarde a su vida.

No obstante, su mente autodestructiva como siempre se enfoca en hacerle pasar una pésima tarde con imágenes sacadas de contexto de su subconsciente. Lo sabe, sabe que cada cosa que su cerebro reproduce para ella como una película sin cosas inexistentes.

Pero no lo puede evitar. ¿Y si fuera real?

—Apúrate Nayeon, ya no falta nada para que Jeongyeon llegue y empiece a pitarnos como una jodida loca.

La omega asiente, su amiga tiene razón. No hay más que discutir con su mente, sabe que nunca le ganará una batalla y mucho menos la guerra. Se fuerza a cerrar sus cabeza con seguro y le tira la llave al más controlado corazón.

—Ya estoy.

—Eso me queda claro a medias, estas bellísima, como siempre. ¿Pero realmente estás?

Se arrepiente tanto. De verdad. Lo odia (solo en este momento y realmente no siente ese desprecio) Odia qué este rodeada de personas (tan importantes para ella) que la conozcan tan bien. Como si de su propia palma de tratara.

Sabe que es inútil pero es su último recurso. —No tengo idea de a qué te refieres mi querida Thomas. —No deja a la otra siquiera formular una frase. —Mira este nuevo color que me he comprado el lunes pasado, siento que quedaría diez estrellas con tu bronceada piel.

Jihyo lo nota. Nayeon no quiere hablarle sobre lo que la tiene tan distraída, tan fuera de sí. Quiere apretar más, tal vez un ultimátum para conocer la verdad y poder ayudar a una de sus mejores amigas (aunque también quiere saber el chisme, para ella el chisme es vida, amor y felicidad) pero ya oye a Jeongyeon reclamándole por ponerse pesada con una de sus dos personas favoritas en el mundo.

Por lo que se obliga a callar sus reclamos y acepta sin dudas el labial qué su compañera le ofrece.

Jeongyeon definitivamente le deberá dar algo sumamente grande por su sacrifico. Sí, algo grande y caliente.

⌗ ⨟ ♡

Nayeon suspira al llegar al pequeño campo qué habita a la escuela.

Hace tanto frío y solo puede pensar en el cuerpo de su amada para brindarle ese calor que esta anhelando, pero en contra de sus sentimentalismos inmediatamente se sienta a un lado de Momo quien la recibe con una movimiento de cabeza.

A nadie es lo suficiente tonto o despistado para notar que por primera vez, desde que inició la temporada, Nayeon no ha ido hacia los vestidores para darle unas cuantas palabras de aliento y uno que otro beso de la suerte a Mina. Pero, al igual que la omega, nadie comenta nada.

Motivos distintos pero mismo final.

Justo cuando finalmente el debate qué Momo y Jeongyeon están teniendo parece tornarse interesante, los gritos de los estudiantes y seguidores del equipo la distraen. Los jugadores del otro instituto ya comienzan a salir, por lo que ambas se ven en aprietos.

Deciden qué por el momento se mantendrá en statu quo.

Jihyo y Nayeon sientan risas al ver la tensión en ambos rostros.

Sin embargo, la risa se acaba de forma arrebatadora. Sus ojos parpadean muchas veces para ver si efectivamente lo que están viendo sus ojos se trata de la realidad y no otra estupidez que su mente está formando.

Pero para su intranquilidad, si es verídico.

Dahyun con su brazo y el de Mina entrelazados y Sana a su lado, las tres lucen felices y no queriendo separarse.

Pero cuando ya han llegado al límite del campo, se ven forzadas a irse cada quien por su lado. Toma nota de cada maldito momento que pasan juntas, la felicidad en Sana quien le revuelve el cabello a Dahyun y se aleja riendo ante sus quejas, pero, contrario a todo lo que creyó que sucedería. Mina envuelve a Dahyun con sus fornidos brazos y deposita un beso en su mejilla antes de salir corriendo para colocarse en su posición.

Lo siente. Aquellas miradas curiosas qué se dirigen hacia su persona para ver su reacción. Ella se limita a ver sus uñas, buscando detalles que ella ya conoce.

Jeongyeon lo ve, por lo que su mano busca entrelazarse con la de Nayeon quien encantada con la simple idea lo acepta.

Y así pasan todo el partido. Toda la afición gritando cuando Ryujin abre el marcador, bufando cuando una jugadora contraria empata pero todos increíblemente alegres cuando Sana anota el segundo gol al último minuto, dándole el pase a finales a su equipo.

Incluso Momo grita a su lado, lo cual es sumamente sorprendente para Nayeon.

Ella misma parece notar lo que acaba de hacer y el color rosa de sus mejillas es suficiente prueba de su vergüenza.

En cuanto el árbitro en turno da el pitazo  final, la mayoría se mete al campo para disfrutar esta victoria. Todos con un aire soñador y una felicidad palpable, ella se queda sentada junto a sus amigas, esperando pacientemente a que dejen en paz a su alfa (quien fue la que dio los pases para que la dupla de goles pudiera pasar).

Momo y Jeongyeon comienzan otra vez con su debate (nada moderado) las dos con buenos argumentos y una actitud desafiante y confiada. Por lo que se concentra en lo que Jihyo le esta contando, sobre como peleo con una señora en el metro ya qué la muy desgraciada (en palabras de su amiga) le quería quitar el asiento solo por llevarle treinta años.

Rie con la anécdota, pero se ven obligadas a poner orden a la calurosa discusión qué se formaba a sus espaldas. Obligando a ambas a estar de acuerdo sobre estar en desacuerdo.

No ve venir hasta que las calientes manos de Mina se enredan en sus caderas y la alza sobre su cuerpo, para poder abrazarla adecuadamente.

Cierto, paso tanto tiempo con la maraña de emociones e imágenes imaginativas qué olvido a su verdadera aliada, su novia, su amante, su alfa.

—¿Lo viste, Nayeon? Dime que si lo viste.

Lo dice tan emocionada, necesitada de aquella aprobación qué solo ella le puede dar.

—Lo vi mi vida, eres tan buena jugadora.

«Espero que sea solo con los balones»

Sin embargo, se obliga a continuar. —Esta victoria es gracias a ti, bebé. Mereces un buen premio.

Dice y besa sus labios. Dios. Cuantas dudas se desaparecen en cuanto comparten besos.

—Los chicos quieren ir a celebrar, ¿me quieres acompañar?

—Sí. Al final del mundo si quieres.

⌗ ⨟ ♡

Ciertamente, se arrepiente totalmente de haber dicho que si. Debía haberse ido junto a sus amigas en cuanto tuvo la oportunidad, pero el rostro emocionado y lleno de brillo de la menor la detuvo. No podía negarse a nada que ella le pidiera.

Pero claro, no había forma en al qué la Nayeon de hace veinte minutos supiera que en cuanto entraran a la casa de unos de las jugadoras Mina se perdería entre todo ese mar de gente deseosa de compartir tiempo con la heroína del partido.

No le molesta. Ella sabía bien en lo que se metía en acepto a la alfa, pero lo que si hace qué su corazón se sienta angustiado es la cercanía ente Dahyun y Mina. Están tan juntas qué prácticamente no hay ni una sola corriente de aire pasando entre ellas y cada vez que Dahyun tiene algo que decir, Mina ignora con quienes estaba hablando para dirigirle toda su atención.

Sonríe triste. ¿Para eso le pidió que viniera?

La mente le pesa, por lo que necesita aire para calmar esa tormenta de sentimientos que amenaza con estallar en su interior.

Sale hacia el patio, justo a un lado de la alberca con luces en sus paredes, dándole un toque mucho más estético y cautivador.

Se sienta a la orilla del artificial cuerpo de agua.

Demasiado abrumada con sus pensamientos y con la perfecta vista de su novia babeando por otra chica.

—¡Hey tú! ¿Has visto a Momo?—No puede ni negarse ya qué la niña sigue hablando con las palabras arrastradas y pequeños hipos de por medio. —Cabello negro cierto a los... ¡Hip! Hombros... Uhm... Ropa rosa.. ¡Hip! Y una bonita cara .

Termina su oración después de tres minutos, Nayeon la mira con gracia. Sana borracha es linda y divertida.

—No Sana, no he visto a Momo por ningún lado. ¿Por qué no te sientas conmigo y esperamos a ver si aparece?

La mencionada asiente y toma asiento de forma torpe y brusca. Nayeon presiente que él culo le dolerá de sobre manera mañana por la forma en la que cayó para sentarse. Como si fuera una muñeca de trapo.

—¡Oh! ¡Mira ahí! —Las manos frías se le colocan en el rostro sin advertencia alguna, moviéndose sin cuidado para hacer que Nayeon mire hacia el frente. —Ahí esta la pareja del momento... —Suelta unas risas. —Me siento como cuando... ¡Hip! Tenía doce años y... mi hermana mayor se liaba a mi mejor ¡Hip!

—¿Qué?

—¡Ah! ¡Que me siento como cuando tenía doc-

—Basta, no grites. Te escuche perfectamente la primera vez.—Su palma se posiciona sobre la boca ajena. —Platícame más sobre ellas.

Dice alejando su extremidad.

—Bueno... ¡Hip! Lo que te decía es que... Mii... Uhm... Mina y Dahyun se liaban cuando... ¡Hip! Éramos más jóvenes... Creían que eran buenas manteniendo lo en se-secreto pero... ¡Hip! Eran malas ocultandomelo a mi...

Su corazón comienza a latir con fuerza desmedida. Entregándole la llave de vuelta a su mente ante su incapacidad para sobrellevar la nueva situación en la que se ve envuelta.

—Eran tan tiernas juntas... Pero ¡Hip! Dahyun terminó tomando una beca de intercambio a Australia y... y... ¡Hip! Tuvieron que separarse... Si tan solo hub... Hubieras estado ahí... ¡Hip! Mina estaba tan destrozada por que la habían separado de su primer amor...—Sus ojos miran a Nayeon y ella la imita. Y le duele ver que a pesar de su gran nivel de alcohol en las venas, no hay ni un rastro de burla o mentira en sus ojos. —P-Pero no le digas a N-Nayeon qué... ¡Hip! Te lo he dicho... Yo creo que las cosas ya quedaron el osado pero... ¡Hip! N-Nadie puede negar que Mina adorará toda la vida a Dahyun y mi hermana aun no olvida sus antiguos sentimientos.

—¡Ahí estas! ¿Por qué te moviste de aquel sillón, Sana? ¡Llevo buscándote minutos!

Sana voltea a verla y le sonríe. —¡Mi omega preciosa, no sabes la alegría que le das a mi corazón cuando me das el placer de verte!

Momo rueda los ojos y acepta el desastroso abrazo qué la alfa le quiere dar, sin embargo, nota el rostro inexpresivo de Nayeon y aquel subir y bajar tan marcado de su pecho.-

Su mirada se dirige en la misma dirección en la que la omega tiene toda su atención y traga saliva.

Por la forma de actuar esta claro que ha llegado tarde y Sana ha dicho de más.

Ahora se encuentra en un dilema. A que bando ayudar.

Solidaridad o lealtad.

qué tal un siglo desde la última vez q me vieron por aquí vea

pero bno volvimos, espero con todo mi corazón poder actualizar más seguido okey

sana tonta, mina estúpida, dahyun diva y potra, momo culera, jeongyeon y jihyo bellas

mis pensamientos sobre este capítulo ↑

les pido perdón, no actualizo y cuando lo hago les traigo drama jaja ni modo tocó soportar

vayan a darse una vuelta por las otras historias, no tardo nada en actualizarlas

si ven un error no duden en comentármelo, si, cambie a rosie por dubu

dedicado a Malyshhk 😽

gracias por seguir aquí, besos en la cola

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