ᘛ𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜14
━━━━━༺𝐺𝑜𝑙𝑑𝑒𝑛 𝑇𝑒𝑎𝑟𝑠༻━━━━
༻~Chiquito, Tell me, What's wrong?~༺
—¡Ja! Pendejo— susurré divertido, después de que el baboso de Rusia se diera en la madre contra uno de los taburetes de la cocina, intentando dejar algún vaso en aquel lugar. El wey, debido a mi burla, me miró entre cerrando los ojos, y sacándome la lengua como si fuera un bebé.
Solo me dió más risa su actitud infantil. Realmente estaba de buen humor pese a lo sucedido hace unas cuantas horas con el británico. Supongo que el haber logrado conseguir que Rusia no quemara la cocina y me ayudara con la verdura para los tacos fue un incentivo a mis emociones para ser positivas en estos momentos. Sin duda un día que no empezaba bien pero que tenía el presentimiento acabaría de maravilla.
—Bueno, ¿Estás listo para incumplir las reglas y huir?—
Pf, obviamente estaba mas que listo, aunque sinceramente me cagaba de miedo el hecho de ver a FBI o peor, a INTERPOL en la entrada del cuartel , descubriéndome y, como dijo Irlanda, matándome de tanto ejercicio impuesto en mi pobre ser.
Ahora, me daba escalofríos pensar eso... Pinche Irlanda me había metido miedo.
—Rusky yo nací listo— aclaré, tratando de sonar bastante seguro y no parecer que las ideas de mi zanahoria amiga se habían incrustado en mi ser.
Rusia solo asintió y me extendió la bolsa con su ropa negra, misma que me pondría para pasar desapercibido en la oscuridad de la noche y no ser tan obvio con el traje.... ¿Quién lo diría? , el traje de camuflaje sería el mismo que podría ponerme a la vista.
—Gracias wey, a ver si no me queda de vestido... Pero igual me lo pongo— me saqué el chaleco y después la camisa del uniforme, agarrando la otra camisa negra de Rusia —Creo que si me va a quedar de vestido ahora que-...— iba a continuar pero al buscar con la mirada a Rusia, me encontré con su espalda y su cara escondida en sus manos cómo los niños cuando jugaban escondidas. No pude evitar no ladear la cabeza sacado de pedo, ¿Estaba llorando?, nah de verdad dudo eso.
—Eh, wey, ¿Tas' bien?— me acerqué a picarle el costado a ver si no se me murió ya. Por suerte, o no, el menso solo se removió dandome a entender que seguía respirando.
—Si pero de pronto te quitaste el uniforme, ¡y sin avisar! Mexika , por favor a la otra dime que me voltee—
Casi sin poder evitarlo sonó de mis labios una risa reprimida, para después dejarme llevar y carcajearme por su actitud... Sin duda era una cajita de monerías este europeo.
Rusia, parecía no entender mi risa pero ni así se destapó la vista.
—Cabrón, ¿Qué tiene que me veas? No estás haciendo nada, y yo solo me cambiaba— me puse su camisa y suspiré, notando que en efecto me quedaba grande. —Aunque si te incomoda está bien— aclaré, desabrochandome el pantalón militar y poniéndome rápido el otro negro.
—Es respeto, solo eso...—
Me encogí de hombros restándole importancia, al fin y al cabo ya estaba todo cambiado y listo para la ilegalidad.
—Esta bien we' ya estoy. Estas bien grande por cierto—
Rusia se destapó los ojos y me miró, siendo esta vez el que riera, seguro burlándose de mi pobre condición.
—¿Ora, de que se rie puñetas?— arquee mi ceja, poniendo mis manos en mi cadera, retante.
—No nada, solo de que te ves más enano de lo que ya parecías... Pero cada quién —
Fruncí el ceño al notar que reprimía sus risas babosas. No me contuve y le di un buen golpe en el hombro para cesar su risa , pero esto solo la incentivó más.
Me lo voy a madrear...
—Ya, ya, se te hace tarde enano, vamos a la entrada y ahí mismo nos vemos de regreso, ¿Okey? Burlar la seguridad no es nada fácil— comentó el alcanza focos, agarrando una gorra negra y colocándosela en su cabeza. Entendía que estaba el miedo de ser descubiertos y más él, que arriesgaba mucho considerando su puesto.
Eso si que se lo agradecería siempre...
Supongo que con unos buenos tacos bastan para agradecer, digo...si a mi me agradecerían así, estaría re feliz.
—Vale Ruso de dos metros, vamos yo te sigo—
Ambos salimos de la cocina y a hurtadillas nos escabullimos entre las altas hiervas hacia la salida mas abandonada del pentágono. En más de una ocasión casi me pierdo, pero por suerte Rusia me tomó de la mano y pudo guiarme entre la noche.
Aunque pensándolo bien, no se cómo es que ve de noche...
En fin, puedo decir con orgullo que no me perdí y ni me caí, aunque si iba de vez en cuando a tropezones.
—Listo, escuchame bien. A las 11 en punto hay un soldado que vigila, me parece que se llama Groenlandia pero que no te engañe, pareciera tener alma de hielo— Rusia, en cuclillas a lado mío, estaba susurrándome las instrucciones como si estuviera pendejo.
Digo, entiendo el peligro, pero también sabía qué había soldados justo en esta entrada y que debía yo ir mas cuidadoso que cuando en la noche robaba comida con mis padres dormidos.
— Pero también está Brasil, hoy le toca turno nocturno y es bueno vigilando... Te recomiendo te vayas por la derecha y ...— Antes de que me siguiera abrumando con más, lo corté , saliendo corriendo de mi escondite siguiendo su instrucción de ir a la derecha.
Puedo jurar que escuché un grito silencioso por parte de Rusky pero la neta ni siquiera voltee, solo corrí a lo animal hasta llegar a una zona donde la maleza se volvía pasto, y sucesivamente pavimento rocoso que indicaba mi salida.
Solo sonreí por ver que a unos kilometros no tan largos se encontraba el pueblo mas cercano.
¡Soy una chingonería!
Definitivamente no me detendría ahora. Simplemente seguí corriendo ignorando mi cansancio, hasta divisar las luces y el olor a comida de dudosa procedencia.
Ah Ruski, ¿Ya viste cómo si pude?
Grité, o mas bien susurré gritando en pánico al ver a ese tarado correr como caballo desbocado hacia la salida. Ni siquiera noté cuando tuvo la intención de correr, pues estaba tan centrado en mi plantación y el cómo explicarla que, cuando Мексика salió volando, yo aun había quedado diciendo dos palabras más.
He de decir, que sin duda .. ¡Está loco ese Mexicano!
Juraría que casi me caigo de tan solo haber intentado inútilmente frenarlo. Mi corazón en mas de una ocasión casi se sale al ver que Brasil CASI lo ve. Por suerte para ambos, Мексика había escapado y no fue visto.
Solo pude divisarlo hasta perderse en el horizonte, siendo difícil para mi distinguirlo por su ropa, o mas bien dicho, por mi ropa negra. Pero de algún modo u otro estaba seguro que llegó a salvo.
Ahora solo faltaba que ese псих regrsara..
Solo hay una cosa que recorría mi mente después de regresar al lado insólito del pueblo para regresar al pentágono, y es que .. ¡La pinche carne olía delicioso!
Me vale madres que tuviera dudosa procedencia, sin duda los pueblerinos de aquí sabían lo que hacían, y por suerte unos de ellos estaba haciendo maciza, esa carne rosita que con su sal y un buen limón sabe a gloria pura.
De tan solo pensar en los viejos tiempos donde allá en mi rancho me chingaba unos buenos tacos de maciza con su juguito de mango, mi boca se hacía agua y mi cuerpo corría con mas agilidad, necesitado de llegar ya y tragarme todo.
Después de correr por unos minutos, vi a Rusia, en la misma posición en la que lo dejé, solo que pareciera irse quedando dormido, tal vez por lo tarde que era.
No pude evitar no reir, pero esto llamó su atención y se despertó de golpe.
—¡Que bueno que llegaste!— me susurró, levantándose levemente , fingiendo que no estaba babeando de sueño.
—Claro que llegué wey, amonos ahora'—
Pero a penas me iba a parar sentí un zape repentino...
—Eso es por salir cómo loco desbocado al peligro y no avisarme o dejarme terminar de hablar— dicho esto él avanzó, dejándome unos segundos atrás pues, estaba procesando el putazo que me dió.
Hm...por esta ocasión lo dejaré pasar...
Después de un rato cocinando los últimos detalles, ambos chicos se decidieron por darse un respiro. Todo en ese lado del comedor estaba limpio, ordenado, con los tacos ordenados y hasta con una pequeña flor adornando esa única mesa iluminada. Se podría decir que ambos hicieron sus mejores esfuerzos por hacer del área un espacio "romántico".
Rusia solo pudo sonreir satisfecho. Para el no se veía nada mal, y estaba convencido de que el canadiense podría caer rendido ante los detalles y muestras de afecto que su amigo le hacía. No sabía mucho de otras relaciones, pero Canadá parecía del tipo que le gustara que tuvieran esos detalles, ¿O bueno, a quién no?.
—Espero no se incendie el lugar con la vela— resonó la voz del mexicano después de un largo silencio, causando una leve risa al ruso. Estaba entre confundido y divertido por aquella sugerente imagen mental. No era que él se esperara que se incendiara todo espontáneamente, eso si sería mala suerte, y sin duda un escenario para nada gracioso si se hacia verdad. Solo que, el simple hecho de lanzar aquel comentario tan espontáneamente era la verdadera razón de las pequeñas risas del ruso.
Después de unos minutos entre ambos, platicando específicamente del platillo de los tacos y cómo fué el origen que el mexicano le contaba a su amigo (mientras este le prestaba suma atención); el eslavo miró la hora, notando que ya habían pasado casi 20 minutos de la hora acordada anteriormente entre los norteamericanos.
Ni siquiera pudo darse cuenta de lo rápido que se pasaba el tiempo cuando se la pasaba a compañía del mexicano, suponía era la inmensa cantidad de palabras que lograba expresar, o su manera de expresarse tan espontánea y y energéticamente que le resultaba distrayente a ese punto.
Pese a que no habían pasado tanto como mas de 30 minutos, al ruso le pareció correcto hacer incapié en la situación.
—No es por presionarte pero, ¿Seguro que le dijiste bien la hora y el lugar? — Rusia miró a quien le hablaba, ladeando levemente la cabeza esperando alguna respuesta de México.
—Claro wey, le mandé por mensaje todo, tal vez se demoró un poco, no seas estresado. Yo me tardo una hora a veces en llegar "temprano" a los lugares
— exageró un poco ante sus horas de retraso, arrugando su nariz ahora preocupado por el paradero del de gorro de mapache, no quería pensar que algo le pasó o que simplemente FBI decidió darle trabajo... Aunque ahora que el lo pensaba, había algo peor, y es que podía estar sufriendo teniendo que ir con su padre Inglaterra.
No, no iba a estresarse...
Esperaría unos minutos mas, tal vez solo se estaba bañando y arreglando y se le fué el tiempo.
—Мексика—
Una voz distante hizo que el susodicho soltara un leve quejido, inmerso ya en una inconsiencia superficial que lo mantenía con los ojos cerrados, la cabeza adormecida y los pensamientos confusos.
—Hey, Мек despierta...—
De nuevo aquella firme voz llamándolo, esta vez acompañada de un tacto insistente pero suave en su cabeza, siendo algún intento fallido por hacerlo despertar, todo lo contrario pues empezaba a volver a perder consciencia entre sus sueños.
Rusia, ya levemente consternado por que el mexicano no despertaba, le dio un leve pellizco en la nariz para que este dejara de estar sumido en sus sueños. Por suerte para él, México se quejó, abriendo un ojo y dándole un manotazo.
—Eh wey deja, si quieres nariz pidesela a Argentina—
México no parecía tan consciente de la posición en la que estaba, o tal vez simplemente no le molestaba estar sentado arriba de la mesa de la cocina, todo "desparramado" con la cabeza totalmente recargada en el hombro del contrario, teniendo su brazo aferrado al ruso como si fuera su peluche.
—Мексика, Ya es tarde— Interrumpió el peliblanco, suspirando pesado al tener él que darle la noticia de la situación evidente al mexicano. —Ya pasaron tres horas y... No ha venido Canadá y sinceramente no quiero dormir el resto de mi noche encima de una mesa de cocina —
México abrió los ojos de golpe, incorporándose, siendo sus ojos los que cayeran en la mesita de enfrente. Esta siendo exactamente decorada como antes, con los tacos ya fríos e intactos, justo cómo los dejó antes de quedar dormido por completo encima de su compañero.
Poco a poco su mirada bajó a la pantalla de su celular, sintiendo los nervios a flor de piel y sus manos temblar levemente.
No había mensaje alguno, ni una llamada perdida o algo que le indicara que el canadiense tal vez se atrasó, o que si quiera podría recorrer la cita a otra hora...
No había nada.
Rusia solo pudo hacer una mueca. No tenía nada que decir, realmente estaba consternado y algo ofendido por que el canadiense no se hubiera acordado, pero al final eran cosas que podían pasar, y esperaba que al mexicano no le afectara.
Lo miró directamente a los ojos, notando la mueca que luchaba por no mostrar tristeza. Pero México era expresivo, y sus emociones, para Rusia, eran en esos momentos fáciles de leer.
—Tranquilo, Мексика no vale la pena que ...— antes de que siguiera con un intento de consuelo, el latino saltó de la mesa hacia el suelo, callando las palabras de Rusia.
—Seguro está ocupado, o tal vez lo agarró el maldito de Inglaterra, si es así debo ir a ayudar— Espetó con esperanza, agarrando su chaqueta militar y poniéndosela. —Quedate aquí para que nadie vea esto, volveré con Can lo mas rápido que pueda—
Rusia quería detenerlo, y decirle realmente lo que pensaba a cerca de aquel plan. Sin embargo quiso ser optimista. Tal vez Canadá estaba en apuros y por eso no había podido llegar. Si era ese el caso, quién mejor que México para ir por el.
Llevaba buscando unos quince minutos entre pasillos, la habitación y oficinas. Pero incluso en esos lugares no había rastro del canadiense. Sinceramente, México empezaba a sentir preocupación por su pecoso, no pudo evitar no empezar a pensar en escenarios desastrosos donde el contrario acabara en una situación desfavorable.
Se estaba estresando, incluso sus pisadas eran mas rápidas y su mirada recorría parte del pentágono con cierta desesperación. Incluso ya se encontraba imaginando cómo se "putearía" a la persona culpable de lo que sea que le pasó a Can.
Siguió indagando en su mente, perdiéndose en un mar de pensamientos hasta que de pronto, cómo una especie de alarma, su cerebro frenó al escuchar a penas un susurro, inentendible pero para él era familiar aquella voz. Solo rezaba por que no fuera FBI, o INTERPOL esperándolo para darle una gran regañada por no estar en su habitación dormido.
Poco a poco, con sus pasos ahora sigilosos, se asomó detrás de la pared del pasillo que giraba hacia una sala de estar común para descansar. A penas sus ojos se asomaron curiosos, cayeron en aquellos cuerpos, de los cuales uno era aquel que llevaba buscando con tanta efusividad hace a penas unos segundos.
No lo pudo asimilar, incluso se quedó congelado unos segundos, sintiendo su cuerpo helarse junto con su entorno.
No, no era verdad...
El latino retrocedió un paso, bajando la mirada instantáneamente al suelo, sintiendo una presión en el pecho que poco a poco lo ahogaba. Su mirada ni siquiera esperó reacción alguna, pues ya se encontraba nublada por las nuevas lágrimas intrusas que le imposibilitaban calmarse.
¿Enserio vió bien?
Quería pensar que no, aquella posición podía simplemente tratarse de un mal entendido justo cómo él se acomodó con su amigo hace unos minutos atrás al ser preso del sueño.
Tal vez era eso, tal vez simplemente aquellos dos chicos, acurrucados lo suficientemente cerca y en una posición demasiado cariñosa para su gusto, realmente solo era un malentendido.
Pero cómo si no fuera suficiente para su salud mental, México volvió a asomarse, esta vez notando algo que definitivamente no pudo ser un mal entendido. El de rizos había besado al norteamericano, y este solo pareció aceptar, sin siquiera apartarse, simplemente cerrando los ojos.
No pudo seguir viendo más, su pobre dignidad le prohibía estar ahí por mas tiempo.
Con el corazón acelerado, las lágrimas a punto de salir y su pecho ahogandolo, obligándolo a sonar mas agitado de lo normal mientras huía corriendo, fue cómo logró dejar esa área atrás, casi resbalandose por la velocidad de sus giros entre los pasillos. Esto hasta que, a tropezones, frenó antes de entrar a la cocina. Tampoco quería ver a Rusia, no quería hacer más el ridículo y menos en frente de alguien que lo ayudó todo ese tiempo con una falsa esperanza. Solo puso suspirar, con fuerza mientras tallaba sus ojos. No iba a denigrar su imagen. Solo siguió adelante tratando de calmarse.
Rusia lo miró a penas este puso un pie dentro del comedor, le iba a preguntar por el canadiense pero cerró la boca de golpe al verlo actuar extraño. Se veía ...Decaído.
—Hey, ¿Todo bien?—
Fue lo único que se le ocurrió preguntar, el contrario asintió y se dirigió a la mesa, quitando la flor mientras la aventaba afuera, seguido con los tacos, listo para aventarlos a algún lugar lejos. Rusia lo notó, y se acercó rápido, agarrando su muñeca para evitar eso.
—Eso definitivamente fue un no— dijo, refiriéndose a que el latino no estaba bien. México rodó los ojos, suspirando pesado sin saber que decir, solo se zafó del agarre del ruso para dejar los tacos en la mesa.
—Si los quieres puedes comertelos, pero están fríos— es lo único que pudo decirle cómo respuesta, agarrando sus cosas faltantes para salir de ahí. Después de que todo estuviera en su lugar, México se salió rápido del comedor, dejando a Rusia con la bandeja de tacos en las manos, viendo en silencio cómo se iba.
Concluyó que definitivamente no había pasado nada bueno, y que el plan había fallado. Pero ver al mexicano así lo dejó algo desorientado, incluso sorprendido, pues no era alguien que mostrara mucho sus emociones negativas.
Tardó unos segundos en seguirlo, no pensaba que era correcto dejar a alguien en su condición solo, podría hacer idioteces o simplemente perderse por ahí. No sabía cómo actuaría su amigo pero tampoco quería dejarlo.
Después de verlo desaparecer detrás de una de las estaciones de vigilancia, el lo trató de seguir, hasta que notó que se había subido a un techo, optando por sentarse con las piernas pegadas al pecho y su cabeza recargada en sus rodillas, sin siquiera voltear a verlo.
Rusia suspiró pesado, y resignado a que tendría que hacer ejercicio esa noche, Se subió con destreza hasta sentarse a un lado de México, en silencio. Por su parte, el latino solo miraba el cielo, evitando contacto visual con el eslavo.
—Мексика..—
—¿Qué pasó?— la voz de México sonaba decaída y sin ganas, aunque aun mantenía por lo menos la desencia de contestar.
—No creo que sea correcto que desperdiciemos comida...— Rusia alzó la bandeja de tacos —Tanto nos costó conseguirlos... Sería una pena que acabaran en la basura, y a parte quiero probarlos— se encogió de hombros abriendo la bolsita para sacar uno, y mirarlo con curiosidad —Si no los quieres está bien, más para mi—
México alzó una ceja, volteando a verlo confundido. Pensó que Rusia lo atacaría con preguntas y lo obligaría a contarle la vergüenza que era ser "el de la friendzone", sin embargo la actitud del eslavo le sorprendió. Pareció no darle importancia a su asunto y en cambio priorizaba la comida.
Curioso...
—Eh..esta bien wey, tienes razón —
México tratando de olvidar por lo menos lo que pasó unos minutos atrás, simplemente agarro uno de los tacos, comiéndoselo haciendo que el Ruso lo imitara torpemente.
—¿Y que tal? — habló con la boca llena, esperando a que el contrario le contestara — Saben menos ricos por que están ya fríos, así que..—
Rusia lo interrumpió a penas pasó bocado —Saben demasiado bien, aunque estén fríos — sonrió ampliamente, alzando su pulgar —Raro que se coman con las manos, poco higiénico pero les da un toque— admitió viendo el horizonte, disfrutando el sabor de la carne combinada con las especias y el limón.
México solo sonrió levemente, comiéndose otro taco en silencio, evitando seguir llenando su mente de pensamientos negativos.
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━━━━━༺𝐺𝑜𝑙𝑑𝑒𝑛 𝑇𝑒𝑎𝑟𝑠༻━━━━
ᘛ𝐴𝑐𝑙𝑎𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠:
ᘛ El titulo del cap está basado en la primera oración de la famosa canción "Chiquitita" de Abba, se las recomiendo mucho. En esta, la artista esta cantándole a su amiga, quien está triste por unas cosillas y le dice que vuelva a bailar y reir, y bla bla. Me gustó por que es la música que más escuche escribiendo este cap, a parte que la letra y el tono (en especial el ending de la canción) le quedaba bastante a mi parecer a ciertas escenas.
ᘛ En defensa de Can, este no dejó plantado a Mex por ser malo o algo así, simplemente estaba triste por la actitud de mierda de su padre y no tuvo más que desahogarse con su amigo, una cosa llegó a otra y cuando la gente esta vulnerable suele perder en cuenta muchas cosas.
ᘛ No se, no me encantó como quedó, lo sentí algo cliché peero ni modo espero no se sintiera tan "lazy writing".
Han sido dias de mrd pero arriba la esperanza abuelita, esta cosa no se va a actualizar sola.
➴𝔖𝔢𝔢 𝔶𝔬𝔲 𝔰𝔬𝔬𝔫 !
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