Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

54 | TENSIONES CRECIENTES

Lauren fue nominada para quedarse con Eddie mientras los demás iban por provisiones, y aunque ella, y Steve, estaban completamente en contra de la idea, la lógica de Connor y Dustin era que ella podía explicarle toda la historia con más detalle de lo que ellos podían porque Lauren era mayor y recordaba mejor. Cuando se fueron, Steve besó a Lauren con demasiada pasión como para haber sido sutil, y una vez que todos se fueron y Lauren estuvo a solas con Eddie, él levantó las cejas.

—Creo que Harrington se siente un poco amenazado —comentó Eddie.

—Cállate —murmuró Lauren, rodando los ojos—. Y agradece que estoy aquí. Podría estar en la cama ahora mismo.

—Pero en lugar de eso estás aquí, conmigo —dijo Eddie.

Lauren negó con la cabeza—. Vamos, siéntate.

—Ah, hora del cuento —dijo Eddie sarcásticamente.

Los dos se sentaron juntos, con las piernas cruzadas en el suelo mientras Lauren le explicaba a Eddie todo lo que podía recordar. No pasó mucho tiempo, y luego se sentaron en un cómodo silencio. Lauren podía sentir que se estaba quedando dormida, pero posponía el sueño por miedo a otra pesadilla. No ayudaba el dolor de cabeza que estaba sintiendo, y Eddie claramente no tenía nada para el dolor, considerando que estaba escondido en un bote.

Era de día cuando escucharon que se acercaba un vehículo, y Eddie reaccionó como un conejo asustado, corriendo hacia la ventana con la botella rota en la mano. Mirando a través del cristal sucio, buscó a los recién llegados, y cuando la puerta se abrió de golpe, tanto él como Lauren casi saltan fuera de sí.

—¡Cielos! —exclamó Eddie.

Dustin levantó un par de bolsas con una sonrisa—. Servicio a domicilio.

Lauren puso los ojos en blanco—. Ustedes son una pesadilla.

Steve se acercó a Lauren, las manos cayendo sobre su cintura mientras la acercaba a él—. ¿Estás bien?

—Sí —susurró Lauren, apoyando su frente contra la de Steve—. Solo estoy cansada. Tengo dolor de cabeza.

—Mierda, ¿has tomado alguna aspirina? —preguntó Steve.

Lauren negó con la cabeza—. No tenía ninguna. Pero estoy bien.

—Si empeora, dímelo —dijo Steve, con los ojos llenos de preocupación.

—Lo haré —dijo Lauren, girándose hacia donde Eddie comía cereal.

—Tenemos buenas y malas noticias —dijo Dustin—. ¿Cuál quieres primero?

—Las malas primero, siempre —dijo Eddie.

—Bueno, las malas noticias —dijo Dustin—: nos infiltramos en la radio de la policía con Cerebro y definitivamente están buscándote. Y están convencidos de que mataste a Chrissy.

—Están 100% convencidos —agregó Max.

—¿Y las buenas? —preguntó Eddie.

—Tu nombre no se hizo público —dijo Robin—. Pero, si nosotros sabemos, es cuestión de tiempo antes de que los demás se enteren. Y una vez que eso se sepa, todo el mundo y sus mamás saldrán a cazarte.

—Cacen al raro, ¿no? —supuso Eddie, su voz temblando ligeramente.

—Y antes de que eso pase, debemos encontrar a Vecna, matarlo y probar tu inocencia —dijo Dustin.

—¿Eso es todo, Dustin? ¿Eso es todo? —preguntó Eddie.

—Sí, eso es todo —dijo Dustin.

—Escucha, Eddie, sé que todo lo que dice Dustin suena como un delirio, y Lauren probablemente suene aún más loca —dijo Robin—, pero ya pasamos por algo así antes. Bueno, ellos ya varias veces, y yo una vez. La mía fue más una cosa de carne humana, y la suya más de humo, pero el punto es que, como grupo, creo que lo lograremos.

—Sí. Usualmente nos ayuda una chica con superpoderes —dijo Steve—, estoy seguro de que Lauren te puso al día, pero sus poderes se fueron, así que...

—Técnicamente, estamos en la fase de proponer ideas —dijo Lauren.

—Proponer ideas —repitió Steve.

—Eh... no hay nada de qué preocuparse —dijo Connor.

—Genial —murmuró Eddie.

El sonido de las sirenas en la distancia inmediatamente puso a todos en alerta máxima, y Robin le hizo un gesto a Eddie—. ¡Tápate! ¡Tápate!

Eddie se cubrió con la lona mientras los demás corrían hacia la ventana. Vieron pasar tres autos de policía, junto con una ambulancia, y Lauren suspiró—. ¿Creen que hay otro cuerpo?

—Solo hay una forma de averiguarlo —dijo Steve.

—Eddie, quédate aquí —dijo Dustin—. Estaremos de vuelta.

—Realmente no tengo otro lugar adonde ir —murmuró Eddie—. Pero claro, lo que sea.

—Volveremos —le prometió Lauren—. No te estreses.

Se amontonaron en el auto de Steve y partieron, siguiendo el sonido de las sirenas hasta que encontraron el camino bloqueado. Steve detuvo el auto y todos se quedaron parados cuando notaron que Nancy Wheeler hablaba con la policía. Cuando vio a Steve, su rostro se transformó en una expresión de alivio y lo saludó sutilmente. Steve correspondió al gesto y Lauren habría sido una tonta si no se hubiera dado cuenta de la forma en que Nancy reaccionó ante la presencia de Steve.

Cuando terminó con los policías, Nancy corrió hacia ellos y se dirigió directamente a Lauren.

—Lauren —susurró Nancy, abrazando a su amiga—. Es tan bueno verte.

—Nancy, ¿qué está pasando? —preguntó Lauren—. ¿Otro cuerpo?

Nancy asintió.

—¿Quién? —preguntó Dustin.

—Fred —dijo Nancy con voz ronca—. El chico con el que trabajo en el periódico. ¿Tienen alguna idea de lo que está pasando?





—Entonces, ¿creen que la cosa que mató a Fred y Chrissy es del Otro Lado? —preguntó Nancy.

—Eso parece —respondió Steve.

—Nuestra teoría es que los atacó con una maldición... o hechizo —dijo Dustin—. Pero no sabemos si cumple la voluntad del Desuellamentes o si solo le gusta asesinar adolescentes.

—Solo sabemos es que esto es algo nuevo —dijo Max—. Es diferente.

—No tiene sentido —dijo Nancy.

—Es solo una teoría —dijo Connor.

—No, Fred y Chrissy. No tienen sentido —dijo Nancy—. Quiero decir, ¿por qué ellos?

—¿Estaban en el lugar incorrecto? —preguntó Dustin—. Ambos fueron al juego.

—Y al parque de remolques —dijo Lauren.

—Nosotros también —dijo Steve en voz baja—. Eh... ¿creen que deberíamos irnos?

—Este lugar tiene algo —dijo Nancy—. Fred empezó a actuar extraño en cuanto llegamos.

—¿Cómo que extraño? —preguntó Robin.

—Asustado —dijo Nancy—, alterado, nervioso.

—Max también vio a Chrissy alterada —dijo Dustin.

—Sí, pero no aquí —dijo Max—. Estaba llorando en el baño de la escuela.

—Los asesinos seriales acechan a sus presas antes de atacar, ¿no? —preguntó Robin—. Así que tal vez Fred y Chrissy vieron al tal "Vecman"...

—Vecna —la corrigieron Dustin y Connor.

—No sé ustedes, pero, si yo viera a un mago monstruoso como ese, se lo diría a alguien —dijo Steve.

—Tal vez lo hicieron —dijo Max—. Vi a Chrissy salir de la oficina de la Srta. Kelly, la consejera. Si vieras a un monstruo, no irías con la policía.

—Nunca te creerían —dijo Lauren.

—Pero podrías ir con...

—Tu terapeuta —terminó Robin.

—Bien, ¿podemos irnos ahora? Porque este lugar me está asustando —dijo Lauren.

—Sí —dijo Nancy—. Vamos.

Mientras regresaban al auto de Steve, Nancy se alejó de ellos y Steve se dio cuenta—. Oye, Nancy. ¡Nancy! Nancy, ¿adónde vas?

—Eh, hay una cosa que quiero revisar antes —dijo Nancy.

—¿Algo que quieras compartir con los demás? —preguntó Dustin.

—No quiero hacerles perder el tiempo —admitió Nancy—. Es un tiro a ciegas.

—Sí, pero, ¿estás loca? —preguntó Steve—. ¿Irás sola mientras Vecna anda suelto? No, es demasiado peligroso. Necesitas... necesitas a alguien —se giró hacia Lauren y le arrojó las llaves—. Toma. Me quedaré con Nancy, ¿sí? Vayan a ver a la consejera.

—¿En serio? —preguntó Lauren—. ¿Me vas a dejar conducir tu auto?

—¿Por qué no? —preguntó Steve.

—Esto es ridículo —dijo Lauren—. No pueden simplemente irse y no decirle a nadie a dónde irán.

—Yo puedo conducir —sugirió Max.

—No, no, no —dijo Steve, señalándola—. Nunca más. Por favor, quien sea menos tú. No —Dustin y Connor sonrieron y Steve negó con la cabeza—. Olvídenlo.

—Está bien —dijo Robin, notando la expresión en el rostro de Lauren—, esto es muy tonto. Nosotras iremos juntas —tiró de Lauren hacia Nancy—. ¿A menos que creas que tienes que protegernos?

Steve no respondió.

Robin tiró de Lauren hacia el auto de Nancy, inclinándose cerca para susurrar—: ¿Qué diablos fue todo eso?

—No lo sé —respondió Lauren, encogiéndose de hombros—. Solo... tienen historia, ¿sabes?

—Él será historia si hace algo con ella —dijo Robin—. He visto suficientes películas para saber cómo esconder un cuerpo.

—Cielos, Robin —dijo Lauren, riendo.

—¡Tengan cuidado! —gritó Steve.

—¡Claro! —dijo Robin—. ¡Adiós, idiota!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro