25
La cosa más interesante que me pasó el día de hoy, fue comer helado con Sandy, sentados en una banqueta y platicando sobre nombres de bebés. Hoy habíamos ido con un doctor para hablar sobre los cuidados que debía tener en su embarazo y afortunadamente ella estaba sintiéndose mejor.
Aún no se le notaba la pancita, eso creía yo, pues no le había visto con ropas pegadas como solía hacer algunas veces. Ahora solo se ponía grandes playeras que le llegaban debajo de las rodillas y eran súper holgadas.
Nos sentamos frente a una tienda de segunda mano, mirando a las personas pasar y pensando que nombre sería más bonito.
─ A mi me gusta el nombre de Melisa.
─ ¿Qué tal Paulina? ─ Le respondí yo.
─ Paulina, suena a chica fuerte y con talento. Paulina, puede ser. Melisa Paulina.
Ambos comimos de nuestros helados y vimos a un auto azúl pasar frente a nosotros, se estacionó cerca de una casa anaranjada junto a la que era una pizzería.
─ ¿Y para niño? ─ Solté yo mirando al muchacho que se movía en el auto, era atractivo y tenía el cabello rojo.
─ Me gusta Kendall. O Salvador, ¿christofer?
─ Me gusta el de Jimin, debería llamarse Jimin. Para ser cool como yo.
Ella golpeó mi hombro y comenzamos a reírnos. Continúe mirando el auto, el muchacho paso un oso de felpa y un ramo de flores hacía la parte del copiloto, luego bajó después de verse en el espejo retrovisor y toco la puerta de la casa anaranjada.
─ Entonces... ¿Melisa Paulina o Paulina Melisa?
─ Ambos suenan bien, no se escucha raro en ninguna forma. Melisa Paulina Joon Smitt. Tus apellidos si son raros, pero tendrá nombre de súper modelo.
Una chica de cabellos rosas salió con una sonrisa y se colgó del cuello del tipo, este mismo le cargó y dieron vueltas riendo. Después la bajo y comenzaron una sesión de besos tiernos y miradas coquetas.
─ Melisa Paulina Joon Smitt.
─ Sandy Joon Smitt, madre de Melisa Paulina Joon Smit. Es bueno tener dos nombres, así puedes escoger cual te gusta más.
─ Como André.
─ Su segundo nombre es horrible. ─ Me burlé.
La chica caminó hasta el asiento del copiloto, el tipo recargado en su auto, mirándole con ternura. Ella notó el ramo de rosas y el peluche, comenzó a leer algo que había escrito en el ramo y tapó su boca por la impresión, después corrió hasta el muchacho y comenzó a besarlo otra vez.
─ André Martín. No es feo.
─En el colegio le hacían burla por ello. Le cantaban martinillo.
─No suena ni remotamente parecido.
Después de mirarnos nos empezamos a reír juntos otra vez.
Subieron al auto, se besaron otro poco y desaparecieron de nuestra vista.
─ De verdad extraño a André, Jimin.
Dejé de mirar la calle para prestar atención a su rostro afligido. Su mano estaba sobre su vientre y lo acariciaba con lentitud, mirando su helado con culpa. Sus peluditas pero delineadas cejas juntas.
─ Yo también, pero no podemos hacer mucho, Sandy. Le hemos mandado muchos mensajes y él solo nos deja en visto. Hemos intentado hablar con él y nos evita.
Ella asintió y me estiró lo que restaba de su helado, a las que yo sabía ya no quería y tenía que comérmelo yo. Porque así era cada que ya no le apetecía un dulce.
─ ¿Por qué siempre tengo que comerme tus babas?
─ Porque me amas. Además, no sé de que te quejas si seguro has probado cosas más impuras que mis babas.
Rodé los ojos y tomé su helado para comenzar a comerlo, rolando entre el mío y el de ella.
Pronto nos cansamos de estar sentados en la banqueta de aquella calle donde habían muchos locales de comida y nos levantamos para irnos a algún arcade. Nuestra diversión duró hasta que el cambió en nuestros bolsillos se desvaneció y solo nos fuimos, listos para volver a casa.
Llegué a la mía con una sonrisa y hombros cansados, con las botas llenas del suelo de las estrellas y los cabellos despeinados, con suspiros ilusionados y un poco de alivio. Porque pasar tiempo con Sandy en el consultorio y hablar sobre bebés había sido un poco aliviador.
─ ¡Llegué!
─ ¡Claro, cariño!
Subí a mi habitación dando saltos en los escalones de dos en dos para que fuera más rápido, la habitación de mis hermanos estaba silenciosa y al asomarme les vi a ambos con la cara metida en algo para no verse. Taehyung en un libro de cuentos y Jihyung en un videojuego.
─ ¿Hermanito?
Ambos voltearon y se miraron con el ceño fruncido, algo como "me habló a mi".
Mi celular vibró en mi bolsillo, lo saqué del mismo y una notificación en grande decía "Golden secret ha actualizado, ¡corre a verlo!", pero esto era más importante que la reseña de un libro o una receta de cocina.
Me adentré a la habitación y me senté en la cama de Taehyung, frente a Jihyung y con Taehyung a mi izquierda.
─ ¿Siguen peleados?
Taehyung volvió a su libro y Jihyung a su videojuego, eso era un claro "Sí y no vas hacernos cambiar de opinión.", suspiré pesadamente y peiné mis cabellos hacia atrás.
─ ¿Pueden prestarme atención por favor?
Ambos suspiraron y dejaron sus cosas como maquinas iguales, como siempre habían sido. Se miraron con enojo por hacer lo mismo y rodaron los ojos.
─ Están peleados por lo que un niño que no les conoce dijo. Sin embargo, ustedes se conocen y aunque tengan el mismo aspecto, son distintos.
Recordé cuando Sandy y yo comenzamos a hablar de los nombres para niñas y niños, cosas banales que cualquiera hace cuando se espera un bebé o quiere bebés.
─ A Jihyung le gusta el azúl mientras que a Taehyung el naranja, a Jihyung le gusta el chocolate mientras que a Taehyung la vainilla, a Jihyung le gusta más estar junto a mamá y a Taehyung con papá. Pero a ambos les gusta ensuciarse en el lodo, a ambos les gusta jugar a indios y vaqueros, queriendo que yo sea el vaquero para enterrarme flechas en el culo.
Ambos comenzaron a reírse y luego callaron abruptamente, se cruzaron de brazos y miraron para otro lado.
─ Mamá les puso un nombre que suena casi igual o que riman. Su aspecto es idéntico a no ser de un pequeño lunar, la gente les confunde. Sin embargo, ustedes son diferentes y lo saben, pero ser idénticos tampoco es malo, ustedes se entienden mejor que cualquiera y tuvieron un regalo único, un amigo, porque son amigos, nacieron siendo amigos y juntos. Los amigos se cuentan con los dedos de las manos y nos los llenan.
Sonreí cuando ellos dejaron de cruzar sus brazos para verse indecisos.
─ Ustedes deciden si quieren ser lo que la demás gente decide que son, ni ese niño, ni su entrenador, la vecina, siquiera yo o mamá tenemos el derecho de catalogarlos de alguna manera. Son libres de decidir quienes quieren y como quieren serlo, su nombre solo es para... Para ubicarlos, para que tengan a donde pertenecer y si no les gusta ese nombre, nombrense ustedes mismos y hagan ver ese nombre con sus acciones.
Era algo que tarde o temprano le tenía que explicar a Sandy, aquello de que los nombres eran lindos pero su hijo iba a decidir si los quería o no como parte de si mismo.
─ No son la copia del otro o la cola del otro, tampoco son maricones o algo así. ¿Ok?
Ellos asintieron con un puchero y se miraron con ganas de llorar, sus ojos aguados y la necesidad de abrazarse palpando en el ambiente.
─ Ahora dejen de pelear y jueguen algo.
Me levanté acariciando sus cabellos, sonreí escondiendo mis ojos en finas líneas y me giré para salir de la habitación en la que estaba, me detuve en el marco de la puerta cuando oí a ambos de mis hermanos decir "lo siento" al mismo tiempo y luego reír.
Negué con una sonrisa porque resultó ser más fácil reconciliarse de lo que esperaba, al mismo tiempo mi madre subía con un cesto de ropa limpia, que resultaba ser mía, llegó a mi, me la entrego y besó mi mejilla.
─ Gracias. ─ Soltó para irse a su habitación con mi padre.
Me encogí de hombros cuando oí carcajadas de ambas habitaciones y continúe caminando en dirección a mi habitación.
El efecto chimchim ataca de nuevo.
Llegué a mi habitación cerrando la puerta, recorrí el espacio tecleando la computadora para que se desbloqueara, dejé el cesto sobre mi cama y saqué prenda por prenda para meterla en mi armario, cuando estuvo vacío me acerqué al computador, me senté en la silla y me jale más cerca. Me deshice de mi chaqueta para dejarla colgada sobre la silla, mientras tanto, google se abría paso ante mi visión.
Mi puntero fue a historial, dio click en el nombre del blog de Neptuno y en correo, abriendo las dos pestañas. Ambas con notificaciones, pero fui directamente al correo y ahí, en letras negritas estaba la respuesta de Neptuno. Entré con la rapidez que mi existencia y el internet me permitieron.
¡Hola, Bigboss!
Realmente lamento tardar en responderte, el correo anterior, solo que me dejaste pensando mucho, en ya sabes, todo esto de los detalles jugosos que me proporcionas con respecto a como te sientes y todo eso. Es decir, me quedé pensando mucho e incluso provocaste en mi una especie de laguna mental de lo grande que había sido, porque quería responderte, claro que quería responderte.
Solo que no sabía como.
Quería darte la mejor respuesta para que te sintieras bien y seguro de continuar con tu vida y vivirla como es debido.
No quería darte una respuesta errónea, tú te mereces solo lo mejor, porque ya estás dando lo mejor de ti en los correos que me envías y sería una completa injusticia que no hiciera lo mismo.
¿Y te digo algo?
Me inspiraste, Bigboss.
No lo tenía planeado y por eso he tardado también, estaba pensando en como hacer esto, porque tú necesitas ayuda y esto es completamente real, no porque sea de ayuda para ti, sino porque también es de ayuda para mi.
Alguien muy sabio dice que uno se vuelve especial cuando cuenta su secreto. Yo tengo el tuyo y tú tendrás el mío, uno de muchos.
Espero en serio ser de gran ayuda y que sigamos hablando mucho. Tus correos me ayudan a saciar mi sed de racionalidad y estupidez al mismo tiempo, en serio me haces reír con comentarios que sacas de repente.
Gracias por todo, perdón por tan poco, Neptuno.
Link: ks773kf#&/?...
Entré al link sin mucho que pensar, con la concentración en el link y en lo que había dicho. ¿Todo lo mejor? ¿Merecía su concentración absoluta? ¿El que entrara en una especie de lugar en donde debía analizar todo?
El link abrió un blog, uno de golden secret que tenía por título "Mi confesión ".
Comencé a leerlo.
Mi confesión.
Sé que todos estuvieron mandando sus confesiones a mi correo, para eso abrí esa sección, para tener más interacción con ustedes. Sin embargo y por celebración del aniversario de Golden Secret, justo para ustedes, también faltó una confesión mía.
Todos tenemos secretos, nos hacemos especiales cuando los contamos.
Vengo a hacerme especial.
Yo cree Golden secret por ¿ocio? ¿Aburrimiento?, un algo para salir de mi vida en donde finjo ser algo que no soy, quería expresar mi pensar sin que nadie supiera mi rostro, mi nombre, mi sexo, nada, solo mi pensar, solo lo que deseaba transmitir. Quería que la gente se enamorada de mi mente, no de mi rostro.
Pero hoy vengo a confesar algo, porque se los debo.
Golden Secret es escrito por Neptuno.
Y yo soy Neptuno.
Soy hombre, chicos. Sí, Neptuno tiene polla y testículos funcionales, hormonas alborotadas y disfruta su vida (aparentemente).
Además de eso y, no me importara que muchos dejen de seguirme, porque mi verdaderos seguidores van a quedarse.
Soy Gay.
Así es, soy hombre y soy Gay.
Y esa es mi confesión ¿mis dos confesiones?
¡El día es hoy!
¡Levantad sus banderas!
¡Salid del closet!
¡Enamoraos de sus almas y corazones!
¡Vosotros hacéis mejor al mundo!
Lo hacéis mejor cuando son vosotros mismos.
Neptuno, hombre gay, fuera.
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