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18

Me removí en el asiento, queriendo que mi polla no se inflara y le dijera hola a Brooke. Me saqué la chaqueta y la coloqué sobre mis piernas. Mis ojos cayeron sobre mis manos en mis piernas.

─ Yo no sabía que Sandy y André hacían esas cosas. ─ Solté.

Me sentí culpable, porque de alguna manera era mi culpa que los dos se hayan alejado de mi y entre sí.

Era extraño, para mi, el darme cuenta que al no querer perderlos, los había perdido.

─ Los perdí. ─ Murmuré.

Una fuerte exhalación vino de Brooke, mis ojos viajaron hasta su rostro, cejas juntas y codos hacía atrás sobre el respaldo del asiento. Su boca estaba hacía arriba, como en reproche y note un lunar bajo de su labio. Lindo.

─ Voy seguido a la biblioteca... ─ Comenzó, intrigandome en el tipo de libros que podría leer un chico como él.

¿Libros de romance?, ¿libros de matemáticas y física?, ¿libros que tienen que ver sobre el kamasutra?

No se ve que no sepa el kamasutra.

Este hombre seguro tiene todas las de ganar en aquello.

Fuck.

─ Comencé a ver a Sandy allí. Ella no se ve bien, Jimin. Ella parece decaída, cansada, no sé, como si tuviera un gran peso encima. ¿Me entiendes?

Entendía.

Completamente.

Me sucede lo mismo, tengo un gran peso encima.

Pero, ¿Sandy que peso podría tener?

─ Y André, creo que desde que Neptuno lo mencionó se siente famoso. Se junta con los mismos patanes que lo trataban mal y para el colmo, trata mal a otros. Justo hoy en la mañana defendí a Baekhyung de él.

Brooke estaba extrañamente alterado, como que no iba en él el estar enojado, el tener esa expresión intranquila en su rostro, en su personalidad. Pero había razón en ello, pues hace unas semanas el había defendido a André de Woonho y resulta que ahora es parte de su clan de idiotas.

─ No lo digo como queja o reclamo. ─ Continuó, llamando mi atención de nuevo cuando había cambiado repentinamente su postura por una más relajada. Su voz más serena. ─ Es para que hables con ellos, yo que recuerde, eran inseparables.

─ Somos amigos desde los vientres de nuestras madres. ─ Solté con un aire de nostalgia.

Me gané una risa de Brooke, una risa ridícula también salió de mi.

─ No seas tonto, hermano.

─ Te hablo en serio, nuestras madres se conocieron en la universidad y desde entonces somos una especie de primos/hermanos. ─ Mis codos fueron a parar sobre la mesa, sentí como mis brazos se contraían en sus músculos y me sentí tonto al querer que se notaran más frente a un hombre completamente hetero. ─ Incluso de niños llegamos a decirle mamá a la mamá del otro por la confusión.

Brooke pareció más interesado en aquello, pues mordió su labios y sus ojos volvieron a tener ese brillo de curiosidad.

─ ¿En serio?, creí que eran mejores amigos, pero nunca pensé que por tanto tiempo. Con razón son uña y mugre. ¿Por qué es que se separaron?

Pensé detenidamente, rememorando aquel día en que comenzamos a separarnos.

─ André y Sandy discuten mucho. Soy yo el que siempre logra que paren sus discusiones y entren en razón. Hubo un momento en el que yo tenía tanto en mi cabeza, que les dije que resolvieran sus problemas solos.

─ Oh.

Nuestras bebidas llegaron, mis manos se deslizaron para tomar la mía junto con el vaso con hielos y servir el líquido café. Brooke me observaba mientras él hacía lo mismo.

La mirada de Brooke siempre se sentía, en el club, en la universidad, cuando estábamos cerca.

Es que el tenía algo en su mirada que me hacía sentir nervioso, como si tuviera el poder de leer mi alma, como si con solo ver en mis ojos, ya supiera todo sobre mi.

─ ¿Hablarás con ellos?

Llevé el vaso a mis labios y el líquido viajo por el cristal hasta encontrarse con mis belfos, humedecerlos y adentrarse a mi boca, viajando por mi lengua, resbalando por mi garganta. La coca-cola es y será mi bebida favorita siempre.

Dejé el vaso en la mesa para encogerme de hombros, llevé mi mirada a través de la ventana a mi derecha; las personas caminaban por la acera y por la acera de enfrente, entrando y saliendo de los negocios.

─ No quiero sonar egoísta, pero tengo problemas conmigo. Siempre estuve preocupando y arreglando sus problemas.

─ Sí, sonaste egoísta. ─ Soltó una risa baja. ─ ¿Qué problema tienes?, tal vez si me lo cuentas...

─ No. ─ Interrumpí. ─ No me mal entiendas, pero esto no es algo que pueda contar a cualquiera. No digo que seas un nadie, pero no puedo ni decírselo a mis mejores amigos.

─ Y si no puedes decírselo a tus mejores amigos, entonces es grave.

Asentí, la comida llegó y puse toda mi atención en los cortes de carne que habían puesto en medio. Se veía delicioso.

[...]

Pasamos la tarde platicando y comiendo lo que él había pedido, conversando cosas triviales, porque el había dicho algo como "A veces hablar de cosas que parecen comunes, hace que reveles secretos íntimos, de forma indirecta. Puede que te sientas mejor."

Y funcionó.

Me sentía más ligero, la compañía de Brooke era agradable, sabía como hacer reír a las personas y su personalidad lograba que todo lo que dijera encajara y sonara bien.

─ Y... ─ Comencé a jugar con el popote de mi malteada. ─ ¿Como se hizo tu banda?, Angel of...Angel from...

─ Angels from hell. ─ Corrigió de inmediato con un aire de burla. ─ En serio eres malo con los nombres, amigo.

Me encogí de hombros con vergüenza y una sonrisa apenada, él suspiró para soltar una pequeña risa, juntó sus labios y los hizo hacía arriba.

─ Supongo que todos los adolescentes llegan a tener el sueño de ser grandes rockstars. ─ Dijo.

Su teléfono vibró en la mesa y su vista fue en dirección a él, estaban llamándole, mantenía un ritmo constante de vibraciones y un número no agendado brillaba en blanco, sus cejas se juntaron leyendo el número. Lo tomó entre sus manos, anillos tocando el material y rodeándolo con dedos largos.

─ Voy a contestar, vuelvo.

Asentí, se levantó y caminó con pasos lentos pero largos hasta salir del lugar, vi la figura de su cuerpo dándome la espalda. Suspiré sabiendo que si seguía observando miraría su trasero y sería mal camino tanto para mi como para mi amiguito ahí abajo.

¿Qué?¿también quieres ver?

Negué con la cabeza y busqué mi celular en mi bolsillo de la chamarra, lo saqué para presionar el botón de bloqueo y ver distintas notificaciones.

Vídeos de youtube.

Notificaciones de instagram.

Facebook.

Whatsapp.

Desbloqueé el teléfono y abrí whatsapp, el chat de mi madre estaba al principio, lo abrí y leí sus mensajes.

Mamá Oso.

Sandy llamó diciendo que no
te habías sentido bien en la
universidad. Que si ya habías
llegado a casa.
12:34 p.m.

¿Dónde estás?
12:34 p.m.

Por favor, Jimin. No vuelvas
a hacer lo de la vez pasada.
12:34 p.m.

Lo siento, mamá.
02:45 p.m.

Sí, estuve un poco mal en la
universidad, pero estoy mejor.
02:45 p.m.

Brooke me sacó de la universidad,
salimos a comer y conversar. Estoy
con él justo ahora. No sé donde es,
pero parece un pueblo.
02:46 p.m.

¿Brooke?
02:46 p.m.

Sí, Brooke.
Con el que me quedé a dormir
ese día en que me perdí sin decirle
a nadie.
2:47 p.m.

Aaaaah
2:47 p.m.

Entonces te dejo, solo no
llegues demasiado tarde a
casa.
2:47 p.m.

Tu padre sigue molesto.
2:48 p.m.

Sí, mamá.
Lo prometo.
2:49 p.m.


Ahora.

¿Mi madre acaba de dejarme a mi merced con un desconocido para ella sin hacerme un cuestionario de 100 preguntas incluidas fotos y tipos de sangre más la ubicación de un hospital cercano a mi?

¿Será que ya confía en mi siendo mayor?

¿Esto es como esa cosa de tira y afloja?

Junté mis cejas negando y salí de las aplicaciones para ver el menú de las mismas en mi celular.

¿Cómo descubriste que eras gay? ¿Y cómo marca una diferencia en tu vida?

De: thebigboss

Para: neptunoinyourarea

Asunto: [Sin asunto]

Creo. No. Tienes razón.

No vería rostros, pero si cantidad y si veía comentarios negativos, yo posiblemente me hubiera acobardado más en decir la verdad sobre mi. En contar lo que me gusta.

Y , Gay no es lo que soy, es parte de lo que soy, de lo que me gusta. Aún así, sinceramente me parece algo injusto tener que "revelarme", que no les parece normal, pero ¿en serio tengo que dar explicaciones?

Mis padres son de este tipo de padres que buscan la razón de todo. Y si ellos no me corren de la casa con la idea de que soy un fenómeno pervertido, entonces me harán un cuestionario completo, uno muy incómodo que me hará enojar.

Porque se que mi temperamento es increíble, aunque la paciencia es una virtud en mi. Pero, cuando diga que soy gay, no habrá paciencia, la habré consumido toda en esa momento, en el valor.

Dejé de escribir y guardé el borrador cuando vi la figura de Brooke
por mi vista periférica, apoyo sus manos en la madera de la mesa y se dejó caer lentamente.

Una sonrisa nuevamente en sus labios, expresión completamente relajada. ¿Cómo es que el podía verse en completo control, paz y felicidad?

─ Bien. ─ Tomó su vaso y llevó el popote a su boca, después de tomar un poco y pasarlo, me miró. ─ Tengo un pequeño problema, así que no podremos continuar juntos por más tiempo. Aunque, te tengo una buena noticia. ─ Soltó y puso las yemas de sus dedos sobre la mesa. ─ Habrá una fiesta este sábado, ¿quieres venir conmigo?

La pajilla volvió a sus labios y la succión se observó en su expresión, sus labios alrededor de la pajilla. Sus ojos entretenidos sobre mi.

Una fiesta.

Con este chico atractivo.

Neptuno había dicho algo sobre investigar bajo del agua, conocerme a mi, conocer lo que soy y quiero para obtener el valor de luchar sobre ello.

Mi teléfono vibró en mis manos, una mirada rápida me mostró que era un nuevo mensaje, uno por parte de Sandy, un "3312".

El 3312 es una alerta que se vio en la película de Monsters Inc, cuando a un monstruo se le vio algo del mundo humano, dos veces. Es la película favorita de los tres en cuestión a nuestra infancia, André y yo concordamos siempre que Sandy se parecía a Boo y a cuestión de eso, duramos cuatro años disfrazandonos de los personajes; Sandy de boo, yo de "Gatito" y André del pejelagarto.

El 3312 lo habíamos mantenido como una alerta entre nosotros, una emergencia importante, la importancia crecía al pasar de los años. Tenía tres años que ninguno de nosotros proclamaba un 3312.

─ ¿Entonces? ─ Preguntó Brooke.

Levanté la mirada y sus cabellos rojos se deslizaron por su frente cuando se recargó hacía atrás para buscar su billetera.

─ Claro. ─ Respondí.











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