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xxiii. again and again

La noche comenzaba a caer, Martin y Simone se habían marchado minutos atrás, y Cassandra otra vez fue abandonada por un Andersen.

Cuando comenzó a admitir sus sentimientos por Rasmus Andersen pasó por un infierno, nunca antes se había sentido tan vulnerable ante una persona pero una vez que lo hizo se sintió tan bien.

Ahora que admitía a Simone que la quería como una hermana después de todas las cosas a las que habían sobrevivido juntas, sentía que ella había tomado sus sentimientos para pisarlos y no importarle una mierda.

─Oye ¿Vienes a cenar? ─Daniel buscaba a Cassandra.

La chica se encontraba mirando aquella flor que tenía el antídoto para el desastre que era el mundo, pero ahora ya no podían usarla debido a que había muerto junto a aquellos niños.

─En un minuto. ─respondió la rubia sin siquiera mirarlo.

Daniel estaba dispuesto a voltearse y marcharse, pero lo pensó un segundo y se quedó justo donde estaba. No quería dejarla allí sola, ya estaba oscureciendo y sabía de la pelea entre Cassandra y Simone.

No sabía cómo empezar correctamente una conversación con Cassandra, porque lograba intimidarlo además de que no la conocía casi nada.

─Sabes cuando era pequeño recuerdo haberme metido en una pelea con mi mejor amigo. ─dijo tomando asiento junto a ella. ─siempre peleábamos, pero era algo momentáneo, solo que está vez estuvimos sin hablarnos por días y luego fueron meses.

Cassandra miraba a sus manos, que descansaban sobre su regazo, sus ojos estaban rojos por haber estado llorando. Se sentía ridícula, mendigando amor de una persona a la que claramente no le importaba.

─Una vez que terminamos la primaria no volvimos a vernos, íbamos a ir a las mismas secundarias pero eso nunca pasó, hasta hoy me sigo preguntando si es que sigue vivo. ─el tono de voz de Daniel había decaído notoriamente.

─¿Eso que tiene que ver? ─pregunto por primera vez Cassandra mirándolo a los ojos.

El chico vio en sus hermosos ojos azules hinchados por el llanto, Daniel mentiría si dijera que Cassandra no le parecía hermosa, recién la conocía pero se sentía extrañamente cercano a ella.

Con su mano acunó la mejilla de la chica, antes de ver como soltaba una lágrima y limpiarla con su pulgar, Cassandra cerró los ojos disfrutando de la sensación, aunque en ese momento se estuviera imaginando a otra persona a su lado.

─Porque tienes que saber que si amas a alguien debes pelear por esa persona. ─murmuro Daniel. ─haces lo imposible por hacérselo saber, Simone se fue, pero al menos tú fuiste lo suficientemente valiente para confesarle como te sentías. Nunca debes avergonzarte de querer a alguien, Cassandra.

─Solo hice el ridículo ahí afuera.

─No, no fue así, fuiste valiente.

Cassandra no se lo espero, pero justo como la noche anterior, Daniel la abrazó y se sintió bien con aquello.

En cierta manera no podía dejar de pensar en Rasmus, se sentía culpable de estar con otro chico que la hacía sentir tan bien, porque ella amaba a Rasmus pero desde hace tiempo que lo único que le causaba era dolor a su corazón.

Le había dado sus sentimientos en bandeja de plata y Rasmus los tomó sin saber que con eso se llevaba una parte esencial de Cassandra.

Poco a poco fue separándose de Daniel y sin querer sus rostros quedaron extremadamente cerca, sus miradas se unieron y el chico miro a los labios de Cassandra, y cuando comenzó a acercarse ella no se alejó.

Cerró sus ojos en espera del contacto, pero este nunca llegó, al contrario. Una cálida sensación la inundo cuando los labios de Daniel se estrellaron en su mejilla. Y abrió sus ojos.

Pero lo que vio fue más impactante que el momento que estaban teniendo.

─Daniel, Daniel. ─lo llamo tocándole el hombro y él se separó rápidamente. ─mira eso.

El chico se volteó para mirar a donde Cassandra señalaba y tuvo la misma sorpresa que la chica al ver como el césped estaba de color negro ¿Cómo el virus había llegado allí?

─Imposible. ─murmuro Daniel.

• • •

El virus había llegado a donde se encontraban y todos estaban enloqueciendo preguntándose como lo había hecho, y cierta chica sabía la respuesta claramente.

─¿Martin tiene el virus? ─pregunto Kira una vez más tratando de entender bien lo que decía Cassandra, ella asintió. ─¿Por qué no dijiste nada?

Los presentes la miraban expectantes, estaban rodeándola como si hubiera cometido el peor crimen de su vida y sus miradas la ponían nerviosa.

─Perdón estaba ocupada arrepintiéndome de sentir cariño por una persona que me abandonó. ─dijo Cassandra cruzada de brazos.

─Tenemos que hacer algo, Simone se fue con Martin creyendo que su hermano había cambiado. ─hablo Daniel.

La rubia asintió.

─No, tú no. ─Kira la miro seriamente y con su dedo índice le dió un golpe en el pecho a Cassandra. ─ya has hecho suficiente.

Kira podría ser parte del grupo pero para la rubia seguía siendo una extraña por más de haber pasado tanto tiempo a su lado.

─Tócame otra vez y te terminaré. ─dijo Cassie llamando la atención de los demás.

─Quiero verte intentarlo. ─Kira no se iba a dejar intimidar por una niñita.

Daniel se puso entre medio de ambas, para que no comenzaran una pelea justo ahora.

─¡Suficiente! ─el grito del chico las hizo mirarlo. ─no es momento para que ustedes dos se revelen, debemos ir por Simone, ahora.

Cassandra se alejó de allí, tratando de calmarse para no volver y hacer algo que claramente iba a terminar mal. Trato de pensar en otra cosa.

Una vez que su vida se había resuelto mínimamente, cuando estaban en la base, llegaron ellos y luego murió Jakob. Una vez que dejó de sufrir la muerte de su hermano, se enamoró de Rasmus. Una vez que aceptó sus sentimientos por Rasmus y ambos estaban juntos, todo exploto y él se fue con Sten, eso fue la peor de las traiciones. Oh, y Sarah había muerto pero en realidad no estaba muerta.

Pasó tres meses con un grupo en el cual no se sentía para nada integrada, salvo por Patrick, buscaron una salida para cruzar el muro pero todo del otro lado estaba muerto. Se volvió a encontrar con Rasmus pero ahora esta cegado de poder.

Y por último, pero no menos importante, Daniel la estaba confundiendo tanto. Se preocupaba por Simone, y Cassandra había dicho que él estaba atraído por ella y en ningún momento lo negó, pero luego le besa la mejilla y con su tacto la hace sentir bien. Era todo tan extraño.

─Cassandra. ─había estado caminando por el bosque durante minutos.

El resto venía detrás de ella, todos buscando a Simone, menos los padres y hermana de Daniel.

─¿Qué? ─dijo la rubia molesta.

─No los dejes ganar, sabes que eres mejor que...

─Cierra la boca, Daniel.

La interrupción y palabra de la chica lo sorprendieron, se preguntaba que había hecho para que lo tratara de esa forma.

─¿Por qué me hablas así? ─pregunto, poniéndose a su lado para seguir el camino.

Cassandra miro a sus pies, luego al cielo, y finalmente se atrevió a ver al chico a su lado.

─Porque me confundes, y no me gusta estar confundida. ─confesó la rubia.

Daniel se quedó en silencio, buscando una respuesta decente para la chica. Como le decía que ahora estaba atraído a ella, porque sabía de Cassandra y Rasmus, pero cuando la rubia se abrió con él se sintió distinto. Sentía que debía protegerla de todo y todos.

─Cassie, yo...

─No me digas, Cassie. ─lo cortó la chica.

Así le decían Rasmus y Sarah.

Daniel abrió la boca otra vez para responder, pero fue cortado por un grito que hizo que todos se pusieran atentos y cuando volvieron a oír el mismo grito se le pusieron los pelos de punta.

─¡Martin! ─era el grito de Simone.

El corazón de Cassandra se detuvo por un segundo, la Andersen sonaba aterrorizada por la forma en que gritaba.

Y cuando la encontraron, la escena frente a sus ojos fue de pura sorpresa. Simone lloraba sobre el cuerpo sin vida de Martin, él había muerto.

Daniel tocó el hombro de Cassandra al verla parada en su lugar estática ante la situación, pero ella lo empujo antes de ir junto a Simone.

Tomó la mano de la rubia y la abrazo desde atrás, oyendo sus sollozos y como se rompía bajo su tacto. Cassandra estaría junto a Simone, por más que ella la alejara.

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