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vi. he found us

─Cassandra.

─Fie. ─sinceramente Cassandra no esperaba volver a hablar con ella durante un largo tiempo.

Luego de la muerte de Jakob decidió que tomaría un poco de distancia con la mujer, debido a la relación que había mantenido con su hermano mayor. Porque Sarah y Cassandra eran de las pocas personas que sabían de aquel secreto.

─¿Cómo estás? ─preguntó Fie con una sonrisa en su rostro.

─Bien. ─la respuesta de la rubia sonó más como una pregunta en lugar de una afirmación.

Fie la miró a aquellos ojos azules tan profundos que tenía, Cassandra siempre había logrado intimidarla por más que fuera mucho más menor que ella, el solo saber por lo que había pasado y lo que había hecho le ponía la sangre helada.

Mientras que Cassandra sentía mucho respeto hacia ella y su trabajo, nunca se molestó por lo que sea que tenía su hermano con Fie, porque al fin y al cabo era algo de ellos.

─Sabes quería hablar contigo. ─Fie se paró al lado de la rubia.

Cassandra se encontraba en la azotea vigilando el territorio, había vuelto a su rutina después de unos días.

─¿Sobre que?

─Desde que Jakob murió me estuviste evitando.

Los orbes azules de la rubia se cristalizaron ante la mención de Jakob. Podía haberlo superado en su interior y creía que estaba lista para hablar de él con alguien que no fuera ella misma, pero esa era la primera vez que lo nombraba alguien más y una punzada aterrizo en su pecho.

No podía llorar, era como si las puertas que dejaban correr el agua por sus mejillas se cerraran en el último momento.

─Te he estado evitando, Fie, sí. ─Cassandra miró a la castaña a su lado.

Fie miró con pena a la niña frente a ella y la abrazó lentamente, sus manos se unieron detrás de la espalda de Cassandra e hizo presión allí para atraerla más hacia ella.

Debía hacer las cosas con lentitud porque después de todo por lo que había pasado la rubia siempre le era difícil mantener contacto con otras personas, y esa era la primera vez que le daba un abrazo.

Cassandra le correspondió lentamente y muy en el fondo de sí misma sintió como si algo se rompiera y dejara un poco más en el pasado a la niña dorada que Sten habían apartado de su familia.

Lentamente ambas se separaron.

─Debo irme, iré a vigilar los alrededores a pie. ─la rubia sujetó el rifle automático que llevaba colgado de un hombro y le dirigió una mirada a Fie. ─¿Te veo más tarde?

La científica simplemente asintió y vio como la rubia se marchaba a la lejanía hasta que al fin dejó de ver su cabellera. Justo en el momento en que Cassandra desapareció de su vista las nauseas volvieron y esa vez no contuvo el vómito.

Cassandra se dirigió al exterior de la base y comenzó a dar vueltas alrededor de esta, no se apartaba mucho del lugar por si ocurría algo y no lograba llegar a tiempo. Perder a más personas no era una opción y mucho menos a su hermana, Sarah era lo único que le quedaba.

Desde las alturas de la azotea había visto a Jean y Lea hablando cerca de donde se encontraba ahora mismo, pensó en pasar a ver como estaban ya que con ninguno de ellos había hablado aún.

Cuando de la nada apareció una caja negra en los cielos siendo elevada por una especie de paracaídas. Rápidamente la apuntó con su arma y al no notar nada extraño reviso sus alrededores. Vio donde la caja aterrizó y salió disparada hacia allí.

Al llegar al lugar se encontró con Jean y Lea, justamente ellos también habían visto lo que había pasado y fueron tras el objeto.

─¿Qué es esto? ─preguntó Jean nervioso mientras acomodaba sus gafas.

─Que diablos. ─la presencia de Cassandra asustó a ambos rubios.

La rubia se acercó un poco más a aquella caja negra y de la nada una luz azul salió de esta con la forma de un hombre, era un holograma. Y no era cualquier hombre, sino que se trataba de Sten.

Cassandra se quedó paralizada al ver la figura de Sten prácticamente frente a ella, no esperaba y si lo hacía estaba dispuesta a darle un disparo en el corazón.

Lea tapo su boca con una de sus manos ante la escena, Jean había caído al suelo en un segundo y Cassandra había dejado caer su arma.

Luego de oír lo que Sten quería decidieron llevar la caja adentro y reunir a todos para que pudieran saber lo que estaba pasando.

Los hemos estado buscando. ─el holograma de Sten habló. ─sabemos dónde están, ya no pueden ocultarse. Quiero a Rasmus, tiene el virus y los matará a todos. Sé cuanto han sufrido, le pondremos fin, déjennos tomar el control. También quiero de vuelta a Cassandra. ─todos en la sala dirigieron su miraba a la chica, que por primera vez en años lucía aterrada.

La sangre de Cassandra se había helado por segundos, las palmas de sus manos comenzaron a sudar, su pulso se aceleró y todo eso fue en cuestión de segundos al oír las peticiones que Sten tenía. Prefería morir antes de volver a Apollon.

Si no los entregan voluntariamente entraremos y los buscaremos nosotros. Pero si colaboran, les ayudaremos a extraer las cápsulas del cuerpo y podrán abandonar la zona. Resistánse y morirán, tienen veinticuatro horas para entregar a Rasmus y Cassandra.

Al finalizar el holograma se apagó y todos se miraron fijamente. Excepto Cassandra que salió lo más rápido que pudo de aquella habitación.

─¡Cassandra! ─el grito de Martin no la detuvo.

Debía mantener la calma.

• • •

─Cuéntame sobre esto. ─el objeto entre las manos de Cassandra estuvo a nada de resbalar por sus manos temblorosas.

De no ser por la agilidad de Patrick al sostener aquella arma en la que aún seguía interesado probablemente de habría hecho añicos.

─Nada nuevo, solo lo que sabes. ─el hombre notaba el nerviosismo de la rubia pero no quería mencionar nada hasta ahora. ─¿Estás bien, rubia?

La chica asintió frenéticamente y eso solo sirvió para que Patrick se preocupara un poco más por la chica. En los últimos días habían aprendido a convivir más y tratarse mejor, ya no eran como gato y perro.

─Sten sabe donde estamos y me quiere devuelta. ─confesó Cassandra tras unos minutos de silencio mientras caminaban sin rumbo.

─Yo... no sé qué decir. ─Patrick se había quedado sin palabras en un segundo, para él era nuevo esto de tener otra amiga ya que solo contaba con Martin desde hace tiempo.

Noto que sus palabras habían puesto de los pelos a Cassandra y detuvo su paso para poner una de sus manos en el hombro de ella y mirarla fijamente.

─Ese idiota no se acercará a ti.

─Gracias, Patrick. ─una sonrisa trató de aparecer en el rostro de la rubia, sin embargo, todo lo que le salió fue una mueca.

Siguieron su camino cuando de repente un hombre vestido en un traje verde se cruzó en su camino, cuando el extraño notó a los jóvenes no dudo en correr.

─¡Oye!

─¡Maldición!

Tanto Patrick como Cassandra salieron corriendo tras aquel tipo, lo atraparon justo antes de que pudiera escapar de su alcance.

La rubia le propinó un golpe en la mejilla cuando vio que se resistía ante los movimientos de Patrick, pero aún así siguió luchando hasta dejarlo en el suelo. Ahora la que recibió un puñetazo fue Cassandra y el extraño salió corriendo.

Nuevamente salen tras él, no podían dejarlo abandonar el lugar así nomás, necesitaban averiguar porque se encontraba ahí y como había logrado entrar. Con Sten pisándole los talones suponía que era uno de ellos.

─Ve por allí y yo por aquí. ─ordenó la rubia. Patrick obedeció.

El extraño había desaparecido de sus vistas y separarse hasta encontrarlo era un buen plan.

Sin embargo, toda la diversión de acabo cuando sintió unas manos en su cuello que poco a poco iban cortando su respiración y sus pulmones dejaban de recibir aire. Logro voltearse y separarse del hombre.

Hasta que este se tiró sobre ella y comenzó a golpearla repetidamente en el rostro hasta dejarla casi inconsciente, en ese mismo instante volvió a dirigir sus manos ásperas al cuello de la chica para terminar con ella de una vez.

Y de la nada un cuerpo se tiró sobre él logrando sacar su peso de encima de la rubia prácticamente inconsciente. Patrick dejó puñetazos en cualquier parte del cuerpo y rostro que podía de aquel sujeto.

Cuando noto que no podría levantarse por unos minutos se acercó a Cassandra.

─¡Rubia! ¡Despierta! ─le gritaba Patrick a la chica mientras le daba golpecitos en el rostro tratando de no tocar los moretones que comenzaban a formarse.

─¡Eh, tú! ─una tercera voz se hizo presente, el hombre que había golpeado a Cassandra segundos atrás ahora estaba de pie.

Tomo el arma que Patrick había dejado cerca y trató de utilizarla, sin embargo, nada salió de esta porque no tenía más cargas.

─Esta vacía. ─mencionó Patrick mirándolo seriamente.

Al ver que comenzó a buscar algo en su bolso se puso de pie y trató de correr hasta que recordó a la rubia en sus pies que aún seguía dormida.

Tomo a Cassandra por sus brazos y la arrastró junto a él hasta cruzar alguna especie de puerta rara que estaba en el techo. Presiono el botón rojo que estaba en la pared a un lado de él y en ese instante una gran puerta amarilla aterrizó contra el suelo dejándolos separados del hombre que tenía el arma.

Justo en el momento en que quedaron separados el extraño había disparado, se quedó mirando atónito la situación hasta que un sonido insoportable inundó el lugar.

Era tan abrumador que podía sentir como su interior se desgarrada poco a poco hasta quedar también inconsciente, cosa de la que Patrick no se salvó. Así que ahí estaban los tres cuerpos inconscientes en el suelo y aquel espantoso sonido de fondo.

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