Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

iv. two killers

El cantar del viento inundaba los oídos de Cassandra como si todo el ruido del mundo hubiera desaparecido, era como si no pudiera sentir nada más que dolor.

Miraba las tumbas de su hermano y uno de sus amigos con aquellos orbes azules que le robarían el aliento a cualquiera, pensando porque eso tendría que haberles pasado a ellos que solamente buscaban acabar con todo lo malo que quedaba. Si tuviera que elegir hubiera preferido mil veces estar ella en lugar de Jakob y Anders.

Sus ojos estaban rojos a causa de las ganas que sentía muy en el fondo de su corazón por llorar pero las lágrimas simplemente no salían de estos, era como si su cuerpo hubiera bloqueado está acción.

Hasta que sintió una mano en su hombro y se volteó con agilidad quedando a espaldas de esa persona y aprisionando sus manos detrás de su espalda.

─¡Tranquila! ─el movimiento que realizo la chica había logrado sorprender al hombre, que en definitiva no se lo esperaba.

Cassandra lo soltó al notar que solamente era uno más de aquel grupo, pensando que su hermano seguiría vivo si no fuera porque abrieron sus puertas a extraños. Patrick toco sus muñecas, que habían quedado rojas por la fuerza que ejerció la rubia.

─Solo quería saber si necesitabas algo. ─murmuro el castaño mirando a Cassandra con el ceño fruncido. ─esto es lo que gano por preocuparme por la gente. ─rezongó de mala gana.

Cassandra lo miro a los ojos y en cuestión de segundos noto que su presencia allí no era solamente para ver cómo se encontraba, estaba a punto de pedirle algo.

Habían sido incontables las veces en que Sten había llegado a ella hablándole de una manera amigable y preocupándose por su bienestar en Apollon, aunque era verdadera la preocupación de aquel hombre, para luego ordenarle que hiciera esto y aquello.

Sten se ocultaba bajo una máscara que fingía importarle los sentimientos de la niña porque lo que realmente quería era que fuera la mejor como estaba destinada a ser.

─¿Qué quieres realmente, Patrick? ─pregunto de mala gana Cassandra.

─Martin y Simone irán en busca de algo importante a su antigua casa, algo que quizá logre sacar el virus de Rasmus. ─a medida que el chico iba hablando rascaba su nuca como si estuviera nervioso. ──¿podrías ir con ellos?

La pregunta tomo por sorpresa a Cassandra, sin embargo, sabría que responderle a la perfección y no podía creer que estuvieran pidiéndole ayuda cuando uno de ellos mato a las pocas personas que aún quedaban en la base. Puede que Rasmus no fuera el culpable y en realidad habia sido el virus, pero eso no le interesaba porque necesitaba alguien a quien culpar.

─No. ─volvió a voltearse y tomo asiento a un lado de donde estaban enterrados los dos hombres. ─y esa es mi respuesta definitiva, suerte.

─Pero...

─¡Déjame sola! ─la rubia se hartó y se puso de pie en segundos. ─bien, gracias.

El hombre vio como Cassandra se marchaba y con cada paso que daba se iba haciendo más pequeña a su vista mientras que ella estaba conteniendo sus ganas de volver a donde estaba y darle un puñetazo en el rostro.

Ella misma de se daba cuenta de que tampoco era culpa de Patrick lo que estaba sucediendo, pero no podía evitar querer descargarse con alguien, y él era el único con el que había hablado ese día.

Entro a la base nuevamente y cuando iba rumbo a su habitación se detuvo antes de entrar, recordaba todo lo que pasaba allí dentro y no atrevió a dar un paso más. No quería nuevamente saturar su mente con aquellos pensamientos que la atormentaban desde el día en que fue arrebatada de su verdadero hogar y familia.

─Hey ¿Estás bien? ─la voz detrás de ella la asusto, sin embargo, no reacciono como lo había hecho con Patrick.

En su campo de vista aparecieron Simone y Martin. Tenían ropa nueva que seguramente habían tomado del depósito como ella les dijo y de sus hombros colgaban mochilas, estaba a punto de irse.

─Sí, perfecta. ─mentira

─Patrick te dijo... sobre eso. ─cuestiono la rubia frente a ella.

─Sí, él hablo conmigo. Es un poco insensible de su parte pedirme eso cuando mi hermano murió hace unas horas por culpa de uno de los suyos ¿Cierto?

No los dejo responder y se fue de ahí.

Iba camino al lugar donde siempre estaba Sarah hasta que oyó el ruido de cosas estrellándose contra el piso, o más bien alguien tirando esas cosas, decidió seguir aquel sonido y la escena frente a sus ojos nuevamente la dejo aturdida.

Corrió lo más rápido que sus pies le permitían. Esa especie de humo emanando del cuerpo del chico había logrado espantarla por completo pero al ver la puerta de aquella habitación abierta, donde se suponía que Rasmus permanecería encerrado, y a Sarah acercándose peligrosamente a él no puedo evitar que le llamara la atención.

Los gritos del chico pidiéndole a Sarah que se alejara no pasaron desapercibidos por Cassandra y cuando por fin estuvo junto a su hermana menor la tomó por los brazos bruscamente para sacarla de aquella habitación lo más rápido que podía.

─¡Sarah! ¡Estás loca! ─Cassandra comenzó a tocar el rostro de la rubia menor en busca de alguna herida.

─¡Necesito que me mate! ─Sarah se retorcía entre los brazos de su hermana en busca de su liberación. ─¡Que haga los mismo que le hizo a Jakob!

Cassandra oía cada palabra que salía de la boca de su hermana menor y no lo podía creer, se suponía que ahora era tiempo para que estén más juntas que nunca y Sarah en lo único que pensaba era suicidarse.

─¡Cálmate! ¡No dejare que hagas eso, primero pasas sobre mi cadáver!

Al final Sarah termino rompiendo el llanto sobre los brazos de su hermana mayor, Cassandra acariciaba su cabello sin despegar su mirada gélida de Rasmus que se encontraba sentado contra una pared y su mirada fija sobre las hermanas.

Cuando logro que Sarah se calmara la llevo a su habitación improvisada en aquel lugar que estaba a parte de la base y se quedó con ella hasta que pudo dormirse, apenas recordaba los viejos tiempos donde ambas dormían juntas.

Por más que Cassandra solamente era mayor que Sarah por un año siempre se había comportado más madura y cuidado de ella sin problemas.

─Cassie, tengo miedo. ─una de las pocas que aun perduraban en su memoria era como Sarah aparecía en su habitación en medio de la noche cuando las tormentas azotaban la ciudad.

─Puedes dormir conmigo.

Y Cassandra siempre le dejaba un lugar en su cama sin importar que sucediera.

Horas más tardes salió de allí en busca del chico rubio que había irrumpido su hogar junto a su grupo. La noche ya había caído y suponía que Simone y Martin deberían estar de regreso muy pronto. En el lugar no se podía escuchar ni ver una sola alma, deberían de estar todos durmiendo a ese punto.

Y cuando llego a donde Sarah había intentado terminar con su propia vida se sorprendió al ver que la puerta esa seguía abierta y Rasmus seguía en tendido en el suelo.

─¿Cómo está ella? ─pregunto rápidamente el rubio en cuanto noto la presencia de Cassandra.

Se había puesto de pie en un segundo y se acercó tanto a la rubia que ella retrocedio por inercia, tal y como la primera vez que se vieron.

─Te odio. ─las palabras de Cassandra hicieron que el chico se sintiera mal consigo mismo. ─te odio tanto, desearía que ustedes nunca hubieran llegado aquí, desearía que tú hubieras muerto en lugar de mi hermano y amigos.

─No era mi intención matar a esas personas. ─Rasmus entendía a la chica pero en su interior comenzaba a enojarlo que todos lo culparan por algo que él no podía controlar. ─soy un monstruo, lo sé, pero nunca quise que nadie muera.

─No me importa que era lo que querías, ellos ya están muertos y es tu culpa.

Rasmus sentía como del fondo de su cuerpo algo comenzaba a despertar, estaba cerca nuevamente, y no quería que ahora lo culparan por la muerte de alguien más.

─¡Tú los asesinaste!

─¡Cómo si tú no hubieras asesinado a personas! ─lo que escapo de los labios del rubio dejo la habitación en silencio.

─¿Quién te dijo eso?

─Eso no importa, pero las personas que tú mataste también tenía familia. ─las marcas negras comenzaron a aparecer en el cuello y brazos de Rasmus, cuando Cassandra noto eso retrocedió aún más. ─¡Personas que también eran hijos y hermanos de alguien!

─¡Eso fue diferente! ¡Yo estaba siendo controlada!

─¡Y yo no tengo control sobre está cosa! Así que no vengas a llamarme asesino cuando tú también lo eres.

Y con eso fue suficiente para que el virus saliera a la luz, Rasmus no hizo nada para detenerse puesto que la chica había herido sus sentimientos y él también quería herirla. Solamente que no esperaba que aquello sucediera.

Cassandra salió de la habitación y rápidamente cerró la puerta frente a ella y coloco el seguro. El rubio seguía observándola y después de segundos se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, trato de ocultar aquella cosa a su alrededor si es que era posible. Hasta que las lágrimas surgieron en su rostro y nuevamente comenzó a arrojar cosas contra la pared.

Cassandra lo miraba con lágrimas en los ojos y con una de sus manos sobre su boca, no sabía porque ver al chico alterado de esa forma había logrado hacerla sentir tan mal hasta el punto de que el agua en sus ojos apareció, sin embargo, ninguna lágrima descendió por su rostro.

Se sentía culpable por haberle dicho todas aquellas cosas y ahora quería que él dejara de lllrar.

Y se prometió a sí misma que dejaría de culpar al chico, se prometió a sí misma dejarlo en paz porque si Sarah estuviera en su lugar odiaría verla de esa forma. Y justo así se sentía Simone al ver a su hermano y no poder darle siquiera un abrazo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro