028. painful confusion
CAPÍTULO 28:
dolorosa confusión
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Janne no podía creer que habían cancelado el torneo, a decir verdad, le había emocionado el poder ver a sus amigos pelear y vencer a Cobra Kai pero ahora parecía imposible que eso pasara.
─ El Sensei cree que no estoy listo para competir─ Miguel le comentó─ solo porque en el entrenamiento me lastimé al intentar dar una patada
─ ¿Te lastimarte?─ Exclamó deteniéndose─ ¿Por qué no lo dijiste antes?
─ Porque no creí que fuera importante
─ Se que intentas retomar el Karate, pero creo que deberías ir poco a poco─ le dijo─ ¿Que podemos hacer para salvar el torneo?
─ Hay una asamblea, podemos ir y convencerlos
─ Suena muy fácil, Miguelito─ Habló─ ¿Lo haremos de verdad?─ Cuestiono al ver la seriedad en el rostro del chico
Muy decidido, Miguel se encaminó a dónde sería la asamblea para debatir el caso, sin tener otra opción, Janne le siguió el paso.
─ ¿Qué pasa si no nos dejan entrar? O si creen que somos muy jóvenes para esto, deberíamos pensar en que decir para que todo salga bien
─ Jannie, estás muy negativa
─ Estoy nerviosa─ Lo corrigió─ Creo que me voy a desmayar. ¿Sabías que la ansiedad altera el olfato?
─ Tranquila─ el chico puso los ojos en blanco
Minutos después habían llegado al lugar de la asamblea, Janne repasaba en su mente el pequeño discurso que había hecho durante el camino para convencer de que hicieran el torneo.
─ Queda claro que el torneo de Karate causa división y rivalidad en la comunidad─ Escucharon a la mujer hablar─. Ustedes, caballeros, demostraron de manera espléndida por qué este torneo no debería realizarse
─ ¡Espere!─ Miguel gritó, pero Janne se quedó a su lado, estaba nerviosa, pero lo acompañó hasta el micrófono frente a todos, al notar los ojos de todos sobre ella, el discurso que preparó se le olvidó─ Me llamo Miguel Díaz...─ el chico se mantuvo en silencio esperando a que su amiga se presentara.
─ Yo soy Janne... Matthews─ agregó con nerviosismo
─ Yo estuve en la pelea y me tiraron del segundo piso.─ Miguel siguió hablando─ Creí que quedaría paralítico, pero aprendí a volver a pararme. Quiero que el torneo continúe
─ El karate me ayudó a salir adelante cuando creí que toda mi vida me molestarían, me ayudó a tener confianza en mí─ Janne quiso hacer ver lo bueno de aquel deporte, pero en su mente solo pasaban los malos momentos: sus discusiones con Halcón, la pelea en la escuela, él como casi asfixiaba a su mejor amigo, el accidente de Miguel.
Fue un segundo en el que dudó si hacer que el torneo se hiciera era lo correcto.
» Además, nosotros somos los que recibimos los golpes, creo que nuestra opinión es la más importante
─ Si, y queremos un lugar donde podamos competir─ Sam bajó y se unió a ellos─ de forma justa y segura
─ No hay escapatoria del bullying, alguien querrá hacerte calzón chino o un remolino─ Miguel comentó
─ ¿Un remolino?─ preguntó la concejala
─ Cuando les metes la cabeza en el inodoro y tiras la cadena─ Johnny explicó parándose─. Es muy gracioso
─ ¡Sensei!─ Miguel y Janne lo regañaron
─ En lugar de fingir que no existe el acoso escolar o que pueden acabar con él enseñen a los niños a defenderse─ Miguel volvió a hablar
─ Física y mentalmente─ Sam intervino─. Porque a veces las cicatrices que no ves son las que más duelen─ Volteó a ver a Janne quién le dedicó una sonrisa
─ El karate es una disciplina, es fuerza interior y confianza─ Janne tomó turno para hablar─ Son lecciones que sirven para toda la vida. No sé qué sería de mí hoy en día si no fuera por mi sensei─ Volteó a ver a Johnny que le regaló una sonrisa
─ No necesitamos el torneo para hacer patadas geniales o vender entradas sino para probarlos a los matones que no tenemos miedo─ El chico habló con firmeza ─ Se llama All Valley porque es para todos, y les da oportunidad a todos de mostrar lo que pueden hacer, de pelear, de convertirse en campeones. Y merecemos esa oportunidad.
Una sonrisa se formó en los labios de Janne al ver qué todos en la mesa daban un asentamiento.
─ Los tienes─ Le susurró a su amigo
─ Honestamente no entiendo la fascinación de todos por el karate. Pero si significa tanto para todos ustedes y firman un documento que libre de responsabilidad a la ciudad, entonces... El torneo sub-18 all valley está oficialmente de vuelta
Janne giro a abrazar a Miguel antes de correr hacia Johnny y saltar para abrazarlo con emoción.
─ Creí que iba a vomitar, pero salió mejor de lo que esperaba─ Exclamó con emoción
─ Lo hiciste muy bien─ Johnny la felicitó antes de volverla abrazar
Al fondo de la habitación, una mujer miraba al par que se abrazaba. Hazel sintió una presión en su pecho al ver lo feliz que se veía su hija con el hombre a quien ella había detestado por años. Ver qué Johnny lograba que Janne sonriera de tal manera la cual ella jamás había logrado, la hacía sentirse enojada, pero, por primera vez no hacía alguien más, si no hacia ella, por no haber estado nunca con Janne.
Después de la asamblea, Miguel y Janne decidieron salir a dar una vuelta para festejar.
─ Creo que jamás te he visto patinar de verdad─ Comentó mirando los patines en su hombro─. Excepto la vez que nos vimos por primera vez y me tiraste al suelo
─ ¡Fue un accidente!─ Se excusó, podemos ir al parque de patinaje y te enseño
─ ¿Por qué dejaste las clases de patinaje?─ Preguntó
─ Porque mi mamá me exigía mucho, de pronto dejó de ser divertido y lo veía más como una obligación─ Le explicó─. también fue porque mis papás nunca fueron a mis competencias, ella me exigía, pero jamás me vio ganar alguna.
─ Lo siento, Janne
─ Está bien, después de tiempo... Me he acostumbrado─ Forzó una sonrisa
─ Eso no está bien...
─ Da igual─ Soltó un suspiro─, tal vez es culpa mía, mi mamá no quería tenerme, me rechazó incluso antes de que naciera, yo me ilusionaba al pensar que cambiarían y... Llegarían a quererme
─ Ellos te quieren
─ ¿Vamos a jugar a decir mentiras?─ Intentó bromear
Fue entonces que Miguel se dio cuenta de lo difícil que había sido la vida de Janne, como aparentaba ser alguien feliz y llena de alegría que quería ayudar a los demás cuando ella era quien también necesitaba ayuda, quería ser escuchada y amada.
─ Si necesitas hablar con alguien, estoy disponible todo el día─ la animó
─ Increíble, no tendré que pagar para un psicólogo─ bromeó─. Muchas gracias, Miguelito
Se unieron en un cálido abrazo donde Miguel le transmitió el amor fraternal que sentía por ella, Janne había demostrado ser una buena amiga al apoyarlo incluso en sus peores momentos, ahora le tocaba estar con ella para apoyarla. Al separarse la distancia entre ellos fue corta, pero la chica dio un paso atrás para tomar su distancia.
─ ¿Sabías que las abejas hacen popo?─ Miguel miró con diversión a la chica que había lanzado aquel dato
─ Debí saberlo─ Aquella voz hizo que el vello de Janne se erizara por completo
─ ¡Robby!─ Exclamó con felicidad
Al notar aquello, Miguel sintió un golpe en el corazón, ver que Janne aún se alegraba de ver a la persona que lo había dejado en silla de ruedas lo hacía sentirse enojado y lleno de coraje.
─ ¿Comenzaron a andar en cuanto me fui o esperaron una semana?─ La sonrisa de la chica se borró
─ No es lo que imaginas─ Janne explicó
─ Ya sé porque nunca fuiste a visitarme
─ Hubo muchos problemas... déjame explicarte─ Insistió
─ No es su culpa─ Miguel intervino
─ ¡No te metas!─ Advirtió, pero el moreno se mantuvo firme
Robby se acercó con la intención de golpear a Miguel pero Janne se interpuso y empujó al castaño.
─ Robby, por favor, no lo hagas
El chico miró desconcertado a Janne pues no esperaba esa reacción de su parte.
─ Te dije que te amaba y no te importó─ Habló con enojo y un deje de dolor en su voz
─ No, Robby, claro que me importó─ Intentó convencerlo
─ Entonces dilo─ Dio un paso hacia ella hasta que sus cuerpos quedarán juntos─, ¿Tú también me amas?
Janne abrió la boca para decir algo pero ninguna palabra salía de ella, su silencio era aterrador. Quería decírselo, quería decirle que se sentía plenamente feliz estando con él, que con su sola presencia la hacía sentir bien, quería decirle que si lo amaba. Pero no era capaz de hacerlo.
¿Por qué no era capaz de decir te amo?
─ Eso creí─ Dijo yéndose de ahí
Y una vez más, Janne lo había dejado ir.
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