CAPITULO 11;
buen amigo
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En cuanto puso un pie dentro de su casa, Janne supo que estaba en problemas pues encontró a Hazel en la sala esperando junto a una copa de vino. El cuerpo de Janne se tensó al ver la mirada fulminante de la mujer, se veía realmente enojada. La menor intentó esconder su trofeo detrás de ella pero había sido demasiado tarde pues su madre ya lo había visto.

─ ¿Qué tal estuvo la celebración?─ Habló con enojo─ Creí que había quedado claro que no quería que tomarás clases de karate, mucho menos con un fracasado como Johnny Lawrence.

─ Él no es un fracasado─ Janne lo defendió con algo de miedo.

Sin embargo, su mente la llevó a preguntarse cómo es que Hazel se había enterado del torneo. Casi como si hubiera leído su mente, la mujer volteó hacia la cocina donde su esposo iba saliendo, este se detuvo de inmediato al ver a su hija quien lo miraba con un torbellino de emociones plasmadas en su rostro.

─ El Karate te llevará a la miseria─ Gritó la mujer rompiendo el momento de tensión─. Te prohíbo volver a tomar clases

─ ¡No puedes hacer eso!─ Exclamó con dolor en su voz─ Mamá, escucha...

─ No, Janne─ La interrumpió─. Te juro que si escucho que vuelves a ese estúpido dojo nos mudaremos

─ Hazel, no podemos hacer eso─ Edward interrumpió

─ ¡Tú la incitaste a esto!─ Gritó con enojo

─ ¡La diferencia es que yo sí la escuché!─ Exclamó de vuelta

Janne quiso decir que no servía de nada que la hubiera escuchado si no estuvo con ella en un momento importante como lo era el torneo, pero se limitó a pasar su mirada vidriosa de un lado a otro escuchando los gritos de sus padre, peleando una vez más por su culpa.

─ Vete a tu habitación, no quiero verte─ Hazel ordenó con furia hacia su hija.

Sin reprochar, la chica tomó su mochila y se dirigió hacia las escaleras dispuesta a subir pero su madre la detuvo tomando su trofeo y rompiéndolo como si se tratara de algo sin valor.

─ ¡Hazel!─ Edward bramó

Janne solo pudo ver cómo ese logro que en su momento la había hecho feliz se había desmoronado frente a sus ojos viendo el trofeo hecho pedazos en las manos de su madre.

─ Espero que así aprendas a obedecerme─ La mujer gruñó

La respiración de Janne se entrecortaba y se volvía pesada, todo a su alrededor parecía volverse más lento, las lágrimas resbalaron de sus ojos sin previo aviso y el enojo incrementó en su interior.

Caminó hacia su cuarto y cerró la puerta con fuerza, su cuerpo se deslizó hasta llegar al suelo donde se abrazó a sí misma intentando tranquilizarse, pero no podía, tapó sus oídos esperando a que los gritos de la discusión de sus padres se aislaran, pero fue en vano, así que se puso de pie y colocó música en su bocina para amortiguar el ruido.

Después de mucho tiempo había encontrado algo que la hacía realmente feliz y su madre lo prohibía por alguna razón desconocida para Janne.

A pesar de que haber puesto la música para distraerse, no le estaba ayudando, no podía alejar la frustración y enojo que tenía hacia su madre en ese momento.

─ Janne─ La voz de su papá se escuchó al otro lado de la puerta─, déjame pasar, por favor─ Dijo al ver qué había cerrado con seguro

─ Quiero estar sola─ Habló con voz entrecortada

A pesar de la insistencia de su padre Janne no volvió a responder.

─ Quiero que me perdones por no estar contigo─ Rogó, pero Janne no se inmuta en responder 

Se sentía dolida, triste, jamás imaginó que tendría tanto coraje hacia su madre como lo sentía en ese momento.

Era cierto que Janne podía transmitir sus emociones a través de un baile pues cuando Robby la vio a lo lejos en el parque supo que algo estaba mal con ella por los movimientos bruscos y descuidados que hacía.

Dudo en acercarse pues aún sentía confusión de que Janne le haya ocultado que había estado tomando clases en Cobra Kai junto a su padre, sin embargo, estaba consciente de que ella no tenía la culpa del todo pues él tampoco le había contado que Johnny era su padre y no habían tocado el tema del karate en las pocas pláticas que habían tenido.

─ ¿Estás bien?─ La voz distrajo a Janne quien al dar una vuelta se enredó con sus patines terminando en el suelo.

─ Ahora que me tiraste estoy peor que antes─ Bufó levantándose del suelo

─ Lo siento─ Robby dijo acercándose a ella, se sentía desconcertado por el tono brusco que Janne había empleado cuando usualmente respondía con una chispa de energía alegre─, ¿Qué pasa?

─ Mi madre es lo que pasa─ Soltó un gruñido sentándose en una de las bancas─. Me prohibió volver a Cobra Kai, ¡Rompió mi trofeo! ¿Qué tanto me odia?

El chico Keene podía ver lo alterada y frustrada que se sentía ella, sus ojos azules se habían vuelto oscuros cargados de coraje. No sabía cómo ayudarla así que tomó la acción más fácil, se sentó a su lado y la abrazó, pudo notar como los músculos tensos de Janne se relajaban ante aquel acto. No protestó, ni se quejó, simplemente dejó guiarse por lo que aquel abrazo intentaba transmitir y le hacía sentir.

Dejó caer su cabeza en el hombro de Robby intentando retener las lágrimas de coraje que se habían acumulado en sus ojos. Los segundos parecían lentos y el ruido alrededor se apagó siendo solo ellos dos disfrutando del momento.

─ Lo siento─ Dijo apartándose avergonzada

─ ¿Por qué lo sientes? ¿Por desahogarte?─ La cuestionó mirando directo a sus ojos─ No tienes porqué disculparte por eso.

─ No sé qué hacer para que mi madre se sienta orgullosa de mí, nada es suficiente─ Admitió─. Gané muchas competencias de patinaje, siempre tuve buenas calificaciones y estaba en el marco de honor, tengo diplomas, no le doy problemas y aun así sigue odiándome.

─ No creo que te odie─ Robby coloco su mano en la espalda encorvada de Janne

─ Ni siquiera la conoces─ Alzó su vista hacia el suelo intentando ahuyentar las lágrimas─. Daría todo por escucharla decir que me quiere o por lo menos recibir un abrazo de su parte─ Murmuró─ Gracias por escucharme─ Le dedicó una sonrisa, entonces se percató del soporte en el brazo del chico─ ¿Estás bien?

─ Si, solo lo tendré por unos días─ Comentó

─ Por cierto, felicidades por el segundo lugar, aunque entre nosotros, tú merecías ganar, lo que hizo Miguel estuvo mal─ Dijo sonriendole genuinamente─ ¿Te gustaría ir a dar un paseo? ¿O tienes que ir a tu casa? Puedo acompañarte si quieres.

─ No, no─ Negó rápidamente─. En mi casa también tengo algunos problemas─ dijo forzando una sonrisa─. Mi mamá se fue y no ha pagado las cuentas.

La mirada de Janne se suavizó ante la declaración del chico. A Robby le sorprendía lo fácil que era hablar con ella sin sentirse avergonzado.

─ Bueno, entonces puedo invitarte a comer, ¿Qué dices?─ Una sonrisa apareció en el rostro de Robby al ver qué la Janne que él conocía había regresado

─ No es necesario─ él respondió

─ Si tienes miedo de que cuando estemos en el restaurante finja ir al baño, pero en realidad escape para no pagar la cuenta, no te preocupes que no pasará─ Habló con gracia

─ De acuerdo─ El chico aceptó con una sonrisa─. Algún día deberías enseñarme a bailar en patines─ Comentó deslizándose en su patineta

─ Si, bueno, soy una pésima maestra─ Janne hizo una mueca recogiendo su mochila─. Cuando tomaba clases de patinaje una de mis profesoras me encargó a un grupo, solo fueron diez minutos y alguien terminó fracturado, no sé cómo explicar cómo sucedió─ Dijo haciendo reír a Robby

─ Oye si tu mamá ya no te deja ir a Cobra Kai puedes entrenar en el dojo del señor LaRusso─ Propuso con un deje de emoción

─ ¿Tiene un dojo?─ Preguntó con sorpresa

─ Lo acaba de inaugurar y está recibiendo nuevos alumnos, créeme que te encantará

─ Me gustaría pero... mi mamá dejó muy en claro que nada de karate─ hizo una mueca─. Ven─ lo jaló hacia el interior del restaurante─, pide todo lo que quieras, yo pago

Janne quería ayudar a Robby con su asunto de las deudas, pero no sabía cómo, apenas era una adolescente y aunque quisiera darle dinero, no sería suficiente para pagar las deudas así que pensó en qué sería buena idea invitarlo a comer todos los días hasta que su madre regresara.

─ ¿Por qué no vas con tu papá?─ Preguntó─ No tienes por qué quedarte solo

─ Él y yo no tenemos una buena relación, jamás se preocupó por mí─ Habló con un deje de dolor en su voz mientras evadía el contacto visual─, ni siquiera estuvo con mi mamá durante mi nacimiento.

Aquello había tomado por sorpresa a Janne, sabía que Johnny era un tipo despreocupado, pero no esperaba que fuera tanto como para no cumplir con sus obligaciones como padre. Durante el torneo había notado su preocupación hacia Robby cuando fue lastimado, quizá de alguna manera él quisiera arreglar sus errores pero no sabía cómo hacerlo.

─ Quizá puedas quedarte en mi casa unos días, mi papá creo que no tendría problema, pero mi mamá es un tanto explosiva y no quiero hacerte pasar un mal rato─ Hizo una mueca─. Aunque podríamos fingir que te invito a una pijamada y pasas un par de días en mi casa o tal vez...

─ Janne, escucha─ La interrumpió con una risa─ quiero agradecerte.

─ Solo fue una comida─ Respondió─, bueno en realidad serán varias pero no hay por qué agradecer.

─ Lo digo en serio─ Robby dijo sin borrar su sonrisa─. Gracias, ha sido difícil últimamente y me la paso muy bien estando contigo

─ Eso es lo que hacen los amigos─ Sonrió ampliamente

─ No todos─ Dijo

Sin darse cuenta ambos habían creado una conexión especial donde se sentían acompañados en la presencia del otro. Habían encontrado un buen amigo entre ellos.