007. break the rules
CAPITULO O7:
romper las reglas
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Nada podía alejar de la cabeza de Janne el Karate, se había vuelto como un escape de la realidad que la ayudaba a sobrellevar todo, había conseguido buenos amigos y una seguridad que mejoraba notoriamente con el paso de los días. Ahora él no tenerlo era como si algo le faltara a su vida pero no podía desobedecer a sus padres.
Pasó a un restaurante para almorzar algo pues su estómago se lo pedía urgentemente. Entró al local y decidió tomar asiento en una de las mesas que estaban junto al ventanal. Llevó una papa a su boca mientras miraba la calle.
─ Hola─ Alguien la saludó
─ ¿Qué tal?─ Sonrió amable al notar que se trataba del mismo chico de la agencia LaRusso─ Veo que te han dado una camiseta con tu nombre, este trabajo va en serio─ Bromeó
─ Si─ Dijo sonriendo─ ¿Te molesta?─ Señaló la silla vacía frente a ella.
─ Para nada─ Respondió─ ¿Qué tal te ha ido con los LaRusso?
─ Louie me mandó a casa del jefe en la noche para entregarle unos papeles importantes cuando en realidad solo eran revistas─ Robby comentó haciendo una mueca
─ Creí que habías anotado mi consejo de no hacerle caso─ Bromeó
─ Quizá lo haya olvidado, ahora anotaré todos tus consejos en una libreta para que nunca los olvide─ Comentó sonriente─ ¿Siempre aconsejas a la gente que no conoces?─ Robby cuestionó sin borrar la sonrisa
─ Solo a la gente que me parece agradable─ Respondió─ y a los que arrancan autos en medio de un salón con gente
─ Entonces tuve mucha suerte─ Dijo haciendo reír a Janne
─ ¿Y qué haces, además de trabajar?─ Preguntó con curiosidad
─ Llegar a casa, ver películas y esperar a que mi madre llegué en la madrugada
─ Suena casi tan deprimente como mi vida─ Dijo─. Deberíamos crear un club de gente con una vida deprimente. Yo sería la fundadora y tú el co-fundador.
─ ¿Por qué te llevarías el crédito de ser la fundadora?─ la retó con gracia
─ Porque fue mi idea─ Se defendió
─ De acuerdo, aceptó ser parte del club
─ ¡Genial! Es un club muy extenso, dos personas son miembros, te las presento─ Aclaró su garganta─ Janne Mathews─ Estiró su mano
─ Mucho gusto─ Le siguió el juego estrechando su mano
─ Y...─ Se detuvo─ Espera, ni siquiera sé tu nombre
─ Robby, Robby Keene─ Respondió
─ Te presento al co-fundador, Robby Keene, quizá no lo conozcas pero es un tipo genial, claro, la fundadora del club es más genial─ Soltó una risa.
─ A mí me parece un tipo bastante genial
─ Lo sé, intentó golpear a su jefe─ Bromeó─ y tiene un buen gancho
Ambos soltaron una risa disfrutando la compañía del otro. Era increíble como habían congeniado bien sin sentirse incómodos a pesar de solo haber hablado dos veces.
─ Tengo que irme─ Janne respondió después de un rato de plática
─ Quizá podríamos vernos luego─ Robby habló con algo de timidez
─ Claro, podemos salir a reclutar más gente para nuestro club─ Janne bromeó
─ Seguro
Después de intercambiar números, volvieron a despedirse.
─ Nos vemos─ El chico se despidió con una sonrisa antes de que ella saliera del local.
De alguna manera Janne había terminado yendo al dojo cuando su objetivo real era ir a su casa, estuvo frente a la puerta dando vueltas en sus patines pensando si entrar era una buena idea o no, aquel lugar parecía atraer magnéticamente a la chica pues sentía la necesidad de estar ahí.
Quizá si iba a ver cómo sus amigos entrenaban la tristeza que sentía por haber dejado las clases disminuiría.
─ ¡Janne! Creí que ya no vendrías─ Miguel exclamó con sorpresa y emoción al verla entrar al dojo
─ Solo vengo a ver─ Respondió sentándose fuera de la colchoneta, pero cerca de sus amigos.
─ Bien, necesito un lugar no demasiado romántico─ Miguel dijo mientras hacía los estiramientos junto a Aisha y Halcón.
─ ¿Para que?─ Janne preguntó curiosa al ver cómo Aisha ponía los ojos en blanco
─ Tendré una cita con Sam─ Dijo
─ ¡Eso es genial! Te daría algún consejo pero jamás he tenido una cita y por lo general mis consejos se basan en experiencias propias─ Habló con rapidez, estaba emocionada por su amigo.
─ Vayan a hacerse tatuajes─ Halcón habló haciendo reír a Aisha y ganándose una mirada confundida de los otros dos
─ ¿Eso qué tiene de romántico?─ Janne cuestionó con diversión
─ Un tipo que conozco me conectó con un tipo malo─ Dijo poniéndose de pie y quitándose la parte superior del uniforme dejando ver en su espalda un gran tatuaje de un Halcón
Janne negó con la cabeza, divertida, mientras su rostro se tornaba de un tono rojizo.
Estar en la casa de Eli siempre había sido agradable para Janne, su mamá siempre tenía deliciosa comida recién hecha y daba unos abrazos llenos de amor y calidez, la señora Moskowitz había sido una figura materna para Janne.
Ambos adolescentes miraban una película mientras esperaban a que la comida estuviera lista.
─ ¿Quieres ver algo genial?
─ ¿Me vas a mostrar un mundo donde Sirius no fue a Azkaban y junto a Remus se quedaron con la custodia de Harry y fueron una familia feliz?─ El chico rodó los ojos y se levantó de su cama quitándose la camisa─ ¡Madre mía!─ Janne exclamó abriendo sus ojos con sorpresa pues el Eli de antes no se habría atrevido a hacer algo así.
─ Catorce horas sentado
─ Que dolor de trasero debiste haber tenido después─ Janne hizo una mueca levantándose de la cama y acercándose a su amigo para mirar de cerca el tatuaje─. Espera... ¿Tu mamá está de acuerdo?
─ No tiene idea─ dijo dándose media vuelta para mirarla─. Usaré camiseta hasta la universidad o más tiempo. No les digas nada─ Se apresuró a decir al ver la mirada de Janne
─ Ya tengo con que sobornarte─ Comentó con orgullo
Janne tuvo que alzar su vista para encarar a Eli quien tenía sus labios entreabiertos, el tenerlo tan cerca con el torso desnudo la hacía sentirse nerviosa y el chico no pudo evitar sonreír con gracia al notarlo. Un extraño calor recorrió el cuerpo de Janne que no pudo evitar desviar su mirada hacia los abdominales marcados de él.
─ ¡La comida está lista!─ Avisó la mujer desde afuera de la habitación exaltando a la Mathews
─ Creo que nos llaman─ Eli habló empleando un nuevo tono lleno de coqueteo y guiñando un ojo que por alguna extraña razón aumentó los nervios de Janne
─ ¿Alguna otra sugerencia?─ Miguel preguntó volviendo al tema principal y sacando a Janne de sus pensamientos.
─ No me mires─ Aisha habló al sentir la mirada del moreno─. Sam y yo éramos amigas, pero ya no.
─ Necesito tu ayuda─ Él insistió
─ Bien, se que le gustan los chocolates y la astronomía
─ Me basta con eso─ Miguel habló satisfecho
─ ¿Prohibición?─ El gritó de Johnny se escuchó desde la oficina─ ¿De qué habla?
Miguel y Janne compartieron una mirada antes de ponerse de pie e ir hacia la oficina a ver qué sucedía.
» Ustedes no me prohíben, yo los prohíbo─ Gritó azotando múltiples veces el teléfono
─ Sensei, ¿Qué pasa?─ Miguel preguntó dando un vistazo hacia la clase
─ A Cobra Kai lo prohibieron de por vida en el torneo
─ ¿Habrá un torneo?─ Janne exclamó con sorpresa
─ ¿Qué? ¡Eso no es justo!─ Miguel se quejó
─ No puedo hacer nada─ Dijo dejándose caer en la silla
─ ¿Qué hay de "la derrota no existe en este dojo"?─ Janne imitó con gracia la voz del hombre
─ Este es el mundo real, hay reglas─ Respondió
─ ¿Y ahora le importan las reglas?─ la chica cuestionó con incredulidad
─ No aceptamos un no. Usted lo dijo─ Miguel habló─. Debe pelear
─ ¿Saben que? Tienen razón─ Dijo apuntandolos y parándose de su asiento─. Iré allí y les daré una paliza
─ ¡No!─ Exclamaron los adolescentes a la vez
─ Debe haber una manera más suave de proceder─ Miguel dijo haciendo que el hombre detenga su andar
─ El camino del puño no es suave. Las cobras no son suaves─ Dijo mirándolo
─ Bueno, no será de una manera suave pero si astuta─ Janne comentó─ y de manera civilizada.
─ ¿Y tú qué haces aquí?─ Cuestionó mirando a la chica
─ Vine a ver
─ A este dojo no se viene a ver, o tomas las clases o no regresas aquí─ Habló firme
─ ¿Puede hacer eso?
─ Es mi dojo, si regresaste no fue solo para ver
Johnny tenía razón, Janne no había regresado solo a ver, había tomado una decisión pues a pesar de que siempre había seguido las reglas de sus papás al pie de la letra, aun así no conseguía enorgullecernos. Entonces, ¿qué importaba seguir haciéndoles caso?
─ Se que ya te lo dije muchas veces, pero me agrada tu nuevo estilo─ Janne comentó dejándose caer a un lado de su amigo
─ Tal vez te vendría bien un cambio a ti─ Bromeó sentándose a su lado
─ ¿Quieres salir? Podemos ir al arcade, yo invito
─ ¿Qué hay de tus papás?─ Eli preguntó
─ Puedo irme al desierto del Sahara y no lo notarán─ Bromeó─. Deberías aprovechar la oferta porque se termina en cinco, cuatro, tres...
─ De acuerdo─ Dijo levantándose del Sillón─ Vayamos.
Una gran sonrisa se formó en el rostro de Janne antes de tomar su mano y correr junto a él hacía las bicicletas.
Hacía mucho tiempo que no pasaba un buen rato junto a su mejor amigo, a Janne le gustaban las salidas improvisadas porque eran más divertidas y no sabías lo que podía pasar.
Al llegar al lugar el gran letrero giraba con colores llamativos: Golf N' Stuff, family fun center. A Janne le hubiera gustado decir que había descubierto el lugar yendo ahí junto a sus padres a pasar un buen rato familiar. Pero en realidad había sido en su cumpleaños número diez cuando Hazel y Edward lo olvidaron por completo y decidieron compensarlo haciendo que Fanny, la llevara a aquel lugar. A Janne realmente le agradaba esa mujer, pero esa vez le hubiera gustado pasarla con sus padres.
─ ¿Qué quieres hacer primero?─ El chico preguntó
─ Vayamos a las máquinas
Janne sabía que Eli no tenía la mejor coordinación a la hora de bailar, es por eso que lo retó a una batalla en la máquina de baile que había en el lugar. La chica solo podía reír por los vanos intentos de Eli de hacer los pasos.
Cuando se aburrieron ambos pasaron a los juegos donde podía ganar tickets para un premio, ambos se encontraban en el juego de básquet concentrándose en anotar la mayor cantidad de canastas.
─ ¿Por qué te saliste de las clases?
─ Porque a mis padres no les agrada la idea, en especial a mi madre─ Dijo lanzando la pelota fallando el tiro
─ ¿Les contaste?─ Preguntó anotando el tiro
─ Lo planteé como un caso hipotético─ Respondió─. Pero mi madre se puso histérica, nunca antes me habían prohibido tomar una clase.
─ Podemos convencerlos─ Propuso tomando el balón
─ Gracias, pero no creo que accedan─ Hizo una mueca─. Quizá deba retomar las clases de patinaje artístico
─ Pero no puedes dejar que decidan por ti─ Exclamó─ El karate te ha ayudado, el puñetazo que le diste a Kyler fue épico─ Dijo con emoción haciendo sonreír a Janne─ además ayudó a qué dejara de molestarte
El chico no mentía pues Janne ni siquiera se había topado a su agresor en la escuela, lo cual parecía un milagro, pero había sido por mérito propio y aunque quisiera hacerle ver eso a sus padres no podía, no era lo suficientemente valiente para contarles.
» Rompe las reglas de tus papás, no tienes que obedecerlos por siempre
─ Quizá─ Murmuró─ ¡Vamos ahí! Ahí dan muchos boletos
Eli se dejó arrastrar por su amiga hacia otro juego mientras soltaba risas.
Pasaron la noche jugando varios juegos divirtiéndose con las bromas que hacía el otro o discutiendo cuando perdían puntos y no conseguían una buena cantidad de boletos.
─ Mira, podemos llevarnos todo lo que hay en esta vitrina─ Janne bromeó señalando los regalos
─ O un peluche─ El chico señaló─ ¡Mira un halcón!
─ Es un águila─ Contradijo frunciendo el ceño
─ No es cierto, estoy seguro que es un halcón─ Afirmó en cuanto estuvo en sus manos
─ Por supuesto que no, ve su pico, es curvo
─ Da igual que sea, es un juguete─ Eli comentó
─ ¡Hieres sus sentimientos! Sellaste tu destino cuando aceptaste venir conmigo, ahora tenemos un hijo─ Él giró a mirarla con sorpresa y diversión─ ¿Hijo con padres divorciados?
─ De acuerdo, se llamará Halcón junior─ Eli dijo
─ Es un nombre feo─ Bromeo─. Vayamos a la cabina de fotos
Juntos entraron al lugar estrecho sentándose uno al lado del otro. En la primera foto ambos salieron sonriendo, a la toma de la segunda se mostraban haciendo muecas divertidas, sin embargo, para la tercera Janne le pasó a Halcón junior.
─ Te toca cargar a Zeus─ Ordenó
─ ¿Zeus? Acordamos que se llamaría Halcón Junior.
─ ¡Yo no estuve de acuerdo!─ Chilló─ Tiene cara de Zeus
─ No, además tu eres la madre, debes cargarlo tú─ Se excusó
─ Eres un padre muy irresponsable─ Se quejó
El flash disparó captando el momento donde ambos discutían, soltaron una carcajada al imaginarse cómo saldría la foto, la segunda foto captó la risa de ambos. Los dos se detuvieron mirándose de frente.
Janne podía notar una nueva confianza y seguridad en Eli, o Halcón, no sabía cómo llamarlo ahora; pero podía sentir la intensidad en su mirada, sus cejas levemente alzadas hacían lucir sus ojos más grandes.
Por otro lado el chico se había perdido en sus brillantes ojos azules, Janne era una chica que provocaba curiosidad por su aspecto ligeramente desaliñado y su aura le emitía tranquilidad cuando estaba cerca de ella.
El flash disparó inmortalizando aquella mirada dulce y profunda que ambos se daban.
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