CAPÍTULO 5:
salta al fuego
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Habían pasado un par de semanas desde que Janne había iniciado las clases de Karate, creía que había mejorado un poco, aunque no demasiado, pero por lo menos Johnny ya no le lanzaba miradas de decepción tan seguido, y su relación con Miguel se fortalecía con el pasar de los días. Aisha se había unido con ellos poco después de la llegada de Janne, entre pláticas se habían dado cuenta que eran más parecidas de lo que creían comenzando con una amistad.

Aunque su relación con sus mejores amigos no había cambiado en nada, sin embargo, aún no les contaba sobre sus prácticas, tampoco a sus padres y es algo que la hacía sentir culpable.

─ No, Eli, desayuné en casa─ Se quejó cuando su amigo la obligó a tomar una bandeja

─ Tienes que almorzar algo─ Insistió─ yo te lo pagaré.

─ Yo puedo pagarlo─ Gruñó─. Voy a raparte si no me dejas irme─ Amenazó

Aquel comentario bastó para que Eli dejara de molestar a Janne quien se junto con Miguel, sin embargo, él llegó a su lado y le extendió una manzana junto a un agua. La ojiazul lo miró, no podía dejar que su amigo gastara su dinero en vano por lo que lo tomó entre sus manos de mala gana.

─ Oigan, chicos─ Escucharon a Kyler cuando entraron a la cafetería─ ¿Vieron el cartel con el pene enorme? Sam se parece a su papá

─ Que bola de idiotas─ Murmuró Janne al escuchar las risas de todos en la cafetería─ ¡No se rían!─ Regañó a sus amigos al verlos

─ Creí que Sam te caía mal─ Demetri comentó

─ No me cae mal, y aunque lo hiciera no estaría bien reírme de un comentario tan asqueroso como ese─ Janne respondió─. Ustedes tampoco deberían reírse.

─ Oye, Kyler─ Miguel se acercó─ ¿Por qué no te vas y dejas de ser tan imbécil?

─ ¿Quieres otra paliza, Rea?─ Kyler se acercó a él alzando el mentón y dándole un fuerte empujón─ Estoy listo para ti, karate bobo

─ No es karate bobo─ Dijo bloqueando un gancho de Kyler─. Es cobra kai

Mientras todos alentaban la pelea, Janne se preguntaba si era prudente meterse y ayudar a su amigo pues los otros le llevaban ventaja de cuatro a uno.

Podía ver cómo todos se movían con rapidez de un lado a otro intentando atacar a Miguel. Ella necesitaba el valor para enfrentarse a Kyler frente a toda la cafetería, podía sentir ese impulso a su interior intentando que avanzara pero su miedo era más grande. Estaba sobre pensando la situación sin siquiera haberse metido a la pelea.

─ ¡Sin piedad!─ Se escuchó la voz de Aisha entre la multitud.

Pensaba en que los golpes le saldrían mal o en qué terminaría siendo golpeada por Kyler.

─ Vence tus miedos, lánzate al fuego─ Repitió las palabras que su sensei le había dicho─. Dios, universo, Taylor Swift, que la suerte esté de mi lado─ Habló para sí misma antes de entrar a la pelea

Pudo ver cómo Miguel se deslizaba por encima de la mesa y golpeaba a sus contrarios con una bandeja de lunch. Se encargaba bien de ellos, la vista de Janne cayó en Kyler quien se estaba recuperando de la golpiza que el latino le había dado y se ponía de pie listo para volver al ataque.

Reuniendo todo valor y coraje, Janne se puso de pie. pudo ver como Kyler y embistió hacia Miguel pero antes de que pudiera llegar a él, Janne llegó de costado y encestó un puñetazo directo en la nariz dejándolo atónito.

─ ¡Oh por dios!─ Exclamó con un deje de temor pero fue inmediatamente reemplazado por alegría al ver qué había empleado bien el golpe que le habían enseñado─ ¡Siempre quise hacer eso!─ Chilló mirando a Miguel mientras todos lanzaban vítores al chico

─ Fue un gran golpe─ La halagó

─ ¡Hey! Ustedes dos─ La consejera escolar llegó a la cafetería señalandolos─ Vengan acá

Janne hizo una mueca al saber que se había metido en problemas por primera vez. Extrañamente se sentía emocionada, quizá era la adrenalina del momento lo que la hacía sentir de esa manera.

Al llegar a las oficinas de sus padres, Janne se mantuvo sentada en la recepción mirando sus pies que se columpiaban en la silla.

La emoción del momento se había esfumado cuando la adrenalina en su cuerpo disminuyó. Ahora se sentía nerviosa y preocupada por lo que pasaría después, no había pensado en qué tendría consecuencias si golpeaba a alguien estando dentro de la escuela.

Podía sentir ese vacío en su estómago y el sudor de sus manos mientras esperaba en su asiento.

─ Jannie, pasa─ Fanny, la asistente de sus padres, la llamó a su oficina. Su respiración se aceleró con cada paso que daba hacia la oficina─. Me llamaron de la escuela─ Dijo sentándose frente al escritorio─ Tuviste suerte de que yo respondiera

─ No volverá a pasar, dejaré las clases de karate...─ Habló acelerada pero se detuvo al notar el rostro de Fanny y darse cuenta de lo que había dicho.

─ ¿Tomas clases de karate?─ Exclamó

─ Tomaba─ Explico rápidamente─. Bueno, en realidad no me he dado de baja pero puedo dejarlas.

─ ¿Desde cuándo?─ Preguntó con seriedad

─ Hace un par de semanas─ Hizo una mueca.

─ Tu mamá me matará si se entera que permití eso─ Janne hizo una mueca mientras bajaba la mirada─. Lo bueno, es que no tiene que enterarse─ Dijo con una sonrisa cómplice

─ ¿Eso no está mal? Deberíamos decirles

─ A menos que quieras que la señorita Hazel te castigue por el resto de tu vida─ Comentó─. Si tomas clases de defensa a espaldas de tus padres debo creer que hay una razón.

Janne hizo una mueca, sabía que Fanny no podía hacer nada, al menos no que realmente ayudará. Le podía decir a sus padres quienes mostrarían preocupación por unos días y después lo quedaría olvidado.

─ Es solo por diversión─ Respondió

─ ¿Me estás diciendo que la misma Janne que lloraba cuando golpeaban la piñata porque decía que era mucha violencia, está tomando clases de karate por diversión?─ Cuestionó con incredulidad

─ En ese entonces tenía cuatro años─ Dijo con una sonrisa divertida

─ Janne, si necesitas hablar con alguien, puedes hacerlo conmigo─ Habló con suavidad─ ¿Te molestan en la escuela?

─ Si─ Admitió─, pero lo normal, ya sabes, esas bromas pesadas entre adolescentes─ Intentó disminuir la intensidad de la situación

─ ¿Entonces le rompiste la nariz a ese chico?─ Preguntó con emoción la mujer

─ Espero que no─ Janne hizo una mueca haciendo reír a la mujer.

Aquella era una nueva sensación para Janne, el haberse defendido por primera vez la hacía sentirse alegre y aumentaba a niveles increíbles su seguridad. Después de salir de las oficinas, Janne acompañó a Miguel al dojo para poder contárselo a su sensei.

─ ¿A los cuatro?─ Johnny cuestionó con sorpresa después de que le contaran lo sucedido

─ Si─ Miguel asintió con emoción

─ ¿Incluso al tonto?

─ Janne se encargó de él─ La señaló orgulloso─. Todo pasó muy rápido y encajó perfecto. Bloqueé. Me anticipé. Me deslicé

─ Todo un badass─ Janne habló sonriente

─ Sus mamás nos matarán─ Se quejó el hombre

─ Si lo supieran─ La chica comentó─ La asistente de mi papá respondió─ Respondió─. Me conoce desde niña, me dijo que no diría nada si le mostraba el vídeo donde golpeaba a Kyler. Además, mis papás ni siquiera saben que vengo a las clases.

─ Llamaron de la escuela y contestó mi abuela. Estaba orgullosa─ Miguel dijo─. No dirá nada─ Aseguró

─ A ver si entendí bien─ Johnny habló levantándose de su asiento─ ¿Tomaron lo que les enseñé y lo usaron para moler a palos a esos idiotas?

─ No diría exactamente molerlos a palos pero si le rompí la nariz, ya sabe, vence tus miedos, lánzate al fuego─ Janne habló con gracia

─ Siganme─ Los dos adolescentes compartieron una mirada antes de seguir a su sensei hasta la cajuela de su auto, donde, al interior habían dos uniformes con el logo del dojo─. Los usé cuando entrenaba mi primer torneo en 1981─ Explicó─. Quiero que los tengan

El corazón de Janne se aceleró mientras una sonrisa aparecía en su rostro. Sintió ganas de llorar pues nunca antes le habían regalado algo con verdadero valor sentimental, ni siquiera su propio padre.

─ ¿Está seguro?─ Preguntó Miguel pues Janne no era capaz de emitir alguna palabra por la emoción que sentía.

─ Claro que sí─ Afirmó─. Se los ganaron, has venido en poco tiempo y no tenía fé en ti─ Janne lo miró con una ceja enarcada─, pero has demostrado tener potencial en estos días.

─ Muchas gracias─ Chilló abrazándolo por impulso