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002. teen cruelty

CAPITULO O2
crueldad de adolescentes

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Cuándo Janne llegó a su casa, todo se encontraba en silencio y solo, como de costumbre. Fue hacia la oficina de su padre esperando encontrarlo ahí, necesitaba un abrazo, pero él no estaba.

Se sentó en el sillón mirando por milésima vez esos mensajes en su bandeja, todos estaban llenos de odio y decían cosas horribles sobre ella. Las lágrimas no paraban de deslizarse por sus mejillas. Necesitaba compañía, no quería estar sola cuando esos mensajes no se apartaban de su mente. No podía creer que hubiera tanta crueldad en alguien como para que le enviará un mensaje diciéndole que se suicidara.

Quiso pensar que ella no era todas las cosas que le decían, que había alguien que respetara su persona; pero no pudo, en ese momento solo podía odiarse a sí misma, torturarse leyendo una y otra vez los mensajes en su bandeja dándoles la razón. Quería parar de llorar e ignorar aquellos malos comentarios y ver algo positivo como siempre lograba hacerlo, pero simplemente no podía dejarlos pasar.

No tuvo que pensarlo dos veces para eliminar su cuenta en todas las redes sociales y desinstalarlas.

Se paró de su asiento para colocarse otra vez sus patines y salir de su casa. Lo que más quería en ese momento era la compañía de alguien así que sin pensarlo se dirigió a la casa de Eli, su mejor amigo, a quien podía acudir siempre.

Al llegar a su casa cuándo le abrió y vio sus ojos rojos supo que a él también lo habían acosado y no podía ser egoísta y contarle lo que estaba pasando con ella, así que se guardo todo lo que estaba sintiendo en ese momento para concentrarse en él, Janne no dudó en abrazarlo, Eli aceptó rodeando su cuerpo con sus brazos sintiendo algo de paz con la cercanía de la chica. Aunque estaba junto a su lugar seguro, ella no estaba tranquila, quería ayudar a qué pararan de molestar a sus amigos pero si ella misma no era capaz de defenderse no podía hacer que las burlas y acoso hacia ellos se terminara

─ El ciberacoso no es gracioso. Enviar un mensaje cruel a alguien en línea es tan hiriente como decírselo en la cara...

Jane se sentía inquieta, su pierna se movía de arriba a abajo y sus uñas sufrían las consecuencias de sus nervios. Paseó su vista por la cafetería donde habían sido reunidos, como de costumbre nadie prestaba la mínima atención a lo que la consejera escolar decía. Pudo sentir una mirada pesada, de nuevo Kyler la miraba con esa sonrisa burlona. Por la mente de la chica solo podían pasar los recuerdos de los mensajes, la sensación de no poder respirar y el picor de sus ojos al intentar retener el llanto. Apartó la mirada tragando en seco.

» No diré nombres, pero, el otro día, una madre me llamó porque su hijo lloraba luego de que unos chicos se burlaron de su deformidad facial en línea.

─ Es ese chico

─ El chico del labio raro

Varios comentarios y miradas apuntaron hacia Eli que se movía incómodo en su asiento.

─ Lo bueno que no iba a decir quién era─ Janne murmuró molesta─ ¿Sabías que los pingüinos avientan a otros pingüinos al mar para ver si hay algún peligro? Se ven tiernos pero son realmente crueles─ Comentó con la intención de despistar a su amigo de los comentarios a su alrededor

Una sonrisa casi invisible apareció en los labios de Eli.

─ Si estás harto del acoso, mi dojo busca reclutas─ Miguel habló

─ ¿Prácticas karate?─ Preguntó sorprendida

─ Si, claro. ¿Oíste eso, Eli?─ Demetri interrumpió─ Con un poco de Karate, vas a dar palizas

─ En serio, Demetri─ dijo el moreno─. Mi sensei es genuino. Seguro les conseguiré un descuento

─ Por más tentador que parezca, preferimos pasar la tarde jugando Crucible Control a que nos peguen

Eli y Janne compartieron una mirada, a pesar de no decir ni una palabra ambos sabían que pensaba el otro.

─ Y una cosa más...─ Dijo la consejera─ mientras esperamos el baile de Halloween, que nuestros disfraces sean culturalmente sensibles. Por ejemplo, en vez de una enfermera sexi, sean un empleado de hospital de género neutro

─ Que lástima, mi disfraz de monja sexi queda descartado─ Janne fingió pena haciendo sonreír a Eli─. Se que no es fácil, pero ignorarlos─ Dijo al ver qué se movía incómodo en su asiento por las miradas.

Tomó su mano entrelazando la suya con la de él brindándole seguridad y confianza.

La comida en el plato solo era revuelta de un lado a otro por Janne que se mantenía en silencio, de hecho, todo el lugar era un silencio incómodo. Sus padres se encontraban sentados al otro extremo de la mesa sin intercambiar alguna palabra.

─ ¿Qué disfraz vas a querer este año?─ Hazel preguntó sin mucho interés intentando terminar con el tedioso ambiente

─ Yo... en realidad pensaba no ir al baile─ La menor respondió sin apartar la vista de su plato─. Tengo un proyecto que terminar y...

─ ¿En serio? Yo a tu edad prefería tener amigos y socializar en vez de ser una perdedora y encerrarme en mi cuarto.

─ Hazel─ Edward regañó al ver la mirada de su hija─ Janne, deberías ir, divertirte un poco, te comprare el disfraz, el que quieras─ Comentó con una sonrisa radiante

─ Puedo cortar una sábana y vestirme de fantasma─ Propuso con diversión─. Es un clásico

─ No puedes ridiculizarte de esa manera─ Hazel interrumpió tomando vino─. Sería mejor que no fueras

Janne se quedó en silencio, su mirada bajó hacia su plato de comida aun lleno.

─ Puedes ir como quieras─ Edward habló─, es Halloween, no hay reglas sobre cómo vestirse en este día

─ Estoy impidiendo que sea el hazme reír de su generación─ Hazel atacó

Una pequeña disputa comenzó entre ambos adultos, Janne solo los miraba con una mueca suplicando por qué se callarán.

─ Perdí el apetito, buenas noches─ Se retiró de la mesa y subió a su cuarto

Se recostó boca abajo en su cama cuando le llegó un mensaje.

Desconocido:
Hola soy Miguel
¿No vendrás al baile?

Una sonrisa escapó de los labios de Janne incorporándose en su cama.

No lo creo
No tengo muchas ganas

Un extraño sentimiento surgió en su estómago, se sintió nerviosa cuando vio la notificación que le llegó, se trataba de una foto. Al abrir el mensaje vio a Miguel haciendo una mueca graciosa, estaba disfrazado de calavera.

Miguel:
Será divertido

De acuerdo, nos vemos allá

Se levantó de su cama de un brinco mientras miraba su guardarropa.

─ Muy bien, improvisemos─ Habló para sí misma antes de esculcar en su armario.

Los alumnos se movían de un lado a otro al ritmo de la música, todos con distintos disfraces, algunos graciosos, otros que realmente daban miedo y algunos habían ignorado el anuncio de la consejera escolar.

Janne se quedó en la entrada moviéndose nerviosa buscando a sus amigos.

─ ¡Janne, hola!─ Alguien la llamó─ Te ves muy bien

─ Tú también─ Elogió a Miguel

─ ¿Eres un pirata?

─ Una princesa gitana en realidad─ Corrigió con una sonrisa nerviosa─. Pero también funciona como pirata.

─ Genial, ¿Vamos?─ Señaló con la cabeza el lugar

La chica miró a su alrededor con miedo, le causaba nervios entrar, no era fan de los lugares aglomerados, prefería estar en lugares tranquilos, sin embargo, Miguel la había convencido de darle una oportunidad al baile, a pesar de eso, miraba el lugar lleno de gente y solo quería salir corriendo de ahí.

─ Tranquila─ Miguel habló al notar su mirada llena de pavor─, me quedaré a tu lado, no pasará nada─ Sonrió estirando su mano

─ De acuerdo─ Aceptó

Su disfraz no era tan malo a pesar de haberlo improvisado, consistía en una falda larga negra con una blusa de mangas holgadas blanca, llevaba un arete de pluma azul colgando de su oído derecho, un pañuelo rojo en la cabeza dejando su cabello lacio suelto, su calzado consistía en un par de botas cafés largas y su maquillaje natural. Llevaba algunos accesorios dorados resaltando su piel pálida.

─ El esqueleto. Un clásico. Lindo─ Demetri habló en cuanto los encontraron─ ¿Y tú eres..?─ Preguntó mirando a su amiga

─ Una princesa gitana─ Janne respondió─. Eres hechicero, me gusta

─ ¿Hechicero?─ Demetri exclamó indignado─ Por favor. Soy un nigromante

─ ¿Qué?─ Ambos cuestionaron

─ ¿No vieron The Amulet?

Los dos tomados de la mano voltearon a verse sin saber de qué hablaba el chico frente a ellos.

─ ¿Y tú eres un doctor o..?

─ Un cirujano plástico─ Eli interrumpió bajando su vista a las manos entrelazadas de su amiga y Miguel─. Arreglo labios

─ Bien

─ ¡Genial!─ Janne exclamó─ Quizá puedas ponerle botox a mis labios─ Comenzó a hacer gestos extraños haciéndolos reír.

A pesar del mal rato que había tenido con su familia durante la cena, Janne la estaba pasando bien con sus amigos. Juntos se habían acercado a la mesa del ponche donde miraban desde lejos a un trío de chicas que bailaba en la pista.

─ De acuerdo, ¿Están listos?─ Cuestionó el moreno hacia el resto─ Bailemos con las reinas de los dragones

─ Tranquilo, tenemos tiempo─ Demetri comentó

─ No lo creo─ Janne dijo al ver cómo se acercaban a invitar a una de las chicas a bailar.

─ ¿Segura que no quieres bailar?─ Miguel preguntó por décima vez a la chica

─ Seguramente tropezaría con mis propios pies─ Mintió tomando de su ponche

No quería ir a dónde toda la multitud se encontraba, prefería quedarse alejada en un lugar donde no fuera visible.

─ Pero sabes patinar─ El moreno dijo

─ Es diferente a bailar─ Comentó, mintiendo de nuevo, intentando escapar de la situación

─ Necesito ir al baño─ Demetri habló─. El ponche se me bajó rápido

Los tres chicos comenzaron a caminar, Janne los siguió por detrás sin decir nada. Sabía que no podía entrar al baño con ellos, pero no quería quedarse sola así que decidió esperar afuera.

Se quedó de pie junto a la pared hasta que escuchó la voz de Kyler en el pasillo.

Se asomo cautelosa en la esquina verificando que era él junto a su grupo. Su respiración se agitó al ver cómo se acercaban, Janne giró al lado contrario esperando que no la reconocieran.

Aguanto la respiración como si aquello alejara a Kyler. Sin embargo, mantenerse estática no funcionó pues sintió un fuerte golpe en su nuca. Al voltear vio a Kyler con una pelota de basketball en sus manos, la misma que le había lanzado.

─ ¿Te escondes de nosotros, Hemorroide?─ Kyler habló con sorna haciendo reír a sus amigos─ ¿Te disfrazaste de vagabundo? Porque si es así ya no necesitabas un disfraz

─ Dios, que horrible te ves─ Dijo uno de los chicos detrás de Kyler.

Janne no encontraba el valor para hablar y pedirles que se fueran, intentó retroceder al notar la cercanía pero fue en vano pues estaba acorralada contra la pared. Los labios de la chica se apretaron intentando evitar derramar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

─ Eres tan patética─ Se burló al notar la mirada miedosa de Janne.

Tan pronto como llegaron, el grupo de chicos se fue dejando atrás a una temblorosa y llorosa Janne quien seguía pegada a la pared, sintiendo su respiración agitada y sus ojos picar, una lágrima se resbaló por su mejilla y fue rápida y bruscamente limpiada por la chica.

Llevó su mano hacia el área donde la pelota la había golpeado, las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

De pronto una notificación llegó a su teléfono, limpió bruscamente sus lágrimas y sacó su teléfono. Frunció el ceño pues se suponía que había desinstalado sus redes sociales, pero ahí tenía un vídeo de Aisha que comía de las botanas que había en las mesas del baile, con una nariz de cerdo editada, tenía un texto que decía "la mesa de buffet está bajo ataque". Janne se sintió mal por ella, de nuevo había sido víctima del acoso y la escuela no hacía nada para detenerlo.

Cerró el vídeo y lo borró de su teléfono. Estaba cansada de que las personas recibieran insultos.

Un estruendo llamó su atención, Demetri y Eli habían salido corriendo del baño, pero el segundo había regresado corriendo a dónde ella se encontraba.

─ Hay que irnos─ Ordenó apresurado

─ ¿Qué pasa?─ Preguntó confundida, pero Eli solo tomó su mano y la arrastró por el pasillo de vuelta al baile─ ¿Dónde está Miguel?─ El chico no respondió─ ¡Eli!

─ Se quedó en el baño, Kyler...

─ ¡No pueden dejarlo ahí!─ Chilló

─ Janne, no puedes ir ahí, Kyler está adentro─ Eli le advirtió con respiración agitada.

Janne quería regresar al baño y ayudar a Miguel, no podía dejar que aquellos bravucones lo lastimaran, pero Eli se veía tan decidido a no dejarla ir que finalmente accedió.

De todas formas, ella no podía hacer nada en contra del grupo de Kyler. Terminarían golpeándola y sería una carga más. Tampoco podía culpar a sus dos amigos por haber abandonado a Miguel, ella estaba consciente de que ninguno sabía defenderse.

No podía sentirse tranquila, solo podía pensar en Miguel y en lo que le podían estar haciendo

─ ¿Quieres ir a mi casa?─ Preguntó el chico con cierta timidez

─ No, mi papá vendrá por mí, no dejó que trajera mis patines─ Comentó─. Quizá otro día─ El frío envolvió sus cuerpos al llegar a la salida─ ¿Sabías que los camarones pueden estornudar?

─ ¿Qué?─ El chico frunció el ceño mirándola con diversión

─ Había mucho silencio─ Bromeó con una sonrisa─. Ya llegó mi papá, tengo que irme

─ Si, nos vemos mañana─ Sonrió nervioso

La ojiazul se acercó a besar la mejilla de su amigo ocasionando que se ponga más nervioso que antes y una sonrisa boba aparezca en su rostro.

─ No vemos mañana─ Se despidió sin muchos ánimos antes de caminar al carro de su padre.

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