Capítulo 1
"Lettres"
Siglo XVIII
Grecia, Athenas – Santuario
Abril, 22 de 1742
'Estimado Degel-sama
Si alguna vez me quejé y pensé que aprender Ingles era difícil, pues definitivamente aún no había tratado mi mano con el hilo y la aguja... ¡nunca he hecho algo tan complicado como intentar bordar un patrón de flores en un pañuelo de seda!
Madame Flaille se le ha metido en la cabeza que debo de aprender todas las normas de una señorita de alcurnia, para que en un futuro cuando cumpla los dieciséis pueda tener mi debut en la alta sociedad Francesa... como si eso fuera a pasar, sinceramente yo aun tengo mi vista fija en volverme una escritora famosa y seguir los pasos de mi Pere, y aunque pudo ver como las clases de idiomas como Ingles, y si, Griego, he suplicado a Madame Flaille que lo agregue junto al Latín (aunque tantos idiomas me hacen querer arrancarme el cabello mechón por mechón) serian beneficiosos para mi a la larga... aun no se en que me va a servir aprender a bordar flores y ese tipo de cosas.
Aunque supongo que tiene su utilidad por si me rompo las faldas en algún momento inoportuno, usted sabe lo torpe que soy la verdad con las clases de etiqueta (otro de mis dolores de cabeza me temo) no ha mejorado para nada mi coordinación, solo ha hecho enfurecer al instructor cada vez que tenemos clases, y pues, siempre termino tropezando con algo o rompiendo algo o... bueno creo que usted puede hacerse a la idea.
Basta decir con que soy un fracaso en otra cosa que no sea escribir, y quizás los idiomas, le estoy tomando algo de gusto a esa parte del aprendizaje, si le digo la verdad, aunque eso no quita que sea algo estresante cuando todo se me acumula y son muy pocos los días libres que tengo para mi misma. Todavía suspiro por aquellos días en que Pere y yo íbamos a caminar al campo y recogíamos flores mientras me contaba una nueva idea para un libro que pensaba escribir... la vida era mas dura en aquel entonces, pero aun así era feliz.
No es que no sea así en estos momentos, pero es más como una felicidad bastante diferente, y con lo que aun me tengo que habituar incluso si ya han pasado seis meses desde que sucedió aquello con Madame Garnet...
Disculpe si divago un poco, pero es que necesitaba contarle a alguien más sobre mis caóticos pensamientos, y si, también quejarme un poco para variar... ya que como bien me va repitiendo Madame Flaille estos días, suspirar, quejarse, y gruñir a cada instante por algo que no me gusta no es de señoritas educadas... cada vez que me dice que me siente mas recta, o que no camine "como un caballo desgarbado a medio galope" me dan ganas de estampar mi cabeza contra la superficie plana mas cercana...
Tal vez decida que ser una señorita no es lo mío y trato mejor de convertirme en pirata... pero entonces no tendría tiempo para leer las novelas tan fascinantes que he descubierto en la gran biblioteca de esta mansión, ni tendría tiempo de escribir las mías propias huyendo de la policía y el ejercito Frances... aunque pensándolo bien eso suena estupendo para una historia, creo que lo revisare en un futuro cuando mis dedos decidan dejar de sangrar por tantos pinchazos que me he dado con la desgraciada aguja del mal... la verdad no se ni como conseguí escribir esto sin manchar la hoja de color carmesí...
De nuevo, mil disculpas por esta carta tan estrafalaria, y por favor, no se sienta en la obligación de responderla, aunque hasta ahora haya sido muy amable en corresponder cartas conmigo, cosa que le agradezco de todo corazón...
Una vez mas espero que este todo bien en el Santuario, y le deseo mucha salud a usted y a sus compañeros.
Cándidamente se despide, Fluorite'
Degel dejo la carta cuidadosamente sobre el escritorio de su despacho en el Templo de Acuario, sintiendo sus labios curvarse en una sonrisa divertida. Sus ojos azules, escanearon la página una vez más, y esa vez no pudo evitar soltar una risa ahogada ante las cosas que la jovencita francesa había escrito. Ya había pasado algún tiempo desde que algo lo divirtiera de esa manera tan ligera. Y aunque simpatizaba con su problema, la verdad era que esa carta llena de tonterías le había hecho el día más agradable.
No le molestaba que le escribiera, y a pesar que la primera carta que recibió de ella hacía dos meses después de volver de Francia luego de la prueba que su maestro Krest y Madame Garnet le habían puesto, le había sorprendido, y no vio motivo alguno por el cual no responder a aquella cándida e inocente carta. Y si era sincero consigo mismo, también era agradable tener correspondencia con alguien fuera del Santuario y que no estuviera involucrado con los quehaceres de este.
Con una sonrisa divertida tomo papel, una pluma, y tintero y comezón a redactar una respuesta, viendo que ya había terminado sus deberes del día y tenia tiempo de sobra para ello.
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Grecia, Athenas - Santuario
Junio, 14 de 1742
'Estimadísimo, Degel-sama
Le cuento con mucha honra que hoy he sido capaz de bordar sin pincharme el dedo a morir, claro que mis logros serian aun mas satisfactorios si el acabado hubiera sido adecuado, así mismo como esta Madame Flaille lo ha declarado una afronta a la sociedad francesa y peligro de la moda... lo que fuera que quiere decir eso, el punto es que esta menos que contenta aunque si vio algo de avance con que la seda del pañuelo no estuviera veteada de carmesí, así que supongo que algo es algo.
¡Y de tanto pincharme los dedos he desarrollado una insensibilidad asombrosa!
Gracias a los Dioses, puedo decirle que mis estudios en el área de idiomas han ido mucho mejor que en el de manualidades, Ingles ya no lo encuentro una tortura visceral, y en cuento al Griego y el Latin... bueno es seguro decir que estoy avanzando adecuadamente para mi edad, o eso fue lo que mi profesor dijo a Madame Flaille, espero que mi rendimiento surja efecto y si algún día nos volvemos a ver, ¡podamos mantener una fluida conversación en Griego!
Desafortunadamente mis clases con etiqueta y danzas no han mejorado para nada, sigo tropezándome al hacer un vals, y con cualquier otro tipo de baile de salón que mi profesor intenta hacer que aprenda... soy un desastre y un caso perdido, pero Madame Flaille y Monsieur Lenaur se niega a aceptar la derrota e insisten en que siga intentándolo, y yo solo me pregunto si mis dedos y tobillos resistirán a la tortura de los zapatos con tacón y los puntapiés despiadados que me dan cada vez que hago un paso en falso.
Compadezco a las otras jóvenes que tienen que aprender esto.
Pero ahora basta de hablar de mis pobres logros, he sido muy mala compañera de escritura a distancia, dígame, ¿Como se encuentra usted? ¿Ha pasado algo significativo por las lejanas tierras de Grecia? ¿Ha ido a algún lugar interesante últimamente? ¿Y, no habrá encontrado otra persona como Madame Garnet, o sí?
Sinceramente espero que no, y que todo marche bien por allá, pero igual les deseo éxito y bienestar en sus labores a usted y a sus otros compañeros.
Cándidamente se despide, Fluorite'
"¿Que estas leyendo? ¿Otro de los manuscritos del Pope?" pregunto Kardia, un joven hombre de largos y alborotados cabellos azul oscuros, piel pálida y ojos azul-rojizo. Su pose relajada sobre la silla frente a su escritorio denotaba aburrimiento, pero fueron sus pies puestos sobre algunos libros y manuscritos en dicho lugar lo que irrito al acuariano.
"No, no es un manuscrito. Y haz el favor de quitar tus pies de mi escritorio" su voz seria y desaprobadora fue mas un aviso de lo irritado que estaba por su comportamiento, y si el aire se volvió un poco mas frio de lo normal pues el escorpiano no lo menciono.
"Eres tan estirado que algunas veces me pregunto como haces para no agrietarte" Kardia bufo antes de bajar los pies del escritorio de malagana, pero que no se diga que él es estúpido, sabía que botones pulsar, o en este caso, que botones no pulsar con el Santo de Acuario.
"Practica" fue su sucinta respuesta, que hubiera desconcertado a otros pero que para el otro muchacho se tradujo como la muestra de humor del acuariano. "¿Ahora querías algo o solo estas aquí para hostigarme?" inquirió Degel, volviendo su atención a la letra de la jovencita en sus manos para releerla una vez más, ocultando con eficiencia la diversión que le producía su compañero.
Después de todo no tenia ningunas ganas de someterse a las bromas de mal gusto del Santo Dorado de Escorpio, que bien era sabido no perdía una oportunidad de fastidiar a sus otros once compañeros dorados si estaba de cierto humor.
"Nah, solo pase a saludar supongo..." murmuro bostezando un poco antes de sacar una carta de sus propios ropajes. Habiendo dejado la armadura de Escorpio en su templo, andaba con el traje de entrenamiento típico.
"Espero que eso no sea una de mis cartas" Degel entorno los ojos hacia su amigo, sabiendo de la tendencia de Kardia de tomar las cosas sin pedir permiso. Ya había tenido varios incidentes con ello y algunos manuscritos, y no le apetecía repetir la experiencia tan pronto.
"No, para que te enteres no eres el único que recibe correspondencia por estos lugares" Kardia rodo los ojos, arrebujándose mas en la silla y estirando sus largas piernas hasta posarlas sobre la silla conjunta, ignorando la mirada fulminante del acuariano. Eso hasta que su mirada capto el remitente de la carta en sus manos y una sonrisa amplia ilumino su rostro. "Pensándolo bien mejor me voy a ver a Sasha, a ella le interesara esta carta en particular... o mas bien la persona que la escribió"
"Kardia, no fastidies a Athena-sama a menos que quieras otro sermón de su ilustrísima, y yo pensaría que con uno cada dos semanas seria suficiente para ti" dijo el joven de largos cabellos verdes y ojos azules claros declaro con un suspiro sufrido, frotando sus ojos con los dedos bajo sus lentes.
"Bah, el Pope necesita relajarse un poco más, estoy seguro de que Manigoldo concuerda conmigo en esto... y te aseguro de que Sasha se alegrara por esto" al decir eso ultimo el joven de cabellos azul oscuro meneo la carta con una sonrisa cómplice que solo causo que su compañero acuariano dejara salir un suspiro sufrido. "Vive un poco, Degel, y no permanezcas tanto tiempo con tus preciados libros o terminaras convirtiéndote en uno" comento Kardia rodando los ojos mientras se encaminaba a la salida con un destino particular en mente.
"Eso es virtualmente imposible para que lo sepas" Degel le dijo a la espalda que se alejaba, antes de quitar a Kardia y su extraño comportamiento de su mente y volver su atención a la carta en sus manos. "Al menos tu intentas seguir las normas, Fluorite" murmuro por lo bajo antes de tomar nuevamente papel, tinta y pluma para redactar una respuesta.
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Grecia, Athena - Santuario
Octubre, 2 de 1742
'Estimado Degel-sama
Me alegra saber que todo por su hogar esta bien y sin problemas, aunque a su amigo le guste causar problemas, ciertamente suena más divertido que sentarse todo un día en el solar a bordar y pintar tazas y cuadros que nunca verán la luz de un museo o siquiera serán vendidas como obras de gran importancia... es tan aburrido, le juro que voy a desfallecer del tedio de esas sesiones, pero según Madame Flaille es lo que una joven dama con futuro prospecto debe hacer... cada día me resulta mas irritante que el anterior.
He llegado a la conclusión de que o soy muy alborotada para ser una señorita de sociedad o simplemente tienen que bajar los estándares de comportamiento para las otras jovencitas porque nunca he sentido dolores musculares por solo estar sentada en una posición por horas y horas... no estoy segura de que debiera mencionar algo que se consideraría "poco apropiado" como lo es hablar a un hombre no emparentado con una de las dolencias de mi cuerpo, pero la verdad es que no encuentro nada sobre lo que alarmarme, y así pues he ignorado esa regla particular por tratarse de usted, y pues porque si no es a usted a la única persona que le cuento lo que realmente me pasa por la mente sin censura pues creo que me volveré completamente loca.
Si el comentario anterior le ha causado alguna ofensa me disculpo, pero a estas alturas creo que si algo de lo que yo le haya escrito hasta ahora le ha ofendido o es inapropiado pues la verdad creo que ya es algo tarde para pedir disculpa y hacer como que no sucedió... ya debe estar más que escandalizado con mis francas palabras, estoy segura.
Espero no haber ofendido su sensibilidad con mi franqueza, como muchas veces me dice Madame Flaille que hago con ella... si es así, le pido mil disculpas.
De todas formas, aquí le envió una pequeña muestra de mis pobres habilidades con un pañuelo que borde hace unos días, espero que le sirva de algo, porque yo ciertamente no sé qué hacer con el, ya que junto con las clases y demás Madame Flaille me ha mandado a hacer un montón de ropa adecuada según ella para una jovencita en crecimiento... y sinceramente no se para que voy a necesitar veinte pañuelos de seda y quince pares de guantes, ¿con dos pares no es suficiente, me pregunto?
Es demasiada opulencia si me pregunta usted, pero soy una chica sencilla de campo con gustos y necesidades sencillas, como bastante me recuerda Jean Luc, el Mayordomo de Madame Flaille, así que es bastante difícil para mi entender y aceptar tanto gasto y opulencia si no es absolutamente necesario... nada más con decirle que con todo lo que se ha gastado en mi nuevo ajuar, ¡Pere y yo hubiéramos podido comprar comida para seis meses!
¿Toda la gente rica vive de esta manera? Y ni contarle que Madame Flaille me ha dado una mensualidad que casi hace que me desmaye al ver los números... según ella, es para comprar algunos caprichos aquí y allá que toda jovencita necesita, yo en cambio pienso usarlo solo para comprar algún libro interesante y lo demás lo guardare prudentemente para emergencias... si algo me enseño la manera en que Pere y yo vivíamos antes es a ahorrar hasta el último centavo y a apreciar lo que teníamos...
En fin, espero que su próxima misión le vaya bien ¡y me cuente todo sobre el lugar al cual visite!
Le deseo mucha salud a usted y a sus compañeros, y espero que su amigo Kardia no se meta en mas problemas con su superior de los que pueda manejar por su propio bien...
Cándidamente se despide, Fluorite'
Degel sintió no por primera vez al leer cada carta sus labios formar una ligera sonrisa, con cada ocurrencia del día a día de la jovencita francesa siempre le sacaba una sonrisa y de vez en cuando una risa ahogada cuando comentaba de un suceso particularmente gracioso que le sucediera ya fuera a ella o a cualquiera de los sirvientes de la mansión, incluso a su propia tutora. Llego hasta el punto en que el esperaba las cartas con algo de anticipación, porque mayormente rompía con la monotonía del día a día y le daba algo en lo que pensar que no fuera en la futura Guerra Santa que poco a poco se aproximaba lentamente, y de lo que seguramente acontecería una vez iniciada.
Con un suspiro cansado, alejo los mórbidos pensamientos de su mente y bajo la vista a la carta y junto a ella, el sobre en el que fue enviado el cual portaba un ligero bulto; con curiosidad lo tomo y dentro espió un pedazo de tela de seda blanca, con cuidado lo tomo y extendió sobre la superficie de su escritorio y lo observo detenidamente.
En la esquina superior derecha estaba bordado con hilos dorados de la mas fina cualidad el símbolo de Acuario, y en la esquina inferior izquierda estaba escrito con los mismos hilos antes usados su nombre, 'Degel de Acuario'. Con delicadeza toco cada bordado, notando de inmediato que no eran puntadas perfectas, de hecho, estaban algo torcidas, y ni de cerca era algo que se comprara en una tienda a buen precio.
Una vez mas sus labios esbozaron una sonrisilla, no pudo evitar sacudir la cabeza ante las ocurrencias de la chiquilla. Al tomarlo de nuevo en sus manos noto un papelito bajo el pañuelo, lo tomo curioso y al leerlo no puedo evitar sentir una calidez dentro.
Allí escrito en su indiscutible letra estaban las siguientes palabras...
'No recuerdo si alguna vez se lo dije, pero por salvarme aquella vez y también por sus cálidas palabras aquel día... muchas gracias, Degel-sama.
Fluorite'
Su mirada azulada volvió de nuevo al pañuelo sujeto en su mano, su dedo pulgar acaricio una vez mas la tela y mas importante el bordado imperfecto en la esquina donde su nombre se encontraba, antes de guardarlo en su bolsillo, y tomar papel, pluma y tinta.
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Grecia, Athenas – Santuario
Mayo, 28 de 1743
"Aquí esta el informe de la misión, Pope-sama, Athena-sama" Degel le entrego el papiro al hombre de larga cabellera plateada con ropajes negros y casco dorado, el cual se encontraba parado junto al trono de piedra y marfil donde la jovencita de cabellos lila y ojos verde jade se encontraba sentada.
"¿Estuvo bien tu viaje, Degel-san?" la voz cantarina y dulce de la jovencita pregunto, sus grandes ojos llenos de amabilidad y una sabiduría mas vieja que el tiempo mismo le devolvieron la mirada.
"Si, Athena-sama, nada fuera de lo usual. Ambas localidades estaban libres de Espectros" el joven hombre de larga cabellera verde respondió con debido respeto, aun inclinado sobre su rodilla izquierda frente a ellos.
"Estoy segura de con esta larga misión de dos meses que realizaste, estarás muy cansado. Así que ya puedes retirarte a tu templo" El Pope asintió hacia el joven, dándole verbal y tácito permiso para marcharse y descansar.
Con un ultimo asentimiento hacia las dos figuras de poder, Degel se levantó y después de dar tres pasos hacia tras aun dándoles el frente, se giró y salió con paso tranquilo, pero algo cansado hacia su templo, dando gracias silenciosamente de que su templo no estuviera muy lejos del templo de su ilustrísima.
Sus pasos esperadamente lo llevaron a la doceava casa, Piscis, y como era de esperar Albafika lo estaba esperando en la entrada trasera pacientemente. De largos cabellos celestes, piel pálida y ojos azul cobalto, Albafika era sin duda un hombre muy particular, llamado por otros una persona muy bella y hermosa, algo que usualmente enfurecía al pisciano; él en lo personal era alguien callado y solitario mas que todo debido al veneno en su sangre que le impedía relacionarse con otros por temor a matarlos con solo un toque.
Aunque los Santos Dorados lo conocían mejor que nadie, y sabían que tenia un alma bondadosa y era realmente amable, a su propia manera, y de entre todos los demás solo él podía entender un poco su soledad, siendo alguien privado el mismo y en lo general se llevaban muy bien. Degel era el único aparte de Regulus, que sabían que el peliceleste iba mensualmente a pedir libros de la biblioteca que habitaba el Templo de Acuario al igual que el joven león.
"Degel" Albafika asintió al otro Santo, manteniendo una distancia prudente de su compañero.
"Albafika" Degel asintió de vuelta al otro joven hombre quien era un año mayor que él y Kardia, deteniéndose un momento por cortesía. "¿Ha estado todo en calma en el Santuario?" pregunto pasando una mano por sus largos cabellos verdes, sintiendo la brisa nocturna mecerlos ligeramente junto con su capa.
"Kardia ha estado... aburrido" el de ojos cobalto dijo lentamente, sus labios apretados en una firme línea blanca, indicando que el escorpión había estado fastidiando a los otros Santos en la ausencia del acuariano.
"Ah... por supuesto" el suspiro de pesar que escapo sus labios fue bien audible en el silencio de la noche. Con cansancio masajeo el puente de su nariz ya sintiendo la migraña comenzar detrás de sus ojos. "Se que me arrepentiré de preguntar, pero... ¿Que tan malo es?"
"Manigoldo y Kardia decidieron que seria una buena idea tener un concurso de bebidas alcohólicas" la voz de Albafika se tornó desaprobadora en un instante, sus ojos cobalto fijos en los azules claro de su compañero, antes de agregar. "Eso en sí mismo es ya de por si malo, sin embargo, ellos decidieron hacerlo en Rodorio"
"Por Athena" Degel resistió la tentación de gruñir agravado ahora masajeando sus sienes. "Imagino que a su ilustrísima no le habrá caído en gracia sus niñerías"
"No, no estaba nada contento... les ha asignado tres meses de asistencia publica por los daños concurridos a algunos negocios en el pueblo, deberán no solo repararlos sino también hacer servicio comunitario en Rodorio" asintió el hombre de cabellos azul celeste, apoyándose contra una de las columnas y cruzando los brazos sobre su pecho.
"Se lo tienen bien merecido" fue todo lo que dijo antes de que algo a su izquierda llamara la atención, girando se encontró con que en un mesón estaban cinco libros de varios tamaños y dos cartas inmaculadas. Alzando las cejas algo sorprendido, se giro hacia su amigo solitario, formulándole una pregunta silenciosa que este obviamente capto.
"Pensaba devolvértelos, y tomar otros prestados si está bien contigo" señalo hacia el mesón de mármol y piedra, al ver al peliverde asentir, agrego. "Las dos cartas sin embargo te pertenecen, normalmente el correo de cada Santo Dorado es dejado en su correspondiente Templo incluso si el ocupante no está, pero al parecer el aprendiz que las entrego las trajo aquí por error"
"Gracias por retenerlas, Albafika" murmuro algo distraído, ya sintiendo la fatiga de los constantes viajes.
"No hay porque, y si estas de acuerdo mañana bajare a buscar otros libros de la biblioteca, ya que aún me queda uno más por leer del lote de la otra vez" agrego asintiendo de nuevo hacia los libros antes, de girarse e internarse en su templo con calma. "Las escaleras que descienden están despejadas por ahora, pero una vez que pases el camino de Demon Rose se activara... buenas noches" y con eso ultimo el joven hombre se marchó por completo.
Degel tomo los cinco libros bajo su brazo izquierdo y las dos cartas con su mano derecha y se marcho a su Templo con paso pausado, disfrutando del refrescante viento nocturno y mentalmente debatiéndose entre irse a la cama después de asearse o ir a regañar a Kardia a su Templo, suponiendo que el escorpión estuviera allí claro. Pero su cansancio gano y una vez dentro de su morada, deposito los libros en una de las cuantas mesas que se hallaban en la gran biblioteca de Acuario antes de separarlos por genero y alfabeto y colocarlos en sus puestos correspondientes.
Una vez terminado, se dirigió a sus aposentos privados y tomo un baño que ayudo a relajar sus tensos músculos y casi hizo que acabara durmiéndose en el sitio. Una vez vestido con los pantalones y camisón que usaba para dormir, se giro para ir a su gran cama cuando recordó las dos cartas misteriosas y las tomo de la cómoda a su izquierda antes de encender otra vela y tomar los lentes que en antaño la jovencita francesa le había otorgado cuando desarrollo su problema de vista.
Sonrió al ver que se trataban de la correspondencia de Fluorite, la joven francesa que en todo el tiempo que habían intercambiado cartas se había vuelto su amiga y algunas veces confidente cuando estaba muy irritado con las manías de Kardia y necesitaba despejar su mente. Aunque era raro que hubiera dos cartas con tan poco tiempo de separación entre una y otra, lo cual lo alarmo un poco; ya que en el año y medio que llevaban de correspondencia últimamente las cartas se habían espaciado a una cada tres meses mas o menos debido a que la joven estaba algo atareada con sus lecciones y a que ella había empezado a escribir finalmente el seguimiento de la novela de su difunto padre, algo a lo que había estado dándole vueltas por un largo tiempo.
Y debido a eso, su tiempo estaba mas ocupado que antes y sus cartas se redujeron de una al mes a una cada tres meses; sin embargo, aunque su número se redujo, su contenido aumento de una pagina y media a cuatro o seis páginas en una sola carta. Incluso una vez llego a ser diez paginas debido a unas preguntas sobre su dominio de hielo y lo que era el cosmos y como se manifestaba, algo que aparentemente ella estaba planeando usar en la novela que escribiría y buscaba información... y que mejor que pedírsela a su amigo, el cual dominaba el tema a la perfección.
Con un encogimiento de hombros, abrió el primer sobre, el cual tenía la fecha más antigua.
'Querido Degel-sama
¡Muchísimas gracias por el obsequio que me envió! Nunca había visto algo tan bonito ni original, ¡es precioso! Le aseguro que lo guardare celosamente y lo mantendré junto a mi siempre... de hecho creo que de ahora en adelante... ¡lo convertiré en mi amuleto de la suerte!
¿Me pregunto de que está hecha la piedra del centro, sin embargo? Estoy segura de que el resto está hecho de un vidrio muy bien labrado pero la piedra preciosa en el centro de este no parece vidrio... ¿o sí? En todo caso es muy bonito, como ya dije, pero la verdad la curiosidad me carcome... ¿me lo dirá algún día Degel-sama? ¡Espero que sí, este misterio no puede quedar sin resolver!
En fin, de nuevo muchísimas gracias por el presente, ahora a los acontecimientos que han sucedido en estos tres meses...
Madame Flaille al parecer se ha rendido con mi incapacidad de aprender a bailar adecuadamente sin tropezar al menos tres veces en la misma pieza, el instructor, sin embargo, aun no ha querido reconocer que es un caso perdido, de hecho, se niega a aceptar este obvio fracaso... si me pregunta usted, creo que se lo toma muy personal.
Él no tiene la culpa de que yo haya nacido con la gracia de una gallina desplumada y torpe ya que estamos a la hora de bailar; es decir no puedes esperar que un pato desgarbado vaya a un baile de cisnes elegantes y no se haga notar desfavorablemente... ¡es imposible que el pato logre algo mas que avergonzarse en público!
A todas estas, ¿recuerda que le comenté que Madame Flaille había estado yendo a bailes últimamente? Bueno aparentemente Monsieur Jean Luc me informo que lo mas probable es que debido a que el luto por su difunto esposo ha pasado se espera que ella asista de nuevo a bailes y que posiblemente consiga otro marido... no sé qué pensar sobre esto, ya que por todo este tiempo solo hemos sido ella, la servidumbre y yo, y si le soy sincera (siempre lo he sido con usted no puede dudar eso) me dio la impresión por la forma en que lo dijo que él ya sospecha que ella tiene un pretendiente que la esta cortejando, o por lo menos tiene a alguien en mente.
La verdad me sorprende mucho que quisiera casarse de nuevo, pero no debería ya que aun es una mujer joven y atractiva supongo, con buen poder monetario y posición social, pero yo siempre pensé que había querido mucho a su esposo fallecido por como actuó al momento de la fiesta de cumpleaños de Madame Garnet...
Mi Pere nunca volvió a casarse después de que Maman muriera cuando yo aun era una niña pequeña de cuatro inviernos, él decía que solo había una sola persona con la que él quería pasar el resto de su vida en sagrado matrimonio y esa era Maman... nunca se intereso por otra mujer mientras vivió, y siempre la mantuvo en su recuerdo... así que ya ve, yo crecí con esa convicción de que existe lo que se llama alma gemela.
Por eso me descoloco un poco saber que Madame Flaille está buscando casarse nuevamente, aunque pensándolo bien por las amistades de ella que han venido a la hora del te y de visita todo este tiempo que he estado con ella, he aprendido que en la alta sociedad los matrimonios son mayormente concertados basados en las ganancias y títulos que se obtendría mediante la unión de ambas parejas.
A mí me gustaría pensar que mi padre no hubiera hecho algo tan mercenario cuando yo llegara a "la edad adecuada" como tanto lo repite Madame Flaille, y me dejara elegir con quien casarme, y no elegir a alguien simplemente porque es adecuado para mi estatus social... creo que cada vez me doy cuenta que no encajo bien en este mundo de la alta sociedad, no importa cuánto me esfuerce y aprenda todas las normas que ya hasta puedo escribirlas dormida, no creo que me sienta a gusto en este mundo en el que me encuentro navegando.
Aunque igual daré lo mejor de mí y mi máximo esfuerzo para seguir adelante por este camino y esperare lo mejor...
¡Ahora en una nota menos pesada, le informo que ya me terminé el libro que me envió por mi cumpleaños! Entre tanto quehacer y estudios más el poco tiempo que tengo para mí propia creación y continuación de la historia que Pere comenzó, no había tenido ni tiempo ni energías para leerlo, algo que me apena mucho siendo un obsequio que usted me ha dado, pero ya puedo finalmente tacharlo con orgullo de la lista de cosas por hacer que tengo. La lectura del "Lenguaje de las Flores" se me hizo bien interesante y me ayudó mucho en la investigación para la historia, ¡así que por eso muchísimas gracias!
¡En fin, espero que su misión vaya sin problemas y regrese al Santuario sano y salvo!
Se despide cordialmente, una muy agradecida y feliz, Fluorite'
Riendo por lo bajo ante las palabras escritas, Degel pensó en el obsequio que le envió con cariño, era un dije con forma de cristal de nieve hecho de hielo que cristalizo con su propio cosmos del tamaño de su pulgar, y la piedra rosa pálido encajada justo en el medio del cual la joven hablaba no era otra si no la piedra preciosa por la cual había sido nombrada ella misma... una Fluorite, y por el color era una de las mas raras de encontrar. Pero eso era algo que no pensaba decirle a la joven, al menos de momento, permanecería en secreto un poco más... ya que estaba seguro que seria una sorpresa para ella enterarse de que no era vidrio moldado como ella suponía.
Sin embargo, la ligera diversión se evaporo un poco al contemplar el resto de la carta y las inquietudes que la joven encontraba, dándose cuenta por primera vez que el camino por el cual Fluorite estaba siguiendo llegaría seguramente al mismo que otras jóvenes de alta sociedad, culminando de un matrimonio concertado sin tomar en cuenta las opiniones y deseos de la chica en cuestión. Y darse cuenta de aquello no le sentó para nada bien, porque dependiendo de con quién Madame Flaille, la mujer que era su protectora, la diera en unión podía ser tanto un hombre agradable como un verdadero ogro, y ella entonces estaría indefensa ante la situación, atada por convencionalismo, deber y contrato a someterse a su futuro esposo...
Seguramente, pensó algo tenso, para ese entonces lo mas seguro era que el hombre en cuestión no le permitiera a ella continuar con su meta de ser una escritora famosa, ni pensó tardíamente, continuar escribiéndose con un hombre de otro país que no estaba emparentado con ella de alguna manera. A menos que encontrara a alguien tolerante de lo que la alta sociedad seguramente consideraba un 'capricho' en una mujer de su posición, ella muy bien podría terminar con su espíritu libre y vivaz aplastado, con todos sus sueños e ilusiones destruidas dejándola para ser una cascara vacía que solo seguía las convicciones sociales como todos los demás.
Y eso era si ella no decidía pelear por sus ideales y sueños, en dado caso y dependiendo de la persona con la que se casara aquello podría tornarse en un panorama desastroso el cual no quería contemplar en ese momento... porque el solo hecho de imaginar a un hombre desconocido levantándole la mano a la jovencita que el recordaba tan cándidamente le enfurecía, y le hacía querer golpear algo.
Respirando profundo unas cuantas veces logro apaciguar no solo su temperamento, que rara vez salía a flote, si no también su cosmos que había subido un poco volviendo la recamara algo helada. Suspirando restregó su rostro cansado con pesadez, fijando la vista en la segunda carta con algo de recelo, y contemplo si abrirla esa noche o no, tomando en cuenta la reacción que había provocado la primera en el ese día... no podía esperar nada bueno de la segunda misiva.
Y como siempre que pasaba, había acertado.
La segunda carta no tenia muchas cosas buenas para decir.
'Querido Degel-sama
Se que no es usual que yo le escriba tan seguido en tan poco tiempo, pero los acontecimientos sucedidos recientemente han forzado a mi mano a escribirle nuevamente o temer que mi cerebro explote con tantas cosas mezclándose al mismo tiempo en mi ser.
Para empezar, Monsieur Jean Luc tenía razón, Madame Flaille si había estado yendo a bailes y cenas con el propósito de conseguir un nuevo marido, cosa de la que me informo una semana después de que yo le envié la primera carta... eso en si mismo no es algo que me sorprendiera del todo, como ya le había explicado en la carta anterior y eso en si mismo no hubiera causado que adelantara mi correspondencia ha usted si no fuera por el hecho de los siguientes acontecimientos a suceder...
Justo después decirme aquello, me informo de que no solo ya llevaba un tiempo cortejando a esta persona, ¡sino que además el hombre en cuestión le había propuesto matrimonio y ella acepto hacerlo! Me dijo que era un hombre de una alta posición en la sociedad, un Barón, al parecer y aunque eso en si mismo no es una posición muy aclamada tomando en cuenta la jerarquía social, es debido a que su familia es una de las más antiguas de Paris lo que lo hace un buen partido, aparte de la gran suma de dinero que posee, claro.
Piensan casarse en tres meses mas o menos, y antes de eso ella quería que yo lo conociera ya que obviamente todos íbamos a vivir juntos una vez que se suceda el matrimonio, del que cabe recalcar debo tomar parte en la ceremonia debido a que soy la protegida de Madame Flaille y pues era lo mas natural que nos conociéramos cara a cara antes de la ceremonia.
Nunca he conocido a alguien tan frió.
Es un hombre que le lleva por lo menos diez u doce años a Madame Flaille, como casi todos los demás aristócratas que he conocido hasta ahora, es paliducho, delgado y rígido en sus modales, eso en si mismo no me alarmaría ni preocuparía tanto, ya que muchos de ellos son así por su forma de crianza supongo... pero, había algo mas en el que no termino de caerme en gracia, aunque su comportamiento no tiene reproche alguno, se porto con la mayor cortesía posible en este mundo, hubo algo en su mirada tal vez que sinceramente me dejo helada por dentro.
No sabría decirle que fue porque incluso ahora, unas horas después de la reunión donde lo conocí por primera vez, no logro poner el dedo con precisión en aquello que me intranquilizo y descoloco de sobremanera.
No puedo compararlo con el aura de frialdad que lo rodeaba a usted cuando nos conocimos Degel-sama, ya que incluso entonces, su aura helada tenia un toque fresco, calmo y aunque sea absurdo para mí también portaba calidez... pero este hombre... su aura es totalmente diferente, y no me refiero a que tenga dominio sobre el cosmos o algo parecido a lo que usted es capaz, sino mas bien... es como si fuera un ser frió sin sentimientos... casi cruel.
¿Tal vez estoy exagerando un poco? ¿O quizás es solo que no termino de aceptar la situación y el cambio que se avecina? Espero fervientemente que sea eso porque si no es así no se realmente que me depara el futuro con este hombre viviendo en la misma vecindad que yo...
Y algo que me desconcierta mucho es que no parecía haber ningún tipo de afecto entre Madame Flaille y el Barón, eran distantemente educados el uno con el otro, si acaso se voltearon a verse dos veces y fue por pura cortesía, ¡ni siquiera vi un atisbo de que esperaran al menos ser amigos en la unión por venir... fue una interacción casi clínica!
Fue tan austera e impersonal que me dieron ganas de echar a correr de solo imaginar que esto es lo que me espera en un futuro no muy lejano... ¿es esto a lo que debo aspirar si decido dejarme llevar por los convencionalismos de esta época? A un matrimonio frio e impersonal donde el hombre que me compre decidirá mí futuro y tomara decisiones por mi persona sin consultarme ni tomar en cuenta mi opinión, porque seamos realistas aquí, las mujeres en la alta sociedad solo son usadas como moneda de cambio y vendidas al mejor postor por sus padres y hermanos, en este caso alguien con dinero y titulo nobiliario para aportarse a si mismo algo de importancia.
¡Por Athena! Que futuro tan oscuro me espera si esto realmente es así... no creo que pueda aceptar una unión parecida, prefiero escaparme y unirme a una banda pirata huyendo de el ejercito Frances que quedarme y someterme a un hombre que no le interesa mi bienestar mas allá de estar saludable para dar a luz a un heredero y hacer la vista gorda a sus infidelidades...
Eso suena un poco cínico, pero si he aprendido algo en este año y medio que llevo viviendo en esta mansión y de cada visita de las amistades de Madame Flaille, es que así es como funciona el mundo en la alta sociedad Francesa... escuchar a escondidas definitivamente tiene sus usos, como bien usted recordara, no he podido dejar ese mal habito del todo... aunque ahora lo hago con mas cuidado de que no me atrapen o seguro recibo un castigo atroz por parte de mi tutora.
Pero si no es así, ¿cómo entonces aprendo de cómo funciona el mundo a mi alrededor si ella no se digna a explicarme las cosas? ¡En cambio, me pinta un mundo de rigidez y perfección donde la mujer tiene que someterse a su marido y confiar en el ciegamente sin siquiera conocerlo de nada!
Definitivamente si veo que algo parecido se acerca a mi en un futuro huiré despavoridamente de aquí... tal vez en vez de unirme a los piratas decida que es mejor convertirme en Santo de Athena como usted, Degel-sama... aunque seguramente fracase ya que las actividades físicas y yo no nos llevamos para nada bien, pero seguramente es mejor que quedarme aquí y casarme con un desconocido que hará mi vida miserable.
Aunque... de nuevo quizás exagero un poco, y me adelanto a situaciones que aún no han sucedido, ¿a lo mejor fue una mala primera impresión? Y yo solo estoy volando esto fuera de proporciones en un pánico ciego con mi activa imaginación... en dado caso igual le seguiré informando de la situación mediante este avance...
De verdad le deseo bien en su misión y que este sano y salvo cuando regrese al Santuario.
Siempre rezo por su salud y bienestar, al igual que por sus compañeros y su Diosa.
Se despide cándidamente una atolondrada y algo tonta, Fluorite'
Degel no sabía qué hacer con la información dada.
Deposito la segunda carta con lentitud en la mesilla donde descansaba la vela encendida, y se encamino hacia el balcón de su habitación, respirando el aire calmo de la noche mientras sus ojos azules observaban el firmamento y las estrellas que en ese momento brillaban con intensidad en el cielo nocturno.
Fluorite se hallaba en un apretado predicamento, aunque como bien señalo la jovencita francesa, toda su preocupación sobre el hombre que se convertiría en marido de su tutora bien podría ser solo conjeturas de una chica en pánico sobre un futuro incierto y solo fuera una mala primera impresión... sin embargo, algo muy dentro de él le decía que la joven no se había equivocado en su valoración del individuo, después de todo Fluorite había sido la única en aquel lugar de Francia que sabia que algo no estaba bien con Madame Garnet y no se había equivocado.
Madame Garnet una mujer muy hermosa y rica había terminado siendo realmente la Bruja de la Vouvre quien utilizaba la vida de las personas encerradas en gemas para mantenerse joven y volverse mas fuerte. Degel la había derrotado junto a su maestro Krest, en una prueba que ellos dos le habían impuesto a él en aquel entonces, pero todo había sido gracias a Fluorite que su investigación se condujera más rápido de lo que normalmente hubiera sido por su cuenta.
Así que había la posibilidad de que ella estuviera en lo cierto respecto a este hombre. Y eso era mas que preocupante... a la final llego a la conclusión de que, si llegase a suceder lo peor el actuaria, no dejaría que la vida de esa jovencita se arruinara, no... no después de no haber sido capaz de salvar a su padre.
Suspirando, paso sus manos agitadamente por su larga melena verde decidiendo que era mejor si se iba a dormir, ya que el descanso durante su viaje no había sido del todo placentero con eso de que tenia que mantenerse alerta durante todo el trayecto hasta su destino.
Lo tomaría todo como llegara, una cosa a la vez o se volvería loco de la preocupación... aunque eso no quería decir que en ese momento no lo estuviera. No le servía de nada preocuparse cuando aun no había sucedido nada malo.
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Grecia, Athenas – Santuario
Mayo, 5 de 1744
Degel suspiro y masajeo su cien con algo de frustración, mientras fulminaba los papeles apilados en su escritorio no por primera vez ese día. Decir que estaba irritado era quedarse corto, Kardia había estado en uno de esos días en los que el aburrimiento lo consumía y había decidido pasearse por su biblioteca perfectamente ordenada y catalogada y desorganizar una sección entera en busca de un libro que lo entretuviera.
Esta demás decir que el déficit de atención de Kardia podía rivalizar algunos días con el de un niño de dos años y este había olvidado rápidamente lo que fue hacer allí y dejado un desastre cuando se marchó, un desastre que cabe destacar Degel había encontrado al volver de un recado a Rodorio.
En medio del desastre había estado parado Regulus mirado con sorpresa el alboroto, recogiendo los libros con una expresión perdida como si no supiera que hacer o donde colocarlo todo; Degel se paralizo por un momento al sus ojos escanear el sitio y de inmediato supo que Kardia era el perpetrador y no el joven chico portador de la armadura Dorada de Leo, quien al parecer intentaba reparar el daño hecho a la biblioteca sin mucho éxito.
Al instante y probablemente debido al aumento exponencial de su helado cosmos el joven Leo lo había notado, y mirado con ojos tan grandes como granas. Sin embargo, el Acuariano le aseguro que no estaba enfadado con él y después de darle el libro que el chico había estado buscando el peliverde se dedico a recoger el desastre mientras a cada segundo su cosmos fluctuaba por el enfado monumental que sentía.
Si pelear contra otro Santo Dorado no fuera prohibido probablemente no hubiera dudado en ir a propinarle una paliza al Escorpión, pero como eran las cosas solo respiro hondo y siguió con su tarea por el resto de la tarde.
No ayudaba a su temperamento que la situación con la jovencita Francesa estuviera tan tensa e incierta, con su tutora recientemente enfermando y su esposo, el Barón, rondando cada vez más la mansión donde ella vivía. Tampoco que las cartas se hubieran espaciado y la ultima recibida hacia solo unos días lo hubiera dejado con un nudo en el estomago por las preocupantes circunstancias.
Tomando un puñado de papiros los ojeo una vez mas antes de colocarlos en una de las pilas a su izquierda, estaba tan ensimismado en su tarea y sus pensamientos que no noto que alguien había llegado hasta que esta se anunció.
"¿Estás bien, Degel-san?" la suave voz de Sasha, la reencarnación de Athena en esa época hablo desde un costado, caminando hacia el joven hombre.
"¡Athena-sama! Discúlpeme no me di cuenta de que estaba allí" inmediatamente el Santo Dorado se levantó e hinco la rodilla en el suelo bajando su cabeza en forma de respeto.
"No tienes por qué disculparte, se veía que estabas pensando en algo importante con profundidad" la chica de no más de doce veranos le sonrió cálidamente, sentándose en la silla que por lo general el escorpiano más odiado por el momento del Santo de Acuario ocupaba.
"Si usted llama contemplar romper sus reglas y propinarle una paliza a Kardia, algo importante entonces supongo que sí" el joven peliverde suspiro antes de sentarse tras su escritorio nuevamente, fijando su atención en la Diosa que extrañamente lo visitaba a esas tantas horas de la noche. Porque si no se equivocaba debían ser alrededor de las dos de la madrugada. "¿Requería algo, Athena-sama?"
"No, realmente no... pero si he notado que has estado algo preocupado últimamente. El Pope aun no se ha dado cuenta, si es eso lo que ibas a preguntar" ella se rio por lo bajo al ver su sorprendida expresión, sus piernas se bamboleaban en el aire como un niño pequeño, algo que contrastaba con su porte serio de Diosa todopoderosa. "Yo solo me preguntaba si todo estaba bien..."
"No hay nada mal con el Santuario aparte de la actitud despreocupada de Kardia y sus ansias de arruinar la biblioteca" negó el Santo de Acuario, preguntándose si Athena sabría la verdadera razón de su inquietud y que diría a continuación, sabiendo que los Santos, especialmente los Dorados hacían un juramento cuando se les entregaba su armadura de proteger a Athena y a la tierra de todo mal, y su lealtad y atención siempre debía permanecer concentrada en sus labores.
"No, con el Santuario tal vez no, pero estoy segura de que algo dentro de ti te preocupa" inclino la cabeza ligeramente a la izquierda observándolo atentamente, aunque su expresión de tranquilidad y amabilidad no se retiró. Si acaso preocupación surgió en su dulce mirada.
Degel hizo una mueca casi imperceptible, amonestándose a si mismo por no haber previsto que aquel problema acarreara en su vida y dentro de sus obligaciones, pero, aunque él no había faltado a sus deberes como Santo de Athena su Diosa había notado que algo no marchaba bien.
Y el no queriendo ocultarle nada a su Diosa a la cual seguía fielmente y con lealtad, él le hablo de ello, desde el principio de como se conocieron y cuando, y de las cartas intercambiadas que empezaron como una cortesía y evolucionaron en una amistad apreciada, y en los últimos acontecimientos con su preocupación por la vida de la jovencita y que iba a ser de ella si la tutora llegaba a fallecer dejándola con aquel hombre que le ocasionaba a ella inquietud y rechazo.
No se guardo nada, y a la final solo el silencio reino en el Templo de Acuario.
"Creo que, si algo malo llegara a pasar, estaría bien si la trajeras al Santuario... aquí estará a salvo y siempre podemos asignarla como doncella al Santuario para que no haya comentarios" Sasha dijo lentamente, pensando detenidamente la situación sin percatarse de la sorpresa en el joven hombre frente a ella.
"¿Está segura de eso, Athena-sama? Nunca ha conocido a Fluorite, y sinceramente no le debe nada, nadie esperaría que usted la acogiera sin más" comento Degel despacio, no queriendo rechazar la idea, pero también le daba curiosidad de porque su Diosa había dicho aquello.
"Pero tu si la conoces, Degel-san, y para ti es una persona querida... yo también conozco esa sensación de querer ayudar a los que mas quiero y no saber como hacerlo... se que no podemos salvarlos a todos en esta tierra, pero a los que, si podemos alcanzar, debemos extenderle una mano" fue su honesta pero triste respuesta.
Con una sonrisa pintada en sus labios rosas, ella se levantó del asiento siendo imitada por el Santo Dorado, quien la acompaño hasta la salida de su Templo.
"Cuando llegue el momento, sé que puedes ir por ella con todas mis bendiciones" y con ese último comentario al mayor se retiró dejándolo perdido en sus pensamientos.
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Grecia, Athenas – Santuario
Octubre, 19 de 1744
La concentración de Degel ciertamente no estaba en el camino que recorría, aunque ciertamente no lo necesitara siendo que se lo sabia de memoria desde que era un joven aprendiz y debía recorrer las doce casas zodiacales para llegar a ver al Pope. Acabada de terminar una misión de dos meses, y aunque estaba satisfecho de haberla completado a la perfección, sus nervios estaban tan tirantes que seguramente si se cruzaba con Kardia y este estaba de humor para meterse con otros, lo más probable era que respondiera de un modo poco educado, por no decir violentamente.
Ya que la ultima carta recibida en Marzo había conllevado la noticia que mas ansiedad le había causado, Madame Flaille había fallecido y desde entonces, había estado esperando una carta de Fluorite diciéndole que se iba de Francia o que por lo menos le dijera que iba a hacer a continuación, pero... no había habido palabra alguna o eso creía el ya que inmediatamente después de la noticia una misión muy importante había llegado que el no pudo ignorar, así que por lo menos tenia la esperanza de que a su llegada hubiera algún tipo de información.
Si acaso presto la suficiente atención en cada Templo zodiacal para pedir permiso para pasar, queriendo entregar el reporte y verificar si algún mensaje había llegado para él. Literalmente paso como una exhalación por todo el Santuario hasta detenerse frente a la cámara papal, donde tomo rienda de sus emociones dispersas y con el ceño fruncido entro y se arrodillo frente a ambas eminencias.
"¿Como concurrió la misión?" Pregunto el Pope, parado nuevamente a la izquierda de Athena.
El joven hombre de largos cabellos verdes tomo una profunda respiración, aplacando su ansiedad y se lanzo en una detallada explicación de cada cosa que ocurrió en los dos meses de ausencia, respondiendo preguntas tan sucintamente y directo al grano como pudo, hasta que finalmente el Pope estuvo satisfecho con su desempeño y tomo el pergamino que detallaba la misión, dejando la sala con solo dos ocupantes.
"Degel, antes de irte... esto llego para ti dos semanas después de marcharte" Sasha se levanto de su asiento de piedra y mármol y le entregó una carta, su expresión era seria y algo preocupada.
Degel tomo la carta, sintiendo su corazón latir tan deprisa que por un momento se preguntó si tendría un ataque al corazón, pero inmediatamente se dio cuenta de que el remitente no era de Fluorite aunque si venía de la misma dirección, y al ver el nombre frunció el ceño.
Jean Luc.
Rápidamente la abrió, y sus ojos escanearon las líneas, y con cada párrafo su cosmos iba en aumento al igual que su temperamento, para cuando llego al final la cámara papal estaba tan helada que las respiraciones de ambos podían apreciarse a simple vista.
'Me disculpo de antemano por escribirle de la nada sin conocernos de antemano, pero la situación lo ha ameritado.
Mi nuevo señor me dio una carta que debía enviarle, pero que dadas las circunstancias decidí obviar, porque el contenido estaba designado para desanimarlo a seguir en contacto con Mademoiselle Fluorite, exponiendo su argumento como no aceptable que un joven hombre no emparentado con la niña se mantuviera en contacto con ella y por consiguiente terminando su correspondencia.
Sin embargo, yo me tome la molestia de relatarle la verdad con el fin de que usted pueda, con sus contactos y poder ayudar a la que fue en su día la protegida de mi fallecida Madame Flaille.
El Barón ha tenido una fuerte discusión con Mademoiselle Fluorite, apenas una semana después del funeral que termino con la nombrada encerrada en su habitación por tres días en los que la niña intento y fallo en escaparse de la mansión; desafortunadamente la servidumbre y yo no pudimos asistirla, y apenas a los dos días unos Messieurs and una Madame de cuestionable reputación arribaron y apenas unas horas después se llevaron a la niña por la fuerza mientras nosotros solo podíamos observar y escuchar sus gritos.
Me tomo algo de tiempo, pero con discreción y algunas conexiones, supe que esos desconocidos no eran lo que decían ser y que en realidad el Barón había vendido a la niña a un infame burdel de poca monta por una mísera suma de dinero. Nuestra fuente de información nos alerto sin embargo de que Mademoiselle Fluorite logro escaparse apenas un día después, pero hasta ahí llego nuestra información, le perdieron la pista luego de eso... no sabemos que fue de ella ni donde esta.
Le pido humildemente, aunque somos desconocidos, que por el bien de esa niña la encuentre... aun es muy joven e inocente, no durara mucho estando sola y sin dinero en las calles de Paris.
Si usted es la persona de la que tanto hablo esa jovencita con admiración y cariño, entonces... sálvela.
Jean Luc'
Si hubiera sido posible, la furia helada del Santo Dorado de Acuario seguía en aumento mientras su cerebro procesaba las palabras y solo todo el entrenamiento por el que paso que forjo su carácter no le permitía dejar ir su control en presencia de su Diosa.
"Ve, Degel" la voz de Sasha fue firme y con mando, sus ojos esmeraldas refulgían con la intensidad de su inmenso cosmos divino. "Ve a Aries y dile a Shion que por órdenes mías que debe transportarte a Francia de inmediato"
"Athena-sama..." sus ojos que normalmente eran claros, en ese momento solo estaban oscuros e insondables. Pero su resolución se implanto en un segundo y con una última reverencia, se dio media vuelta y salió de la sala papal, sin darle importancia a la estela de cristales de hielo que dejaba al pasar, y solo con un objetivo en mente.
Francia.
Continuara...
Bueno aquí esta el cap, espero les haya gustado mucho y me digan su opinión en forma de reviews.
La apariencia de Degel esta basada en el Manga/Gaiden, y con Fluorite me he tomado libertades ya que no especifican su fisionomía.
Las fecha que hemos colocado van acorde con el comienzo de la Guerra Santa y que habíamos investigado previamente, sin embargo, esto se contaría como un "AU" porque algunas cosas fueron modificadas para los fines de esta historia owo
La actualización esta a la vuelta de la esquina así que atentos c:
¡Nos vemos en el próximo capitulo! ¡Dejen sus opiniones!
Pd: Creamos una pagina en facebook para dar aviso de las actualizaciones de estas historias de TLC, al igual que iremos subiendo dibujos de los diseños de algunas OC entre otras cosas :3
Pagina de Facebook: Sister Of The Heart-SSTLC
¡Únanse, las esperamos!
Pd: Ahora una breve info de este fanfic: "..." esto entre comillas es dialogo, mayormente lo uso porque estoy ya acostumbrada a escribir en ingles, y debido a eso se me ha pegado la maña... bueno, sabrán cuando mi mejor amiga escriba por la diferencia entre ".." y —...— este pues ella usa guion largo c: Ademas que dejaremos una firma correspondiente de cada una al finalizar cada capitulo.
Zoteria
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