Advertencia: en este y el proximo capitulo hay smut o situación subida de tono, pueden saltarlo si no es de su agrado, pero es bastante relevante en los proximos capitulos.

Disfruten la lectura<3

HEESEUNG.

Jake se quedó paralizado por un segundo, pero se recuperó casi al instante. Su piel suavemente afeitada se rozó con la mía cuando nuestras bocas chocaron; sus labios acariciaron con confianza los míos, firmes y seguros.

Lo ataqué con una necesidad agresiva, sintiendo que mi deseo por el estaba fuera de control ahora que había dejado de luchar contra el.

Mi miembro estaba duro como el acero contra su rígida longitud mientras nuestros cuerpos se estrechaban el uno contra el otro.

Aparté la boca, con el corazón palpitando.—Jake...

—¿Quieres parar?—preguntó mientras me miraba fijamente, con la duda entrando en sus hipnóticos ojos miel.

—no.

—Bien. Porque muero por hacer esto—me agarró la mandíbula y acercó mi cara a la suya. Chispas de calor se dispararon directamente por todo mi cuerpo cuando arrastró su lengua sobre mi piercing para luego tomar mi labio inferior entre sus dientes
—Me he estado preguntando cómo se sentiría besar a alguien con un piercing y por alguien me refiero a ti.

El tono grave de su voz me hizo sentir un escalofrío de lujuria, y tuve que reprimir un gemido. Todo lo que este tipo decía y hacía me estaba volviendo completamente loco.

—¿no tienes frio? —apreté mi cuerpo contra el suyo, y recorde por un segundo que el rubio habia desgarrado su camiseta para ayudarme con mi lesion y que claramente tenia el torso descubierto, mire por un momento su abdomen completamente trabajado y sus brazos tonificados y por primera vez sentia que estaba bien, admirar el cuerpo de otro chico.

Acerque mi boca a su cuello, chupando lo suficientemente fuerte como para dejar una marca allí. No fue suficiente. Mis manos tantearon la hebilla de su cinturón cuando solté mi boca de su cuello, jadeando contra él mientras su mano se deslizaba por debajo de mi ropa, recorriendo con sus dedos las crestas de mis abdominales.

—Heeseung...—su gemido torturado mientras le desabrochaba los vaqueros me dio la confianza necesaria para seguir adelante.

—No sé lo que estoy haciendo, pero voy a esforzarme para que te sientas jodidamente bien—empujé sus vaqueros hacia abajo y agarré su miembro a través de su ropa interior.

Jake siseó y me clavó los dientes en el cuello, perdiendo el control cuando le di una caricia experimental a su longitud. Era un poco raro tocar el miembro de otro chico ya que jamas lo habia hecho, pero seguí con lo que sabía que me gustaba, pensando que él me diría si hacía algo mal. Entonces le bajé los bóxers y volví a tocar su ereccion con la mano. Sus manos se dirigieron a mis vaqueros, pero rápidamente lo detuve, negando con la cabeza.—Quiero concentrarme. Si me tocas, voy a reventar.

Jake gimió, su cabeza cayó hacia atrás contra la roca detrás de él, y me aferré a su cuello de nuevo, chupando y lamiendo sobre su piel mientras lo acariciaba arriba y abajo, lento y seguro.
—Nunca había tocado la polla de otro chico.

Se le escapó una carcajada baja antes de volver a gemir.—No te detengas... Joder, me vuelves loco.

—El sentimiento es mutuo—admití. Nunca se había sentido tan bien darle placer a otra persona.

Cuando Jake empujó hacia arriba en mi mano, aumenté el ritmo un poco más. Sentí que se ponía rígido, y entonces se corrió; chorros calientes y vizcosos chorriaron mi mano y empaparon mi sudadera.

—Mierda, lo siento...—respirando fuertemente, miró hacia abajo entre nosotros.

—No es gran cosa—me encogí de hombros, apartándome de él y quitándome la sudadera—. Úsala para limpiarte si quieres.

—Eres tan sexy—sus ojos recorrieron mi cuerpo, y mi polla golpeó contra mis vaqueros—. ¿Puedo tocarte...?

—¿Me pides permiso ahora, después de que no sólo me inmovilizaste contra la pared, dos veces, sino que te corriste en toda mi mano?—levanté una ceja, y él me dedicó una sonrisa ladeada mientras se abrochaba los vaqueros.

—Sí. Más vale tarde que nunca, ¿eh?

Tragando con fuerza, lo miré fijamente a los ojos.—Muéstrame tus habilidades, Golden Boy.

Jake me quitó la sudadera de las manos y la tiró al suelo.—Prepárate para que te vuele la cabeza.

—Oigo hablar mucho, pero no veo nada de acción—me burlé de él, y sus ojos se oscurecieron mientras se acercaba. Volvió a lamer el metal de mi anillo labial, atrayéndome hacia él.

—Puedo sentir lo mucho que me deseas—empujó sus caderas contra las mías, y los dos respiramos con fuerza mientras pasaba sus manos por mi pecho y mis abdominales, deteniéndose en la parte superior de mis vaqueros. Sus dedos trabajaron rápidamente para desabrocharlos y, finalmente, liberó mi dolorosa erección para rodearla con su mano.

Al primer toque, gemí y me aferré a su mano.—Más fuerte...

—¿Qué tal esto en su lugar?—preguntó, reclamando mi boca con un beso salvaje. Luego, separando su boca de la mía, fue bajando hasta el elastico de mi bóxer.

Jake me miró por un momento con una mirada pesada y lujuriosa, antes de rodear mi miembro con sus labios. Mis dedos se aferraron a sus hebras rubias mientras él se lanzaba hacia adelante, llevándose toda mi longitud a la garganta.

—Oh, joder...—mis pelotas se tensaron y estaba a punto de correrme, el avanzaba tratando de abarcar todo mi miembro y tan solo mirar la escena hizo que me sacudiera en su boca mientras se tragaba todo lo que le daba.

Jake me soltó y se enderezó, limpiándose la boca mientras yo me desplomaba de nuevo contra la arena extrañamente tibia, con las piernas temblorosas. Cuando recuperé el aliento, tiré de él hacia mí.—Nunca me he corrido tan rápido en mi vida. No pude aguantar. En cuanto tuviste tu boca sobre mí, todo se acabó.

Una sonrisa lenta y satisfecha se dibujó en su rostro y me dio un beso en la mandíbula.—Lo tomaré como un cumplido.

—Sí, tal vez. Aunque es un poco embarazoso...—murmuré.

—Oye, no duré mucho más—su boca se dirigió a mi cuello y lamió mi piel, haciéndome temblar—. Esa fue la mejor maldita paja que he tenido.

—¿Sí?

Levantó la cabeza para mirarme.—Sí. Lo dije antes, y lo diré de nuevo: me vuelves loco, Lee Heeseung—extendió su mano, tomó la mía y la apretó contra el bulto que se tensaba contra sus vaqueros—. ¿Ves lo que me haces?

Mi propia polla se agitó cuando le apreté ligeramente a través de sus vaqueros, arrancando un gemido bajo de su boca. Me incliné más hacia él.—No sé qué estoy haciendo, pero no quiero parar.

—¿Quieres venir a casa conmigo?—preguntó—. Tendremos la casa para nosotros toda la noche—me dijo esas palabras en los labios, con una voz sugerente que me hizo subir el cierre de mis jeans a una velocidad récord y saltar en un pie hasta donde estaba la sudadera con capucha tirada en la arena. La recogí, sacudiendo la arena, y me la metí bajo el brazo. Volviéndome hacia él, me encontré con su mirada hambrienta.

Nos miramos fijamente durante un largo y cargado momento, hasta que finalmente dije:—Vamos, aunque aún necesito un poco de ayuda para caminar–el rubio se acomodo poniendo mi brazo arriba del suyo, para ayudarme a subir y caminar hacia donde habia dejado estacionado el auto.