✧ 06 ✧
—¿Sobre qué?
—¿Puedo pasar? —pidió permiso apretando los labios.
Taehyung lo dudó un poco, ¿Por qué debería dejarlo pasar? Aunque pensándolo bien, nunca antes se había atrevido a entrar a su habitación durante el poco tiempo que estaban en esa casa.
—Supongo que si —se encogió de hombros.
Jungkook asintió con la cabeza, cerró la puerta y avanzó con cautela hasta llegar a una distancia prudente de Taehyung, éste se sentó en la orilla de la cama, mirando con curiosidad al pálido.
—¿Y?
—Eh... yo... —duda en sus palabras, ¿realmente para qué se había molestado en ir a la habitación de su hermanastro—. Quería que me ayudaras con una tarea.
—¿Qué? —ríe incrédulo—. ¿Quieres que yo te ayude con la tarea?
—Por lo que veo, eso es lo que estabas haciendo —Jungkook apuntó hacia las libretas que estaban sobre la cama.
—Eh... si, pero, ¿Por qué quieres que te ayude? Creí que lo sabías todo.
—Hay algunas cosas que no sé, soy humano como todos, no soy perfecto —mintió solo para ver la reacción del rubio.
—Puedes buscar en libros o yo que sé.
—Me da pereza y quiero que tú me lo expliques —con toda la confianza, se sentó a su lado mirándole de soslayo.
—¿Por qué haces esto?
—¿Hacer qué, ricitos de oro?
Jungkook era todo un experto en coquetear cuando verdaderamente se lo proponía y eso solo causó que
las mejillas de Taehyung se encendieran, pero la mueca en su rostro decía lo contrario a los fuertes latidos de su corazón.
—No me llames así, suena ridículo.
—Bien, si no quieres que te llame así, entonces, ayúdame —extendió su propia libreta.
—Pero... se supone que tú me odias, he intentado llevarme bien contigo y solo me ignoras, ¿Por qué de repente me pides ayuda con la tarea? ¿A que quieres llegar? —le cuestiona.
—Tal vez ya cambié un poco mi mentalidad, quiero llevarme bien contigo.
—Estoy seguro que al amanecer, olvidarás que te ayudé con tu tarea y volverás a odiarme.
—Probablemente, pero por hoy, quiero ser un buen hermano.
—¿Hermano?
—Claro, así que ayúdame.
Jungkook estaba desesperado, tenía miedo. Miedo de que Hoseok le delatara con los demás vampiros.
Tenía la fuerte necesidad de proteger a Taehyung, no entendía la razón, únicamente pensaba en la excusa que el tonto rubio usó aquel día en el bosque.
«Imagína esto, encuentran a mi hermano muerto en medio del bosque, tu madre me asesinaría y toda la culpa caería en mi, me llevarían a la cárcel y mi padre estaría decepcionado de mi por no cuidarte bien»
Sí, le parecía algo muy estúpido, pero sonaba muy... tierno de su parte querer cuidarlo, así que, él haría lo mismo
Quizás la inseguridad lo provocó, tal vez fue Hoseok, pero desde ese día, haría lo necesario para mantenerlo a salvo.
Pasaron alrededor de treinta minutos donde Taehyung no dejaba de hablar explicando paso a paso como hacer la tarea de matemáticas y Jungkook comenzó a pensar que su voz era bonita.
—¿Entendiste?
—Sí, creo que ya lo hice.
—Bien —Taehyung aclaró su garganta—. Entonces ya puedes irte.
Jungkook le mira y cierra su libreta.
—¿No vas a pedir algo a cambio?
—¿Eh?
—Es decir, tu molesto hermanastro te robó tu valioso tiempo. Seguro que ahora esperas algo a cambio. Sé que eres tan ambicioso como tu padre —insinuó.
—Mi padre no es así, creo que me harías un gigantesco favor manteniendote lejos de mi vista.
—Ah, ya te pareces a mí, como sea, no me iré sin pagarte.
Taehyung asumió que Jungkook iría a buscar algo de dinero; después de todo, eso sería lo típico en alguien como él. Sin embargo, jamás imaginó lo que ocurriría a continuación: Jungkook tomó su rostro con delicadeza, acercándolo para observarlo más de cerca. La yema de sus dedos rozó suavemente sus labios antes de inclinarse para dejar un suave beso sobre su mejilla.
Ese gesto lo descolocó por completo, tanto que quedó en estado de Shock y no supo como reaccionar.
—Ahora si me iré, nos vemos, ricitos de oro —Jungkook se levantó con esa sonrisa llena de victoria y salió de la habitación de Taehyung.
Su corazón latía demasiado, pudo asegurar que sus mejillas ardían, ¿de verdad su molesto hermanastro acababa de besarle en la mejilla? Quizás no era para tanto, pero para Taehyung, si que lo era.
Se dejó caer de espaldas sobre el colchón de su cama, con la mirada perdida en el techo, intentando en vano apartar sus pensamientos de él. De esos labios suaves que lo habían rozado con una dulzura cautivadora. De esos ojos que parecían atravesarlo, fijos en los suyos. Del leve roce del piercing frío que había acariciado su piel, dejando una sensación imborrable, de ese apodo ridículo haciendo referencia a su cabello. Y de esa ligera sonrisa que, sin saberlo, le entregaba por completo al rubio.
¿Qué estaba pasando por su mente? Jungkook solo quería llamar la atención y ya, quizás su razón de estar ahí si haya sido netamente por la tarea, pero... ¿Por qué le habia besado? ¿Por qué carajos no podía dejar de pensar en lo que había pasado hace apenas unos minutos?
Negó con la cabeza, no, no podía permitirse eso, no caería ante su hermanastro.
Taehyung había odiado a Jungkook desde el primer día y estaba convencido de que siempre lo haría.
O al menos, eso quería creer. Porque, en el fondo, después de aquel beso tan dulce, la enorme barrera que los separaba se desvaneció, dejando espacio para sentimientos completamente nuevos y desconocidos que comenzaban a surgir en su interior.
🍂🍂🍂
Ninguno de los dos hablaron durante el día, ni en la parada de autobuses, ni camino a casa y seguramente así seguirían, de no ser porque a la madre de Jungkook se le ocurrió que sería buena idea ir al cine como salida "familiar"
—¿Qué? ¿Por qué? Tengo cosas más importantes que hacer, ir al cine es una perdedera de tiempo —Jungkook se opuso a la idea.
Taehyung quería saber el porqué se comportaba tan grosero y otras veces, era sereno.
¿Qué mierda pasaba por su cabeza? Definitivamente Somin no merecía un trato así de su hijo.
—Jungkook, hijo, será una noche de familia, será divertido —Mi-sung intenta convencerle, pero el chico solo voltea los ojos con severa molestia.
—No soy tu hijo y no quiero ir.
—Jungkook, deja de ser tan grosero —Somin le reprochó.
Taehyung mantenía un semblante serio. ¿Por qué Jeon Jungkook tenía que ser tan complicado? ¿Por qué siempre parecía disfrutar cuando los demás le suplicaban? Detestaba esa parte de su personalidad... en realidad, lo detestaba por completo.
Después de una breve discusión, Jungkook subió las escaleras. Justo cuando Somin y Mi-sung asumieron que no volvería a bajar, apareció con una chaqueta oscura de cuero, su cabello desordenado ahora perfectamente peinado, y unos jeans que lo hacían lucir irresistiblemente sexy.
Estaba básicamente perfecto, y eso le molestaba demasiado.
No, no eran celos, era más bien era la sensación en su estómago cuando hicieron contacto visual por un par de segundos.
—¿De verdad vas a ir? —Somin pregunta al ver que se dirigía a la puerta.
—Sí, pero no comeré nada del cine —Jungkook salió y Taehyung quería entender a esos dos que, de repente, se unieron a su vida cotidiana.
Durante el trayecto a la ciudad, Taehyung no podía dejar de pensar en lo extraño que era que Jungkook y Somin nunca comieran verduras ni cereales; su dieta consistía únicamente en carne. Sin embargo, Somin, siempre tan considerada, solía cocinar platos aparte para él y Mi-sung, demostrando un gesto amable. A pesar de ello, para Taehyung, ese par seguía siendo un enigma, una rareza difícil de ignorar.
Había algo inquietante en ellos. No solo eran similares físicamente, con sus rasgos marcados y expresiones casi indescifrables, sino también mentalmente, como si compartieran una conexión que los hacía diferentes al resto. En el poco tiempo que llevaba conviviendo con ellos, Taehyung había aprendido a tolerar, aunque con esfuerzo, ver a su madrastra y a su hermanastro devorar carne en todas sus formas, sin que el asco lo dominara por completo.
¿Por qué estaba pensando en eso? Tal vez solo intentaba distraerse del hecho de que Jungkook, guapo pero lamentablemente arrogante, estaba a su lado, cada tanto, él le lanzaba miradas de reojo que, por más que quisiera, su corazón no podía ignorar.
Cuando llegaron, Taehyung se apresuró a bajar junto a su padre y Somin, dejando a Jungkook atrás, quien no parecía importarle demasiado.
—Chicos, ustedes vayan a la fila de la comida, yo no quiero nada pero, Mi-sung, ¿quieres algo? —Somin le pregunta con una sonrisa dulce.
—Solamente un combo de palomitas.
—Bien, traigan un combo de palomitas y pidan lo que quieran —Somin le entregó su cartera a Taehyung, quién la tomó confundido.
—¿No vas a necesitarla?
—Traje mi otra billetera —dijo ella con una sonrisa ladeada—. Apúrense, nosotros iremos a comprar los boletos.
Se alejaron caminando hacia el otro extremo del cine.
Sin embargo, Taehyung no podía dejar de pensar en lo extraño que era que su madrastra le confiara una cartera llena de dinero.
—Métete a la fila —murmuró Jungkook, dándole un leve empujón.
¿Que si Taehyung quería ignorarlo? Por supuesto que sí, y estaba decidido a cumplir esa misión durante toda la fila y las dos largas horas que duraría la película.
—Taehyung, ¿pedirás algo para ti? —Jungkook se acerca a una distancia demasiado imprudente, aunque era obvio que lo haría, la fila era larga y casi no había espacio.
—Eh... si, creo —hizo un esfuerzo sobrenatural para sonar casual y no nervioso.
—¿Qué pedirás?
—Jeon Jungkook —dijo con voz dura—. Llevas ignorándome desde la mañana y ahora, ¿quieres saber que es lo que pediré?
—Sí.
«Maldito hijo de puta» Taehyung piensa, pero no era momento para perder su cordura y destrozarle esa pequeña pero molesta sonrisa de sus labios.
—Malteada de vainilla.
—¿Qué? —Jungkook arqueó las cejas sin entender.
—Que voy a pedir una malteada de vainilla —Taehyung rodó los ojos.
—Ah, ¿Por qué de vainilla?
Taehyung no lo entendía, ¿Por qué Jeon Jungkook quería hacerle una estúpida conversación informal? ¿Qué pasaba por su estúpida cabeza? ¿Por qué después de actuar como un idiota preguntaba cosas que le causaban ternura?
—Porque es mi sabor favorito.
—¿Puedo saber si hay alguna razón detrás de eso?
—No sé que quieres que te diga —Taehyung ladeó su cabeza, a la distancia, Somin los apuntaba con un dedo tan descaradamente, pero al darse cuenta de que Taehyung la miró, ella volvió a girarse para hablar con Min-sung.
—Lo que sea para matar el tiempo, no puedo seguir tratándote como si no existieras, al parecer no puedo bloquear personas en la vida real.
Ese solo comentario, aunque estaba lleno de sarcasmo, hizo que su paciencia se fuera a la mierda.
—Yo también quisiera bloquearte.
Jungkook soltó una ligera risa.
—¿Sabes? Hay muchas chicas que me están observando en este momento —Metió ambas manos a su bolsillo.
—¿Y? ¿Crees que eso me interesa?
—Solo quería hablar de cualquier cosa, ya sabes, de los temas de conversación que tiene un adolescente normal.
—Entiendo... pero no quiero hablar de chicas.
—¿Por qué? ¿No eres bueno con las chicas o Jimin tenía razón?
—¿A que te refieres? —Taehyung lo sabía muy bien y en esos momentos quería matar a Jimin por haber gritado su sexualidad ese día en su casa.
—No es nada, como sea, cuéntame esa historia sobre ese sabor de vainilla.
Taehyung quería gritarle y decirle que no iba a seguir hablando sobre eso, que preferiría tragar tierra a tener una conversación con él y tener que explicarle algo tan tonto.
—Sólo me gusta y ya, no hay explicación.
—Creo que si lo hay, creí que serías más de chocolate o fresa, pero, ¿vainilla? ¿A quién le gusta ese sabor?
—Pues a mi.
—¿Y por qué?
—¿Has visto ese helado de sabor napolitano? —Jungkook asintió mirándole con atención—. Cuando era pequeño, me sentía muy mal porque el sabor de vainilla estaba en medio, todos preferirían irse por el chocolate o fresa, pero yo no, siempre tuve mucha fijación en las cosas que para mi, lucían solitarias.
—Pero, está en medio, ¿Por qué sería solitaria?
—No lo sé, pero a mi me parecía así, a mamá le encantaba el de fresa y papá era más de limón.
Jungkook hizo una mueca divertida ante su corta explicación.
—¿Qué? ¿Quieres burlarte?
—No, es que ahora sé porque tienes el cabello así —apuntó hacia sus rizos no definidos qué caían sobre su rostro.
—Hijo de... —suspiró—. Bien, ahí tienes tu explicación, ahora cállate.
—Hey, el grosero soy yo, ricitos de oro ahora tiene una excusa para ese color de cabello.
—Jeon Jungkook, juro que voy a golpearte —amenazó.
—Hazlo, te doy el permiso.
Taehyung ya no quería seguir hablando, decir que se sentía humillado ante cada palabra de Jeon Jungkook es decir poco, porque ni siquiera podía defenderse.
—Cállate.
—Hey, no te molestes, pero, ¿de verdad esa era tu explicación-?
—¡No, la acabo de inventar porque no te callabas, solo me gusta ese sabor y ya!
—¿Acabas de inventar algo así solo para mi?
Taehyung no quería apartar la vista de esos ojos grandes y brillantes, pero tuvo que hacerlo en contra de sus deseos.
—No.
Cuando finalmente fue su turno de pedir, Jungkook agarró las palomitas de su padre mientras que Taehyung sostenía su bebida junto al refresco de su padre.
—¿Por qué ustedes no comen nada más que carne? —Taehyung pregunta una vez que salen de la fila.
—No es de tu incumbencia —ese Jeon frío volvió en cuánto se juntaron con Somin y Mi-sung, esa sonrisa desapareció por completo, no lo entendía, ¿sufría de algún trastorno de bipolaridad o algo así?
Quería comprenderlo, tal vez incluso ayudarlo, pero era evidente que no le hacía feliz ver a Somin y su padre tomados de la mano, como lo haría una pareja de casados. Taehyung ya se había acostumbrado; no había motivo para mostrarse indiferente. Después de todo, estaban casados y tenían todo el derecho de tomarse de la mano en público.
Sin embargo, Jungkook parecía no poder aceptar eso.
Cuando entraron a la sala de cine para ver una película de terror, Taehyung estuvo a punto de decirle a su padre que quería cambiar de asiento con para no estar al lado del bipolar de su hermanastro, pero no podía exponerse así y menos enfrente de Somin.
Notó cómo Jungkook escribía rápidamente un número en su teléfono, hundiéndose en su asiento sin siquiera prestar atención a la película. Luego, se llevó el dispositivo al oído, y el sonido del tono de marcado confirmó que, efectivamente, estaba a punto de llamar a alguien en pleno cine.
—Jeon Jungkook —Somin pronunció su nombre con firmeza haciendo que éste volteara a verle—. ¿Con quien hablas? Deja ese teléfono ahora.
—Lo siento, mamá, hablaré con mi novia afuera, no me tardo.
—¿Qué? —Somin lo miró incrédula.
«¿¡Qué!?»
Pensó Taehyung al mismo tiempo.
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¿Dijo novia? 🙊🙊🙊
Jeon Jungkook va a sacarnos canas verdes a todos (a Taehyung) 🤭
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