✧ 04 ✧
Maldita sea.
¡Pero maldita sea!
¿Qué había hecho Taehyung para merecer eso?
La profesora los colocó en el mismo equipo de Sociales junto a Jimin, le resultaba difícil tan siquiera intercambiar palabras con el sin que terminara en ofensas o discusiones.
¡Pero tan difícil convivir con ese idiota a diario!
Intentó, por mucho tiempo desde que lo conoció, llevarse bien con él, pero ya, tenia un límite y Jungkook ya lo había rebasado desde hace un tiempo.
Suspiró con dificultad avanzando hacia la casa con Jungkook a su lado, volteó a verlo de reojo por un segundo y pudo notar que tenía las manos en los bolsillos mientras su cabello se revolvía con el aire frío de un invierno recién iniciado.
Era algo guapo, no había porqué negarlo, pero esa piel pálida no le favorecía para nada y su cabello lacio ligeramente largo se le veía mejor peinado hacia atrás qué para adelante, porque sus ojos se ocultaban-
—¿Qué? ¿Qué me ves? —Jungkook giró a verle molesto.
—No estaba viéndote —Taehyung aclaró la garganta apartando su vista.
—Me he dado cuenta que, efectivamente lo estabas haciendo, me incomoda un poco, así que no lo hagas.
Taehyung bufó ante su respuesta, de todos modos, ¿de qué le servía ser guapo si era una mierda de persona? Exacto, de nada.
Cuando llegaron a casa, Somin abrazó a Taehyung menos a Jungkook, éste fue directo a encerrarse a su habitación apenas y puso un pie en la casa.
—Taehyung, ¿cómo se está portando Jungkook? —Somin pregunta antes de dejar ir al rubio.
—Eh... bien, supongo.
Somin sonrío genuinamente, era increíble lo mucho que se parecía a Jungkook.
—Me refiero si a sido amable contigo o si ya consiguió amigos, creo que has podido ver que no es muy bueno hablando con las personas.
Taehyung pensó en si era buena idea decirle como se estaba comportando en realidad, pero, eso sería prácticamente "quemarlo" con su madre y se suponía que eran "hermanos" así que lo que los hermanos hacen es cubrirse, ¿es así?
—Eh... a sido un poco más amable a como me trataba cuando apenas lo conocía —acomodó su cabello—. Y... si, creo que si a conseguido amigos, lo he visto siempre con un grupo de chicos.
—¡¿Es en serio?! Vaya, un progreso por fin.
—Sí... ¿mi padre llegará a cenar? —pregunta para desviar un poco el tema, no es como si quisiera seguir hablando de su estúpido hermanastro.
—¡Sí! De hecho ya está en camino.
Somin se despide para ir a la cocina y preparar algo para cenar y Taehyung sube las escaleras para llegar a su habitación.
Cierra la puerta y deja caer su mochila en el suelo, poco más de una semana ya había pasado ahí en Portland.
Así que quiso recapitular un poco en lo que ha pasado ahí, saca una libreta de la maleta la cual no había tenido el valor de usar porque era un regalo muy especial.
De su madre.
Se recuesta en su cama y observa las primeras páginas con atención, eran fotos de pequeño junto a sus padres, y a su perro ya fallecido, esos recortes... su madre lo hizo especialmente para él con una nota en la primera hoja que hacía estremecer su corazón.
Para mi pequeño pedazo de alma, porfavor, usa las páginas sobrantes para poner recortes o anotar cosas que sientas que son importantes para ti, no te sientas mal cuando ya no esté contigo, siempre estaré en tu corazón.
No dejes de mostrar esa sonrisa rectangular tan preciosa que tienes.
Con amor: tu querida madre.
Sus manos temblaron, hacía mucho tiempo que no lo leía, le daba tanto sentimiento pensar en su madre.
¿Era buena idea comenzar a anotar su vida en Portland?
Tal vez si.
Así que pasa las siguientes hojas hasta llegar a una vacía y anota la fecha junto con las iniciales de su nombre.
18/11/92. K.T.H
No se como comenzar, me siento mal invadiendo esta libreta, pero igual lo haré porque necesito hablar contigo.
Mamá, quiero contarte como va mi vida en Portland, porque si, me mudé a los estados unidos, sé que tal vez lo sabes desde donde sea que estés, pero papá volvió a casarse.
No quiero que te sientas triste, porque en el fondo se que estarías feliz de ver a papá tan reluciente como lo está ahora con mi madrastra.
Ella tiene un hijo llamado Jungkook, es un maldito dolor de cabeza.
Somin me ha tratado muy bien, la conocí a inicios de año y sé que es muy pronto para que se casaran, pero no reproché a mi padre.
Siento que llevé la situación con madurez y acepté que algún día él iba a rehacer su vida.
Pero parece que alguien no está feliz.
Mi hermanastro.
🍂🍂🍂
—Apresúrate, Jungkook —Taehyung rodó los ojos, él fin de semana había llegado, pero para desgracia de ambos, no podían ni descansar por las múltiples tareas que les dejaban.
Ese día irían a hacer el maldito cartel en casa de Jimin luego de discutirlo en un grupo que Jimin creo (fue difícil pedirle el número a Jungkook) pero al final se decidieron.
No era como si Jimin pudiera ir a casa de alguno de los dos y se diera cuenta de que viven en el mismo lugar.
Taehyung aun no podía entenderlo, ¿Por qué Jungkook estaba aferrado a actuar como si nunca antes se habían visto? ¿Tanto era su odio por él?
Lo cierto era que Taehyung no lo odiaba, no podía.
¿A quién engañaba? ¡Lo detestaba!
Jungkook baja las escaleras y sin esperar a Taehyung, abre la puerta y sale.
«Aquí vamos de nuevo» Pensó Taehyung, ¿Qué fijación tenía Jeon al querer adelantarse siempre aun sabiendo que ya llegarían tarde?
Luego de una espera de 10 minutos del autobús y llegar en casi una hora al centro de la ciudad, por fin llegaron a la casa de Jimin.
—Oye, Jungkook, te diré una cosa, quiero que te comportes aquí —Taehyung le mira de reojo.
—¿Qué? ¿Piensas que soy un jodido animal o qué?
—Exactamente por eso lo digo, eres grosero y siempre estás a la defensiva, compórtate como un humano, ¿quieres? —Taehyung le mira con molestia y toca el timbre.
—Jódete.
La casa de Jimin era bonita, de un color celeste y con madera blanca, era de dos pisos y vivía en una de las zonas más caras de esa colonia.
—¡Chicos! Creí que no vendrían —Jimin les recibe con una radiante sonrisa, invitándoles a pasar.
—Tu casa es increíble, Jimin —Taehyung se dio el tiempo de observar cada rincón de la casa.
Pero jamás se imagino que su hermanastro se inclinara para susurrarle algo al oído—. Tienes una fijación por las casas bonitas, ¿Eh?
—Cállate —masculló, alejándose de él.
Jimin les mira con curiosidad desde atrás—. Vengan por aquí —cierra la puerta y sube las escaleras junto a Jungkook y Taehyung.
Entraron a la habitación de Jimin, era grande, espaciosa y con paredes blancas, llenas de posters de artistas.
—¿Trajeron el material?
—Sí —Taehyung se quita la mochila, pero Jungkook fue más rápido y le extendió su propia mochila a Jimin.
—Vaya, esto es mucho más de lo que necesitábamos. Buen trabajo, Jungkook —lo felicitó Jimin con una sonrisa.
—Eh... yo también traje algunas cosas —Taehyung cerró la boca al ver las múltiples pinturas, pinceles, recortes y decoraciones qué Jimin estaba sacando de la mochila de Jungkook.
Le miró de reojo, pero éste parecía absorto mirando el suelo.
—No hace falta, Taehyung, mejor empecemos a hacer esto, yo conseguí el maldito cartón, ahora vuelvo, no me tardo —Jimin salió de su habitación y cerró la puerta.
—¿En qué momento conseguiste todo eso? —Taehyung se acerca para reprocharle.
—¿Tengo que decírtelo? No es de tu incumbencia —espetó de mala manera.
—Bueno, es que nunca vi que salgas a ningún lugar durante esta semana más que a la escuela, ¿de donde sacaste tantas cosas?
Jungkook bufó con molestia y se sentó en el suelo para acomodar las cosas, Taehyung se sintió ofendido al ver como lo ignoraban tan descaradamente.
—¡Aquí está! Este es el modelo —Jimin coloca el cartón sobre el suelo y saca su celular para enseñarles a ambos sobre lo que harían.
—Es horrible, busca otro —Jungkook finalmente habla.
Jimin frunce el ceño ante sus palabras—. De hecho... es el mejor que encontré en Internet.
Jungkook, no seas grosero —Taehyung le regaña y se sienta frente a él.
—Cómo sea —agarra las tijeras y comienza a cortar el cartón con facilidad.
—¿Jeon...? ¿Cómo lo cortaste así de rápido? —Jimin estudiaba sus movimientos, sintiendo que ese chico no era de ese planeta.
—Tengo fuerza —se encogió de hombros.
«Qué ridículo te ves presumiendo» Taehyung dice en medio de sus pensamientos.
—Taehyung, tú puedes pintar el cartón ya cortado —Jimin ignora la tensión qué se sentía en la habitación.
—Claro...
El tiempo pasó, Jimin trataba de hacer conversaciones algo cortas con Taehyung, éste respondía de buena forma, en cambio, Jungkook, era cortante, grosero, y se mantenía serio mientras veía la imagen y se apresuraba a pegar los recortes en el cartón.
—Está quedando muy bien —Jimin sonríe—. Ustedes dos... ¿Ya se conocían? —insinúa, Jungkook voltea a verle al igual que Taehyung.
—¿Qué? No, claro que no —Taehyung se muerde los labios sintiendo nervios repentinos.
—¿Entonces por qué...? Olvídenlo, es una tontería —murmuró Jimin, deteniéndose al notar la intensa mirada de Jungkook sobre él.
Taehyung no dice nada y vuelve a concentrarse en continuar pintando el cartón.
—Ya, en serio, díganme, ¿Por qué están muy tensos? Relájense, lo que sea que haya sucedido entre ustedes, deben olvidarlo —Jimin agrega, quitándose el miedo de encima
—¿De qué hablas? —Jungkook ladeó la cabeza—. No sé que estás insinuando, pero yo no tengo nada que ver con don ricitos.
—¿Qué? —Taehyung apretó la mandíbula, dedicándole una mirada asesina.
Y Jimin ya había buscado su entretenimiento.
—¿Viste eso, Taehyung? Ya te puso un apodo, que tiernos —Jimin reprime una carcajada, porque justo en ese momento, la tensión de ambos se había convertido en la nueva novela de Park Jimin.
—Ni siquiera lo conozco —Taehyung baja la mirada.
—Yo tampoco a ti —Jungkook responde en lugar de Jimin.
—Jungkook, ¿te gustan los chicos? —Jimin pregunta.
—Jimin... —Taehyung intenta decirle con la mirada que se callara de una vez.
—¿Y esa pregunta? Solo somos compañeros de equipo, no debes hacer preguntas personales —la paciencia de Jungkook iba a esfumarse pronto.
—Entonces eso es un sí, pido una disculpa, pero a Taehyung le gustan los chicos, por si quieres saberlo-
—¡Jimin! —Taehyung salto hacia a él para taparle la boca—. No sigas hablando, porfavor —pidió entre murmullos.
—Sí, si, ya quítate —Jimin le empujó.
Jungkook se relamió los labios, encontrando algo cómica la peculiar amistad que ellos dos compartían. Era tan inusual que no pudo evitar sentirse ajeno.
—Bien, no me interesaba saber eso, pero, ¿Qué dices tú, Jimin? ¿A ti te gustan los chicos? —Jungkook tiene algo en mente, algo que le hará saber si sus pensamientos dicen la verdad.
—¿Yo? Claro que si, no le digan a nadie, pero —Jimin se acercó al par de chicos-. Me gusta Min Yoongi.
—¿¿En serio?? —Taehyung abre la boca sorprendido.
Pero Jungkook rodó los ojos, porque no era eso lo que tenía en mente.
—Claro, yo sé que le gusto también, solo falta que lo diga.
Taehyung se ríe en forma de burla, su amigo era muy transparente, porque él había notado desde el primer día la química qué los dos tenían.
Por otro lado, Jungkook observa de reojo al rubio que está a su lado. Esa risa tan peculiar que escapó de sus labios le provoca una sensación extraña en el estómago, algo que no logra descifrar. Cuando es pillado por Taehyung y esa sonrisa se esfuma para dedicarle una mirada asesina, decide desviar la mirada para continuar con el trabajo.
—Entonces... Taehyung, ¿no hay alguien quién te guste?
—Jimin, ¿no crees que en lugar de ventilar sus vidas amorosas podrían ayudarme? Si lo hicieran, terminaríamos mucho más rápido —replicó Jungkook, adelantándose a Taehyung.
El rubio le mira sorprendido, puesto a que no quería responder a la pregunta, entonces le agradeció mentalmente.
—Hay, ya, ¿Por qué eres muy grosero, Jeon? —Jimin frunció los labios en espera de una respuesta, pero ésta nunca llegó, Taehyung intenta aligerar el ambiente cambiando de tema.
Finalmente, la maqueta quedó lista, Jungkook y Taehyung se despidieron de Jimin, éste cuestionó el porqué se iban juntos, pero Taehyung se apuró a aclarar que irían a la misma parada de autobús, Jungkook agregó que vivía cerca de la ciudad.
Taehyung no lograba comprender por qué Jungkook insistía en ocultar que vivían bajo el mismo techo y que eran hermanastros. ¿Por qué seguía mintiendo? ¿Acaso le desagradaba tanto?
Llegaron a la parada de autobuses, nadie dijo alguna palabra, o así fue hasta 5 minutos después.
—Jungkook, ¿Por qué fuiste tan grosero con Jimin? Está bien que lo seas conmigo, pero con otras personas... eso te hace causar una pésima primera impresión, ¿no lo crees? —no era su intención ofenderle, pero Jungkook no lo vio así.
—¿Te importa? No es tu puto problema, yo trato a las personas como se me de la gana.
—¿Ves? Ahí está, peleas por estupideces, ¿podrías por una vez en tu vida poder comportarte como la gente normal?
Jungkook quiso decir algo más hiriente, pero el autobús llegó, y lo cierto era que no quería seguir hablando con el chico rubio.
Fue el primero en entrar, sorprendido de la cantidad de personas que habían. Avanzó con cautela hasta encontrar un asiento libre, Taehyung le imita y se sentó a su lado sin dignarse a mirarle a los ojos.
—¿Podrías cambiarte de asiento? Me incomoda tu presencia —Jungkook llama su atención.
—¡¿Por qué me odias tanto?! Está bien, me largo, ni siquiera quería estar a tu lado.
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Holaaa
Nota: éste fanfic estará ambientado en los 90s, por fin me decidí ☺️
Gracias por leer, espero que puedan pasar a apoyarme en mi cuenta de tiktok, se llama igual que mi nombre de aquí en wattpad 💗
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