twenty. county fair
O2O | COUNTY FAIR
Audrey se encontraba sentada sobre su cama, viendo con Jackie se movía de un lado a otro con nerviosismo. La morena se encontraba arreglando sus cosas para la entrevista con Princeton.
—¿Dónde está mi currículo? —preguntó, observando a su alrededor. Audrey, quien tenía los papeles entre sus manos, se los tendió—. Lo siento. Estoy nerviosa.
—Estoy segura de que vas a ser aceptada, no te preocupes demasiado —murmuro, dándole una leve sonrisa—. Solo recuerda lo que hablamos.
—Tengo que fingir que estoy hablando contigo. Entendido.
—A todo esto, ¿cómo iras al concierto? —cuestionó. La morena se detuvo para observarla—. Olivia y yo podemos pasar por ti.
—Danny lo hará. Pero gracias —Jackie respondió mientras que a la vez se colocaba su mochila—. Nunca he ido a un concierto de una feria del condado.
—No has vivido. Son geniales.
—Como tu digas.
—Lo digo en serio —Audrey exclamó. La contraria elevó una ceja en su dirección—. Puede que no sea como los conciertos que hay en Nueva York, pero sin duda es algo que no te puedes perder.
En ese momento, el teléfono de la castaña comenzó a sonar, indicando que tenia una llamada entrante. Al saber de quien se trataba, rodó los ojos con fastidio, para luego apagar su celular.
—¿Estas segura de querer acercarte a él después de la competencia? —Jackie preguntó. No sabía mucho sobre su historia familiar, pero si estaba segura de que no era nada buena.
—Si, estaré bien. No te preocupes —la chica negó—. Además, solamente lo haré para ayudar a Danny.
—No me refiero a eso. Me preocupa que me llames desde la estación de policía porque estrellaste la cabeza de ese hombre contra una pared —espetó. Audrey soltó una carcajada ante su comentario.
—Prometo no hacer nada impulsivo.
—Bien, pero si no lo haces recuerda que tengo un par de abogados que pueden sacarte de prisión sin mucho problema.
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Audrey se encontraba sentada en la última fila de las gradas en compañía de Sydney. Ambas chicas estaban manteniendo una conversación mientras esperaban a que el turno de Alex llegara.
—Entonces, ¿seguiremos fingiendo que no te estas muriendo porque Isaac aun no te pide que seas su novia? —Audrey preguntó, desviando su mirada hasta su amiga, quien casi se ahoga con su refresco.
—No estoy tan desesperada —intentó negar. La castaña elevó una ceja con diversión.
—No eres tan disimulada como tú crees, Syd. Puedo notar cuando lo buscas con la mirada.
—No es algo que pueda controlar. Llevo años tratando cambiar mis sentimientos hacia él, pero parece ser imposible —Sydney se defendió, haciendo que la contraria riera levemente—. Además, se me hace imposible no estar al pendiente de Isaac desde que comenzó a hablar con Grace. Sé que a ella le gusta él, pero no sé si será reciproco.
Audrey se quedó en silencio por unos segundos, observando a su amiga con una mueca.
—A Isaac le gustas tú —dijo. La rubia frunció el ceño.
Sabía que ella no debería de estar diciéndole aquello, pero no podía soportar verla sufrir por pensar cosas que no eran.
—Eso no...
—Él me lo dijo —la contraria la interrumpió, sonriendo con diversión—. Soy la mejor amiga de ambos, no mentiría con algo así.
—¿En serio?
—En serio —aseguró, notando la desconfianza en su voz—. De todas formas, era bastante obvio que él tenía sentimientos por ti.
—Me siento como cuando todos sabían que le gustabas a Alex menos tu —Sydney murmuró.
Por un tiempo, la mirada de la chica se perdió en la multitud, analizando las palabras que su amiga le había dicho. Isaac no era un chico que buscase relaciones serias, por lo que le sorprendía que estuviese interesado en ella.
Sin embargo, no pudo decir nada al respecto, ya que unas manos se posaron en sus hombros, tomándola por sorpresa. Cuando la chica se volteó, logro ver a Isaac con una sonrisa ladina.
—Hablando del diablo —Audrey dijo con diversión.
—¿De que hablaban? —preguntó, tomando asiento junto a las chicas.
—De lo estúpido que eres.
—Me lo tomaré como un alago —murmuró.
Sydney rió levemente ante sus palabras, haciendo que Isaac sonriera. Audrey rodó los ojos, fingiendo tener arcadas al notar su interacción.
—Coqueteen en otro lugar, quiero enfocarme en la competencia de mi novio.
La rubia sintió como sus mejillas se sonrojaban al escucharla. Sabía lo que su amiga estaba planeando.
—Nadie dice nada cuando tú y Alex coquetean.
Audrey rodó los ojos con diversión, pero cuando estuvo a punto de responder, la voz del locutor hizo eco en los parlantes del lugar.
—A continuación, viene Alex Walter, el número ocho, quien hizo una impresionante carrera de debut. ¡Denle un fuerte aplauso de bienvenida!
A penas aquellas palabras salieron de sus labios, Audrey se colocó de pie para poder aplaudir por su novio con facilidad. Al poco tiempo después, el lugar se llenó de aplausos para el chico.
Alex sonrió, para luego comenzar a guiar a su caballo a través de la pista. El chico lo estaba haciendo increíble, pasaba los obstáculos sin mucha dificultad, y eso la multitud pareció notarlo, ya que no dejaban de apoyarlo.
Sin embargo, cuando el pecoso llego a los conos, el caballo dejó salir un relincho, seguido de un clic metálico, lo que llamó la atención del público.
—Ay no, que desastre. Parece una rienda rota —habló el locutor—. Este novato tuvo un comienzo prometedor en la competencia, pero esto es una gran decepción para Alex Walter.
—¡Lo hiciste genial, Alex! —la pelinegra exclamó, esperando que su novio no se sintiera demasiado afectado al respecto.
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Luego de unos minutos, la chica se encontraba caminando en dirección al establo de los caballos, sabiendo que encontraría a Alex en aquel lugar. Cuando dio la vuelta logró ver a Cole con una pequeña sonrisa, sin embargo siguió de largo para poder llegar junto a su novio.
Cuando ingresó al establo diviso a Alex, quien estaba recostado sobre una de las vallas de madera. Cuando el chico escucho pasos acercándose a el, elevó la vista, logrando encontrar a la pelinegra.
—La rienda se rompió en el peor momento posible. Me siento tan tonto —el pecoso habló con rapidez.
—No digas eso. Es algo que podría haberle pasado a cualquiera —Audrey lo tranquilizó—. No fue tu culpa.
—Pero debería haber revisado mejor el equipo antes de la competencia. Esto no debería haber pasado.
—Todos cometemos errores, Alex. Lo importante es que tú y el caballo están bien. Además, aprendiste algo para la próxima vez, ¿no?
—Supongo que tienes razón. Pero aún me siento mal por lo que pasó.
—Eres un gran jinete y todos lo saben, Alex. Tendrás muchísimas otras oportunidades para demostrarlo.
—Gracias, linda —Alex murmuró, suspirando levemente—. Tus palabras siempre me hacen sentir mejor.
Audrey sonrió, rodeándolo con sus brazos para unir sus cuerpos en un abrazo.
—Estoy aquí para ti, Alex. Siempre lo estaré.
—Prometo hacerlo mejor la próxima vez.
La chica asintió, sabiendo que el pecoso cumpliría su palabra. Luego de unos segundos de estar abrazándose, Audrey se separó levemente para decir;
—¿Sabes que le pasaba a Cole? Porque lo vi salir con una gran sonrisa.
—Sí, hablamos y arreglamos nuestras diferencias.
—¿En serio? ¿Ustedes dos? —preguntó con incredulidad. Una sonrisa divertida adornaba sus labios—. Suena como algo sacado de una película.
—Tuvimos una buena conversación y nos dimos cuenta de que habíamos malinterpretado muchas cosas.
—¿Así que no hubo una épica batalla de miradas y frases cortantes? —la chica bromeó.
—No, nada de eso. Solo dos chicos hablando como adultos —el pecoso respondió con sarcasmo.
—¡Vaya, qué sorpresa! ¿Y quién empezó la conversación? ¿Tú o él?
—Diría que fuimos ambos al mismo tiempo...
Al notar la seriedad en su voz, Audrey frunció el ceño. Tal vez si estaba hablando en serio después de todo.
—Espera, ¿hablas en serio? ¿De verdad lo arreglaron?
—Hablamos de verdad y nos entendimos. Está todo bien entre nosotros ahora.
—Me alegro por ti, Alex —Audrey exclamó con una sonrisa—. Es genial escuchar eso. De verdad.
—Gracias, Audrey —murmuró, aunque antes de seguir hablando se interrumpió—. ¿Al final vas a hablar con tu padre?
—Si. Lo mejor es dejar de posponer lo inevitable —dijo con una mueca.
—Puedo acompañarte si quieres.
—Creo que puedo arreglármelas por mi cuenta.
—Si necesitas algo sabes que puedes buscarme —Alex musito, acariciando con delicadeza la mejilla de su novia.
—Lo sé.
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Padre e hija se encontraban en un rincón de la feria, rodeados por la atmósfera cargada de emociones reprimidas y recuerdos dolorosos. Audrey miraba fijamente a su padre con una mezcla de enfado y tristeza en sus ojos.
Había pasado años tratando de superar el abandono de su padre y sanar las heridas que él había dejado atrás, y ahora se encontraba cara a cara con el hombre que una vez había sido su héroe y su fuente de dolor.
—No puedo creer que después de tantos años te hayas atrevido a volver, papá —dijo la chica, su voz temblorosa pero firme—. ¿Qué te hace pensar que quiero hablar contigo después de todo lo que me hiciste pasar?
Oscar tenía la mirada llena de arrepentimiento, se esforzaba por encontrar las palabras adecuadas para explicar sus acciones y buscar el perdón de su hija.
—Audrey, lo siento. Sé que cometí un error al irme de casa y abandonarte, pero después del divorcio tu madre me dijo que no me querias volver a ver —respondió el hombre, su voz estaba llena de angustia. La chica lo miró con el ceño fruncido.
—¿De qué estás hablando?
—No hay excusas para lo que hice, pero te juro que he cambiado. He pasado años tratando de enmendar mis errores y ser una mejor persona —Oscar continuó, ignorando la pregunta de su hija.
—Papá, ¿que te dijo mi madre exactamente? —nuevamente cuestionó Audrey, sintiendo como una mueca se formaba en su rostro.
—Qué me odiabas —respondió con duda.
La chica frunció el ceño. No podía evitar sentirse abrumada por las emociones que la invadían.
—Yo nunca te he odiado, papá —murmuró—. Mamá debe de haber mentido, después de todo, no sería la primera vez que lo hace.
—¿Estás hablando en serio? —Oscar preguntó, sintiendo una punzada en el pecho. La joven asintió—. No lo puedo creer... Tu madre me decía constantemente que no querías verme, que no querías saber nada de mi.
—Yo siempre traté de verte, pero mamá siempre encontraba una manera de impedirlo. Me decía que no valía la pena. Me hizo sentir culpable por querer verte —Audrey habló con lentitud. No quería llorar, pero era inevitable que las lágrimas no se acumularan en sus ojos—. Mamá siempre fue muy persuasiva.
Oscar asintió, estando de acuerdo sus palabras. Luego, un silencio se instaló entre ellos. Ninguno sabía cómo continuar, y sus emociones estaban demasiado alborotadas. Habían perdido demasiado tiempo juntos por una mentira.
Después de pensarlo por unos segundos, Oscar se acercó a su hija, rodeando su cuerpo en un abrazo. Aquella acción fue suficiente para que las lágrimas que Audrey había estado reteniendo cayeran sin control alguno.
—Lamento tanto que hayas tenido que pasar por todo esto tu sola —musito, dejando suaves caricias sobre su cabello—. Deberíamos de haber hablado. Yo tendría que haber encontrado una forma de ponerme en contacto contigo.
—No es tu culpa, papá —murmuró.
Ambos se quedaron en completo silencio por unos segundos, disfrutando de la compañía del otro. Se habían extrañado mucho más de lo que pensaban.
—¿Qué tal si vamos a comer? —Audrey recomendó—. Mis tripas van a comenzar a sonar en cualquier momento si no ingiero algo.
Oscar rió levemente ante sus palabras. A pesar de los años, su pequeña seguía siendo la misma.
—Claro, cariño.
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Audrey caminaba hacia la entrada de la feria del condado con tranquilidad. Una sonrisa brillante adornaba su rostro. El sol de la tarde iluminaba su cabello y sus ojos reflejaban una gran alegría. Después de pasar tiempo con su padre, sentía una mezcla de emoción y alivio, como si un gran peso hubiera sido levantado de sus hombros.
Al acercarse a la entrada, vio a Alex esperándola, apoyado contra un poste de madera. Audrey aceleró el paso y se dirigió directamente hacia él.
—¡Alex!
El aludido se dio la vuelta al escuchar su nombre, sonriendo levemente al ver a su novia.
Cuando estuvieron frente a frente, Audrey tuvo la intención de hablar nuevamente, pero se vio interrumpida cuando los labios de Alex fueron a parar contra los suyos.
La chica sonrió entre el beso, disfrutando de la cercanía del contrario. Había momentos en donde aún se le hacía difícil creer que Alex y ella eran una pareja.
—Supongo que esa sonrisa significa que todo salió bien —murmuró el pecoso. La castaña asintió, emocionada.
—¿Recuerdas que te conté sobre los problemas con mi papá? Pues, hablamos y lo arreglamos. Finalmente, todo está bien entre nosotros.
—Audrey, eso es increíble —dijo Alex, sintiéndose feliz por su novia. A pesar de que ella no solía hablar mucho sobre el tema, sabía que le afectaba—. Estoy muy feliz por ti.
—Fue una conversación larga y difícil, pero valió la pena.
—Me alegra mucho saber eso. Te lo mereces. Estoy seguro de que tu papá también está muy feliz de tenerte de vuelta en su vida.
Audrey asintió, sonriendo levemente al recordar los momentos que había compartido con su padre.
—Sí, fue un momento muy emotivo. Pero, ahora, quiero disfrutar de la feria contigo —exclamó la castaña, cambiando el tema de conversación—. ¿Qué te parece si empezamos por ese puesto de peluches? Quiero ver que tan buena puntería tienes.
—¿Estás insinuando que soy mal tirador?
—Solo quiero asegurarme de que puedes ganar algo más grande que una piruleta —bromeó.
—Desafío aceptado.
Alex tomó con firmeza la mano de Audrey, para luego comenzar a caminar hacia el puesto que la chica había mencionado. Cuando estuvieron frente al lugar, los ojos de la chica se iluminaron.
—¡Mira ese oso gigante! —exclamó.
—Vamos a ver si puedo ganarlo para ti —el pecoso dijo, sonriendo ante la emoción de la contraria.
—No te presiones. Si fallas, siempre puedes comprarme uno —musito con diversión. Sabía bien que Alex no se iba a ir de aquel puesto sin ganar. Era demasiado competitivo.
—Confía en mí, no va a ser necesario.
Alex se acercó al puesto y observó con atención los patos de hule, alineados en una fila. Tomó la escopeta de juguete que le ofrece el encargado del puesto, siente su peso en las manos y ajusta la posición. Audrey lo observó con una sonrisa divertida.
El chico se colocó en posición, separando ligeramente los pies para un mejor equilibrio. Lleva la culata de la escopeta al hombro, cerrando un ojo para apuntar con mayor precisión. Los patos de hule se balancean lentamente de un lado a otro, haciendo el desafío un poco más complicado.
—Aquí vamos...
El pecoso tomó una respiración profunda para luego apretar el gatillo. El primer disparo resuena y uno de los patos cae al suelo con un golpe sordo.
Audrey entreabrió sus labios con sorpresa. No esperaba que el chico pudiera lograrlo en su primer intento.
—¡Uno menos!
Alex sonríe levemente, sin perder la concentración. Vuelve a apuntar, ajustando su enfoque para el segundo disparo. Espera el momento adecuado, luego aprieta el gatillo nuevamente. Otro pato cae, rodando fuera de la plataforma.
—Uno más —dijo con confianza.
Alex toma su tiempo, asegurándose de que su último disparo sea perfecto. Con una exhalación lenta, aprieta el gatillo por tercera vez. El último pato de hule se tambalea y cae al suelo.
—¡Lo hiciste! ¡Botaste los tres patos! —Audrey exclamó, dando unos cuantos aplausos con sus manos—. Estoy impresionada.
—¡Felicidades! —el vendedor del puesto espeto—. Puedes escoger el peluche que quieras.
Alex no lo dudo y rápidamente señalo el gran oso de peluche que Audrey había mencionado al inicio.
—Quiero ese.
El hombre le entrega el peluche a Alex, quien a su vez se lo entrega a Audrey. Al recibir el peluche, Audrey no pudo evitar preguntarse qué había hecho para merecer a alguien tan maravilloso en su vida. Ninguna de sus ex parejas habría hecho algo así por ella.
—Para ti, linda —el pecoso murmuró, sonrojándose levemente.
La pelinegra se acercó a él con una sonrisa en sus labios. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, deposito un suave beso en su mejilla.
—Eres el mejor.
—No es la gran cosa —el pecoso le restó importancia.
—Lo digo enserio. Significa mucho para mí. Nadie antes había hecho algo así por mí.
Alex carraspeo su garganta al sentir como el calor subía a sus mejillas.
—Me alegra poder hacerlo. Tú mereces eso y más.
En cuanto esas palabras salieron de sus labios, el pecoso rodeó los hombros de Audrey con uno de sus brazos, para luego dejar un suave beso sobre su cabeza y continuar avanzando por la feria. Aún tenían demasiado por hacer.
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Después de disfrutar de los autos chocones en la feria del condado, Audrey y Alex comenzaron a sentir hambre, por lo que decidieron dirigirse a un puesto de comida cercano. El aroma tentador de las delicias locales los atrajo de inmediato. Mientras ordenaban sus alimentos, se encontraron con Sydney e Isaac, quienes también estaban disfrutando de la feria.
Después de recoger sus pedidos, encontraron un lugar para sentarse juntos. Mientras compartían los primeros bocados, Alex miró a Audrey con una sonrisa cálida.
—Creo que no te lo había dicho, pero te ves hermosa hoy.
La aludida sintió cómo el rubor le subía rápidamente por las mejillas, sintiéndose un poco nerviosa por el cumplido inesperado de Alex en medio de sus amigos.
Isaac se giró con rapidez hacia la rubia junto a él, mirándola con una sonrisa cómplice. Sydney asintió, sabiendo que ambos no podrían desperdiciar la oportunidad de burlarse de sus mejores amigos.
—¡Vaya, vaya! No puedo creer que alguien haya logrado hacer sonrojar a Audrey.
—Estamos ante un momento histórico.
Audrey trató de ocultar su sonrojo detrás de un sorbo de su bebida, mientras Alex, un poco avergonzado por las burlas, se unió a las risas de Isaac y Sydney.
—Bueno, solo estaba diciendo la verdad. Audrey siempre se ve increíble.
—Gracias... —la pelinegra dijo, sonriendo levemente.
—¿Qué sigue, Alex, poesía bajo la luna? —Isaac continuó.
—Sabes que siempre he sido un romántico incomprendido.
Luego de su comentario, el grupo continuó compartiendo risas y buenos momentos mientras disfrutaban de la comida y la compañía en la animada feria del condado.
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Al llegar a la casa de los Walter, Audrey y Alex se dirigieron con rapidez hacia la habitación del pecoso para poder descansar mientras Katherine
—No entiendo cómo puedes ser Team Jacob. Edward es obviamente el mejor —Audrey insistió.
—Jacob es mucho más fuerte y protector. Es el compañero perfecto para Bella.
—Jacob era raro —dijo la pelinegra con una mueca—. Además, Edward es un vampiro.
—Sí, pero Jacob tiene el encanto natural. No puedes negarlo.
—No voy a continuar discutiendo sobre esto contigo. No es mi culpa que no puedas ver lo obvio.
—Lo obvio es que Jacob es la elección correcta —continuó el pecoso, guiñándole un ojo con diversión.
Al ver como la chica le daba la espalda, Alex se sentó sobre la cama de golpe y la dio vuelta con delicadeza. La chica intentó protestar, aunque se vio interrumpida cuando el chico comenzó a hacerle cosquillas, haciendo que estallara en risas mientras intentaba apartarse de sus manos juguetonas.
Aquel momento que la pareja estaba compartiendo se vio interrumpido cuando Isaac abrió la puerta de su habitación de golpe. Detrás de el venia Parker, quien abrió los ojos con sorpresa al verlos.
—¡Vaya, vaya! ¿Qué tenemos aquí?
—¡Alex, para! ¡Isaac, ayúdame! —Audrey exclamó, causando una risa en el moreno.
Parker, mirando la escena con sorpresa, se dio la vuelta y comenzó a correr por la casa mientras gritaba:
—¡Mamá, papá! ¡Alex y Audrey estaban juntos en la cama!
Al escuchar sus palabras, la pareja se separo con rapidez, compartiendo una mirada llena de pánico.
—Sera mejor que vayan a explicarle a George lo que de verdad paso si no quieren que les prohíban dormir juntos otra vez —Isaac se burló.
Alex se colocó de pie de un salto, mientras comenzaba a correr detrás de su hermana pequeña.
—¡No es lo que parece!
JES'S NOTE !
APARECI DESPUES DE MESES 🧘🏻♀️ no los culpo si me odian por no actualizar porque la verdad es que deje esta historia abandonada iqndkqndkw 😭
se me hizo un poco difícil escribir este capítulo, principalmente porque llevo demasiado tiempo sin escribir y ya no me siento cómoda con mi escritura :c pero me esforcé para que el resultado fuera agradable 💘
sigo amando la relación que audrey y alex tienen, DE VERDAD QUE ES LO MÁS SANO Y HERMOSO QUE HE ESCRITO 💕 me motivaron a seguir escribiendo.
ya tengo los próximos dos capítulos listos, así que voy a tratar de subirlos entre hoy y mañana!
GRACIAS POR LEERME <3 luv u
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