twelve. a chaotic thanksgiving day
O12 | A CHAOTIC THANKSGIVING DAY
La casa de los Walter durante la mañana era un completo desastre, especialmente el Día de Acción de Gracias, ya que todos se paseaban por la cocina para verificar que tenían todos los ingredientes que iban a necesitar para su plato, de lo contrario, tendrían que hacerle una lista a los adultos de la casa para que estos pudieran comprar lo que les faltaba.
Audrey se había levantado un poco más tarde de lo usual, así que ahora se encontraba bajando las escaleras a toda velocidad para poder tomar algo de desayuno antes de irse al instituto.
—Buenos días —exclamó con una sonrisa cuando ingresó en la cocina. Alex levantó la mirada de su libro casi de inmediato al oír su voz.
El chico espero que la castaña se acercara a él, pero no lo hizo. Lo cual hizo que una mueca se apoderara de su rostro. ¿Estaba molesta con él o simplemente estaba sobre pensando?
—Buenos días, cariño —Katherine la saludo con cariño, deteniendo su acción para poder observarla—. Hay panqueques.
—Genial —murmuró, acercándose a la isla de la cocina, agarrando un tenedor y un plato para poder servirse comida.
—¿Parker? —la mujer llamó a su hija.
—¿Mhm?
—¿Quieres preparar las batatas?
—Claro.
—Yo también quiero ayudar —se quejó Jordan.
—Te toca el pan de maíz —contestó la rubia, caminando hacia la mesa para poder desayunar—. Cada uno hace un plato distinto.
—Yo hare las batatas, ustedes pueden pelear por lo otro después —sentenció Katherine, haciendo que ambos chicos asintieran.
—Buenos días —Jackie y Nathan hablaron a la vez. El chico fue directo a la jarra llena de jugo.
—Oigan, hay panqueques —la mujer informó.
—Solo café para mí, gracias —Jackie negó con una sonrisa.
—¿Fueron a correr otra vez? —Audrey preguntó, ya que cuando se despertó no vio a la morena por ningún lado.
—Si, cuatro kilómetros y con jaqueca —el chico informó.
—¿Otra vez? —Katherine cuestionó.
—Si, siempre me pasa cuando hace frio —respondió, restándole importancia. Audrey lo observó con una mueca llena de preocupación, Nathan siempre había sufrido de jaquecas, pero estos últimos días le habían estado dando más seguido. Y estaba casi segura de que eso no era normal.
—Deberías de comer algo —Audrey murmuró, la madre del chico estuvo de acuerdo.
—Esta bien.
En ese momento, George ingresó en la cocina con dos grandes bolsas en sus manos, parecían pesadas.
—¿En eso marinaremos los pavos?
—Si —contestó—. Pesan siete quilos, no tenemos nada mas.
Audrey sintió como alguien colocaba una de sus manos en su cabeza, para luego desordenarle el cabello. Cuando levanto la mirada para ver de quien se trataba, pudo ver a Isaac, quien tenía una sonrisa divertida.
—¿Y esa chaqueta?
—Se me ve bien, ¿no es así?
—Oye Isaac —George lo llamó cuando le prestó atención a lo que estaba usando—. Tal vez quieras ponerte un abrigo más cálido. Hay un 80% de probabilidad de nieve.
—Hay que sacrificar la comodidad por el estilo —respondió con simpleza, sirviendo un vaso de jugo—. Esta chamarra de cuero dice que soy duro. Un galán con labia. ¿Me explico?
—Ya quisieras —se burló Audrey—. Cuando te quemes por el frio no te voy a cuidar.
—Ambos sabemos que si.
—¿Sabes algo de mi papá? ¿Sabes a qué hora llamara mañana? —Lee bombardeo de preguntas al adulto cuando lo vio en la cocina.
—Si, a las once en punto —respondió. El chico asintió, para luego caminar hacia la mesa en donde Isaac y Audrey se encontraban tomando desayuno.
—¿Qué estas haciendo? —Isaac le preguntó a su hermano cuando vio como ajustaba algo en su reloj.
—Poniendo la alarma.
El mayor y Audrey lo observaron con una mueca, para luego mirarse mutuamente. Isaac había aprendido con el tiempo que su padre casi nunca cumplía con los horarios de las llamadas.
—Audrey, cariño —Katherine la llamó—. ¿Pasaras el día de acción de gracias con nosotros?
—¿Puedo? —cuestionó, aun y cuando siempre suele estar ese día con la familia Walter debido a que su madre casi nunca está en casa.
—¡Por supuesto que sí! —los dos adultos de la habitación exclamaron con emoción, haciéndola sonreír con dulzura—. Sabes que eres más que bienvenida. A este punto ya eres una Walter más.
—Entonces iré revisando los ingredientes.
Ambos adultos le sonrieron. Luego Katherine observó su reloj, y una mueca se apodero de su rostro al ver la hora.
—¡Tenemos que irnos!
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Audrey se encontraba luchando consigo misma para no quedarse dormida en clases. El profesor Nikhil parecía estar hablando en otro idioma, ya que la castaña no le prestaba atención, su mente estaba en otro lado, o bueno, en otra persona.
—Dicho esto, su lectura asignada para su descanso será la novela de Thomas Wolfe —habló el hombre, mientras escribía en el pizarrón. Audrey bufo, odiaba cuando los profesores les daban tarea para su tiempo libre—. El niño perdido.
—¿Hay créditos extra para eso? —Jackie cuestionó cuando el profesor le dio el pase para hablar.
—Ah, ¿qué tal si escriben 500 palabras o menos relacionando los temas del texto con una historia de su vida?
En ese momento el timbre sonó por toda la escuela, haciéndoles saber que la clase había terminado. Todos los alumnos se apresuraron a colocarse de pie para poder largarse del lugar, pero a diferencia de los demás, Alex se estaba dirigiendo al puesto de Audrey, quien parecía estar bastante ocupada viendo algo en su teléfono.
—Que mal que tendremos que leer en vacaciones —Alex bufo una vez que llego a su lado. Audrey elevó la mirada al escucharla, sonriendo levemente cuando vio al pecoso—. Al menos el libro es corto.
—Van a ser unos cuatro días bastante ocupados —dijo la castaña, colocándose de pie.
—¿Si? —preguntó el pecoso con confusión, caminando detrás de la chica, quien asintió.
—Tengo que terminar una tarea de química, tengo que preparar mi plato para el día de acción de gracias —enumeró, haciendo memoria—. Y tengo que...
—Audrey —Alex la interrumpió.
—¿Qué?
—¿Estamos bien?
—Si, ¿por qué?
—Porque siento que estas evitándome, desde la cita... —murmuró—. ¿Hice algo que te molesto?
—No, por supuesto que no —Audrey se apresuró a responder—. ¿Por qué piensas que te estoy evitando?
—Es que no hemos hablado en todo el día, así que pensé que había hecho algo mal.
—No, no es nada de eso —la castaña contestó, agarrando las manos del chico entre las de ellas—. Lo siento si te hice sentir así. No hiciste nada mal, te lo prometo. De hecho, puedo decir con seguridad que fue la mejor cita que he tenido hasta ahora.
—¿En serio? —cuestionó, sintiendo como una sonrisa se formaba en sus labios al escuchar su respuesta. Agradecía que Audrey le hubiera aclarado las cosas—. Fue mi primera cita, así que no sabía muy bien que hacer.
—¿Fui tu primera cita?
—Si.
Antes de que Audrey pudiera responder, un Isaac bastante agitado entró al salón de clases, abriendo la puerta de un empujón.
—¡Audrey! —exclamó, haciendo que los presentes se sobresaltaran. El profesor, quien estaba hablando con una alumna, lo miro con una mueca extraña—. ¡Te necesito!
—Estoy algo ocupada... —habló la chica, mirando al chico junto a ella.
—Da igual, esto es más importante —respondió, agarrando a Audrey por la mano para luego comenzar a correr—. ¡Lo siento primito, pero ella fue mi mejor amiga primero!
—Estaba hablando de algo importante con Alex —se quejó la chica, dejándose arrastrar.
—Después se podrán poner al corriente —Isaac le restó importancia—. No es como si no se vieran todos los días.
—Ya da igual, ¿qué era tan importante?
—Creo que me gusta Sydney.
—¿Crees? —preguntó la chica con una mueca. Su mirada de confusión se podía notar desde la distancia—. Hace unas semanas la besaste, ¿y crees que te gusta?
—En ese momento solo me atraía, y se lo deje claro en el momento porque no quería ilusionarla —se apresuró a explicarse cuando notó la actitud de su amiga—. Pero hemos estado hablando más estos días, y creo que de verdad me gusta... De todas formas, tú tienes más experiencia en estas situaciones, así que ¿cómo se sabe cuándo te gusta alguien?
—No puedo creer que me estés pidiendo consejos de amor... —Audrey murmuró con sorpresa.
—Quiero hacer las cosas bien con Syd —dijo con honestidad, sintiéndose repentinamente avergonzado—. Además, sé que si la lastimo tu serias capaz de asesinarme.
—En eso no te equivocas.
—¿Entonces? ¿Me ayudaras o no?
—¿En qué? —cuestionó. Isaac suspiró cuando se dio cuenta de que su amiga no le había prestado atención, así que tendría que repetir la pregunta.
—¿Cómo supiste que te gustaba Alex?
—Bueno, al principio siempre pensaba en él, literalmente siempre. Tenía la necesidad constante de estar con él a todas horas —Audrey murmuró, sonriendo levemente—. Y cuando no lo estaba me sentía triste, porque estar con él me hacía sentir feliz. Todo me recordaba al...
—Ya escuché demasiado —Isaac la cortó con una sonrisa divertida, haciendola reír.
—Entonces, ¿cuál es tu conclusión?
—Que estas completamente loca por Alex.
Audrey lo observó con una mueca. No podía decir nada el respecto porque tenía razón.
Estaba loca por Alex.
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Alex se había dirigido hacia Kiley cuando Isaac se robó a Audrey. Le había contado a su amiga sobre sus inseguridad e inquietudes, así que ahora tendría que ponerla al día.
—No me odia —dijo con una sonrisa, recargandose sobre el casillero de la chica.
—No tendría porque odiarte, Alex —Kiley respondió, soltando un suspiro.
—Aún asi, sigo pensando en que debí de haberla besado.
—Tal vez.
—Si, debí de haberlo hecho —continuó—. ¿Que deberia de hacer? Quiero besarla pero nunca encuentro la oportunidad, y cuando lo hago siempre nos interrumpen antes de que pase algo.
—Solo deja de obsesionarte —espetó la chica, cerrando su casillero de golpe. Alex la miro con sorpresa—. Es de lo único que me hablas desde que Audrey volvió, y honestamente me canse.
—¿Te molesta que hable de ella?
—No, me molesta que hagas que todo gire a su alrededor —Kiley explicó—. Cada vez que nos juntamos, me hablas de Audrey. Y al principio no me molestaba, pero ahora si.
Alex se quedó en completo silencio, observando como la chica desaparecia de su campo de visión. No sabía que decir o que hacer, su amiga tenía razón, siempre hablaba de Audrey, pero no lo podían culpar, solo era un adolescente enamorado.
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Después de clases, Audrey se encontraba comprando las cosas que iba a necesitar para su plato del Día de Acción de Gracias en compañía de Cole, ya que el chico se había ofrecido a hacerle compañía.
—Así que, ¿cómo la pasaste en tu cita con Alex? —el rubio preguntó mientras llevaba el carro de compras, viendo como la chica elegía algunas calabazas.
—Estuvo muy divertida —respondió con honestidad, dándose vuelta para poder observarlo—. ¿Te enteraste por Parker?
—Puede que yo le haya dicho algo para que tomara la iniciativa contigo —murmuró. Audrey frunció sus cejas.
—¿A qué te refieres?
—Despuésde nuestra conversación ese día, decidí darle a Alex el empujón que necesitaba para invitarte a salir, porque sabía que tu no harías nada si no veías una segunda intención en él —explicó, desviando su mirada. Le avergonzaba admitir eso en voz alta.
—¿Qué le dijiste? —cuestionó con una sonrisa, colocándose a su lado.
—Solo le dije la verdad —Cole le restó importancia. Aunque cuando vio la mirada que le estaba dando su amiga, continuó—; Le dije que eras una chica genial y que realmente merecías a alguien como él.
—Eso fue muy... Tierno y considerado de tu parte. ¿Estás bien? —Audrey exclamó, haciéndolo reír—. Pero no te creo que no le hayas dicho nada mas.
—Bueno, puede que tal vez también le haya dicho que, si él no te invitaba a salir, alguien más lo iba a hacer porque no es ningún secreto que le gustas a muchas personas —continuó con una sonrisa—. Y que si te hacía daño iba a ser un idiota más... Pero solo tal vez.
—Lo sabía —la castaña canturreo, para luego seguir caminando.
—¿Tu lo hubieras invitado a salir si él no lo hacía primero?
—Claro que sí, pero me hubiera tardado muchísimo mas.
—Te conozco demasiado como para prevenir que harías eso —dijo Cole—. Se dice gracias.
—Jodete.
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Después de hacer las compras correspondientes, Cole los había llevado a ambos de vuelta a su casa. Luego de cambiarse ropa y lavarse muy bien las manos, Audrey se dirigió a la cocina para poder cocinar su plato estrella; tarta de calabaza. Desde que había empezado a celebrar el día de acción de gracias con los Walter, siempre se encargaba del postre.
—¿Le vas a agregar panceta a eso? —George le preguntó a su hijo mayor, observando con algo de duda su plato.
—Papá, esta es mi receta —se quejó Danny.
—Como digas...
—Fíjate en el tuyo. Ese pavo se ve bastante seco —atacó el chico, haciendo que George detuviera sus movimientos y que Audrey soltara una carcajada.
—Eso no es verdad —dijo el hombre con algo de indignación, para luego mirar a la chica—. Audrey, ¿mi pavo se ve seco?
—Un poco, si —respondió con una sonrisa, revolviendo los ingredientes de su masa.
En ese momento, Danny dejó a solas sus mezclas, por lo que George aprovechó para agregarle más agua a lo que sería el relleno del pavo.
—No le digas nada —pidió el hombre en un susurro en dirección a Audrey, quien observaba la situación con diversión.
—Soy una tumba.
—Ustedes son ridículos —Katherine exclamó cuando su llamada telefónica termino, acercándose a la isla de la cocina—. Tu no, cariño —le dijo a Audrey.
—¿Por qué?
—Esto no es una competencia.
—Lo sé —George respondió.
—Por supuesto que lo es —Cole, quien recién había llegado al lugar, hablo, llevándose las miradas de los demás.
—Lo dice el que contribuye comprando helado de vainilla todos los años —se burló Danny, haciéndolo bufar.
—¿Mamá? —Alex llamó a la mujer.
—¿Si?
—Ehm, Nathan y yo vamos a ir a la casa de los Sumerhill —murmuró, abriéndose paso hacia Audrey—. Eso se ve delicioso.
—Lo se —dijo con una sonrisa, dejando de cocinar para poder voltear a verlo—. Hago esto todos los años, así que tiene que saber bien.
Alex rió.
—¿No vienes con nosotros?
—Tengo que terminar la tarta —bufo—. Pero quiero saber si pasa algo entre Nathan y Skylar.
—Sabes que te lo contaré todo —dijo el pecoso con una sonrisa.
Audrey se limitó a asentir, mientras que Alex se quedaba detenido en su lugar, observándola. Parecía estar pensando en algo.
—¿Todo bien? —Katherine le preguntó a su hijo, quien asintió rápidamente.
—Si —musito, aunque no se movió de su lugar.
Finalmente, Alex se acercó a la castaña, dejando un rápido beso en su mejilla. Audrey sintió como una corriente de electricidad le recorría el cuerpo cuando sintió sus labios tocar su piel.
—Nos vemos después.
—Nos vemos —murmuró la chica, sintiendo como sus mejillas se tornaban de un color rojizo.
—No tarden —pidió la mujer, viendo con ternura la interacción entre la pareja—. Es uno de los pocos días del año en donde estamos todos juntos.
En ese momento, Jackie bajo por las escaleras a toda velocidad.
—¿Tú también vas? —Katherine preguntó.
—¿Adónde?
—El papá de Skylar va a hablar sobre la verdad del día de acción de gracias —Alex le explicó.
—No puedo, tengo que entregar alimentos.
—Necesito en casa a todos a las dos.
—No sé cuánto podrían tardar las entregas, así que no me esperen. Puedo recalentar las sobras cuando llegue —habló con rapidez, provocando una mueca en el rostro de los demás.
Luego de decir aquello, Jackie abandonó la casa de los Walter, dejando a todos con un mal sabor de la boca. Era obvio que la chica estaba evitando a toda costa este día para no pensar en su familia. Y la verdad, es que ellos ya no sabían que hacer para ayudarla.
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Cuando Audrey terminó de arreglarse, bajo rápidamente al comedor, en donde logró ver como todos ya se encontraban sentados en la gran mesa, a excepciónde los tres chicos más pequeños, los cuales tenian su propia mesa. La chica se sorprendió cuando notó la presencia de Erin, no esperaba verla ahí. Sin embargo, las chicas no se llevaban mal, así que Audrey decidió caminar hacia ella.
—Hola, Erin —saludó con una sonrisa, sentándose en su lugar, el cual ahora había quedado entre ella y Isaac.
—Hola —dijo de igual forma—. Jackie dijo que podía venir, así que...
—No te preocupes, Erin. Me alegra verte aquí.
Momentos después todos tomaron asiento, y George carraspeo la garganta, llamando la atención de todos los presentes.
—Se me ocurrió, que antes de comer, podríamos turnamos en la mesa y compartir algo por lo que estamos agradecidos —comunicó el hombre, con una pequeña sonrisa en sus labios.
—Cole, ¿quieres empezar?
—Ehm, estoy agradecido porque los Broncos no acabaron mal este año —empezó, haciendo reír a los demás.
—Eh, yo agradezco estos días de descanso y poder ver muchas películas —Danny continuó.
—Yo agradezco que no tuve que cocinar hoy, y todos deberían agradecerlo —dijo, riendo.
Audrey sonrió con diversión. Tenía razón. La última vez que el chico había intentado cocinar había quemado toda la comida.
—Y también agradezco tener la presencia de Audrey en mi día a día —continuó. Audrey sonrió en grande, sintiendo como su corazón se llenaba de felicidad al escuchar sus palabras. Por otro lado, los adultos se encontraban observando a la pareja con una sonrisa de oreja a oreja y los más pequeños se burlaban de ellos, haciendo sonidos de besos y cantando canciones, lo que hizo reír al resto de la mesa.
—Yo agradezco la oportunidad de aprender más sobre este día de duelo nativo —Nathan murmuró, refiriéndose a la pequeña charla de Mato Sumerhill a la que había asistido.
—Yo paso —Lee se apresuró a decir. Audrey desvió su mirada hacia él con rapidez. Había tratado de subirle el ánimo cuando se enteró de que su padre no lo había llamado, pero parecía no haber funcionado.
—Bueno, yo estoy agradecido... Porque las chicas se enamoran de mi encanto y de mi linda cara —Isaac tomó la palabra de su hermano—. Y ambos estamos agradecidos de ser parte de esta familia, ¿no es así, Lee?
—Y nos encanta tenerlos —habló Katherine con una sonrisa.
Audrey soltó un suspiro nervioso cuando notó que había llegado su turno, así que después de carraspear su garganta, dijo:
—Honestamente, siento que este año tengo muchísimo que agradecer, más cuando se trata de ustedes —la castaña empezó, ganándose una sonrisa de los adultos—. Estoy agradecida porque nuestros caminos hayan coincidido. Agradezco que cada día que pasa me hagan sentir parte de su familia, y agradezco que estén para mí en todo momento, no importa si es bueno o malo... —finalizó. Había hablado muchísimo más de lo que había planeado—. Simplemente estoy agradecida por tenerlos a ustedes en mi vida. Son mi familia.
—Amamos tenerte aquí, cariño —Katherine habló con dulzura, sintiendo como las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
—A veces eres un dolor de muelas, pero la casa no sería lo mismo sin ti —Isaac continuó, haciendo reír a los presentes.
—Gracias, ¿creo?
—Yo solo estoy agradecida de estar aquí. Gracias por invitarme —murmuró Erin con algo de timidez.
—De nada... —Katherine se apresuró a decir, sonriéndole para hacerle saber que no había problema.
—Yo agradezco muchas cosas —el turno de Hayley llegó—. Para empezar, ustedes, claro, pero sobre todo a Will... Y me tengo que ir.
Katherine se colocó de pie con rapidez.
—Te empacare este relleno de almendras y arándanos y un poco de la tarta de calabaza de Audrey, porque son los favoritos de Will.
—Pero mamá, queremos oír tu turno —se quejó Parker, viendo como su madre se dirigía a la cocina.
—Ah, Dios, hay mucho que agradecer —murmuró la mujer, quitándole importancia—. Mejor coman antes de que se enfrié.
—Buen provecho.
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—Ah, y es algo maravilloso, ¿no, Jackie? —el tío de Jackie se giró, sonriéndole a su sobrina. Richard ya llevaba un tiempo hablando de New York.
—¿Cómo se llama? —preguntó Danny.
—Manhattanhenge.
—Como stonenge —habló Isaac.
—Exacto. Solo ocurre dos veces al año, cuando el sol se alinea perfectamente con la red vial de Manhattan. Un haz de luz atraviesa dos grandes edificios, y reflejan los rayos de luz hacia todos lados —el hombre explicó. Audrey sonrió al imaginárselo, sonaba increíble.
—Suena hermoso —murmuró Audrey—. Me encantaría poder verlo con mis propios ojos en algún momento.
—Era muy hermoso. Su madre adoraba esos dos días del año, ¿verdad?
—Si, le encantaban.
—Como sea —Cole intervino—. Las ciudades grandes están sobrevaloradas, y Jackie ya se dio cuenta de eso.
—Tal vez veamos juntos el Manhattanhenge el año que viene —añadió, mientras la chica se servía algo de ensalada en su plato—. Bueno, si decides ir de visita.
—Lastima que no vuelva allá —musito Lee, ganándose la mirada de todos los presentes en la mesa.
—Caray, Lee. No seas un idiota —bufo Cole. Audrey le dio una mala mirada. Odiaba cuando les hablaba de esa forma a los chicos.
—No le hables así —atacó, para luego voltearse en dirección al menor, quien tenía una mueca—. Sé que no te sientes bien, pero esa no es justificación para tratar de esa forma a Jackie.
—Lee, creo que no estas enojado con Jackie, ¿o sí? —los interrumpió George—. No se va a ir, así que...
—De hecho... Puede que si —lo cortó la chica.
—¿En serio? —Richard cuestionó con sorpresa.
—¿Te vas a mudar? —Isaac le preguntó.
—¿Qué esta ocurriendo?
El silencio se apoderó de la mesa durante unos segundos, esperando a que alguno de los dos respondiera a la pregunta que Katherine había hecho.
—Estoy considerando pedir su custodia —confesó el hombre. Inmediatamente, todos los presentes lo observaron con confusión. Audrey hizo una mueca, tratando de buscar la mirada de Jackie, aunque esta la evitó.
—No puedes estar hablando en serio... —Audrey habló. Las palabras habían salido por si solas, no quería que se llevaran a su amiga.
—¿Por eso viniste? ¿Para llevártela? —espetó Katherine, frunciendo su entrecejo con enfado.
—Tú me invitaste, ¿lo olvidas? —Richard respondió—. Y, no. La tutela de Jackie se estableció en el testamento. Me doy cuenta, pero soy su único pariente, y algo así puede disputarse.
—Richard, ¿seguro que lo pensaste bien? —George intervino—. ¿Criar a una adolescente y trabajar a tiempo completo?
—Ahora viajo menos, y debería de estar con su familia.
—Aquí somos una familia.
—Sabes a que me refiero —el hombre la interrumpió.
—Aun así, tienes que admitir que tu estilo de vida, en realidad, no se presta para las conferencias escolares y comidas caseras todos los días —George continuó, intentando hacer recapacitar al hombre de su decisión.
—No me conoces bien, George, con todo respeto.
—Escucha —suspiró, tomando la mano de su esposa entre las de él—. Creo que, para nosotros, lo que importa es que queremos que Jackie tenga estabilidad. La consistencia es muy importante.
—Yo quiero lo mismo.
—¿Tu qué quieres? —Cole le preguntó a Jackie, notando lo abrumada que esta se encontraba debido a la situación.
Esta entreabrió los labios, esperando que algunas palabras salieran de estos, pero no lo logró.
—Si, tiene razón —Richard asintió.
—¿Sabes que quieres?
Jackie soltó un suspiro, negando levemente con la cabeza.
—Lo único que sé con certeza es... Que lo que quiero es imposible de tener.
Katherine la observó con una mueca llena de tristeza. Odiaba pensar en todo lo que la chica había tenido que sufrir a tan corta edad.
—Escucha, Richard, si he aprendido algo, es que... La familia no siempre se define por sangre —dijo la mujer, dándole una rápida mirada a Audrey, quien le sonrió con dulzura—. ¿Sabias que fui adoptada? —cuestionó en dirección a Jackie—. Mis padres fueron maravillosos, pero siempre tuve curiosidad por mis padres biológicos. Cuando me gradué, hice un viaje para al fin conocer a mi madre biológica, y adivina quien fue conmigo.
—Mi mamá —la morena sonrió.
—Angelina estuvo conmigo, a mi lado en ese auto durante horas, mientras procesaba todas las esperanzas y temores que había acumulado —suspiró, recordando con nostalgia los momentos con su amiga—. Y cuando al fin llegamos a Colorado, me espero en el motel mientras yo iba al restaurante donde mi madre había acordado verme... Pero nunca llego. Me sentí destrozada.
Audrey la escuchó, sintiendo como su corazón se hacía pequeño al ver a la mujer que ella consideraba su madre en ese estado, estaba a punto de llorar. Y la joven se sentía realmente identificada con lo que acababa de decir.
—Pero había un guapo camarero, que seguía sirviéndome café. Y creo que le di lástima porque me llevo una gigantesca rebanada de pay.
—Oye, yo no sentí lastima por ti —se defendió George—. Solo sentí que era la mujer mas linda que había visto.
—¿En serio así se conocieron? —Jackie preguntó con una sonrisa.
—Si —ambos asintieron.
—Salí a buscar a mi familia de sangre, pero encontré a mi familia elegida. Y lo agradezco todos los días.
JES'S NOTE !
SE VIENE EL CAPITULO DE LA FOGATAAAA! lo que significa: drama drama y más drama 💪🏻 literalmente ese capítulo es uno de mis favoritos, así que espero que a ustedes también les guste :)
audrey te amo 💕 gracias por tener responsabilidad afectiva (algo que pocos parecen tener en esta serie) y aclararle a alex todas sus inseguridades desde un principio. eres mucho para este mundo 🫡
no odien tanto a cole :c yo las entiendo hermanas, pero en mi fic no lo hice tan insoportable, ASÍ QUE PAZ 🧘🏻♀️
PD: quiero un isaac en mi vida para ser super amiguitos como él lo es con audrey
gracias por leerme <3
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