three. the sun is a witness of our love
OO3 | THE SUN IS A WITNESS OF OUR LOVE
Alex tomó suavemente de la mano a Audrey mientras la guiaba hacia al establo para poder dar un paseo a caballo juntos. El pecoso había escuchado gran parte de la conversación que la chica había tenido con el rubio, así que su petición lo había sorprendido.
Una vez que llegaron, Alex permitió que la chica preparara a los caballos mientras que él iba a buscar las cosas que iban a utilizar durante la cabalgata.
—¿Puedo montar a Natilla? —la castaña preguntó cuando lo vio volver. Él la miro con una sonrisa, para después asentir.
—A veces pienso que te quiere más que a Cole.
—Es probable.
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, no estando seguros de que decir. Luego de meditarlo, Alex se acercó a la chica para asegurarse de que la montura de su caballo estuviera bien colocada.
—Se cómo poner una montura, Walter —bromeó la contraria.
—Lo sé, solo quería asegurarme de que todo estuviera bien para evitar accidentes —recalcó, dejando en claro que no dudaba de sus habilidades.
—Estaba jugando contigo —aclaró, haciendo que el chico sonriera.
—Lo sé.
Cuando Alex terminó de revisar las instalaciones, se acercó a Audrey, colocando ambas manos en su cintura con delicadeza. La chica lo miró inmediatamente, su toque habia sido tan repentino que la había sorprendido. El pecoso estuvo a punto de sacar sus manos cuando pensó que había hecho sentir incomoda a la chica, pero esta lo detuvo rápidamente antes de que lo lograra.
—No es que me moleste que me toques, pero ¿qué planeabas hacer? —dijo, mirándolo a los ojos. Alex se sonrojó de inmediato.
—Ayudarte a subir al caballo —murmuró, apartando su mirada. Audrey se limitó a reír, para luego asentir levemente con su cabeza, dándole el permiso para hacerlo.
Alex la miró algo dudoso, aunque cuando la castaña colocó sus manos sobre las de él, se tranquilizó. Luego impulso a la chica con sus brazos para que lograra subirse fácilmente al animal.
—Hace meses que no me subía a uno —murmuró una vez estando arriba—. Extrañaba esta sensación.
—Por eso amo tanto hacerlo —dijo el, impulsándose a sí mismo para poder subirse a su caballo—. ¿Vamos?
—Vamos —asintió la chica.
Aprovechando la poca luz del sol que aun había, Alex comenzó a cabalgar lejos del establo, siendo seguido por Audrey. Al principio parecía que se le dificultaba, pero luego pudo agarrar el ritmo con facilidad.
La castaña desviaba su atención del camino en ciertas ocasiones solamente para poder disfrutar de las hermosas vistas que el campo le brindaba, mientras sentía como el frio aire le golpeaba el rostro y jugueteaba con su cabello. Audrey sin duda había extrañado el sentimiento que cabalgar le provocaba. Era algo inigualable.
Luego de unos minutos la pareja decidió aumentar su ritmo. Si querían llegar a la cima de la colina para poder observar el atardecer, tendrían que darse prisa.
Audrey soltó una gran carcajada cuando Natilla aumentó su velocidad, dejando atrás a Alex y a su caballo. El pecoso la miro con una sonrisa, para después igualar su ritmo.
No podía explicarlo, pero la chica se veía más hermosa de lo que normalmente era, si es eso posible. El sol golpeando suavemente en su rostro hacia que el tono bronceado de su piel resaltara más, y a la vez que sus ojos marrones brillaran con más intensidad. El viento causaba suaves movimientos en el cabello de la chica, haciendo parecer que este tenía vida propia. Era increíble.
Finalmente, después de unos minutos los adolescentes habían llegado justo a tiempo a la cima de la montaña. El sol ya había comenzado a ponerse, por lo que el cielo se tiño de una mezcla de colores anaranjados.
—Es hermoso —murmuró Audrey. Alex asintió con una sonrisa, aunque él ni siquiera estaba prestándole atención al fenómeno, él solo la estaba viendo a ella.
—Si, si lo es.
La castaña desvió su mirada del cielo para poder observar al chico junto a ella, solo para llevarse la sorpresa de que él ya se encontraba mirandola.
—¿Qué? —preguntó, soltando una carcajada.
—¿Estás nerviosa? —Alex preguntó con una sonrisa.
—No —respondió rápidamente. El chico asintió, sabía que le mentía por el simple hecho de que Audrey siempre se reía cuando se sentía ansiosa. Y eso estaba haciendo.
Ambos se sonrieron, para después enfocar por completo su atención al suceso que estaba sucediendo ante sus ojos. Ver el atardecer con una persona que te importa es de las mejores sensaciones en el mundo.
—¿Puedo preguntar algo? —Alex cuestiono, rompiendo el silencio. La contraria asintió con lentitud—. ¿Crees que serías capaz de perdonar a Cole? Quiero decir, después de lo que te hizo pensé que lo odiarías para siempre, pero al verlos hablar tan animadamente hoy creo que me equivoque.
—No lo odio y honestamente creo que nunca lo odie —Audrey respondió con honestidad—. Lo ame demasiado en su momento, así que supongo que solo me decepcionó. Nunca pensé que me haría algo asi.
—Me sorprende que no le tengas rencor —musito, observando a la chica—. De verdad, el chico que logre ganarse tu corazón va a ser muy afortunado.
—La chica que gane tu corazón también —dijo de igual forma. Alex la miró con una mueca. Audrey no lo sabía, pero ella era la chica que tenía su corazón.
—Hablo en serio... Te mereces alguien que te sepa valorar.
Audrey sintió como la sangre se le subía a las mejillas cuando aquellas palabras salieron de la boca de su mejor amigo. Se habían escuchado tan honestas que no pudo evitar sentirse nerviosa.
Odiaba sentirse así. Era su mejor amigo desde que ella lo podía recordar, no podía sentirse de aquella forma por él. Era demasiado probable que Alex solo estuviera siendo amable con ella.
No segura de que decir, Audrey se acercó al chico para robarle el sombrero de vaquero que estaba usando, para luego comenzar a cabalgar a rápida velocidad con su caballo y gritar:
—¡El último en llegar preparará la cena!
🪵🍂👢
Audrey había ganado la carrera, aunque sospechaba levemente que Alex la había dejado ganar, pero nunca iba a admitirlo. Una victoria era una victoria.
Afortunadamente, la cena ya estaba lista cuando la pareja volvió a la casa. Y digo afortunadamente porque Alex podía tener mil dotes, pero la cocina no era uno de ellos. Cocinaba horrible.
Audrey estaba agotada gracias a todo lo que había hecho a lo largo del día, así que apenas termino de cenar, se dirigió a la habitación de Jackie para poder dormir junto a ella. Una vez que se recostó en la cama cayó en un sueño profundo.
—Ahora que solo estamos tu y yo —Isaac exclamó, acercándose con velocidad a su primo para quedar frente a él—. ¿Qué sucede entre tú y Audrey?
Alex lo miró con una mueca, intentando ocultar sus nervios.
—No...
—Y ni siquiera intentes negar que te gusta porque es demasiado obvio —lo interrumpió con una inocente sonrisa.
—No me gusta y no hay nada entre nosotros, Isaac —se limitó a responder, colocándose de pie para tratar de huir de la situación. Sabía que si no se iba, el chico iba a descubrir la verdad.
—Bien, entonces si no hay nada entre ustedes supongo que no te molestara que la invite a salir, ¿o si? —preguntó, cruzándose de brazos mientras se apoyaba en la pared. Alex lo miró con una ceja alzada.
—No eres su tipo —negó—. Para nada.
—¿Quieres apostar?
—No te atreverías —contestó, tratando de demostar desinterés. Cuando notó como su primo comenzaba a caminar hacia las escaleras, lo detuvo abruptamente—. Esta bien, si te atreverías.
—¡Lo sabía! —Isaac exclamó, golpeando el aire con sus puños—. Para ser alguien inteligente, eres bastante idiota.
—¿Gracias?
—Deberías decirle. E invitarme a su boda cuando se casen, quiero comida gratis.
Alex sintió como su rostro se calentaba ante la simple idea de contraer matrimonio con la chica que lo traía loco desde el jardín de niños.
—¡Te estas sonrojando!
—¡No lo estoy!
—¡Si lo estas!
—¡Que no!
—¡Que si!
—Te odio.
🪵🍂👢
Al día siguiente, Audrey había quedado de ir a correr durante la mañana junto a Jackie y Nathan. Había dormido como una bebé la noche anterior, pero aun así estaba realmente cansada.
Probablemente habría pasado de largo y luego se disculparía con los chicos de no ser porque había dormido con Jackie y esta se había encargado de despertarla a primera hora de la mañana. Por más que se frotaba los ojos, no podía quitarse de encima la capa de sueño que le envolvía todo el cuerpo.
Luego de unos minutos de lucha interna, Audrey logró ponerse de pie, cambiándose su pijama por ropa deportiva con rapidez, para luego dirigirse al pasillo. En el camino se encontró con Olivia saliendo de la habitación de Cole. Audrey se había llevado una gran impresión al verla con el pelo revuelto y con la ropa mal acomodada. Ambas chicas se miraron con una mueca de sorpresa, aunque Olivia apresuró rápidamente su paso cuando reaccionó, dejando a la castaña atrás.
—¿Es normal que Cole invite a sus amigas a dormir en casa? —Jackie preguntó cuando vio el auto de la chica alejarse. Tan solo segundos después se dio la vuelta al escuchar pasos detrás de ella, logrando ver a Audrey—. Buenos días.
—Buenos días —dijo de igual forma a ambos chicos.
—Lo hace de vez en cuando, pero no muy a menudo. Supongo que no quiere que lo pillen.
—¿Por qué?
—Porque George lo mataría —respondió Audrey por él.
—Eso ya me lo imagino —dijo con una mueca mientras se recogía el cabello en una coleta alta—. Quiero decir que por qué se comporta como un...
—¿Chico?
—Tú eres un chico y, que yo sepa, no te acuestas con cualquiera.
—Supongo que no siempre ha sido así —dijo, encogiéndose de hombros—. Pero a Cole nunca le ha gustado hablar de sus sentimientos.
—¿Y qué ha cambiado?
Nathan guardó silencio por unos segundos, mirando de reojo a Audrey, quien se encontraba completamente distante a la conversación.
—El año pasado perdió la beca de fútbol americano.
—¿Qué pasó?
—Fue durante un partido. Era el mejor receptor del estado hasta que lo placaron de mala manera y se rompió la pierna —explicó Nathan, haciendo que finalmente Audrey levantara su cabeza—. Creo que después de eso ya no volvió a ser el mismo. Este año ni siquiera entrena.
—Porque no puede —murmuró la castaña—. Como sea, ya hablamos mucho de Cole, quiero correr.
—¡Esa es la actitud! —exclamó Nathan, siendo apoyado por Jackie.
—Vamos a correr entonces.
Después de la carrera, Audrey se metió lo más rápido posible en la ducha. El agua la ayudó y, cuando termino de lavarse el pelo, salió como nueva. Sabía que la casa de los Walter durante la mañana era un infierno, así que agradecía ser una de las únicas personas despiertas a esa hora, porque se pudo bañar con tranquilidad. Aunque al parecer, Jackie no corrió la misma suerte que ella ya que tan solo unos minutos después de meterse a la ducha del primer piso, gritó con tal fuerza que incluso Audrey llego a escucharla, y eso que ella estaba en el segundo piso.
Así que, terminando de cambiarse de ropa, bajó las escaleras lo más rápido que sus pies se lo permitían, encontrándose con Jordan grabando la situación y a Isaac hablándole a Jackie a través de la puerta del baño.
—¿Qué hicieron? —preguntó. Los conocía a la perfección, así que sabia que ellos estaban detrás de su grito.
—Nada —respondió Isaac con inocencia. Audrey lo miró con la ceja alzada, sabía que mentía pero no le iba a poder sacar la información tan fácil así que dirigió su mirada hacia Jordan.
—Jordan, ¿hay algo que quieras decirme? —cuestionó nuevamente. El recién nombrado solo negó con la cabeza para luego bajar su cámara y correr escaleras arriba—. Sé que hicieron algo.
—Estas loca.
—Eres mi mejor amigo, Isaac. No me puedes mentir.
—Esta bien —bufo por lo bajo—. Cole y yo hemos apostado cinco dólares a que Jackie preferiría faltar a clases antes que ir con el cabello decolorado.
—¿Le decoloraron el cabello? —repitió, con una mueca.
—Si —respondió con una sonrisa, parecía orgulloso de lo que había hecho. Audrey solo negó con su cabeza, para luego darle un golpe en la cabeza—. ¡Auch!
—Solo te advierto que si alguna vez me hacen eso a mí no van a vivir para contarlo. Y hablo en serio —dijo con seriedad—. Ahora ve y prepárate para ir a clases.
Y como si de un niño pequeño que acababa de ser regañado se tratase, Isaac se dirigió hacia su habitación para poder alistarse. Audrey suspiro antes de tocar la puerta del baño con sus nudillos.
—¿Jackie? —preguntó—. Soy Audrey.
En ese momento, la puerta se abrió, dejando ver a una Jackie con cara de pánico. La chica Chadwick entreabrió sus labios con sorpresa al ver cómo había quedado su cabello. Sin duda era peor de lo que ella esperaba.
—Dios mio...
—¿Tan mal esta?
—No puedo dejar que vayas así a clases.
—Pero no puedo faltar —Jackie se quejó, removiendo su cabello con fastidio.
—Lo sé, solo llegaremos algo tarde —murmuró. La morena la miró con una mueca, no estaba del todo segura de si esa idea le gustaba, pero ¿qué otra opción tenia?
—Esta bien.
Sin perder más tiempo, Audrey se dirigió rápidamente hacia una estantería que se encontraba en el baño del segundo piso. Si mal no recordaba, debía de quedar media caja de tintura desde la última vez que ella había estado ahí, así que, prestándole atención a todo el lugar, comenzó a buscar el empaque.
Después de unos segundos, finalmente lo encontró, y se le fue imposible no sonreír ante el recuerdo. El día que ella y los hermanos Walter habían comprado aquella tintura para el cabello, había sido para jugarle una broma a Cole. Había resultado increíblemente bien, el rubio no les había hablado durante un par de días, pero fuera de eso, todo había salido bien. Además, Jordan había tenido contenido nuevo.
Sin pensarlo más, Audrey agarró la caja de tintura y se dirigió escaleras abajo, para luego caminar hacia Jackie.
—¿Eso es tinte?
—Si —respondió con simpleza, elevando sus hombros. Jackie la miro con una mueca, parecía aterrorizada—. No te preocupes, no te dañara el cabello.
—¿Segura?
—Segura.
—De acuerdo, confió en ti.
🪵🍂👢
Las chicas habían llegado a clases justo para la clase de artes. Se habían justificado con la orientadora diciéndole que el auto se había quedado sin gasolina, por lo que tuvieron que llamar a alguien para que las fuera a recoger. A Jackie no le gustaba mentirles a sus mayores, mucho menos a sus profesores, pero si no quería que le colocaran una falta, no tenía otra opción.
Jackie y Audrey se habían separado cuando tocaron el timbre, ya que cada una había ido a su casillero para poder conseguir sus materiales. Cuando Audrey terminó de hacer aquello, se dirigió sin prisa alguna al aula de clases.
Una vez ahí, se dirigió hacia una mesa en donde se encontraba Kiley con una de sus amigas. Sydney había faltado el día de hoy a clases debido a que se había enfermado, así que pensó que era el momento exacto para conocer a más personas.
—Hola, ¿puedo sentarme con ustedes? —preguntó cuándo llego a su lado.
—¡Claro! —respondió la desconocida, sonriendo con nerviosismo cuando se dio cuenta de que había sobre reaccionado—. Quiero decir... Si quieres.
Audrey rió por lo bajo, para luego tomar asiento.
—Vale, todos, escúchenme. Necesito que forme grupos de cuatro —dijo la profesora de artes, llamando la atención de los estudiantes.
—¿Lo hacemos juntas? —Kiley pregunto, recibiendo un asentimiento por parte de las chicas.
—Nos falta una persona —añadió Audrey.
Y como si fuera arte del destino, Jackie ingresó en el salón mientras era acompañada de Cole.
—Hola —saludó la morena, a la vez que depositaba sus materiales en la mesa.
—Te veo después de clase, Nueva York —dijo Cole. Mientras saludaba a las demás con un gesto de la cabeza—. Señoritas.
Les dedicó una sonrisa antes de alejarse.
En cuanto Cole se marchó, Grace empezó a parlotear.
—¡Ay, mi madre! ¿Acaba de acompañarte a la mesa? No me lo puedo creer.
—¿Qué es lo que no te puedes creer? —preguntó con confusión, mientras se acomodaba el delantal alrededor de su cintura.
—El dios de los chicos está coqueteando contigo —exclamó con emoción, haciendo que Audrey y Kiley rieran.
—No lo entiendo —murmuró Jackie, mirando con atención al rubio—. Hay muchos otros chicos guapos aquí. ¿Qué le hace creer que puede tener a cualquiera?
—Okey, Jackie, no se puede definir, pero no lo puedes ignorar —Grace explicó, como si se tratara de lo más normal del mundo—. Es como te dije, el efecto Cole.
—Que ridiculez —la morena bufo por lo bajo, siendo apoyada por Audrey.
En ese momento, Grace pareció recordar que la castaña se encontraba en la misma mesa que ellas y que había escuchado todo lo que habían hablado. Se quería morir de la vergüenza.
—¡Dios! ¡Lo siento! —se apresuró a decir, esperando que la chica no se hubiera molestado con ella—. No debí de haber dicho eso.
—Da igual, no me incomoda —le restó importancia.
—Después de como terminaron las cosas entre ustedes te debe de molestar que hablemos tanto de el —murmuró, no dándose cuenta de que Jackie la miraba con confusión—. Lo siento.
—¿De qué hablas? —finalmente preguntó.
—Audrey y Cole solían ser novios. ¿No lo sabias? —Grace interrogó. Le resultaba algo extraño que la chica no supiera lo que había pasado entre ambos, ya que a pesar de que era un chisme antiguo, aún había gente hablando sobre ello.
—Fue hace mucho —Audrey dijo, carraspeando su garganta. Odiaba hablar del rubio con gente que apenas conocía. Era un capítulo antiguo de su vida, no había necesidad de traerlo al presente.
—De todas formas, si no es tan especial, ¿por qué no puedes despegar los ojos de él? —preguntó Kiley con las cejas alzadas, cuando notó que la castaña se sentía incomoda.
—Sí que puedo —replicó la castaña al tiempo que apartaba la vista.
—Claro, lo que tú digas.
JES'S NOTE !
este capítulo no me convenció del todo, así que muy probablemente lo edite en un futuro ☹️ para que si es que despues llegan a releer este capítulo no se sorprendan si ven cosas cambiadas
en un principio tenía pensando hacer que audrey apoyara a jackie cuando katherine les pregunta si alguien sabía algo sobre su cabello, pero decidí no meterla en más problemas 😇 aunque si me preguntan a quien hubiera apoyado, no hay ninguna duda de que se iría con los walter. quiere mucho a jackie, pero reglas son reglas
gracias por leerme <3 luv u.
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