nineteen. cowboy like me
O19 | COWBOY LIKE ME
A la mañana siguiente, Audrey se encontraba en la habitación de Alex, recostada sobre la cama de este mismo. El chico tenía su cabeza apoyada en las piernas de la chica, mientras esta dejaba suaves caricias en su cabello.
La castaña había notado que su novio estaba bastante distraído; tenia la mirada perdida en el techo, jugaba con sus dedos, y mordia levemente su labio inferior. Decidida a no quedarse con la duda, preguntó:
— ¿Qué sucede?
— ¿Hmn? —Alex musito, elevando su mirada para observarla.
— ¿Estas nervioso por la competencia?
— Algo —respondió. — Me da miedo fallar frente a tantas personas.
— Estoy segura de que lo harás genial —Audrey aseguró, sonriéndole levemente. El pecoso se reincorporó en su lugar, colocándose frente a ella.
— ¿Lo dices de verdad o solo porque eres mi novia?
Alex sintió como su corazón latía con velocidad al pronunciar la palabra "novia". Se sentía realmente irreal decir que la chica de la que estuvo enamorado gran parte de su vida, ahora era su pareja. Audrey era su novia, y él estaba demasiado feliz por aquello.
— Lo digo de verdad —dijo la castaña, tomando el rostro del chico entre sus manos. — Ten un poco más de confianza en ti mismo, Alex. Eres genial.
El rostro del aludido se sonrojó. Estaba acostumbrado a sentirse inferior y a compararse con los demás, pero Audrey siempre lo ayudaba con sus inseguridades.
— Gracias, linda —Alex murmuró.
La pareja se observó fijamente a los ojos. Luego de unos segundos, el pecoso se acercó a su novia con lentitud, con una sonrisa adornando su rostro. Sin embargo, antes de que sus labios llegaran a tocarse, alguien abrió la puerta de golpe.
— ¡Oigan! ¡Diez centímetros mínimo! —George exclamó. Los chicos dieron un salto en su lugar debido a la sorpresa.
— ¡Papá! —Alex se quejó.
— Dios...
— ¿Qué sucede? —la voz de Katherine se escuchó a lo lejos, seguido de unos pasos.
— ¡Alex y Audrey se pasan el chicle! —Benny gritó, corriendo de un lado a otro. Audrey soltó una carcajada, sintiendo como el calor subía a su rostro.
— Que asco —Parker murmuró, mirándolos con una mueca.
— En un par de años estarás igual, o peor que nosotros —la castaña bromeó. La niña se llevó ambas manos al oído, caminando rápidamente lejos del lugar.
— ¿Por qué tantos gritos? —Katherine preguntó. George dirigió su mirada hacia su esposa, mientras apuntaba a la pareja.
— ¡Están a menos de diez centímetros!
— Oh por dios, ¿finalmente son novios? —la mujer dijo con ilusión. Ambos asintieron con una sonrisa. — ¿Desde cuándo?
— Ayer en la noche.
— Que sean novios no significa que deban de estar tan cerca —George mantuvo su posición. — Audrey aún es una niña.
— Papá, tenemos la misma edad —Alex murmuró. Su progenitor alzo una ceja en su dirección. — Olvídalo.
— Vas a perturbar su mente.
Los chicos compartieron una rápida mirada. Si tan solo supieran...
— Cariño, dejémoslos en paz —Katherine continuó, tomando al hombre por el brazo, encaminándose hacia afuera.
— Pero...
— Son una pareja —lo interrumpió. — Y al igual que nosotros, necesitan tener tiempo a solas.
George asintió a regañadientes, dejándose guiar por su esposa. Antes de abandonar la habitación, Katherine se giró hacia la pareja.
— Dejen la puerta abierta, ¿está bien?
— Claro —respondieron a la vez.
Cuando los adultos desaparecieron de su campo de visión, Audrey comenzó a reír, mientras que Alex suspiraba con frustración.
— No se puede tener privacidad en esta casa —el pecoso se quejó.
— Creo que George me quiere más a mí —la chica bromeó.
— No lo dudo. Esta más que claro que me asesinaría si te hiciera daño —murmuró.
Audrey se limitó a asentir, mientras observaba el rostro de su novio con total concentración. Alex sonrió cuando su mirada se detuvo en sus labios.
— ¿En qué estábamos? —preguntó, llevando una de sus manos hasta el rostro de la chica.
— Se me olvido —la contraria murmuró, inclinándose levemente en su dirección. — No me haría mal un recordatorio.
Rápidamente los labios de Alex encontraron un camino desesperado hacia los labios de chica y los tomó con necesidad y deseo. Una de las manos del pecoso bajo lentamente, deteniéndose en su cuello. Las manos de Audrey viajaron de su abdomen a su nuca, jugando con su cabello, y tirando de el de vez en cuando con la intención de profundizar más el beso.
Después de unos minutos, ambos se tuvieron que separar por falta de aire, mientras que maldecían mentalmente por la ausencia de los labios del otro.
— Vas a perturbar mi mente —Audrey se burló.
— Dios, cállate.
Alex clamó entre risas, para luego volver a unir sus labios con los de su novia.
⚔️⚡️🌊
Horas despues, Audrey, Olivia, Jackie y Grace se habían reunido en casa de los Walter. Las chicas habían acordado en prepararse juntas para la feria del condado y el gran rodeo de Alex.
— Te ves distinta —Olivia habló, observando a su mejor amiga con los ojos entrecerrados. La chica rió levemente.
— Espero que sea en el buen sentido.
— Te ves radiante —Grace concordó con la rubia. Jackie asintió.
— Creo que eso se puede deber a que ya no estoy soltera —Audrey murmuró, sintiendo como sus labios se elevaban en una sonrisa.
— ¿Qué? —las contrarias preguntaron a la vez.
— ¿Cuándo? ¿Cómo? —Olivia se apresuró a interrogar a su amiga, colocándose de pie para acercarse a ella.
— Después de la gala.
— ¿Quién hizo la pregunta?
— Él.
— ¿Alex? —Jackie dijo con sorpresa. — Pensé que tendrías que hacerlo tú.
— Yo también —Audrey respondió. — Pero finalmente se atrevió.
— Lo siento, pero debo preguntar —Grace exclamó. Las chicas dirigieron su atención hacia ella. — ¿Alex es bueno besando?
Audrey sintió como el calor subía a sus mejillas debido a su repentina pregunta. No se esperaba eso para nada.
— ¡Grace!
— ¿Qué? Solo era una pregunta —se excusó. La castaña rió levemente, mientras negaba con su cabeza.
— No quiero llegar tarde, así que será mejor que nos arreglemos —Audrey recomendó, haciendo que sus amigas asintieran.
Cuando aquellas palabras salieron de los labios de la chica, todas se giraron con rapidez hacia sus respectivas mochilas, para así poder sacar la ropa que iban a usar para la feria. Minutos después, las camas de Audrey y Jackie se encontraban repletas de accesorios y prendas de ropa.
— Esto se te va a ver muy lindo —dijo Grace, colocando un gorro de vaquero frente al rostro de Audrey. — Toma, pruébatelo.
La castaña se colocó de pie, encaminándose hacia el espejo. Una vez ahí, hizo una mueca al observarse. No le convencía del todo.
— Te ves hermosa —Olivia murmuró, sonriéndole levemente. — Honestamente, creo que eres a la única persona que esa cosa se le vería bien.
En ese momento, Silver maulló. Audrey rio, acercándose al felino para tomarlo entre sus brazos.
— Creo que está de acuerdo.
— Tiene buen gusto.
El felino saltó de los brazos de la castaña hasta los brazos de Olivia. Esta lo recibió con una sonrisa.
— Creo que te quiere más a ti —bufo. Silver maulló, haciendo que la chica entreabierta sus labios con indignación. — Traidor.
Audrey desvió su mirada hacia Jackie cuando notó como esta estaba recostada sobre su cama, con la vista fija en el techo.
— ¿Estás bien?
— No quiero ir —Jackie suspiró. Sus amigas se giraron hacia ella casi de inmediato.
— Tienes que ir.
— Escucha, la feria del condado es parte de tu asimilación a la vida en Silver Falls —Grace aseguró, tratando de convencer a la morena.
— ¿Es por Cole? —Audrey preguntó. Jackie asintió con una mueca.
— Es horrible.
— Los ebrios dicen cosas horribles —Olivia murmuró.
— En especial Cole.
— Sigo manteniendo mi postura en que dicen cosas sinceras.
— Si. Bueno, tal vez esto es... No sé, como cuando los niños te jalan el pelo porque en realidad les gustas —Grace sugirió. Las demás negaron con el ceño fruncido.
— Odio ese concepto —habló Jackie, ganándose un asentimiento por parte de sus amigas.
— Es demasiado machista —Audrey murmuró, quitándose el sombrero para tomar asiento sobre su cama.
— ¡Tengo una idea! —Grace exclamó, mientras que a la vez sacaba un par de botas de su mochila. — Anda, pruébatelas, ¿si?
— No sé si me vería bien usando eso —Jackie murmuró. — Tu deberías de usarlas.
— No, la feria del condado es la única noche del año en la que mis papas me dejan salir hasta más tarde —la chica se apresuró a negar. — Significa que lo que me ponga será muy importante.
— En ese caso... —la morena habló, caminando hasta su closet. Después de unos segundos, saco un hermoso vestido. — ¿Qué tal si usas esto?
Grace dejó salir un grito ahogado, mirando aquella prenda de ropa con sorpresa. Las contrarias rieron levemente.
— Era de Lucy. Creo que le encantaría que tú lo usaras.
— ¿Estás segura? —preguntó con algo de duda. La morena asintió sin dudarlo.
— Esta bien, voy a usarlo. Pero solo si tu usas esas botas.
Jackie observó los zapatos con una mueca bajo la atenta mirada de sus amigas.
— Se te verán geniales —dijo Olivia.
— Te estarías convirtiendo cien porciento en una ciudadana de Silver Falls —Audrey continuó.
— Bien. Las usare —la morena murmuró. Las demás sonrieron en grande, mientras se colocaban de pie de un salto.
— Esto va a ser divertido.
⚔️⚡️🌊
Las horas habían pasado, por lo que ahora, Audrey se encontraba apoyada contra una cerca, observando sin mucho interés a los participantes que salían a correr con sus respectivos caballos. La chica estaba esperando con impaciencia a que el turno de su novio llegara.
Los ojos de la castaña se desviaron de la arena cuando a lo lejos pudo ver como Cole se acercaba a Jackie para entablar una conversación. Después de unos segundos y de intercambiar un par de palabras, la chica se alejó del rubio a paso rápido. Audrey hizo una mueca cuando notó como el chico suspiraba al verla alejarse.
No había escuchado la conversación, pero era más que obvio que Cole la había cagado... Otra vez.
— ¿Qué te dijo esta vez? —Audrey preguntó cuando la chica se posicionó a su lado. Jackie soltó un bufido.
— Es un idiota —se quejó. — Dijo que no recordaba nada de lo que había sucedido la noche de la gala.
— No entiendo por qué no puede ser honesto con sus sentimientos por una vez —la castaña murmuró, recordando la conversación que habían tenido hace un par de semanas. A Cole le gustaba Jackie, pero por alguna razón era un completo idiota con ella.
— ¿Qué sentimientos?
— ¡Estaba hablando conmigo misma! —Audrey se apresuró a exclamar. Jackie la observó con una mueca, pero asintió. No le había creído para nada, pero tampoco quería hacer preguntas.
— Como sea. ¿Qué hay de eso? —preguntó luego de carraspear a su garganta, apuntando a las manos de su amiga.
Audrey tenía una gran cantidad de paneles, banderas y gorras que decían "Team Alex" en mayúscula. La chica ya le había dado unas cuantas a los Walter, y a los amigos de su novio, pero aun así le quedaban demasiadas. Se había excedido un poco, pero no la pueden culpar, de verdad estaba demasiado emocionada.
— Son para apoyar a Alex —explicó con una sonrisa. — ¿Quieres uno?
— Claro —Jackie murmuró, colocándose una gorra.
— A continuación, tenemos al número ocho, ¡Alex Walter! —el presentador exclamó después de unos segundos, haciendo que la atención de todos los presentes se dirigiera hacia él.
Rápidamente, el lugar se llenó de gritos y vítores de emoción, siendo los de Audrey los que más destacaban. La chica tenía una sonrisa de oreja a oreja.
— Parece una celebridad —Jackie bromeó.
Sin embargo, la castaña pareció no escucharla, ya que se encontraba demasiado concentrada en la carrera de su novio.
Audrey había crecido rodeada de caballos, por lo que entendía a la perfección todo lo que estuviera relaciono a ellos, y la equitación no era la excepción a eso.
Alex no perdió el tiempo, y rápidamente agito las cuerdas de su caballo, haciendo que este comenzara a caminar alrededor de la arena. A los pocos segundos, Murphy saltó a la perfección sobre un banco, haciendo que Audrey soltara un grito de felicidad.
Jackie la observaba con curiosidad, no entendía nada de lo que estaba sucediendo. Sin embargo, cuando vio como Alex coloco a Murphy al lado de un cuadrado lleno de arena, para luego agarrar la bandera que había dentro de esta, entendió que el chico había terminado en tiempo record. Y su teoría se confirmó cuando la novia del pecoso comenzó a saltar de la emoción. Lo había hecho increíble, y no había duda alguna de eso.
Alex dio la vuelta en su caballo, y su mirada se detuvo en Audrey. El chico no pudo evitar sonreír con ternura al ver todo lo que había traído para apoyarlo.
Un silbido sonó a lo lejos, por lo que se vio obligado a dejar de observar a su novia para luego encaminarse hacia los establos.
— ¿Iras con él? —Jackie preguntó. Audrey se giró a verla, asintiendo levemente.
— ¿Quieres venir conmigo?
— No, gracias —la morena negó con una sonrisa. — Creo que iré a comprar algo para beber.
— Bien. ¿Nos vemos al rato?
— Claro.
Audrey le dio una última sonrisa a su amiga, para luego dirigirse hacia los establos que se encontraban detrás de la arena.
En cuanto estuvo ahí, la chica sonrió al ver que estaba rodeada de todo tipo de caballos. Ella los adoraba desde que tenía memoria, y si no fuera por su madre, ella tendría cientos de aquellos animales.
Luego de unos minutos de estar caminando, finalmente logró ver a Alex a lo lejos, por lo que sin dudarlo, se encaminó en su dirección.
En cuanto el chico se bajó de Murphy, Audrey se acercó a él con una sonrisa.
— ¡Estuviste increíble! —exclamó. Alex sonrió con ternura.
— ¿En serio?
— ¡Si! Creo que contuve la respiración en todo momento.
— Yo también —el pecoso respondió, mientras caminaban por el lugar.
— ¿Por qué?
— Me preocupaba ir demasiado lento, y no estoy acostumbrado a que tantas personas me vean.
— No lo note para nada. Y estoy segura de que los jueces tampoco —Audrey aseguró. El chico asintió, rodeando los hombros de su novia con sus brazos. — Parecías un profesional.
Alex rió, negando levemente con su cabeza. En ese momento, el teléfono de la chica comenzó a sonar, por lo que la pareja se separó para que Audrey pudiera desbloquear su celular con facilidad. Una mueca se apodero de su rostro al ver como su padre era la persona que la estaba llamando.
Llevaban años sin verse, por lo que se le hacía extraño que la estuviese llamando.
— ¿Todo bien? —Alex preguntó con preocupación, notando el cambio de humor de su novia. Audrey asintió, para luego contestar la llamada.
— ¿Hola?
Por unos segundos, un silencio sepulcral era lo único que se podía escuchar desde la otra línea telefónica.
— Hola, cariño —la voz de Oscar resonó. Audrey tragó en seco, sintiéndose repentinamente nerviosa.
Cuando ella era pequeña, ambos solían tener una relación de padre e hija completamente envidiable. Oscar le dedicaba todo su tiempo libre. La defendía de su madre. Le había enseñado a dar sus primeros pasos, e incluso a andar en caballo. Sin embargo, cuando el hombre se separó de su madre, no volvió a saber de él. Era como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra.
— Después de todo si tenías un teléfono —la chica ironizó. — ¿Por qué me llamas después de cuatro años?
— Solo quería hacerte saber que iré a Silver Falls —comentó. Audrey pudo notar el nerviosismo en su voz, por lo que rodo los ojos. — Seré uno de los jueces en la final del rodeo. Además, mi empresa esta financiando un par de campamentos de equitación.
— ¿Y eso que tiene que ver conmigo?
— Pensé que tal vez podríamos vernos... Y recordar los viejos tiempos.
— No lo sé, tendré un día bastante ocupado —mintió. Oscar suspiró y la chica dijo con ironía: — Veré si tengo un espacio en mi agenda.
Cuando su padre se había mudado a Nueva York después del divorcio, su madre se había asegurado de recordarle todo el tiempo que el hombre se preocupaba más por su trabajo que por ella. Y claramente, eso se había quedado grabado en su cabeza.
— Cariño...
— Hablamos después. Me tengo que ir —Audrey finalizó, cortando la llamada de golpe.
La castaña cerró los ojos por unos segundos, tratando de regularizar su respiración. Alex la observó con preocupación. Su novia nunca antes había hablado sobre su relación con sus padres, de hecho, lo evitada a toda costa, por lo que verla así de afectada lo tenia inquieto.
— ¿Estás bien? ¿Necesitas que te traiga algo? —el pecoso se apresuró a preguntar.
— No, estoy bien.
— Linda...
— Pensándolo bien, no me haría nada mal uno de tus abrazos —murmuró, elevando su mirada para verlo fijamente a los ojos.
Alex asintió, rodeando la cintura de Audrey con sus brazos. La chica lo abrazo por los hombros, recostando su cabeza sobre su pecho. Los latidos de su corazón habían logrado que se calmara.
Después de todo, el pecoso era la única persona que podía lograr que se olvidara de todo lo malo que estaba sucediendo en su vida. Alex la hacía sentir segura y querida.
— Te quiero, Alex.
— Te quiero muchísimo más, bonita.
⚔️⚡️🌊
Cuando la noche cayó, Audrey se encargó de ayudar a Jackie para prepararla para su entrevista con una representante de Princeton.
— Señorita Howard, dígame que la hace una candidata única para nuestra prestigiosa empresa —la castaña leyó una de las preguntas que su amiga había escrito.
— Bueno, tengo una ética de trabajo muy fuerte y soy sumamente organizada —Jackie respondió. Audrey hizo una mueca al ver lo rígida que estaba.
— Te ves asustada. No lo haces mal, pero trata de relajarte un poco —murmuró. — Solo imagina que estas hablando conmigo.
En ese momento, unos golpes en su puerta llamaron la atención del par de amigas.
— Adelante —la morena suspiró. A los pocos segundos, Danny apareció por detrás de esta.
— Hola, ¿están ocupadas?
— Estoy practicando para mi entrevista de mañana —Jackie respondió.
Audrey se colocó de pie de inmediato en cuanto notó como su amigo tenía un sobre entre sus manos.
— ¿Eso es lo que creo que es?
— Si —el mayor rió. — Es de Juilliard.
Las chicas asintieron, mirándolo con impaciencia.
— ¡Ábrelo! —Audrey exclamó, desesperada. Estaba tardando demasiado, y ella era una persona ansiosa.
— No puedo abrirlo... —murmuró, tendiéndole el sobre a sus amigas.
Jackie tomó la carta entre sus manos, compartiendo una mirada con la castaña, quien se encontraba moviéndose de un lado a otro debido al nerviosismo.
— ¿Estás seguro?
— Si.
Jackie suspiró, para luego comenzar a abrir el sobre de forma rápida. Audrey se acercó a ella de inmediato, comenzado a leer. Una sonrisa se formó en sus labios cuando notó que su amigo había sido aceptado.
— ¿Lo logre? —cuestionó ante la reacción del dúo.
— ¡Lo lograste! —exclamaron a la vez.
— ¿Me admitieron? —dijo con sorpresa, tomando la carta entre sus manos.
— ¡Si!
Danny no lo dudo y empezó a leer su interior con temor e incredulidad. No podía creer que había sido aceptado en el conservatorio de sus sueños. Sin embargo, luego de unos segundos su rostro se desfiguro por completo.
— ¿Qué sucede?
— Es que no se si podré ir... —respondió, haciendo que las chicas fruncieran el ceño. Al notar esto, el chico continuó hablando: — Voy a necesitar donde vivir. Además, está la matricula.
— Pensaremos en algo —Audrey murmuró, llevando una de sus manos hasta el hombro de su amigo. Este hizo el intento de sonreírle. — No te preocupes, Dan. Lo solucionaremos.
— Puedo hablar con mi tío Richard —Jackie sugirió. — Tiene más cuartos que nada en su casa. Y seguro sabrá de un trabajo para que aportes a tu matricula.
— Yo podría hablar con mi padre —dijo Audrey, haciendo que Danny la observara con sorpresa.
— Pero no hablas con él desde hace años...
— Lo eligieron como jurado en la final del rodeo, así que tendrá que venir a Silver Falls —aseguró. — Tiene contactos en Nueva York, así que podría pedirle que hable con algunas personas.
— ¿En serio? —Danny cuestionó. La castaña sonrió al notar como su rostro se había iluminado al escuchar sus palabras.
— ¡Claro! —la morena se apresuró a asentir por ambas. — No hay forma de que no vayas a ir.
— Esta bien —el mayor habló, sintiendo como sus labios se elevaban levemente. Luego de unos segundos, Danny envolvió a ambas chicas en un gran abrazo. — Gracias.
— No es nada.
El contrario se separó, soltando un grito de alegría. Jackie y Audrey compartieron una mirada, felices de verlo en ese estado.
— ¡Iré a darles las noticias a mis padres! —exclamó, caminando hacia la salida de la habitación.
Cuando el chico desapareció de su campo de visión, Jackie cerró la puerta de golpe, girándose hacia su amiga.
— Tenemos que continuar —dijo luego de carraspear su garganta. Audrey soltó un suspiro, pero asintió.
— ¿En que quedamos?
JES'S NOTE !
yo se que actualizo una vez a las mil quinientas, perdónenme la vida 😭 pero la verdad he estado demasiado desmotivada con este fic. SIN EMBARGO, me voy a poner las pilas, porque dentro de una semana entro a clases, y como no voy a tener nada de tiempo libre, quiero terminar "gold rush" lo antes posible <3
hay una referencia a stranger things en este capítulo, espero que se haya notado ☹️🙏🏼
GRACIAS POR LEERME <3 luv u.
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