fourteen. the bonfire
O14 | THE BONFIRE
Audrey se encontraba sentada junto a Alex en una de las bancas que se encontraban a las afueras del instituto. Desde que se habían besado hace un par de días, habían estado inseparables.
Para Audrey era todo completamente nuevo, si bien había estado en un par de relaciones antes, ninguna había sido como la que tiene con Alex. No estaba acostumbrada a tantas muestras de afecto en público, por lo que le había hecho saber al chico como se sentía respecto a eso desde el primer momento. No le incomodaba, pero a veces la abrumada. Al contrario de lo que la chica pensó, Alex la entendió y comenzó a moderarse, lo que menos quería era hacerla sentir incomoda.
— Oye, Walter —Kileyllegó al lugar, saludando a su amigo. Audrey sonrió al verla. — ¿Sigue en pie nuestro juego de Catan al rato?
— Por supuesto que si —el pecoso rióo. — Catan para hoy, beer pong el sábado... Ah, pero hay que encontrar un tercer jugador. Marcus nos abandonó.
— ¿En serio?
— Si.
En ese momento, el timbre resonó por todo el instituto, lo que significaba que tenían que entrar a clases. Rápidamente la pareja se colocó de pie.
—¿Qué? ¿Tengo algo en el pelo? —Audrey preguntó cuando notó la mirada de Alex en ella.
— No, no tienes nada —negó, dándole una sonrisa, para luego tomarla de las manos.
— Esta bien. Me voy —Kiley exclamó, haciendo una mueca.
Cuando la chica desapareció de su campo de visión, Audrey entrelazó sus manos con las del chico para luego comenzar a caminar hacia el interior.
— Hay una formación rocosa a la que me gustaría llevarte —habló Alex, mientras cruzaban por las puertas del instituto. En ese momento, el chico se pudo dar cuenta de que todas las miradas estaban puestos sobre ellos, murmurando cosas que no lograba entender.
— Ignóralos —Audrey pidió, notando como la fuerza en el agarre del chico disminuía.
— ¿Están hablando de nosotros?
— Probablemente.
— Creo que sí, nos están mirando demasiado —Alex murmuró, haciendo que la chica detuviera sus pasos para poder observarlo.
— ¿Te importa lo que digan los demás? —cuestionó, llevando ambas manos a su rostro, obligándolo a que la mirara. El chico hizo una mueca, no podía evitar preocuparse por lo que estarían diciendo.
— Un poco —respondió, dudando de su respuesta. Audrey se limitó a asentir.
— Entonces démosles una buena razón para hablar.
Y sin decir nada más, la chica junto sus labios con los del contrario. Al principio Alex se sorprendió, pero esto no evito que le siguiera el beso, gustoso.
Cuando se separaron, ambos sonrieron en grande. El pecoso estaba feliz de saber que la chica no se avergonzaba de él.
— ¿Mejor?
— Mucho, mejor —Alex aseguró, entrelazando nuevamente su mano con la de la contraria. — Como te decía. Hay algo en la acústica que haces que te sientas a kilómetros de la fogata, o de cualquiera, de hecho. Además, está muy oscuro, por lo que solo se ven las estrellas.
— Mírenlos —habló Cole con diversión, acercándose a la pareja. Audrey sonrió al verlo. — Quien diría que mi hermanito pequeño estaría con mi ex novia.
— Cállate, Cole —Alex rodó lo ojos.
— ¿Irán a la fogata?
— Por supuesto que si. No me lo perderia por nada del mundo.
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Después de que las clases llegaran a su fin, Audrey se encontraba sacando un par de cosas de su casillero.
— Audrey —Alex la llamó, apareciendo por detras de la puerta. — ¿Tienes planes para más tarde?
— Yo no, pero tu si —le recordó.
— Bueno, ese es el asunto... ¿Recuerdas que te dije que Marcus nos había abandonado a último momento y que necesitabamos un reemplazo?—preguntó, recibiendo un asentimiento por parte de la chica. — ¿No te gustaría ir y reemplazarlo?
— Me gustaría, si —respondió, con algo de duda. — Pero no creo que sea correcto que yo vaya.
— ¿Por qué? ¿No sabes como jugar?
— En parte —murmuró. Alex la observó con una mueca, ladeando su cabeza levemente, no entendiendo del todo a que se refería. — Este es un plan que tienen tu y Kiley, yo solo estaría molestando.
— Tu no eres una molestia —Alex se apresuró a decir.
— Para ti, tal vez —dijo Audrey, cerrando su casilerro para luego comenzar a caminar. — Sé que si voy contigo, vas a poner toda tu atención en mi, y no quiero incomodar a Kiley... Últimamente no hablan mucho, y siento en parte es mi culpa.
— Eso no es verdad. Elijo pasar tiempo contigo porque me gusta —contestó.
— A mi también me gusta pasar tiempo contigo, pero no puedes dejar de lado a tus amistades por mi. Tiene que haber un equilibrio.
Alex se quedó en silencio, observandola durante unos minutos. Tenía razón.
— Puedes llevar a Jackie —recomendó con una sonrisa. — Le haría bien salir de casa.
— Tienes razón. Le preguntaré si quiere ir conmigo.
— Siempre tengo razón —exclamó, verificando la hora en su celular. Una mueca de horror se apoderó de su rostro en cuanto la vio. — ¡Voy tarde! Danny me va a matar.
— No es ninguna novedad —rió el pecoso.
Audrey se colocó rápidamente la mochila en sus hombros, para luego comenzar a correr hacia la salida. Aunque cuando recordó que no se habia despedido de Alex, se devolvió.
— ¡Nos vemos en casa! —dijo, dejando un rápido beso en su mejilla, para luego continuar con su acción anterior; correr.
— Nos vemos...
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Audrey se encontraba corriendo a toda velocidad por los pasillos de la escuela. Había quedado de reunirse con Danny para poder ayudar al chico con su audición a la obra del instituto, e iba tarde, como siempre.
— ¡Danny! —la castaña exclamó, abriendo las puertas del auditorio de golpe. — Ya llegué, perdón la demora es solo que... —la chica hizo una pausa, apoyándose en una pared cercana, tratando de regularizar su respiración. — Perdí la noción del tiempo.
— No te preocupes, yo acabo de llegar —el chico la tranquilizó. — Sabia que llegarías tarde.
— Lo siento —Audrey se disculpó nuevamente, caminando hasta donde su amigo de encontraba. — ¿Estás listo?
— Si, gracias por ayudarme a practicar —Danny murmuró con una sonrisa.
— Bueno, Romeo y Julieta no es mi obra favorita de Shakespeare —habló la castaña con algo de diversión. — Pero puedo intentarlo por ti... ¿Retomamos donde lo dejamos la última vez? —preguntó, haciendo que el chico asintiera.
Tan solo unos minutos después, los amigos habían comenzado a practicar. Al principio a Audrey le costó seguir el ritmo de Danny, ya que este se sabía los diálogos de la obra al pie de la letra, pero al final logró hacerlo correctamente.
— «¡Ah, sigue hablando, ángel radiante, pues en tu altura a la noche le das tanto esplendor... —Danny exclamó. — Como el alado mensajero de los cielos...». —el chico se interrumpió, dejando el párrafo inacabado y tirándose de los pelos de pura desesperación.
— «¡Ah, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres Romeo? —Audrey gritó el siguiente verso de Julieta con la esperanza de inspirarlo. Danny se volteó a mirarla, dándole una sonrisa de agradecimiento. — Niega a tu padre y rechaza tu nombre. O, si no, júrame tu amor y ya nunca seré una Capuleto».
— «¿La sigo escuchando —Danny susurró la respuesta de Romeo. — o le hablo ya?».
La chica sonrió el grande, aplaudiendo con todas sus fuerzas cuando el chico terminó.
— Estoy segura de que te darán el papel del protagonista —Audrey lo animó, sentándose en el borde del escenario, mientras dejaba sus piernas colgando. — Lo haces genial.
— No sé —respondió, angustiado. — No me acaba de salir bien. Me cuesta mucho meterme en el personaje en esta parte... —el chico soltó un suspiro. — Nunca me había presentado a un papel para una obra tan importante.
— Pensé que Romeo y Julieta no te gustaba.
— Y no me gusta, pero el profesor de teatro nos dijo que una amiga suya vendrá a verla. Es una cazatalentos.
— ¿Para ir a Juilliard? —preguntó, conociendo lo mucho que su amigo quería asistir a esa universidad.
— Si.
— Entonces continuemos ensayando —Audrey exclamó, colocándose de pie. Danny rio.
— Creo que estas más entusiasmada tú.
— Ya me gustó ser Julieta.
Después de repasar de arriba abajo la escena del balcón, la cual era la que más se le dificultaba al chico, Danny se transformó en Romeo y Audrey se convirtió en Julieta.
La chica había entendido por qué él era el presidente del club de teatro. Danny no solo interpretaba un papel; se sumergía en el hasta identificarse por completo con el personaje.
Luego de ensayar por varios minutos, sonó el timbre que señalaba el fin del descanso para el almuerzo.
— Nos fue increíble, ¿no te parece? —Audrey le preguntó a su acompañante, a la vez que saltaba del escenario.
Danny imitó su acción, y una vez que ambos estuvieron listos comenzaron a caminar a la puerta del auditorio.
— La verdad es que sí. Tienes facilidad para esto. ¿Nunca has pensado en hacer teatro?
— Ni de broma —la chica rió.
— Deberías de pensarlo —el chico murmuró. — Lo haces increible.
— Viniendo de un futuro estudiante de Juilliard eso significa mucho.
— Lo digo en serio. Tienes talento.
— Puede ser, pero el teatro no es lo mio.
— Si en algún momento cambias de opinión espero ser el primero en saber.
— Por supuesto que si.
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Audrey ya se encontraba lista para la noche. Había ido a su casa por un par de sus cosas el día anterior, por lo que se pudo arreglar fácilmente en casa de los Walter.
A los pocos minutos, Isaac se asomó por la puerta de la habitación de Jackie y Audrey, haciéndoles señas para que salieran. Audrey se roció perfume con rapidez, para luego coger su teléfono y seguir a sus amigos.
Cuando el trio finalmente salió de la casa, lograron encontrarse con Nathan, quien estaba escondiéndose detrás de la camioneta, esperando a que su hermano mayor apareciera.
Cuando Cole apareció en su campo de visión, todos se prepararon para correr, porque de lo contrario los dejaría ahí. El rubio abrió la puerta de la camioneta, por lo que los menores corrieron para poder subirse. Isaac se apresuró para sentarse adelante, mientras que Jackie, Audrey y Nathan se sentaban atrás.
— No, oigan, que los lleve alguien más —se quejó Cole, negando con su cabeza.
— No seas así Cole —Nathan exclamó. — Las cosas apenas van mejorando con Skylar. Le escribí una canción y aún no me ha dicho nada al respecto.
— ¿No? —Audrey preguntó, girándose a verlo.
— No —aseguró. — Y hoy se portó un poco raro. Y yo no me porte muy relajado.
— ¡Okey, si! —Cole lo cortó. — Los llevare.
Isaac prendió la radio, apoderándose de ella. Una sonrisa se formó en su rostro cuando notó que estaba sonando una de sus canciones favoritas, por lo que le subió el volumen al máximo, moviendo su cabeza al ritmo de la música.
Al poco tiempo después, unos golpes en la ventana llamaron la atención del grupo. Cole suspiró al notar que se trataba de sus demás hermanos, aunque esto no evito que bajara la ventanilla. Alex, se apresuró en subirse, tomando asiento a un lado de Audrey, quien sonrió levemente al verlo.
— No puede ser —bufo.
— Bueno. Si quieres le pido a papá que nos lleve —empezó Danny, dándole una mirada cómplice a Audrey.
— Le va a encantar ver el barril de cerveza que traes aquí atrás —dijo, sonriendo con ironía. Cole la miró a través del espejo.
— A ver, ¿acaso ninguno de ustedes tiene amigos?
— ¿Para que los necesitamos si tenemos un hermano tan tierno como tú? —Danny habló, dándole la vuelta a la camioneta para llegar hasta el asiento del copiloto.
— Danny, por favor, solo esta vez —Isaac murmuro, dándole una mirada llena de súplica a su primo.
— Así son las reglas —negó, ganándose un bufido de parte del contrario. — Vete para atrás.
El chico miro hacia atrás, notando que estaba todo ocupado. Alex se bajó del vehículo, dándole así el espacio necesario a su primo para que este pudiera pasar hasta el último asiento. Isaac le dio una mala mirada, ya que en un principio había pensado que este le daría su lugar. Sin embargo, se inclinó hasta el final, quedando sentado a un lado de Nathan.
Cuando Alex notó como el chico ya estaba ubicado en su lugar, se apresuró en subirse nuevamente a la camioneta. Una vez arriba, rodeó los hombros de Audrey con uno de sus brazos.
— Algún día seré el mayor y los mandare a todos al diablo —Isaac se quejó, haciendo reír con diversión a los demás.
— No vas a ser el mayor, así no funciona la edad —se burló el pecoso.
— Cierra la boca.
— ¿Ya están listos allá atrás o qué? —Cole preguntó, acomodando el espejo.
— Si.
— Todos listos.
— ¡Vámonos! —exclamó Danny, subiendo la emoción en el ambiente.
Cole sonrió, para luego encender la camioneta y emprender camino hacia el lugar en donde se realizaría la fogata.
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Los chicos habían llegado a la fogata hace ya un par de horas. Audrey se encontraba sentada frente a una de las fogatas junto a Olivia, Alex, Kiley, Isaac y Nathan, este último tocando la guitarra y desviando su mirada hacia Skylar y sus amigos de manera nada disimulada.
— ¿Por qué no solo vas y le hablas? —Audrey llamó su atención. El chico se apresuró a negar.
— Ni loco —Nathan soltó un suspiro. — ¿Pero creen que ya escucho la cancion?
— Deberías preguntarle —Alex recomendó.
— ¿Debería preguntarle?
— Nathan, relájate —Olivia murmuró.
— Si en verdad te gusta tanto, planta la semilla y que venga a ti. ¿Si? —Isaac exclamó. Audrey lo miro con ambas cejas alzadas. Tal vez el debería de seguir su propio consejo.
— Sí, sí. Tienes razón.
Audrey lo observó por unos segundos, para luego colocarse de pie con rapidez. Todos la miraron con confusión al no saber a dónde se dirigía, a excepción de Isaac, quien sonrió con diversión al darse cuenta de lo que estaba planeado.
— Oye, ¿qué haces? —Kiley preguntó.
— Plantando la semilla —respondió. Rápidamente Isaac y Nathan se colocaron de pie para ir detrás de ella.
— Hola —saludo el trio una vez que llegaron a su lado. Jackie les dio una sonrisa, mientras que el resto los miraban con confusión. Alex y Kiley rieron a lo lejos.
— Hola —Grace contestó, dudosa.
— ¿Quieren jugar beer pong? —Audrey cuestionó.
— Yo me apunto —Grace se apresuró a decir, para luego voltearse en dirección a Isaac. — ¿Tienes buena puntería?
El chico observo a su mejor amiga con algo de duda, siempre eran compañeros en ese tipo de juegos. Audrey asintió con una mueca, le daba igual que Isaac jugara con otra persona si eso significaba dejar a Nathan a solas junto con Skylar.
— Yo diría que es... Perfecta —murmuró Isaac. Grace sonrió y sin decir nada más se encaminó hacia el lugar en donde se realizaba el juego.
— Jackie —la castaña la llamó. — ¿Jugamos juntas?
— Claro.
Una vez que todos se acomodaron en la mesa de ping pong junto a sus parejas, el juego comenzó. Unos momentos antes, Audrey había tenido que explicarle a su amiga las reglas del juego ya que esta nunca antes lo había jugado. Esto sorprendió a la castaña, pero para su buena suerte Jackie pareció entender bastante rápido.
Grace fue la primera en lanzar la pelota, tratando de que cayera dentro de algún vaso, aunque fallo, logrando que soltara un bufido lleno de frustración. Audrey miro a Jackie, haciéndole saber que era su turno. La morena cogió una pelota entre sus manos con algo de nerviosismo, para luego arrojarla.
— ¡Lo hiciste! —la castaña celebró al ver cómo había caído dentro de un vaso. Luego de festejar, la chica se giró hacia el equipo contrario con una sonrisa llena de diversión. — Parece que tienes que tomar.
Grace agarró el vaso en el que había caído la pelota, para luego llevárselo a los labios y beberse el líquido que se encontraba adentro. Una mueca se apoderó de su rostro cuando el sabor amargo se apoderó de su garganta.
— Mi turno —musito Isaac.
Después de acomodarse en su lugar, el chico arrojo la pelota. Una sonrisa llena de triunfo apareció en sus labios cuando notó que había caído dentro de uno de los vasos.
— Al parecer festejaron antes de tiempo —este se burló. Audrey rodó los ojos. En un principio había sugerido jugar para ayudar a Nathan, pero ahora solo quería ganar.
— Ya lo veremos —dijo Audrey, tomándose de un trago la cerveza que estaba dentro.
Cuando la chica arrojó el vaso sobre la mesa, agarró una de las pelotas entre sus manos, preparándose para tirar. Segundos después, arrojó la pelota, embocándola.
— Te toca tomar.
Luego de unos minutos más de estar jugando, el equipo conformado por Audrey y Jackie salió ganador, por lo que después de burlarse de sus amigos, cada quien se fue por su lado. La chica Chadwick se había encaminado en dirección al barril de cerveza que Cole había traído para servirse un poco.
Audrey estaba tan concentrada en sus pensamientos que no se dio cuenta de una presencia detrás suya.
— Hola —una voz desconocida sonó a sus espaldas, por lo que la chica se dio vuelta de inmediato. Una mueca se apodero de su rostro cuando se dio cuenta de que el chico del árcade estaba frente a ella.
— Hola —respondió con desinterés. — ¿Acaso me estas siguiendo?
— Claro —Justin bromeó, aunque al notar que la chica no se había reído se apresuró a intentar arreglarlo. — Solo bromeaba. Siempre vengo a la fogata con mis amigos.
— Genial... —murmuró, buscando algún rostro conocido entre la multitud para poder escapar.
— ¿Ya has visto pasar alguna estrella fugaz?
— Todavía no.
Debido a lo cerca que estaba, Audrey podía oler el perfume del chico, junto a la mezcla de sudor y cerveza.
— ¿Puedo preguntarte algo?
— ¿Qué cosa? —preguntó la castaña, tomando un sorbo de su vaso para luego mirarlo.
— ¿Aun sales con ese chico con el que fuiste al árcade? —Justin cuestionó, imitando la acción de la chica. — Alex.
— ¿Cómo sabes su nombre? No recuerdo habértelo dicho.
— No lo hiciste —respondió, como si fuera lo más normal del mundo. — Pero investigue un poco.
— Bueno, respondiendo a tu pregunta, aún salgo con el —mintió, carraspeando su garganta. Alex y ella aun no eran oficialmente una pareja, pero había pensado que, si le hacía creer que sí, el chico se iría.
— Genial —Justin murmuró. Audrey apartó la mirada cuando sintió como el ambiente se tensaba.
— ¿Por qué la pregunta?
— Es solo que escuche un par de rumores —contestó. La chica intento no sentir curiosidad hacia aquello, pero le era imposible. Es demasiado curiosa.
— ¿Qué rumores? —fingió desinterés.
— Que Alex solo está contigo para olvidar a su ex novia —Justin habló, haciendo que Audrey lo mirara con confusión. Si antes no estaba interesada en hablar con él, ahora sí. — Aunque veo que no es verdad, dudo que una chica como tú se conformaría con ser el segundo plato de alguien.
— Tal vez deberías de investigar mejor —dijo la castaña, negando su acusación. — Tus fuentes no son confiables.
— Lo dudo —respondió, acercándose aún más a la chica, quien retrocedió casi de inmediato. — Quiero decir... Tu eres ex novia de su hermano, el cual se metió con Paige, su novia en ese momento, así que en verdad no sería tan extraño que fueras parte de su plan de venganza.
Aunque no lo quisiera admitir, eso había sido difícil de oír.
— Piénsalo... Cuando te des cuenta de que estoy diciendo la verdad, sabrás donde encontrarme.
Y sin decir nada más, Justin comenzó a caminar en dirección contraria, dejando a Audrey con un millón de dudas en su cabeza.
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El grupo de amigos se encontraba nuevamente reunido, esta vez alrededor de la fogata debido a que había comenzado a hacer más frio y estaban buscando una fuente de calor. Todos hacían un pequeño círculo, sentados en una silla, a excepción de Audrey, quien se encontraba sentada en el regazo de Alex.
Los adolescentes se encontraban teniendo una conversación sobre un tema que la chica desconocía, ya que no estaba prestando atención, su mente estaba demasiado perdida en lo que Justin le había dicho momentos atrás. Había dejado que le afectara más de lo que debía.
Isaac y Olivia se pudieron dar cuenta de que algo estaba mal con su amiga, ya que en cualquier otra ocasión estaría riendo, formando parte de la conversación, y burlándose de Isaac por haberle ganado en beer pong.
Sin embargo, ellos no eran los únicos que notaron que algo estaba fuera de lo normal, ya que Alex llevaba un par de minutos observando a la chica, tratando de entender que era lo que estaba ocurriendo. Su mirada estaba perdida en algún lugar de la playa.
— ¿Estás bien? —el pecoso murmuró, acercándose a su oído para evitar que los demás escucharan. Audrey negó levemente con su cabeza.
— ¿Podemos hablar en privado?
— Claro —Alex se apresuró a responder.
La chica se colocó de pie y el rápidamente imitó su acción.
— ¿Adónde van? —Isaac preguntó.
— A caminar por la playa —dijo Audrey en respuesta. El contrario compartió una mirada con Olivia, ambos sabían que no estaba diciendo la verdad, sin embargo, no dijeron nada. Se encargarían de hablar con ella una vez que estuvieran solos.
Luego de unos minutos, la pareja había llegado a un lugar que estaba bastante alejado de las demás personas. Incluso estaba un poco oscuro, así que apenas y se podían ver.
— ¿Qué sucede? —Alex preguntó, no aguantando el silencio que se había formado entre ellos.
— Hace un rato estaba hablando con un chico y me dijo algo que deje que me afectara más de lo debido... —Audrey empezó, carraspeando su garganta. — Me dijo que tú estabas conmigo solo para olvidarte de Paige y para vengarte de Cole, y honestamente odio pensar que eso tiene sentido.
— ¿De qué estas hablando? —el pecoso cuestionó, su mirada estaba llena de confusión.
— Piénsalo. Cole y yo terminamos porque él se metió con tu ex novia, y no es ningún secreto para nadie que desde ese momento ustedes comenzaron a competir por absolutamente todo, intentando demostrar que uno era superior que el otro —bufo. — Ya he pasado por tanto que honestamente no me sorprendería que intentaras demostrar algo al estar conmigo.
— Audrey, eso no...
— Solo dime algo —la chica lo interrumpió. — Las muestras de afecto, toda esta relación que tenemos... ¿Estás interesado en mi o estás conmigo para vengarte de Paige y Cole?
— No, por supuesto que no —Alex se apresuró a responder, tomando la mano de Audrey entre las suyas, tirando de ellas para acercarla a él. — Es cierto que puede que me haya dejado llevar por Cole en su momento, pero tú me gustas desde demasiado antes. Dios Audrey, me gustas desde que éramos niños e íbamos al jardín de infantes —confesó, tomándola por sorpresa. — Lo de nosotros se siente tan irreal que nunca sería capaz de utilizarte de esa forma. Muy en el fondo sé que yo no soy lo suficiente para ti.
— Espera, ¿qué? —Audrey intervino, observándolo con confusión ante lo último que había dicho. — ¿Por qué dices eso?
— Porque mientras tu sales de fiesta, yo me quedo en casa leyendo alguna estúpida novela fantástica. Estas tan fuera de mi alcance, que ni siquiera es divertido.
— Alex, sabes que no me importa nada de eso.
— Lo sé, lo sé —dijo torpemente. — Es solo que a veces es demasiado difícil de creer.
— No sabía que te sentías de esa forma...
— Solo quiero que sepas que lo que siento por ti no tiene nada que ver con mi hermano, o con Paige —Alex le aclaró, llevando sus manos hacia las mejillas de la chica para que esta lo mirara a los ojos. — Lo que ellos hicieron ni siquiera me afecto tanto, y sé que esto va a sonar muy imbécil de mi parte, pero yo solo estaba con Paige para tratar de olvidarte.
— ¿En serio? —Audrey cuestionó.
— En serio —aseguró. — Te prometo que yo jamás te utilizaría de esa forma, me gustas demasiado como para que si quiera esa idea se cruzara por mi cabeza. ¿De acuerdo?
— De acuerdo —la castaña murmuró, sonriendo levemente. Después de unos segundos de obsérvalo a los ojos, Audrey unió sus labios en un tierno beso.
Ambos habían necesitado eso más de lo que pensaban.
— Lamento haber desconfiado de ti —habló la chica, recostándose su hombro. Alex negó con la cabeza, haciéndole saber que no importaba.
— Entiendo por qué lo hiciste —respondió.
— De todas formas, eso no es una excusa.
— No es una excusa, Audrey, simplemente son heridas que te quedaron de tu ultima relación —murmuró, rodeado la cintura de la chica en un abrazo. — Heridas que yo me voy a encargar de curar. Una por una.
Audrey rió al escucharlo. Cada vez que Alex le decía cosas como esas le entraban unas ganas enormes de llorar, nunca antes alguien la había querido de la forma en la que él lo hacía. Se sentía tan irreal.
— Te vas a tardar bastante —bromeó.
— Tengo tiempo —contestó, dejando suaves caricias sobre la espalda de la chica.
Audrey sintió como si un peso se le quitara de los hombros.
— ¿Alex? —lo llamó después de unos minutos de estar silencio.
— ¿Hmn?
— Te quiero —murmuró. Alex sintió como su corazón latía con fuerza al escucharla. Le fue inevitable no sonreir.
— Yo también te quiero... Mucho.
— Y quiero que sepas que eres más que suficiente. Para mí y para todo y todos.
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Un par de minutos después, la pareja se encontraba volviendo a la fogata con sus amigos, decididos a pasar un buen rato. Habían aclarado las cosas, así que se sentían realmente felices y conformes con el resultado. A pesar de eso, Alex estaba seguro de que si veía al chico del árcade una vez más, no iba a dudar en golpearlo por crearle inseguridades a su chica.
— ¿A qué hora se duerme George? —Audrey preguntó, mirando al chico junto a ella.
— Tarde —Alex respondió, dudoso. — ¿Por qué?
— Quería escabullirme en tu habitación para dormir juntos —murmuró, sonriendo con inocencia. El pecoso trago en seco. — Pero George nos lo prohibió, así que...
Antes de que Alex pudiera responder, Cole chocó su hombro contra el de él, deteniéndolo.
— Oye, suerte en esta ronda —habló el rubio con aires de superioridad. — Pero yo creo que el siguiente juego será mio.
— ¿Estás hablando en serio? —Alex tenso la mandíbula. Audrey observo la situación con una mueca, el chico le había robado las palabras.
— ¿Qué? —dijo, fingiendo no saber de qué hablaba. — Yo solo estaba hablando del beer pong.
— Solo porque estas celoso...
— ¿Celoso? ¿Crees que yo estoy celoso de ti? —cuestionó con gracias. — Si, claro.
— ¿Sabes que, Cole? —Alex elevó el tono de su voz, llamando la atención de las personas a su alrededor. — ¿Por qué mejor no vuelves con Paige, o Erin, o con su amiga Olivia y nos dejas a mí y a Audrey en paz?
En ese momento, Erin se volteó a ver a su mejor amiga, su rostro estaba lleno de sorpresa, no podía creer lo que acababa de escuchar.
— No creo que lo haga —contestó Cole, acercándose al menor. — De hecho, creo que no tengo que hacer nada porque... Bueno, si espero lo suficiente, todas al final caen conmigo, ¿no? —habló, sonriendo con diversión. — No te sorprendas si Audrey regresa a mí, hermanito. Después de todo, todas lo hacen.
Alex no espero a que el rubio siguiera hablando, y simplemente cerró su mano en un puño, estampándola contra el rostro de Cole. Cole trastabilló hacia atrás hasta estrellarse con el montón de leña que estaba a sus pies. Alex corrió hacia él, pero Isaac reaccionó al momento y le sujetó los brazos antes de que volviera a golpearlo, muy en el fondo pensaba que se merecía los golpes debido a la forma en la que había hablado de su mejor amiga, pero no era el lugar ni el momento.
Cole intentó abalanzarse sobre Alex, pero Danny lo rodeó con los brazos para contenerlo.
— ¿Qué mierda crees que haces? —gritó Cole, forcejeando para librarse del agarre que Danny tenía en él.
— Algo que debí haber hecho hace muchísimo tiempo.
Los chicos parecían tan enfadados con Cole como él lo estaba con su hermano menor. Incluso habían hecho una votación para que este volviera caminando a casa, pero Danny no lo permitió.
Olivia esquivó toda la multitud de adolescentes borrachos para poder acercarse a su mejor amiga, quien parecía querer llorar. La conocía tan bien que sabía que las palabras de Cole le habían dolido más de lo que deberían, había depositado su confianza en él una vez más y él la había tirado a la basura como si nada.
— Te llevare a casa, ¿está bien?
Audrey no respondió, simplemente se limitó a asentir con la cabeza, dejándose guiar por su amiga.
Solo quería estar en casa y fingir que este día nunca sucedio.
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Olivia había dejado a Audrey en la puerta de los Walter, la camioneta estaba estacionada afuera, así que eso significaba que ya habían llegado hace un par de minutos.
— Sabes que puedes quedarte conmigo, ¿no es así?
— Lo se —respondió, dándole una sonrisa para poder calmarla. — Pero no creo que lo mejor sea escapar.
— No estarías escapando —Olivia se apresuró a negar. — Estas en todo tu derecho al no querer verlo.
— ¿Crees que fui ingenua al confiar en Cole otra vez?
— No, eso solo demuestra el buen corazón que tienes —murmuró, dejando suaves caricias sobre el cabello de su mejor amiga. — Cole es un idiota al no ver aquello.
— Fue genial ver como Alex lo golpeó.
— Nunca había visto que alguien golpeara a Cole con tanto odio —se burló la rubia. — Y eso que muchos lo quieren golpear.
Audrey rio, asintiendo ante lo que su amiga había dicho.
— Gracias por todo —murmuró, dándole un abrazo. — No se que haría sin ti.
— Probablemente estarías muerta.
— Eso no es mentira.
— Llámame si necesitas cualquier cosa, vendré corriendo —Olivia habló cuando se separó de su amiga. — O bueno, no corriendo porque me queda bastante lejos, pero vendré en auto.
— Entendí lo que quisiste decir. Y ten por seguro que si te voy a llamar si me siento mal —Audrey aseguró, mientras abría la puerta del vehículo y colocaba ambos pies afuera. — Nos vemos.
— Nos vemos —exclamó la contraria, encendiendo su auto, para segundos después desaparecer por la entrada de la granja de los Walter.
Cuando Olivia desapareció del campo de visión de Audrey, esta suspiró con cansancio. El día había terminado horriblemente mal.
Con pasos lentos, la castaña comenzó a caminar en dirección a la puerta, rebuscando sus llaves en su cartera. Antes de que pudiera quejarse porque no las encontraba, la puerta se abrió de golpe, dejando ver a Katherine.
— Ahí estas —dijo con preocupación, atrayendo a la menor en un abrazo. — Estaba preocupada por ti. ¿Por qué no contestabas las llamadas?
— Lo siento, no quería hablar con nadie...
En ese momento la mujer se dio cuenta de que Audrey podría haber estado involucrada en lo que había sucedido en la fogata.
— Para la próxima mándame un mensaje y yo iré corriendo a buscarte, ¿esta bien? —Katherine preguntó, haciendo que la chica asintiera con una sonrisa. — Isaac me tuvo que decir que te habías ido con Olivia.
— ¿Dónde está?
— ¿Isaac?
— Si.
— En su habitación —contestó. — Cariño, ¿sabes que sucedió en la fogata? Cole llego con una herida en la mejilla y nadie me quiere decir que paso. Aparentemente por un trato entre hermanos...
— No tengo idea —Audrey mintió. — Cuando yo llegue los chicos ya se estaban llevando a Cole de vuelta a la camioneta.
Katherine asintió con algo de duda, no creyéndole del todo.
— Asegúrate de que si vas a quedarte con los chicos esta noche, George no te vea —la mujer habló, haciendo referencia a la conversación que habían tenido el otro día. La castaña sintió como el calor se acumulaba en sus meillas.
— Esta bien.
— Buenas noches, cariño.
— Buenas noches, Katherine.
Y sin decir nada más, Audrey subió las escaleras a toda velocidad, yendo directamente hacia la habitación que Isaac y Alex compartían.
Una vez que se encontró frente a la puerta, dio dos golpes suaves. Era bastante tarde y no quería despertar a nadie. A los pocos segundos, Alex apareció por detrás de la puerta.
— Lo siento —el pecoso exclamó. Parecía un perrito que acababa de ser regañado.
— ¿Por qué?
— Por reaccionar de esa forma —se explicó, notando la mirada de confusión que la chica le estaba dando. — Es solo que me enfade demasiado al escuchar la forma en la que había hablado de ti y solo...
— Esta bien, se lo merecía —Audrey le quito importancia, tirándose a sus brazos en busca de un abrazo. Alex se lo dio de inmediato. — Además te viste bastante genial al golpearlo.
— Si tú lo dices —rio, separándose levemente de la chica. — ¿Papá ya se durmió?
— No lo sé, pero Katherine me dejo quedarme a dormir aquí.
Alex sonrió, cogiéndola de la mano hasta tirarla hasta dentro de su habitación, para después cerrar la puerta de golpe detrás de ellos.
— ¿Quieres ver Crepúsculo? —Audrey preguntó.
— No me gusta, pero si a ti si, la veremos.
🪵🍂👢
Habían pasado aproximadamente treinta minutos desde que la película comenzó, y Audrey ya se encontraba durmiendo plácidamente en los brazos del pecoso. Estar abrazada con Alex la había tranquilizado demasiado, por lo que fue imposible que el sueño no se apoderara de ella.
Por otro lado, Alex se encontraba terminando de ver la película mientras acariciaba el cabello de Audrey con suavidad. Quería entender porque le gustaba tanto esa película. Aunque la presencia del actor principal, Robert Pattinson, parecía ser más que suficiente.
Unos golpes en la puerta llamaron la atención del chico, y por unos segundos temió que se tratara de su padre, aunque cuando escucho la voz de su madre se tranquilizó. Después de todo, tenía su permiso.
— ¿Puedo pasar?
— Claro.
Cuando Alex le dio permiso, Katherine ingresó en la habitación, deteniéndose al ver la tierna escena que estaba frente a ella; ambos adolescentes estaban acostados, pero Audrey parecía estar usando a su hijo como una almohada, ya que lo tenía abrazado por todos lados.
— Isaac tenía razón, si parece un koala —se burló la mujer.
— Es tierno —Alex la defendió.
Katherine asintió, estando de acuerdo. La mujer iba a decir algo más, aunque se detuvo cuando le prestó atención a la mano de su hijo, logrando ver los hematomas que se estaban comenzando a formar en esta.
— ¿Qué te paso en la mano?
Alex inmediatamente la escondió, aunque fue demasiado tarde, su madre ya había unido las piezas del rompecabezas.
— Guau —dijo con sorpresa. — Tu eres el otro chico.
Antes de que el chico pudiera defenderse, o si quiera explicar lo que había pasado, unos golpes en la puerta principal resonaron por toda la casa, por lo que la mujer se vio obligada a bajar, librando a Alex de una conversación poco deseada.
JES'S NOTE !
HOLAAA <3 espero que hayan tenido un buen final e inicio de año!! 💘
este es el capítulo más largo hasta el momento, literalmente tiene casi 6000 palabras, YO ME DESCONOCI ESCRIBIENDO 😭 pero me gusto el resultado final así que no tengo quejas y tampoco las acepto ✋🏻
YO AMO EL DRAMA, así que prepárense para que se venga mucho más porque un fic mio no es mio sin salseooooo
btw, ¿de qué lado creen que se pondría katherine si se entera de la razón de la pelea? ¿Del lado se Audrey o de Cole?
KATHERINE GRACIAS POR ALIMENTAR MI ESQUIZOFRENIA
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