—¿A dónde se dirige, señor?— esa pregunta interrumpió los inquietantes pensamientos de Jimin. Pensar demasiado, últimamente, no le estaba haciendo ningún bien.

Sabía lo que tenía que hacer, pero su corazón de chocolate se derretía cada vez que estaba frente a aquel hombre que había girado su mundo de cabeza. Por ahora solo deseaba estar tranquilo por unos días y eso solo lo lograría si iba a hablar con Namjoon y luego se encerraba en su casa y escondía la llave hasta olvidar el lugar.

—Vamos a la estación de policía que está cerca.

—De acuerdo.

El taxi prendió el motor. No había amanecido por completo, sin embargo, los pequeños indicios de un nuevo día ya empezaban a mostrarse.

El pequeño coche amarillo se detuvo y el rubio continuaba conduciendo sus pensamiento hacia donde menos quería, una inquietante pero dulce mirada azabache.

—Señor..

—Si, perdón. Aquí está su dinero, puede guardar el cambio.

Abandonó el auto y subió a su lugar de trabajo. Sabía que Namjoon estaba de guardia porque siempre coincidía con las suyas.

En cuanto llegó lo encontró sentado en el suelo revisando una pila de documentos viejos.

—Jimin— se levantó rápidamente y corrió a abrazarlo— pensé que te había pasado algo, que susto me pegaste— se aleja un poco pero mantiene las manos puestas en los hombros del rubio— ¿estás bien?— lo escruta con la mirada cuidadosamente.

—Lo estoy, no te preocupes. Solo necesito encerrarme y olvidar lo que pasó, aunque no estoy seguro de poder lograr— soltó un suspiro cansado.

—¿Qué pasó en ese lugar, cuando te dispararon? No te ves bien, tienes ojeras y estás pálido.

—Te lo voy a contar, pero no ahora. Necesitaba saber que estabas bien, me voy a casa y hablamos en la tarde.

—De acuerdo, ve y descansa, cuando termine mi guardia iré a verte. Voy a pedirte un taxi.

Namjoon fue por su teléfono e hizo el pedido, en unos minutos el claxon de un auto retumbó en la quietud del ambiente.

—Hablaremos más tarde— susurró Jimin y palemado suavemente el hombro de su amigo salió por la puerta en dirección al taxi.

Al llegar a su casa encontró todo exactamente como lo había dejado. Entró y prendió las luces de la sala. Arrojó su chaqueta al sofá y fue por agua a la cocina.

—Que extraño que Jungkook no haya hecho nada por buscarme, como es, a esta hora me habría encontrado— dijo para sus adentros.

Pero enseguida se maldijo. Había escapado porque quería olvidarlo y su mente y corazón se lo recordaba a cada instante.

Bebió un sorbo de agua helada y soltó un suspiro, necesitaba relajarse y olvidarse por un momento de que existía un mundo.

El timbre de su casa lo despertó de su ensoñación. Frunció el seño. No podía ser Namjoon, dijo que pasaría cuando terminara su trabajo y aún faltaban varias horas para que eso sucediera. Era extraño que a esta hora lo buscaran. Pensó en Jungkook, esa era la única posibilidad. Sin ser consciente corrió hasta la puerta y la abrió con una sonrisa. Tenía que admitirlo aunque solo fuera para sus adentros, habían pasado solo dos horas desde que se había alejado de él y ya lo extrañaba.

Su ánimo calló al suelo en cuanto asomó su cabeza y no vio a nadie. En lugar de alguien había una caja de cartón de tamaño mediano. Miró hacia los lados, la calle estaba solitaria. Tomó la caja y entró. La depositó sobre la pequeña mesa en la sala de estar y la observó con detenimiento. No tenía remitente, simplemente no tenía ningún dato. Un escalofrío recorrió su columna vertebral, le daba un poco de miedo abrirla y encontrarse con algo inesperado.

Sin embargo, se armó de valor y ayudándose con un cuter logró abrir la caja. Dentro de esta había otra más pequeña que también abrió. En la misma había un pendrive de color negro.

Sin dudar el contenido de este sería importante y ahora quería descubrirlo.

Holi. Había cometido un pequeño error con el número del capítulo. Este es el verdadero capítulo 24. Espero que les guste.❤💛💙❤.