Mark solía ser aquel que miraba todo desde un buen punto de vista, siempre positivo o tratando de serlo en la mayoría de situaciones.

Pero hoy..hoy era diferente.

Llegó a tu departamento con su bolso colgando del hombro e intentando sonreír en tu dirección cuando abriste la puerta.

Eras su unica amiga en la que podía confiar en este momento. No sé sentía lo suficientemente seguro con los demás.

Pero el mayor problema es que eras tú.

No aguantaba más tiempo ocultandolo. Debía decirlo y ver que opinabas al respecto.

Pero tampoco pensaste, que después de aquella llamada nerviosa hace minutos, te diría lo que quería tan abruptamente.

---- me gustas, ¿Te gusto?

Solo atinaste a asentir, dándole el pase y consentimiento a unir sus labios en un beso bastante necesitado.

Las manos de Mark sostienen tus mejillas mientras se encarga de cerrar la puerta y no despegarse de tus cálidos labios.

Dejó caer el bolso donde llevaba toda su ropa sucia por el entrenamiento y no paró de besarte hasta que fue necesario tomar algo de aire.

El primer beso fue bajo los síntomas del alcohol, fue más bien una equivocacion despues de salir de fiesta. Pero estaba seguro de que fueron sus mas sinceros sentimientos hablando por él en aquel momento.

Ahora, dónde la cobardía se fue y no necesitaba del alcohol para hablar con confianza, se confesó de un momento al otro y milagrosamente fue aceptado.

Pero deseó tener alguna copa en su organismo para no sentir tantos nervios de hacer lo que estaban haciendo en el sofá.

No eran niños, ya se conocían hace años y la tensión que había entre ustedes..era demasiada.

Tarde o temprano cederían ante está y este era el momento.

Sus ojos se vieron encantados al tenerte frente, moviendo tus caderas suave y rítmicamente sobre su entrepierna, saltando sin parar y permitiéndole besar tu cuello, dejando pequeñas marquitas en él y también en parte de tus pechos.

¿Que pasaría si alguna de tus compañeras de departamento entraba?

Tus besos no le permitieron concentrarse mucho en ello.