02: Iguales.
Después de que la velada en la gran mansión finalizará, Jungkook y Mina siendo los anfitriones del evento despidieron a todos los invitados, para posteriormente hacer lo mismo con la directora Ming; En cuanto la pareja de hermanos salió del lugar cada uno tomo un camino diferente al de llegada, Jennie ante lo cansada que estaba volvió al hotel, mientras que Jungkook con un nuevo proyecto en marcha, se fue de inmediato a Milán, pues era allí en donde tendría que organizar un evento corporativo para Versace.
Ésto debido a que, no hace mucho, el director de dicha marca se había contactado directamente con su padre para solicitar sus servicios, y dado a que el mayor era un buen amigo de la familia, obviamente acepto su colaboración.
Por eso, ahora se encontraba sumamente ocupado con la papelería de lo debía de estar y lo que no en la apertura de la nueva linea de relojes de Versace, no tenía tiempo para nada más que solo revisar con detenimiento cada carpeta u archivo en su escritorio, el tiempo que tenía para finalizar con ese pedido era de dos semanas, si quería entregar un evento digno de un Jeon no podia permitirse interrupciones de ningún tipo.
Incluyendo también los problemas que tenía con su lobo, de los cuales más temprano que tardé tendría qué encargarse.
Afortunadamente tras pasar tres horas la montaña de información finalmente estaba en su límite, así que creyendo que ya era hora de un cortó descanso, porque ajá se lo merecía después de casi quemarse los ojos leyendo los interminables párrafos impresos en las incontables hojas de papel, estaba por llamar a su secretaria para que esta le trajera un bocadillo cuándo, repentinamente, su teléfono personal timbró.
Alguien lo estaba llamando.
Más no estando de ánimo para contestar, volvió a dejar el dispositivo en su escritorio mientras esperaba a que la llamada finalizará por si sola, pero en cuánto lo hizo, un segundo timbre sonó, era el teléfono IP de su oficina.
«Sr. Jeon, Tiene una llamada entrante de: "La adoptada", desea contestar?» Le preguntó la voz nítida del dispositivo.
Sabiendo perfectamente a quién se refería, quiso apretar el botón de "rechazar" pero su lobo, como era de esperarse, lo detuvo, a lo que no queriendo empezar una discusión, que obviamente el animal terminaría ganando, dió luz verde para que la llamada fuera aceptada.
Te odió. Escupió con despreció.
No más que yo, creelo. Contra-atacó, haciendo gruñir bajo al ojiazul ante el mal humor que estaba empezando a generarle.
—Hola, hola, dormilón! —El tono tan infantil de Jennie lo hizo voltear sus ojos en una clara mueca de desagrado.
—Qué quieres? —Su tono distante fue lo único que la castaña recibió de su parte.
Pero importandole menos aquello, continúo hablándole con el mismo tono chillón e irritante.
—Oye! Desde cuándo es ilegal querer saludar a mi hermano mayor? —Cuestionó con falsa inocencia, dándole con eso una idea de lo que la Omega le diría, o más bien pediría.
Suprimiendo sus enormes ganas de colgarle, volvió a preguntar con frialdad. —¿Qué quieres, Jeon Jennie?
Por lo hostil que salieron sus palabras, la Omega dedujo que no estaba de humor para soportar su "gentileza", así que ahorrándose sus bromas fue directo al punto.
—Ya viste el artículo que KoreaWorld subió en la mañana? —Su pregunta llena de temor no pasó por alto por el pelinegro, quien al imaginar la cara preocupada de está sonrió sutilmente.
—Crees que yo malgasto mi tiempo leyendo artículos publicados por páginas web de ese tipo? —Le respondió con cierta indignación, evadiendo casi por completo la pregunta de la menor.
Jennie siendo consciente de que si lo había hecho, chilló desesperada por qué este se lo confirmará con sus propias palabras.
—Ay solo dímelo! Lo viste o no? No me mientas, Jeon. —Le advirtió con recelo, esperando a que nuevamente le contestará, solo que está vez sin tener que jugar con su pobre corazón, el cual debido a sus nervios estaba a nada de salir de su pecho.
—Si, lo leí. —Confesó, tal información siendo realmente irrelevante para él, ya que suponía que era falsa.
Un nudo en su garganta no le permitió decirle la verdad en el momento, cómo se supone que le diga su hermano que no era un rumor lo de su entrevista con Yuna, sin morir en el intento?! Era consciente de lo mal que Jungkook la había pasado estando con la pelirosa, y no era para menos pues al igual que él odiaba a muerte tener que volver a escuchar la voz chirriante de la Omega, sus preguntas absurdas y los "modales" que está pretendia tener cuando estaban a su alrededor.
El silencio reino sobre ambos por unos segundos, solo hasta que la valentía, o la estupidez, de la castaña la hicieron hablar.
—E-Entonces estas bien con eso? —Se maldijo a si misma por titubear frente al mayor.
Y Solo aquello basto para que: 1. Su lobo se tensara. Y 2. Su semblante cambiara a uno más serio y sin una sola pizca de gracia.
—De que carajos estás hablando? —Aquel tono agresivo que tanto caracterizaba el inició de su enojo logro asustarla un poco.
—Bueno, cuando te fuiste y me dejaste sola, Yuna me atrapó y me insistió porque tuviéramos una entrevista más organizada... En su programa. —Al escuchar un gruñido por parte del alfa, se apresuró a continuar. —Escúchame! Yo enserio no quería pero no tuve de otra, estaba tan desesperada por ir tras de ti que no pensé con claridad y-
Su voz llena de frustración irritó en demasía al pelinegro, que sin poder aguantar más su obvio enojo la calló utilizando abusivamente su voz de mando.
—No me importa, no asistiré. —Demandó con frialdad, haciendo que instintivamente la Omega bajara por completo su cabeza a modo de sumisión.
Tanto indignada como avergonzada, Jennie trato de formular una misera palabra, pero ante su fuerte estado de obediencia no pudo siquiera intentarlo.
—Tú me metiste en esto, ahora tú me sacarás, no sé cómo pero lo harás. —Le ordenó, mientras trataba de ignorar las suplicas de su lobo porque dejara de "intimidar" a su querida hermana.
La cual retomando un poco de su autonomía, gracias a su Omega, se negó en un hilo de voz. —Y-Yo no pu-puedo...
Más no queriendo ser nuevamente participe de las decisiones incoherentes de la castaña, la iba a obligar a cooperar, y digo iba porque de no ser por la confesión que está soltó de la nada, ya lo habría hecho.
—Nu-Nuestra Madre me llamo está mañana para felicitarnos, pe-pero cuando le dije que no-no estabas entonces dijo que luego te llamaría. —Trato de no tartamudear tanto, aún cuando su voz seguía estando debil. —Ella está entusiasmada por ver esa entrevista, no querrás hacerla infeliz o si, hermanito? —Se atrevió cuestionar.
Mamá..? La voz interesada de su lobo lo hizo maldecir mentalmente, dejándole solo las abreviaciones a la menor.
—Maldita manipuladora de mierda. —La insultó entre dientes, completamente molestó por lo que el animal le haría hacer, y no era algo que le agradaba de a mucho a decir verdad.
Lo débil que se volvía su lobo ante la mención de su progenitora era gracias a lo dulce que está siempre fué ,y sigue siendo, con él, ganándose por ello su lealtad, la cual, para su mala suerte, en ese momento no le iba a permitir librarse de aceptar esa... Esa Horrorosa entrevista.
—Si no me-me crees llámala, no tengo problema con ello. —Lo incitó, rezando a la Luna porque su madre si lo hubiera hecho.
Con la duda y la curiosidad de su lobo no pudo desistir de tomar su teléfono y verificar que lo dicho por la Omega fuera cierto. Cuándo reviso su historial de llamadas y vió que el único número reciente que salió era efectivamente el de su adorada madre, se maldijo una vez más, arrepintiendo sé en grande por lo que diría.
—Que quedé claro que solo lo hago por mí madre, tu perfectamente te puedes ir al carajo. —Finalmente accedió, no ocultado su descontento ante su propia decisión.
Cantando victoria Jennie volvió a su postura inicial, suspirando exageradamente ante la respuesta que tanto le había costado conseguir.
—Si eso es todo, voy a colgar. —Le avisó, mientras le rogaba a la Diosa Luna porque su tortura terminará antes de que perdiera la poca cordura que le quedaba cada que hablaba con su hermana.
Y está vez, creyó que si lo había escuchado.
—Oh, casi lo olvido!
Nop, no fue así.
Matenme. Suplicó al tener que escuchar por más tiempo la voz irritante de la castaña.
—Ya tienes la lista de los modelos que consideras aptos para ser parte del "asunto"? —Preguntó con interés. —Si, es así entonces envíamela está misma tarde, necesito asegurarme de que todos estén en perfectas condiciones para poder empezar de una vez con los ensayos de está semana. —Pidió, de paso también dándole un sutil informé de lo que haría en la semana en cuando a su parte.
—Trabaje en eso apenas llegué a mi oficina. —Le hizo saber tomando en eso su tablet para abrir específicamente el archivo en dónde se encontraba la lista antes mencionada. —Si quieres cambiar los puestos de los modelos primero ten en cuenta que Mina Sharon es intocable, los demás ya son decisión tuya. —Le advirtió, restándole importancia a lo último.
Esperen, había escuchado mal? Mina, la modelito que se cree la gran cosa, iba a ser la modelo estrella del evento más grande jamás hecho dentro de la industria del modelaje!? Cómo era eso posible!?
—Y por qué tiene que ser ella la modelo principal? —Inquirió disgustada, suponiendo que ese sería su papel ante lo dicho por el mayor.
—Le agrada a nuestro padre. —Su respuesta fue suficiente para que la menor comprendiera a qué se refería.
Jeon Hyun-So era un alfa muy confiado, pero el que lo fuera no significaba que con cualquiera estableciera una amistad, sino todo lo contrario, ser del agrado del antigüo Ceo de Jeon's Corporation era una tarea arduamente difícil y realmente muy pocos lograban concretarla; Ninguno de los dos sabía exactamente como fue que la rubia llegó a ser amiga de su padre, puesto a que la unica vez que los vieron juntos hablando muy animadamente fue en un desfile de Dior en New York, pero eso habia sido hace meses.
—Maldita suertuda. —Murmuró, no muy alegre de saber de la amistad entre su rival y su padre. —Ojalá haga el ridículo cuando llegue su turno en la pasarela. —Le deseo, haciendo un pequeño puchero con sus labios.
Comprendiendo lo que quiso decir la Omega, Jungkook volvió a rodar los ojos.
—Si eso llegara a pasar nuestros padres serían los primeros en ir a consolarla, acaso Jeon Jennie está dispuesta a compartir la atención de sus adorados padres con una completa desconocida? —La provocó con algo de burla, pareciéndole, solo un poco, divertida la reacción de la menor.
—Primero muerta. —Sentenció sin inmutarse.
A lo que el alfa soltando un chasquido lleno de molestia, la confrontó.
—Deja las niñerias, recuerda que fuiste tu la que se negó a ser la modelo principal cuando te lo propuse, así que no me vengas ahora con tus jodidas quejas de puberta reprimida. —Le recordó, parando en seco cualquier berrinche de parte de la menor.
—Si, si, jodete quieres, ya tengo suficiente con mi propia conciencia como para tener que lidiar contigo también. —Bufó fastidiada.
Guiando su vista a los papeles sobre su escritorio, dió un profundo suspiro. —Y tendrás que seguir haciéndolo porque es trabajo de dos, no de uno.
Sorprendida por la confesión del mayor soltó una fuerte carcajada, que hizo fruncir de inmediato el entrecejo del susodicho, quien ya parecía no poder soportar por un minuto más la ganas de colgarle.
—Jeon Jungkook siendo compañerista, quien lo diría. —Se burló aún en medio de su carcajeo.
—Ahorrate los comentarios de mal gusto. —Lo sería que salió su voz la hizo parar de reír rápidamente. —Recuerda que tú llevas la agenda del evento, por amor a la Diosa Luna no lo vayas a olvidar. Ahí estan las actividades a realizar y sus ponentes, no cambies nada, ya todo quedó fijo. —Le informó, esperando que con eso el tema de la conversación cambiará a otro.
—Esta bien, igual no es algo en lo que quiera intervenir realmente. —Aseguró, asintiendo desde su lugar.
—Mas te vale, Jeon Jennie. —Esperó, está vez siendo él el causante de la irritación de la menor.
—Ya te dije que si! Confía en mí Jungkook. —Chilló cuan niña pequeña y mimada.
El pelinegro le iba a reprochar pero en eso unos toques en la puerta de su oficina llamaron su atención.
—Señor Jeon, soy Lalisa. —Se presentó la mujer aún detrás de la puerta, esperando pacientemente por su respuesta.
—Adelanté. —Retomando una mejor postura, le permitió pasar.
Dándose paso a la oficina de su jefe, la Alfa se acercó solo lo suficiente a su escritorio. Su porte elegante y adecuado a su puesto de trabajo fue bien visto por Jeon, quien en ese momento la veía con detenimiento, ignorando por completo la llamada que tenía con su hermana.
—Señor Jeon, su reunión con el departamento de distribución y logística esta por empezar, desea que la retrase por unos minutos? —Preguntó sutilmente al verlo en medio de una llamada que, suponía que era importante para su jefe.
—No, voy de inmediato. —Declaró, tomando en sus manos un par de carpetas antes de volver a la rubia. —Señorita Manobal, por favor llévese estos documentos y déjelos en mi lugar, tenga mucho cuidado. —No fue una sugerencia, sino una demanda.
Asintió y luego tomó las carpetas con suma delicadeza. —Necesita algo más, Señor Jeon?
—No, ya puedes retirarte. —Autorizó, cortando al instante el contacto visual con está.
Acatando sus palabras le dedicó una profunda reverencia de medio cuerpo, para posteriormente darse la vuelta y salir de su oficina a cumplir con lo requerido; Creyendo que la Omega había escuchado la conversación con su asistente, estuvo a punto de apretar el botón que terminaba con la llamada pero nuevamente la chillona voz de la Omega lo detuvo.
Mierda, que no se cansa de hablar!? Se preguntó exasperado, llevando su diestra hacia el puente de su nariz tratando de que con eso su ansiedad disminuyera por lo menos un poco.
—Esa era Lisa? Quiero saludarla! —Le exigió, sabiendo que muy probablemente el mayor no la dejaría.
—No te para la boca, verdad? —Replicó en un murmuró, que obviamente Jennie escucho.
—Shi sheñol~ —Lo molestó, haciendo su voz más aguda de lo que de por sí ya era.
—En serio no puedo creer que seamos de la misma familia. —Admitió, levantando una de sus cejas. —Y ve abandonando la idea de cruzar palabras con mi asistente, tengo muy presente tus sucias intenciones, ya te dije que tiene pareja, en serio lo olvidaste?
—Era feliz hace cinco segundos. —Se lamento ante el recuerdo, arrugando un poco su nariz. —Gracias por quitarme las pocas esperanzas que me quedaban, idiota. —Balbuceo lo último dicho.
—Voy a colgar. —Declaró.
—No, Espera! —Lo detuvo, bueno ella y su lobo.
El cual le tuvo que gruñir para que desistiera de ir en contra de las palabras de la Omega.
—Como ahora estás muuuuy ocupado, te parece bien que te llamé... —Fingió pensar. —Cualquier día de esta semana? —Un bufido fue lo que recibió como respuesta. —Ay pero tu también, intenta ponerte en mis zapatos! Metafóricamente, ni creas que te voy a prestar mis tacones, he.
Trato de bromear, en un intento de disminuir la tensión que poco a poco se había formado en medio de su conversación, pero al ver que este no cedía no le quedó mas de otra que dar por terminada su única interacción en el día, o semana.
—Olvida lo que dije, te llamo un día antes de tu vuelo a Seúl para darte los últimos detalles de la entrevista, adiós kookie! —Se despidió lo más rápido que pudo, para pocos segundos después colgarle.
Odio ese apodo. Admitió de la nada su lobo, mientras fruncía levemente su ceño.
Eso es para que sigas estando de su lado, imbécil. Le recriminó, antes de escuchar un: Su llamada ha finalizado. Por parte de su teléfono IP.
Soltando un suspiro lleno de alivió se recargo en el espaldar de su silla, estaba un poco tensó y su enfadó aún no se iba del todo, necesitaba reponerse y mas le valía que fuera rápido ya que no pensaba asistir de mal humor a la reunión.
Desquitarse con los demás no era lo suyo y no pensaba cambiar eso jamás, pues él mas que nadie era consciente de lo horrible que era tratar con ese tipo de personas, aquellos que abusaban sin límites de su poder para rebajar a los demás, como Choi Moo-sung por ejemplo.
—Señor Jeon, el departamento de distribución y logística esta casi por completo en la sala de reuniones, insistió en retrasar por unos minutos este encuentro. —La voz tranquila de Lisa lo hizo salir de sus pensamientos, al igual que su discreta preocupación.
—No lo hagas, voy para allá. —Dijo después de un corto silencio, sin dejar que la alfa protestará por su decisión.
Al levantarse de su asiento, verificó por última vez la hora en el reloj Inteligente que estaba a un lado de su calendario, en dónde por un instante fijo su vista, siendo más específicos, en la fecha que estaba marcada con círculo rojo, lo que le recordó vagamente que dentro de poco entraría en su detestable Rut, pero no queriendo pensar en eso cerró por un momento sus ojos, en un inútil intentó de regular su respiración ahora agitada por las fuertes emociones de su parte animal.
Detente. Le imploró, al mismo tiempo en el que trataba de avanzar lo más que podía hacía la puerta de su oficina.
Más obteniendo un silencio castigador como respuesta, se obligó a parar en seco al estar a poco centímetros de la puerta a causa de la fuerte punzada que atacó sin previo aviso a su sensible corazón.
Y ahí estaba de nuevo, ese sentimiento de impotencia y desánimo tan característico de la creciente inquietud de su lobo.
Lo tenía más que claro, la tranquilidad que logro disfrutar en esas intermitentes horas, se había terminado más rápido de lo que se esperaba.
Pero... Había algo diferente en su ansiedad, una nueva sensación? Dolor? Molestia? No lo sabía con exactitud, lo único que daba por seguro era que nunca había experimentado nada igual.
Dándose un momento para respirar con más estabilidad, tomó una cantidad exagerada de aire, exhalando por ello de manera ruidosa; Por inercia llevó su diestra hacía dónde se encontraban los intensos latidos de su corazón y dió un leve apretón ahí mismo.
No creyéndose capaz de soportar por más tiempo la desesperación que estaba empezando a ahogarlo, se dirigió nuevamente a su lobo.
Solo, trata de calmarte un poco, si? Prometo que en cuanto lleguemos a la suite hablaremos detenidamente sobre esto. Le suplicó, ansiando que con ello las punzadas en su pecho desaparecieran, o al menos disminuyeran.
Está vez la respuesta del Alfa fue sin dilación.
Está bien. Su comportamiento cortante dejo incrédulo al pelinegro, quien luego de escucharlo sintió como el dolor se volvía leve y sin mucho efecto sobre él, así como también los latidos de su corazón volvían a la normalidad.
La segunda opción fue la acertada.
«Sr. Jeon, tiene una llamada entrante de la señorita Lalisa Manobal, desea contestarla?» Le comunico la voz inteligente de su teléfono IP, sacándolo inmediatamente de su pequeño trance.
—No. —Negó, algo incómodo por la obstinación de la rubia.
No tardo más de dos minutos en ajustar nuevamente su traje, acomodar un par de mechones rebeldes que lo hacían ver desalineado y quitar todo rastro de cansancio en su rostro, volviendo así a su porte fresco y demandante propio del Ceo de oro Jeon Jungkook.
Cuando finalmente abrió la puerta lo primero que vió fue a sus trabajadores, quienes al verlo no tardaron mucho en saludarlo con cortesía y respeto, la cual fue bien recibida por el mayor, tanto así que se permitió sonreír levemente a los que más reconocía. Se podría decir que ahora estaba menos tensó.
Pero aquello no duró mucho, al menos no cuando un dulce aroma resaltó sobre todos los demás, aquel olor era de uno de sus empleados más jóvenes en el departamento de marketing, quien al verlo, así como todos, lo quiso saludar.
—Tenga un buen día, Sr. Jeon. —La momentánea presencia del Omega hizo gruñir a su lubo.
Huele horrible. Escupió, volviendo al mal genio que solía tener cuando veía a un Omega acercarse a solo un milímetro de él.
—Diosa Luna, apiadate de mí si? —Le rogó en un susurró, antes de emprender camino hacia la sala de reuniones.
A la cual estaba seguro de que había llegado más de un minuto tarde.
•••
El trigésimo aniversario de Jeon's Corporation, o el "asunto" estaba a cargó de los hermanos Jeon, era el primer aniversario que quedaba únicamente a manos de ambos, debían de aprovechar dicha oportunidad y que mejor que hacerlo a lo grande! Ambos tenían el apoyo incondicional de su madre y de uno que otro familiar cercano, lo que hacía más fácil de esconder la sorpresa que le tenían a su progenitor.
Entre los dos estuvieron planeando cada pequeño detalle de la celebración, sin errores, falta de tiempo o imprevistos, el que fueran perfeccionistas influía mucho en ello y era más que perfecto.
Cada uno cumplía con su parte, Jennie siendo la encargada de supervisar a tres equipos: Diseño, producción y marketing/comunicación. Mientras que Jungkook se iba más por lo financiero, estando a cargo de dos equipos: Ventas/distribución y administración.
El tiempo ya está fijo, si se presentaba cualquier anomalía actuarían rápido para eliminarla, no se permitirían fracasar, no cuando lo que hacían era de suma importancia para su padre, y bueno ahora también para ellos.
•••
Suite, Jeon.
Luego de un largo día de trabajo en dónde se sobre-explotó en la mayoría, Jungkook finalmente se permitió descansar en la comodidad de su suite.
Tras ser recibido por la señora Park, la encargada (junto a dos chicas más jóvenes) de la limpieza, fue a su habitación para despojarse de todas las prendas que cubrían su anatomía, con el fin de tomar un reconfortante baño que relajara todos sus músculos comprimidos y adoloridos, dado a que estuvo en una misma posición durante mucho tiempo.
En cuanto salió de la ducha, completamente limpio y destencionado, fue a su armario por ropa interior y un pantalón suelto, como esa noche hacia mucho calor descartó inmediatamente la idea de ponerse una camisa, en cambio paso la toalla un poco húmeda de su cabello por su cuello dejando caer las esquinas en su pecho, recibiendo así el refrescante frío que dicha tela desprendia.
Más sintiéndose un poco sediento se dirigió al mini bar cerca de la cocina, tomo un vaso de vidrio y vacío dentro de esté una cantidad considerada de whisky junto a un par de hielos. Ya con la bebida en su diestra caminó lentamente hacia la sala, pues tenía una charla pendiente con su lobo.
Se sentó con calma en el gran sofá, apoyo su espalda en el respaldo y sin nadie más que él en el lugar, dió un último suspiro antes de tomar la iniciativa de la conversación, de la cual tenía la leve sospecha de que seria un tanto agotadora.
—Alfa... —Murmuró, esperando por la voz contraría.
Pero tras veinte minutos de silencio puro, volvió a hablar, está vez no cuidando de que tan brusco salía su tono o sus palabras.
—Si no arreglamos ésto ahora, más adelante sufriremos las consecuencias, acaso eso es lo que quieres? Sufrir? —Lo cuestionó con algo de impaciencia y frustración.
No. Musitó aún entre las sombras, sin dejarse ver por completo.
—Entonces sal de una maldita vez y deja de aparentar ser un cobarde. —Retó, sin una pizca de temor.
Haciendo caso omiso a las palabras del pelinegro se mantuvo firmé en su lugar.
No, hablaremos así. Declaró, haciendo que Jungkook no se pudiera negar.
—Bien. —Bufo con fastidio. —Por qué no quieres a ningún Omega cerca? Es por lo de la búsqueda de tú pareja? Aún sigues con eso? Porque de ser así ya sabes que-
Una pregunta a la vez! Gruño, molestó por la oleada de preguntas del ojiazul.
Quien ante la fuerte punzada en su cabeza asintió repetidas veces. —Responde en orden! —Exclamó, aún aturdido por el leve dolor en dicha zona.
Tomándose un corto tiempo para meditar lo que diría, finalmente dió con las palabras correctas.
En primer lugar, no quiero a ningún Omega cerca porque todos tienen un olor repugnante, conformate con la idea de que para mí huelen igual o peor que a un perfume barato. Ante su confesión Jungkook frunció su entrecejo con desagrado, a él tampoco le gustaba el olor a lo barato.
En segundo lugar, no es solo mí pareja, recuerda que también es TÚ pareja y aunque lo quieras negar, muy en el fondo sabes que es así. Afirmó, haciendo sutil su pequeña confrontación.
Pasando por alto el recordatorio del alfa, Jungkook rodó sus ojos en una mueca que mostraba el descontento que tenía por la mención de ese tema tan... Molestó para él.
Y en tercer y último lugar, si, no pienso quedarme de brazos cruzados a esperar que mi Omega venga a mi así de la nada, Jungkook, él esta más cerca de nosotros de lo que crees. Expresó, con una seguridad que hizo sobre-pensar al susodicho.
—Cómo estás tan seguro? Además, "él"? Eres consciente de que solo he salido con mujeres y que por eso mi gusto o atracción por los hombres es nulo? —Le preguntó con obviedad, y algo de incomodidad.
Ya que nunca, en lo que llevaba de vida, se había fijado en un Omega masculino, si bien era cierto el que tenia varios amigos y conocidos cercanos pertenecientes a esa casta, también lo era el que su relación con estos era únicamente amistosa.
Tu estúpida barrera caerá en cuanto lo veas. Pasando por alto el "balbuceó" del pelinegro, se arriesgó a admitir.
—Sigue soñando. —Murmuro con resabio, hasta que cayó en cuenta. —Espera, tu ya... Lo viste? —Indagó, incrédulo ante su afirmación.
Solo a su lobo. Fué sincero.
Escéptico por su confesión, abrió de par en par sus ojos en una clara expresión de asombro y leve, pero a su vez intensa curiosidad.
—Y... Cómo es? Digo, cómo se ve? —Trato lo que más pudo porque su interés pasara desapercibido, pero para su desgracia no fue así.
Burlándose en silencio por la intriga del contrario, decidió jugar un poco con su paciencia dejándolo con la duda, al menos por un buen rato.
—Vamos, estoy fingiendo que te creo, dime cómo se ve tú pareja! —Le Insistió, volviendo a enfatizar, conteniendo se de hacer una rabieta con tal de salirse con la suya.
Dejando escapar una pequeña risa llena de burla, finalmente habló, su voz sonando demasiado tranquila y esperanzada.
Él es perfecto. Su sedoso pelaje dorado contrasta muy bien con el avellana de sus ojos, el largo de sus uñas es el indicado y lo dulce que es uno de sus olores simplemente es... Alentador. Jungkook te juro que nunca verás a nadie más deslumbrante que él. Reafirmó sin titubear.
Pero esté, recio a creer en sus palabras, simplemente ignoró los fuertes latidos de su corazón, así como también el ominoso escalofrío en su espalda cuando imagino al lobo dorado.
Sus enérgicos latidos le hicieron saber al alfa que así como el sé sentía eufórico, una pequeña parte de Jungkook también lo estaba, solo que por su terquedad no se permitía aceptarlo.
—Ya, qué te parece si dejamos está charla hasta aquí? —Propuso de la nada, desconcertando un poco a su lobo.
No hemos llegado a ningún acuerdo, Jeon. Objetó frunciendo su ceño, molestó por como el ojiazul evadía sus sentimientos tan descaradamente.
—Qué sugieres entonces? Estaré de acuerdo con lo que sea que-
Déjame seguir buscando a mi Omega. Insistió, fiel a su destino.
—Menos con eso. Alfa sabes perfectamente que no estoy interesado en establecer ninguna relación con fines románticos, menos ahora que estoy absorto en este proyecto. —Se opuso, perdiendo la compostura al decir lo último.
Lo digo porque literalmente le dió luz verde a su lobo para que pensara y dijera lo siguiente:
Si ahora no puedes, cuando todo termine entonces... Me dejaras buscarlo con mayor libertad? Inquirió, inseguro de su propia oración.
Pero la inesperada respuesta de Jungkook no le permitió dudar.
—Seguro. —Acepto así sin más, con una calma ligeramente engañosa.
Eres consiente de lo que estás pactando? Interrogó, aún perplejo por la actitud tan tranquila del pelinegro.
—Tómalo o déjalo, no lo volveré a repetir... —Le advirtió, mientras el cansancio se llevaba sus últimas palabras.
Yo... Lo haré. Se aferró a su propio objetivo.
—Bien por tí... —Farfulló, antes de caer completamente rendido sobre el acogedor sofá.
Era tanto el cansancio físico que cargaba, que no tuvo tiempo de asimilar o validar lo sugerido por su lobo, pero no queriendo dejar la conversación a medias aceptó por mera inercia.
Descansa, Jungkook. Esa fue la despedida temporal de su lobo, ya que no pensaba molestar o incomodar al susodicho mientras este cumpliera con su acuerdo.
Lo que ninguno de los dos sabía, era que su destinado se presentaría ante ellos sin previo avisó.
A Tan solo unas cuantas horas después de haber finalizado la llamada con su hermano, Jennie no tardo en tomar un vuelo directo a Seúl, en dónde continuaría con sus oficios como la supervisora del evento, por mientras, aprovecharía lo más que pudiera de su tiempo en el avión. Eran 17 horas las que tenía para adelantar varios pendientes, los cuales se habían acumulado durante su ruptura con el modelo Kim Jong-in, su depresión fue tan fuerte que llegó a descuidar varios compromisos de suma importancia para el crecimiento de su carrera como modelo y accionista.
Pero eso ya estaba en el olvidó.
El ahora, se veía reflejado en un intenso ajetreo que amenazaba con agotarla a tal punto en el que no fuera capaz de leer o teclear un párrafo más en su laptop.
Eso hasta que un mensaje por parte del Alfa puro la hizo detenerse por un instante.
Kokito 🌷
«Documento enviado»
3:40 pm
Recuerda lo que te dije, Jeon Jennie. NO cambies nada en la agenda. Desiste de actuar como una niñita inmadura carente de modales y respeta mi trabajo.
3:42 pm
Bufando rodó sus ojos en una mueca llena de fastidio, antes de contestarle con resabio.
El único que se comporta como un niñato eres tú, imbécil.
3:45 pm
Esperado que el alfa continuará con su provocación, no recibió más que un simple "visto", a lo que algo extrañada vaciló en si debería llamarlo, pero en ese preciso momento su cuestionamiento fue interrumpido por el fuerte timbre de su teléfono.
Hoshi su secretario, la estaba llamando.
Dejando la laptop para ir por su teléfono, le contestó con un mal presentimiento.
—Hoshi, hola, qué pasá? —Indagó en un tono amistoso, mientras activaba el altavoz para finalmente abrir el archivo enviado por Jungkook.
Un silencio incómodo fue lo único que escuchó a través de la línea, más no teniendo tiempo para los "mini trances" del pelirrojo, carraspeó llamando nuevamente su atención.
—Señorita Jeon, tenemos un inconveniente con una de las modelos que estan en la sede de Milán. —Lo rápido que fue al hablar desconcertó un poco a la castaña.
—Hoshi, detente, no te estoy entendiendo nada. —Confesó, frunciendo levemente su entrecejo. —Dime, que pasó con las modelos. —Desinformada lo hizo reiterar.
Soltando un profundo suspiro, se obligó a mantener la calma.
—Es solo una, pero no es cualquiera. —Musitó, escuchándose realmente nervioso por lo que sea que le hubieran informado.
—Hablá de una maldita vez. —Lo apresuró, harta del suspenso del beta.
—La modelo Mina Sharon se ha lesionado el tobillo en uno de los pre-ensayos en la pasarela principal de Milán, Italia. —Le comentó, está vez sin titubear.
Y eso se supone que es una mala noticia? Cuestionó con algo de burla su lobo.
Aguantandose las ganas de reír a carcajadas, cubrió su boca con su diestra.
Shhh, esto es serio. La reprendió, aún cuando ni ella misma se lo tomaba de esa forma.
—Oh, que... Mal? —Su falsa lástima hizo suspirar de alivio al pelirrojo.
El cual no duró mucho, y hasta fue reemplazado por el temor, cuando recordó que ahora quedaba un puesto vacío en la lista del Ceo Jeon.
—Señorita Jeon, Yunho me llamo hace poco para decirme que ya está tratando la lesión de Sharon, pero antes de terminar la llamada me dijo que por lo inflamado que veía el tobillo de Mina, no sería posible su participación en el desfile. —Le informó, casi como si aquello no fuera realmente relevante para ninguno de los dos.
Pero que aún así quiso saber. —Señorita Jeon, que se supone que deba de hacer ahora con la ausencia de la modelo principal ?
Su pregunta retumbó en su cabeza, haciéndola caer en cuenta de la gravedad del asunto.
¿Que haría ahora? ¿Debería de Llamar a su hermano para que el solucione el problema? No, primero muerta antes de pedirle un mísero favor a ese engreído con complejo de superioridad. Pero- Aish! Tendría que resolverlo sola.
Por lo pronto consideró varias opciones, siendo la más obvia conseguir rápidamente un remplazo, pero no uno cualquiera, esté tenía que tener si o si características similares a las de Mina: Tez blanca de porcelana, cabello rubio coral, ojos de un verde manzana y figura esbelta.
Jennie creía que sería bastante fácil encontrar a alguien con aquellas afinidades, así que optó por dejarle esa tarea al mayor.
Igual no es como si ella pudiera agregar otro trabajo más a su cargó, moriría si lo hiciera.
—Hoshi, escucha con atención, dentro de uno de los cajones medianos que están en mi oficina hay una carpeta dorada, tómala y busca en su contenido al remplazo de Mina. —Le ordenó, muy confiada de que así sería.
—Eso es todo? —Inquirió, escéptico por la rápida solución de la menor.
—Ajá. —Fue todo lo que obtuvo como afirmación.
Estaba dispuesto a aceptar aquella alternativa, pero entonces recordó que nadie más que él sería el encargado de informarle al Ceo Jeon sobre ese inoportuno acontecimiento; Temeroso a tener que recibir una reprimenda de parte del susodicho, pensó en rogarle a la omega porque esta tomara su lugar en cuanto llegara la ocasión, pero tras escuchar la nuevamente quedó perplejo.
—Oh, no casi lo olvido! Hoshi, seré yo la que le diga al Ceo sobre este inconveniente, tú solo enfócate en conseguir al nuevo modelo antes de que llegue a Seúl. —Le encargó, aunque por el tono que utilizo parecía más una amonestación.
Sacudiendo un poco su cabeza, casi llora de la felicidad, pasando por alto, solo por ese momento, la clara advertencia de la castaña, de la cual se preocuparía cuando su alegría volviera a la decadencia.
—De verdad? Muchas gracias señorita Jeon. —Le agradeció realmente al borde de las lágrimas. —Cumpliré con lo requerido, se lo prometo! —Su compromiso salió con tanta seguridad que incluso Jennie llegó a pensar en ello cómo un juramento.
—Eso espero Hoshi, debo colgar, cuídate. —Se despidió rápidamente.
Ya que tenía que seguir verificando a los modelos de la lista y demás deberes, de los cuales por estar dividiendo su atención con esa llamada no habia podido culminar.
Asintiendo desde su lugar, el beta dió por terminada la conversación con la menor de los Jeon. —Igualmente, hasta luego, señorita Jeon.
Y con ese último "adiós", la cruda realidad golpeó sin remordimiento a la Jennie, devolviéndola a lo que era, según ella, la esclavitud.
•••
Estaba jodido.
Durante toda la tarde, y parte de la noche, se había dedicado a buscar con dedicación a un modelo con las características establecidas por la Omega, pero tras pasar el tiempo no había podido conseguir nada.
Tanto así que no logro encontrar si quiera alguna con la más mínima semejanza, para su mala suerte las que por muy poco se acercaban a dicha similitud ya estaban contratadas u ocupadas; Ya no sabía que más hacer, cuando los perfiles en la lista personal de Jennie se habían agotado empezó a buscar por su propia cuenta, pero tras fracasar no pudo evitar darse de baja con la orden exigida por susodicha.
Al menos hasta que una llamada lo saco de su burbuja miserable.
«Tiene una llamada entrante de: "Supervisora Jeon". Desea contestarla?» Le preguntó su teléfono inteligente.
Ante la mención de la Omega, Soon-young se alarmó, y en un movimiento brusco por alcanzar el teléfono al otro lado de su escritorio, cayó sin cuidado de su asiento golpeándose fuertemente en su codo izquierdo.
—Auch! Por qué me pasa esto a mí!? —Se cuestionó en medio de su lloriqueó.
—Hoshi? Estás... llorando? —Preguntó, incómoda por la falta de empatía que sentía por el pelirrojo.
Totalmente avergonzado, se paró de golpe del suelo sintiendo gracias a eso una dolorosa punzada en el área lastimada, pero que no teniendo mas de otra que aguantarse las ganas de quejarse, se tuvo que hacer el fuerte para enfrentar sin tanto miedo a la femenina.
—Yo-Yo... No estoy bi-bien, solo... Me tomó por sorpresa la llamada. —Mintió, sin poder parar su torpe tartamudeo.
Jennie incrédula levantando una de sus cejas por la inestable respuesta del mayor, pero prefirió pasar por alto aquello para no retrasar más el motivo de su llamada.
—Como sea, Hoshi, por qué ningún perfil nuevo ha llegado a mi correo, eh? Pasá algo de lo que no este enterada? —Indagó, su voz fría y demandante haciéndose presente.
El interrogatorio de su jefa hizo que su respiración empezará a ser cada vez más pesada.
Sabía que si continuaba aplazando por más tiempo su insuceso le iría mucho peor, entonces antes de colmar la escasa paciencia de la Omega, le hablo sin rodeos.
—Bu-Bueno, como estamos en temporada de lanzamientos y campañas no hay muchos modelos disponibles con... esas características. —Admitió, sonando más nervioso de lo que debería. —Le juro que hice todo lo estaba en mis manos para encontrar al candidato indicado pero, realmente no lo hay. —Insistió rápidamente en cuanto escuchó a la menor chasquear.
—Ay por favor, Kwon, cualquier modelo rubia y con más de dos años de experiencia laboral es capaz de sobrepasar por mucho a la princesita de Mina, no me vengas con esas excusas de mierda. —Reprochó, al borde del colapso.
Pues desde su última llamada no había podido descansar ni un solo minuto, todo giraba entorno a firmar, leer y verificar documentos relacionados con la organización del aniversario, de a mucho y fue al baño un par de veces pero hasta ahí.
Tienes que relajarte. Le recordó vagamente su lobo.
Más no queriendo le prestar atención, volvió a concentrarse en la lectura de los infinitos párrafos de aquel contrato que, por su impaciencia de no haber recibido la más mínima señal de vida de parte del beta, descuidó.
Y cuando la iba a retomar, la voz suplicante de su secretario se lo impidió.
—Señorita Jeon, no le estoy mintiendo en serio, todos los que estaban en su lista ya están afiliados con empresas de poder. Investigué, hice un montón de llamadas pero siempre recibía la misma respuesta, que no había nadie con esos requisitos a nuestro alcance. —Expresó, afligido por la indolencia de la castaña.
Exhausta dejó caer su torso sobre el escritorio improvisado, cerró sus ojos por un instante y luego, quedándose en esa posición murmuró, totalmente derrotada por la fatiga. —Lo que me dices no tiene sentido, Soon-young...
—Pero lo es... —Musitó con desánimo.
Bajando su mirada, la cual demostraba cuan decepcionado de si mismo estaba, se encontró con una revista cerca de sus zapatos bien pulidos, y quien la encabezaba era nadie mas que Jini, una modelo novata que hace poco había firmado su primer contrató con Dior, fue tanto su talento que, en cuestión de semanas el director de dicha marca la nombró embajadora junto a otras dos personas, si Choi Yun-jin seguía así definitivamente sería una estrella en ascenso.
Esperen. Él no había buscado un candidato entre los modelos principiantes, que tal si...
—Oh, Señorita Jeon, Tengo una idea! —Confesó de golpe, llamando el interés de la Omega.
—Y esa es... —Lo incitó a proseguir, aún con su voz levemente adormilada.
—Contratar a un modelo que sea principiante. —Planteó, sintiendo su corazón a nada de salir de su pecho. —Señorita Jeon, se que esto nos puede poner en riesgo pero... Es la única opción que nos queda. —Persistió, ligeramente incómodo por el silencio de la menor.
Quien aún procesando lo dicho por el beta, finalmente estuvo de acuerdo con la solución que este proponía, pero que debido a su tardanza, quiso presionarlo un poquito más.
—Lo que me estás sugiriendo, Kwon, es que contratemos a un novato para ser el modelo principal, el mismo que es mil veces más importante que todos los demás? —Cuestionó, conteniendose de soltar una risita al imaginar una expresión de temor en el rostro del susodicho.
El cual en cuanto la escuchó palideció.
—Yo... —Las palabras no pudieron siquiera salir de su boca, temia perder su empleo o aún peor, que por ese incidente su reputación se viera afectada.
Porque no era sorpresa para nadie que los Jeon fueran crueles e indiferentes con todo aquel que no hacía bien su trabajo. Era conocedor de eso, ya que en sus primeros días dentro de la gran compañía todos allí se lo hicieron saber, pero que aún así muy confiado en sus habilidades prefirió quedarse.
Y hora? Estaba dependiendo de un hilo muy, muy, muy-
—Es perfecto! Hoshi, organiza un casting para mañana cerca de las 11:20 am, procura que todo esté listo para cuando yo llegue, está bien? Ok! Te llamo luego para evaluar tu avancé, adiós. —Las palabras de la Omega fueron rápidas pero precisas.
«Su llamada ha finalizado» La voz robótica del teléfono resonó por todo el lugar.
Un silencio crudo lo paralizó, solo hasta que finalmente pudo reaccionar.
—No estoy despedido!! —Gritó de golpe, aliviado de que nada de lo que había sobre-pensado antes se había vuelto realidad.
Por lo menos no, si hacía lo que la Omega le pedía, y eso era justo lo que haria el resto de la noche, después de todo, si se desvelaba no correría con el riesgo de estar preparando todo a último minuto.
Sería una noche difícil sin duda.
•••
Seúl, Corea del sur.
La mujer frente a él leía o más bien pasaba las hojas de su currículum con desinterés, viéndose realmente aburrida cuando tenía que detenerse a ratos para verificar el contenido en estas, era más que obvio que no queria entrevistarlo, de todos modos no le importaba si quería o no, ese era su trabajo y si no cumplía con el entonces le "ayudaría" a hacerlo, a su manera, pero lo haría.
Nunca vió a la beta como alguien profesional, pues desde que entró a la pequeña oficina se dió cuenta de cómo todo allí gritaba a "mantenida engreída", sin descartar su ropa claro, que si se lo preguntaban a él parecía más de ramera que de oficinista, ya que no creía que tener una minifalda y un escote de más de 7 cm era lo adecuado para un puesto tan recatado como ese, sumándole a esto el horrible maquillaje que portaba en su rostro, claro, porque quién carajos se pintaba los labios de un rojo chillón cuando su sombra de ojos era blanca!? No, quien en su vida se ponía un top de animal print con una falda de cuadros!? Era consciente de que no era un asesor de imagen profesional, pero incluso sin aquel título juraba saber vestirse mucho mejor que la mujer frente a él.
La cual en cuanto recibió una llamada en su móvil barato, no dudo en dejar de lado su portafolio para poder contestarla, posicionándose de una manera "seductora" sobre su escritorio mientras jugaba con un delgado mechon de su cabello, todo aún cuando esté se encontraba en su oficina.
Totalmente indignado por el comportamiento de la pelirroja, frunció su ceño sin poder creer lo que sus ojos estaban viendo.
¡¿Que acaso la ética en el trabajo ya no existía?! Ofendido se cuestionó, pensando en todo lo que tuvo que pasar para poder llegar a esa nada profesional empresa de disque “renombre”.
Porque aquella no era la única en la que había estado, oh claro que no, llevaba recorriendo por más de cinco horas todo Seúl, buscando agencias de modelaje que aceptarán su currículum, pero hasta el momento ninguna lo había hecho, y ahora en la situación en la que se encontraba creia, no, estaba seguro de que volvería a ser rechazado.
Y en serio no tenía tiempo para el suspenso y la lentitud que emanaba de la beta para evaluar su perfil como apto o no para el puesto que quería. Ya estaban en la temporada en la que distintas agencias de modelaje empleaban a modelos novatos como él, era prácticamente imposible que no consiguiera un trabajo en una de estas puesto a ello.
O si...?
Pero, ¿De quién estamos hablando?
AAAH! VOLVÍ!! ☝️😩
Perdonen la demora pero en serio estaba muy ocupada 🥹
Bueno, este cap fue titulado “Iguales” para que ustedes vean que tan similares son las actitudes de Jungkook y Jennie cuando reciben malas noticias, o cuando se relacionan con ciertas personas mínimamente cercanas a ellos.
No he profundizado en la relación pasada de Jennie, por ahora... 👀
Pero en cambió si lo hice, muy ligeramente, con la relación amor odio de Jungkook y su lobito :3
Próximo cap: Taehyung devorando 💋
No olviden votar y comentar que tal les pareció el capítulo de hoy ^^
Los amoo! Muack! -3-
•Kimie-shi
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