Golpe bajo
En el transcurso de otros 6 días, Goku pasó su tiempo únicamente entrenando a Naruto, pues no tenía absolutamente nada que hacer y debía esperar a que él maestro Jiraiya pudiese convencer a Tsunade de volver a la aldea y convertirse en el quinto Hokage y también que curara sus brazos. Hasta entonces, no le quedaba otra que esperar pacientemente.
Naruto seguía enfocado en su entrenamiento. Habiendo seguido los consejos de su amigo, el discípulo de Jiraiya poco a poco iba dominando por completo el Rasengan. Era tal su práctica con la técnica, que ya podía crear esferas de tamaño no tan pequeño con una sola mano en solo instantes.
Sin embargo, no fue él el único en aprender una o dos cosas. Goku había analizado ya bastante el jutsu del cuarto Hokage. Debía admitir que la idea de la técnica era muy inteligente. No era una simple esfera de ki como la que él ya estaba acostumbrado a usar, aunque ese tipo de ataques no eran de su estilo. El Rasengan era diferente. El elemento de rotación que tenía la técnica era muy interesante, pues con el mismo la peligrosidad de la técnica aumentaba.
Por ejemplo, al hacer rotar la energía con tanta rapidez, se podría atravesar un ataque poderoso de ki sin la menor dificultad (siempre que el poder no sea tan superior). De hecho, al saiyajin le recordaba al Makankosappo de Piccoro, una técnica que incluso le quitó la vida.
"(Ya veo. El Makankosappo también hacer girar rápidamente el ki. Vaya... que listo fue Piccoro)."- pensaba el saiyajin mientras miraba el verde césped, sentado sobre unas rocas.
Naruto había regresado al pueblo durante ese día, pues Goku le recomendó que se tomara un breve descanso, ya que a este paso él ganaría la apuesta seguramente, por lo que parar un poco no haría mal, más bien todo lo contrario. Como diría el maestro Roshi, hay que comer, hay que aprender, hay que jugar y hay que descansar.
El saiyajin se había quedado cerca de ese río para poder estar un rato al aire libre, ya que no le gustaba el pueblo. Al menos así podía sentirse como en las montañas Paoz, aunque no era tan placentero. Al no tener mucho que hacer, solo podía pasar el rato analizando el próximo paso a seguir.
Algo bueno de todo esto había surgido. Con la nave de Cold en el poder de la aldea, ahora podría volver finalmente a su hogar, pero además también podía estar tranquilo al ya saber que los tiranos universales se habían ido. Aunque aún no lograba transformarse de nuevo en súper saiyajin, por el momento no parecía necesario hacerlo, aunque por supuesto que entrenaría para lograrlo.
"Hmmm.... Bueno... ya que lo pienso, la nave de Cold debe tener esas máquinas regeneradoras como la de la nave de Freezer. Si el maestro Jiraiya no logra nada, pues tengo esa opción."- decía para sí mismo el saiyajin al recordar su larga recuperación en Namek. Aquella vez su habilidad saiyajin de volverse más poderoso se había disparado a niveles extremos, pero desde entonces, no había logrado replicarla. Tal vez ahora sí podría aumentar de nuevo sus poderes considerablemente. - "Pues tendré que probar. Ah, y casi lo olvido... PUEDES SALIR DE ALLÍ, YA SÉ QUE ME HAS ESTADO OBSERVANDO."- agregó con una sonrisa. Resulta que, a varios metros detrás de él, estaba la persona del momento, la Sannin médico. En ese momento se escuchó claramente un respingo de sorpresa, pero luego, Tsunade habló con total normalidad.
"Vaya. Así que eres un sensor. Hiciste bien en detectarme."
La mujer reveló su posición sin más que hacer. Goku, con un poco de esfuerzo, se puso de pie para ver a Tsunade a la cara. La mujer tenía esa mirada fría y desinteresada, pero al parecer no venía con intenciones hostiles, aunque sí que con un malhumor y un carácter del terror.
El saiyajin no estaba seguro de porqué Tsunade estaría ahí, mucho menos porqué estaba ya hace rato observándolo oculta detrás de algunas rocas. Aunque no había tensión o maldad, Goku sí que sentía que la mujer estaba ahí con un motivo.
Tsunade observó al artista marcial de arriba a abajo. A pesar de que era una hazaña increíble el poder estar consciente con el cuerpo en ese estado, aún no podía ver nada de especial en ese hombre.
"Ehmm.. ¿está buscando a Naruto por la apuesta? Él está ya descansando un po-"
"Quiero hacerte unas preguntas, Son Goku."- dijo de repente la Sannin médico. Goku movió su cabeza en señal de confusión.
"¿Eh? ¿A mi?"
"A ti."- reafirmó la mujer con autoridad, haciendo que el guerrero de clase baja se estremeciera un poco por el miedo. - "Ju. Claro, si no es mucha molestia."- añadió en tono amenazante.
"(¡Ay!) E-Eh... n-no, para nada."- contestó con algo de temor.
Tsunade, que estaba con un aura de malhumor que atemorizaba a Goku, tomó asiento en una roca cercana al saiyajin y le invitó a este a hacer lo mismo para al menos estar ambos cómodos. Aunque ya había tenido un "interrogatorio" cuando apenas había llegado a ese mundo, ahora tenía incluso mala espina mientras que en el primero solo estaba confundido.
La sannin médico, mientras el tomaba asiento en el suelo con dificultad por no poder usar sus brazos, analizó al guerrero de pies a cabeza, tratando de encontrar algo llamativo en él, algo fuera de serie que explicase porqué Orochimaru tenía interés en él.
"Muy bien."- comenzó la mujer. - "Antes que nada.. quiero que me digas exactamente cual es tu verdadero nombre."- preguntó para la inmensa sorpresa del saiyajin.
"¿Eh? ¿Mi verdadero nombre?"
"Ju. Según tengo entendido, tú perteneces a un clan llamado "Saiyajin", pero tu nombre es SON Goku. En vez de jugar, ¿por qué no me dices quien eres realmente?"
Decir que estaba sorprendido era poco. Goku no sabía ni donde meterse. Claro, era totalmente cierto que su nombre "real" o de nacimiento no era Son Goku, pero era imposible que Tsunade supiera que tenía otro nombre aparte de ese.
Además, no podía explicarle que su verdadero nombre era en realidad Kakarotto, el nombre que los saiyajin le dieron. Aunque no le gustaba por lo que eran y habían sido, Goku ya había aceptado que ese era su verdadero nombre como Saiyajin.
El problema era ese. Sarutobi y Kakashi le habían avisado que no le contara a nadie sobre su origen así como así para mantener un poco de discreción. Luego de pensar un poco, Goku rápidamente contestó la pregunta de la mujer.
"B-Bueno, la verdad es que me llamo Son Goku. Esa es la verdad."- contestó con algo de miedo.
"No juegues conmigo. ¿Entonces por qué llevas el apellido "Son" y no "Saiyajin"? Se me hace curioso.."
"Oh. Eso es porque yo fui encontrado en las montañas por mi abuelo, Son Gohan. Él me crió desde que era un niño y me dió ese nombre."- explicaba ya más calmado. Tsunade recordó que Jiraiya le dijo lo mismo, por lo que esa parte en concreto ya estaba cubierta, pero algo más faltaba.
"-Hmph- Entonces, si fuiste criado por tu abuelo Son Gohan, ¿cómo te enteraste de que eras un miembro de ese clan? Hasta donde tengo entendido, están extintos."- cuestionó la mujer. Esta era una pregunta de doble filo, pues si fue su abuelo el que le contó, entonces estos "saiyajin" deberían tener una característica única para diferenciarlos.
"B-Bueno... esa historia es un poco.. ehm... complicada."- confesó Goku al recordar todo lo vivido con Raditz.
"Tengo tiempo."- afirmó con firmeza Tsunade. El saiyajin se puso un poco nervioso, pero rápidamente se ideó una excusa para no tener que explicar todo lo referente a su hermano.
"Lo que pasa es que los saiyajin nacen con una cola, así nos diferenciamos."
"¿Cola? Tú no tienes ninguna."
"¿Eh? Ah, es porque un amigo la cortó hace tiempo."- respondió con sencillez tratando de evitar también el tema de los Ozaru, tema que además no le agradaba al recordar la muerte de su abuelo en sus propias manos.
Tsunade no parecía muy convencida de ninguna explicación de este hombre, pero por alguna razón no decía absolutamente nada. Sin embargo, había algo más en ese sujeto de lo que se dejaba ver a simple vista, e incluso ella podía notarlo. No parecía estar tan preocupado por el estado de su cuerpo, no parecía enojado por como se dirigía a él (muy diferente de Naruto) y además se mostraba bastante amable y hasta amigable.
Sin embargo, esos rasgos en el mundo en el que estaban eran poco comunes e incluso una señal total de debilidad. El mundo Shinobi, a diferencia del de Goku, era uno frío y oscuro en él que el poder y la ambición consumían todo a su paso, devorando siempre a los más débiles.
Todo eso, sumado a la experiencia personal de Tsunade en primera mano con ese mundo oscuro, hacían que la Sannin no estuviese del todo contenta con la presencia de Goku, pues lo veía como un tonto ingenuo qué no sabía en lo que estaba metido.
"(-Cht- ... Orochimaru, si realmente tienes problemas con este sujeto, los años te han vuelto sumamente débil. Es un tonto que no está en sus cabales)."
Por el lado de Goku, este también estaba analizando a la mujer detenidamente. Algo curioso que Tsunade no notó del todo fue que, a diferencia de casi todo el mundo al conocerla o verla, él no se detuvo ni un solo segundo mirando su agigantado busto, y eso que resaltaba bastante.
Lo que Goku estaba viendo era el poder de esa mujer. Algo de su físico que sí pudo ver, era que tenía un punto en la frente muy extraño, pero que además estaba ocultando de forma literal una masiva cantidad de energía, el Chakra de Tsunade.
Su poder era inferior al de Orochimaru y Jiraiya, pero no era una gran diferencia, sin mencionar que tenía una presencia más intimidante que la de este último. Lo que sí era un poco raro era no verla usando ningún aditamento ninja, ni siquiera Kunais ni bolsas raras, aunque el Sannin maligno tampoco llevaba de esos.
"(Hmmm.... tal vez sea buena sanando, pero ¿no debería ser también muy fuerte? Tal vez tenga alguna ha-)"
"Oye, respondeme una cosa más."- ordenó de repente.
"¿Qué? ¿Q-Qué cosa?"
"¿Por qué.... lo hiciste?"
"¿Eh? ¿Hacer qué?"
"El viejo Jiraiya ya me contó todo y sé que eres un extranjero. Así que, ¿por qué diste tu vida por la aldea?"- preguntó con una extrema seriedad.
"¿E-Eh? ¿Por qué lo hice? ¿En serio?"- volvió a preguntar Goku, pues él cuestionamiento no le pareció serio. A alguien como él la respuesta le era más que obvia.
"¿Tengo cara de estar bromeando?"- le espetó la mujer.
Goku no tuvo que pensar mucho su respuesta.
"Jeje... porque estaban en peligro. Nada más."- respondió con simpleza, pero la mujer no pareció convencida.
"EL DINERO ES UNA COSA, LA VIDA ES OTRA. ¿POR QUÉ PONER ALGO TAN VALIOSO EN JUEGO POR UNOS DESCONOCIDOS? ¿POR QUÉ TE SACRIFICARÍAS POR UNAS VIDAS QUE NO TE INCUMBEN?"- volvió a preguntar con más vehemencia. Tsunade era una mujer que conocía el valor de la vida, pero ahora tenía una visión retorcida de lo mismo. Esto, sin embargo, no le gustó al saiyajin. De repente, el semblante de Goku cambió. No a uno amenazante, sino más bien a uno mucho más serio y tal vez sí que un poco intimidante.
"CONOCIDAS O NO.... SON PERSONAS INOCENTES. NO TODOS ENTIENDEN...-
-...... EL VERDADERO VALOR QUE TIENE LA VIDA."- finalizó dejando a Tsunade en blanco. - "VOY A PROTEGER A CUALQUIER INOCENTE DE LA GENTE MALVADA, INCLUSO SI ESO ME MATA."
Goku terminó la frase mirando a la mujer directamente a los ojos, como si estuviera retando su visión simplista y tan egoísta de la vida, aunque en su cabeza era muchísimo menos complejo. Los ojos del hijo de Bardock se afiliaron de una manera tan sorprendente, que hasta él corazón más frío se habría calcinado al verlos.
Sin embargo, Goku ignoraba el impacto de sus palabras en Tsunade particularmente. La mujer se quedó paralizada no solo por la mirada del hombre, sino también por sus palabras. En ese instante, recordó con viveza las palabras de alguien en especial:
"QUISIERA TRAER PAZ A ESTE MUNDO GUERRERO. AMO A ESTA ALDEA Y A SU GENTE. QUIERO PROTEGERLOS.."
Estas fueron las palabras que Tsunade escuchó de Dan, su amado. Si bien no sintió esa misma nostalgia que con Naruto y su hermano, sí que pudo sentir algo que no sentía hace mucho tiempo... una suerte de conexión extraña. No era nada en lo absoluto sentimental, sino más bien era algo desde el punto de vista de las ideas.
Tsunade nunca olvidó porqué la llamaban la genio médico y porqué era respetada por una hazaña médica. Esto se debía a que, a raíz de la muerte de su hermano, ella cambió por completo a los Shinbobi cuando propuso que los escuadrones ninja siempre llevaran un médico con ellos.
La conexión que sintió se debió a que, al igual que Dan en el pasado, Goku tenía respeto por la vida que le quedó muy claro con esa frase... un respeto que ella alguna vez tuvo antes de perderle todo y caer en la desgracia.
Tsunade estaba en transe, recordando en su mente a Dan y como él la defendió al proponer esa idea que posteriormente fue una proeza médica, al mismo tiempo que esa frase de Goku resonaba en su cabeza.
"Bueno. Además de eso, a mi me fascina luchar contra oponentes poderosos, y por lo general, la gente malvada es poderosa."– agregó mientras se ponía de pie con dificultad.
"¿Gente.. poderosa? ¿Crees que es un juego?"
"Pues... los saiyajin somos guerreros, así que creo que es algo que llevo en la sangre."– contestó con naturalidad.
Goku caminó hasta la orilla del río para intentar tomar agua como podía, metiendo la cabeza en el agua de forma un poco extraña y graciosa. Tsunade se había quedado totalmente helada mirando fijamente a la nada misma, sin ver al saiyajin haciendo esta suerte de maniobra.
El saiyajin no había dicho nada de eso para generar algún impacto, pero ignoraba por completo que sí que había logrado conmover una parte muy sensible de la legendaria Sannin. Tsunade, sin decir una palabra, se puso de pie y se fue de ese lugar, dejando a un Goku muy confundido por el comportamiento tan extraño que tenía.
"Vaya... que mujer tan rara. Supongo que el maestro Jiraiya aún tiene que convencerla de que vuelva a la aldea."– se dijo el saiyajin mientras la veía retirarse al pueblo.
Luego de unos minutos, Goku retomó su meditación, pues era la única manera de al menos entrenar aunque sea un poco, más que nada su calma y su control, pero con el trastorno de ki tardío que tenía en su cuerpo al usar el Kaioken, la dificultad de mantener su energía a raya era increíble.
Se sentó de nuevo pero esta vez en el pasto mientras una pequeña brisa pasaba por allí. La verdad era que no sabía cómo seguir mejorando incluso más, pues su cuerpo ya estaba en sus límites y al no tener un compañero de entrenamiento mínimamente cercano a su poder la cosa de complicaba muchísimo más.
"... (Hmmm... sería una idea inteligente empezar a mejorar mis técnicas. Ten Shin Han era muy bueno para eso, así que tal vez yo también pueda hacer algo con las mías)."
El guerrero de clase baja entonces cerró los ojos y suspiró con calma y se sumergió en una profunda meditación. El concepto era distinto al del entrenamiento mental, pues en él Goku debía imaginar vívidamente a un enemigo u oponente junto con su poder, su ki, sus movimientos y sus ataques, lo que requería más concentración y calma de la que podía tener ahora.
La meditación consistía únicamente en enfocarse en uno mismo. Ten Shin Han era un verdadero experto en este tipo de cosas, incluso mejor que Krillin. Goku pasó a meditar con cada vez las frecuencia en los últimos meses, por lo que ya tenía algo más de práctica en ello.
"Concéntrate..."
Luego de unos pocos segundos, Goku comenzó a cambiar el ambiente a su alrededor debido a que se estaba sumergiendo en su mente, desconectandose del mundo que lo rodeaba. Ahora se encontraba en un espacio totalmente oscuro, de pie sobre lo que parecía ser agua, pues su reflejo en el piso daba la impresión junto al movimiento del líquido bajo sus pies en forma de pequeñas olas.
En ese espacio, en su mente, Goku pudo callar cualquier pensamiento para estar en un completo silencio. Siguió de pie en su mente y calmado para luego de unos instantes, abrir los ojos lentamente.
El saiyajin visualizó algo muy peculiar, una especie de árbol grabado en el suelo, una serie de círculos unidos entre sí por unas líneas blancas. Algunos tenían un símbolo de una ráfaga de ki, otros de un puñetazo y alguno tenía un símbolo raro. Muchos de esos círculos se encontraban como encendidos, mientras que otros estaban apagados. Dicho de forma simple, lo que Goku veía era su propio "árbol de habilidades".
Durante muchos minutos, en el mundo exterior, Goku permaneció totalmente quieto y en una evidente paz. Su calma era incluso superior a la de la naturaleza cercana, con el río y el viento complementando el ambiente de paz. El saiyajin parecía estar pensando en algo en particular, pero no se podría decir que cosa era.
En su cabeza, frente a ese extraño árbol, Goku parecía estar analizando algunos de esos círculos, pero más que nada aquellos que estaban apagados. Lo que estaba viendo el guerrero de clase baja era cuanto margen de mejora podría tener en alguna de sus habilidades, aunque esto no era preciso, pues este "árbol" solo mostraba las posibilidades de las que Goku era plenamente consciente.
".... Concéntrate... Concéntra–"
"¿Goku-Sensei?"
Goku, de manera un poco cómica, fue sacado de su meditación por la voz de Naruto, quien lo estuvo llamando repetidas veces. El hijo de Bardock fue sacado de su concentración repentinamente por lo que reaccionó con un pequeño sobre salto, también asustando un poco a Naruto.
El jinchuriki había estado llamando a su amigo durante los últimos 10 minutos, pero solo logró llegar hasta él cuando su concentración comenzó a flaquear, logrando llamar su atención.
"¿Eh? O-Oh. Naruto."
"Goku-Sensei, de veras necesitas limpiarte las orejas."
"Je... Jejeje. Lo siento, estaba muy concentrado. ¿Qué pasa, Naruto? Creí que te tomarías el día para descansar."
"Bueno, la verdad es que me aburrí de descasar. Así que vine para terminar con mi entrenamiento."– afirmó con una profunda emoción.
"Descansar también es parte del entrenamiento, Naruto. Además, creo que ya casi tienes el Rasengan totalmente controlado."– contestó Goku tratando de calmar su emoción.
"No diga eso, Goku-Sensei. Todavía estoy muy lejos de ser tan fuerte como quiero ser."
Goku quería seguir meditando, pues él también tenía un entrenamiento que seguir para mejorarse. Pero la insistencia de Naruto y el hecho de que él no podía entrenar correctamente hicieron que diese brazo a torcer unos pocos segundos después de pensar.
Si bien sus deseos de entrenar eran demasiados, al no poder realizar uno muy efectivo en su estado actual, lo mejor sería ayudar a su amigo con el suyo. Al menos así mataría el tiempo. Además, en el mundo en el que estaba donde su poder apenas tenía rival, cualquier entrenamiento sería lento al no tener ni tecnología ni rivales a su altura.
"Jeje... d-de acuerdo Naruto. Te ayudaré con lo que pueda, pero no creo poder seguir dándote consejos con el Rasengan. De ahora en adelante, eso lo tendrás que practicar por tu cuenta."– explicó.
"¡Claro! ¡Eso es genial!"– exclamó su amigo con entusiasmo. – "Entonces, ¿qué haremos? ¿entrenamiento de Taijutsu? ¿Una nueva técnica?"
"Jaja. He estado pensando en que no te vendría mal aprender una cosa o dos sobre el combate cuerpo a cuerpo. Después de todo, el Rasengan es como un golpe."
"¡Genial! ¿Entonces me va a enseñar a lanzar energía como usted?"
"Oh.. b-bueno, creo que eso está fuera de tus posibilidades por ahora. Realmente es algo mucho más sencillo. Ven."
Naruto siguió a su amigo mientras este se ponía de pie y caminaba hasta la orilla del pequeño río de ese sitio. Goku se quedó quieto mirando el agua durante unos instantes con la nostalgia en su cara. Los recuerdos de su entrenamiento con el maestro Roshi y Krillin se hicieron presentes.
El pequeño rubio notó un poco de tristeza en su amigo, pero rápidamente la misma se desvaneció por el carismático rostro alegre del Goku de siempre.
"Bueno, Naruto. Lo que haremos será algo muy simple."– comenzó a explicar. – "Cuando luchas, haces muchos movimientos ¿no?"
"¿Eh? Pu-Pues claro.."
"Pues eso es algo muy importante a superar."– finalizó con emoción, pero Naruto no terminó de entender.
"¿Qué? ¿Quiere que empiece a luchar estando quieto?"
"¿Huh? Nonono. Lo que quiero decir es que al pelear haces muchos movimientos innecesarios. Eso solo provoca que tu chakra baje más rápido y tus ataques sean más fáciles de leer."– aclaró el saiyajin.
"Aaaahhhh. Ya entiendo. Pero, ¿cómo haré para mejorar eso?"
"Es muy simple. Primero, quiero que uses a un clon para transformarse en un gran jarrón."– indicó Goku.
Naruto, aunque un poco confundido, siguió la instrucción de su amigo y generó a un clon de sombra qué luego usó el jutsu de transformación para convertirse en un jarrón bastante grande y con una base no muy plana a pedido de Goku.
Luego, este le dijo que llenase el jarrón con el agua del río hasta que casi que rebalsara.
"Ayyy. E-Es pesado."– se quejó el jinchuriki.
"Jeje. Ahora, pontelo en la cabeza."
"¡¿QUÉ?!"
"Vamos, no es para tanto."
"-Aysh- Está bien. Si usted lo dice..."
Naruto con algo de dificultad pudo ponerse el jarrón en la cabeza. Al principio le pareció complicado ponerse de pie, pero una vez lo hizo, logró mantenerse tontamente quieto en su sitio sin mover el agua.
Goku sonrió y dió unos pocos pasos hacia atrás para quedar a unos metros de su pequeño amigo. Aunque él jamás había tenido un alumno e incluso él se seguía considerando estudiante, algo de idea tenia sobre cómo entrenar a alguien.
"Jaja. Esto es fácil, Goku-Sensei."– alardeaba Naruto.
"Jujuju. Todavía no hemos empezado, Naruto. La parte interesante viene ahora... cuando yo te diga, harás los movimientos qué te indique. Si al hacerlos el agua cae, significa que estás haciendo movimientos muy innecesarios."
"¿Qué? P-Pero Goku-Sensei, ¿cómo podría funcionar esto en una pelea? S-Si me concentro mucho en cómo me muevo, entonces no podré–"
"Cuando vea que lo tienes, practicaremos en una pelea real."– agregó para calmarlo.
"¡¿Qué?! ¿P-Pero, cómo va a pelear en ese estado?"
"Jaja. Descuida. Incluso así, estoy seguro de que aún te será difícil golpearme. Piénsalo como el entrenamiento de los cascabeles."– simplificó el saiyajin.
"B-Bueno... lo intentaré."
Goku sonrió para luego comenzar a darle las indicaciones a Naruto. El entrenamiento original sería que él hiciese movimientos com el jarrón y su amigo lo siguiera, pero en estado actual no podría realizar movimientos con los brazos ni tampoco movimientos bien pensados.
El objetivo del saiyajin era que el jinchuriki aprendiera a mejorar su habilidad en combate más que nuevas técnicas, pues con el Rasengan, el Taiyoken y los clones de sombra, Naruto ya tenía un buen arsenal. Lo mejor sería mejorar lo que ya tenía por el momento y mejorarse a sí mismo.
"Muy bien. Comencemos."– dijo Goku. – "Primero, patada a la izquierda."
"¡S-Sí!"– acató Naruto. Al lanzar la patada, derramó bastante agua.
"Puño a la derecha."– ordenó Goku. Naruto realizó el movimiento y de nueva cuenta derramó bastante agua. – "... Hmmm. La grulla."
"¿Huh? ¿La grulla? ¿A qué se refiere?"
"¿Eh? ¿No sabes lo que es?"– preguntó anonadado.
"Pues claro que no."
"Ayyy... Esto será un poco más difícil."– murmuró un poco cansado.
Horas después:
La noche ya había caído en el pueblo Tanzaku. La luna estaba llena, por lo que la luz era muy alta incluso a esas horas. Goku y Naruto habían permanecido entrenando desde el mediodía hasta el anochecer sin descanso alguno por las insistencias del chico en seguir entrenando sin parar.
Eso fue lo que notó Jiraiya, pues ni su pupilo ni el guerrero saiyajin habían aparecido en todo el día, a pesar de que Goku le había insistido a Naruto sobre su necesidad de descansar un poco. Conociendo al chico, este no hizo caso y siguió entrenando como loco gracias a que él Zorro de nueve colas permitía que se recuperase rápidamente.
Sin embargo, el maestro estaba seguro de que la situación estaba bajo el control de Goku, al menos en lo que se refería al entrenamiento de Naruto. La cosa complicada era su situación con Tsunade, pues todavía no sabía qué era lo que ella iba a hacer.
En este preciso momento, vemos como el sabio de los sapos estaba saliendo de un club nocturno con mujeres y costumbres un tanto dudosas, un poco ebrio y con una radiante sonrisa en el rostro mientras caminaba felizmente por el pueblo.
Eso hasta que pensó en todo lo anterior. Al día siguiente se cumpliría la semana que Tsunade le había dado a Naruto para perfeccionar el Rasengan por completo.
"Su rostro denotaba culpabilidad. Puede que las cosas estén peor de lo que parece."– pensó el maestro al recordar su conversación con Tsunade. – "Una semana ella dijo. Eso me preocupa. Creo que debería hablar con Tsunade."
El sabio de los sapos llegó al departamento en el que estaban, confirmando que ni Goku ni Naruto se encontraban en el lugar. Eso no le preocupó mucho, pues mientras tuviera a Tsunade lejos del saiyajin, él estaría seguro de ella.
Hablando de la legendaria Sannin, esta se encontraba sentada en la ventana de su apartamento, con una mirada triste y nostálgica mirando su collar. Su rostro estaba apagado y parecía no tener emoción alguna en ella más allá de la tristeza.
Fue entonces cuando escuchó que alguien llamaba a su puerta con dos leves golpes. Cuando abrió, se encontró al viejo Jiraiya con una sonrisa calmada.
"¿Qué quieres?"– preguntó con frialdad.
"Es una linda noche..... ¿no se te antojan unos tragos?"– preguntó con un pequeño gesto el sabio pervertido.
Tsunade lo pensó bien, pero al poco rato aceptó. No dijo ni una palabra, simplemente empezó a caminar y su amigo la siguió. Como ella no le dijo que se aleje o que se vaya, supuso que había aceptado la propuesta de ir por unos tragos. A todo esto, le extrañó que Shizune no había aparecido.
Al llegar al mismo local en el que habían tenido su última charla, Tsunade ordenó una botella de alcohol y se sentó a beber. Jiraiya hizo lo mismo, quedando ambos en silencio por unos momentos.
Al ver que no había forma de que ella comenzara la conversación, el sabio pervertido se vió forzado a ser él quien tome la iniciativa de romper el hielo.
"Hmmmm. Si no me equivoco, mañana termina la semana que le diste a Naruto."– comentó mientras sacaba unos dados, sin recibir respuesta. – "Me pregunto donde está. No lo he visto en días."
"... ¿Qué me importa?"– contestó con desinterés. Jiraiya no le dió importancia a eso en concreto.
"¡Oye! Voy a pedir de comer. Trae algo rico, ¿quieres?"– dijo Jiraiya llamando al mesero, quien asintió ante el pedido del maestro.
Mientras esperaba la comida, Jiraiya tomó otro trago de alcohol. En ese preciso instante de distracción y con una habilidad impresionante, Tsunade vertió en la botella que habían pedido unas hierbas especiales, una droga muy poderosa.
Jiraiya no se percató de eso en lo más mínimo. En ese momento, su comida llegó. Tsunade le ofreció un trago de esa botella, trago que Jiraiya se bebió sin sospechar en lo absoluto de lo ocurrido. Una vez que lo vió tomarse todo el trago, la mujer se quedó complacida al saber qué su plan había sido un éxito.
Al poco rato:
Tsunade regresó a su apartamento, pero lo hizo sola. No había rastro de la presencia de Jiraiya. La mujer tenía un rostro oscuro y frío, pero también había algo en sus ojos, un sentimiento de culpa. Ese mismo sentimiento lo había notado Jiraiya, pero lastimosamente no pudo ver más allá del mismo.
Entró al cuarto en el que estaban ella y su alumna, pero se encontró con una escena interesante. Shizune se encontraba en la habitación, pero en su cama estaba el pobre Naruto, agotado e inconsciente.
"Lady Tsunade.."– decía con alivio Shizune.
"¿Qué pasó? ¿Por qué está el niño aquí?"– preguntó su maestra.
"Na-Naruto estaba entrenando muy duro pero... creo que llegó al límite."– explicó.
"¿Y Son Goku? ¿No estaba con él?"
"S-Sí. Él me pidió que me lo llevara cuando fui a ver."
"Hmm. ¿Y donde está él?"
"¿Huh? D-Donde lo dejamos."
"... Ya veo."
Tsunade, al ver al chico desmayado, sintió un poco de lástima y se acercó a él para ver cómo estaba y qué podía hacer para ayudarlo un poco. Al verlo más de cerca, notó que su cuerpo estaba lleno de tierra y sudor, pero también que tenía signos de agotamiento por mucho uso de chakra.
Curiosamente no tenía ni una sola lastimadura o corte, se había desmayado a base de puro cansancio y ejercicio, algo muy intenso para alguien tan pequeño.
"¿Y... cómo sigue?"– preguntó Shizune.
"Está colapsado por el cansancio y su cuerpo está muy fatigado. Es inútil. No despertará hasta pasado mañana siendo optimistas. El viejo Jiraiya tenía razón sobre mi.... fui muy dura con este pobre muchachito."– admitió la mujer, dejando ver un poco de empatía por unos momentos. – "Bah. ¿Por qué me preocupo por él? Es su problema, no el mío."
"¿Y mañana?"– preguntó finalmente su alumna sobre el trato con Orochimaru. Los ojos de Tsunade se afiliaron. – "Porfavor.. no me diga que irá mañana."– la respuesta de su maestra fue un simple pero frío silencio. – "..¡¿Por qué no me responde?! ¡Diga algo! ¡Lady Tsunade, respondame! ¡Necesito saber!"
El ambiente en la sala cambió rotundamente por una tensión extrema entre maestra y asistente. Tsunade no decía ni una sola palabra ni emitió el más mínimo ruido. Todo lo que hubo fue un silencio espectral por unos cuantos segundos.
Shizune exigía una respuesta, pues mañana se decidiría si su señora se había vuelto loca o aún quedaba algo de su juicio en ella.
"Porque... en caso de que aceptara..."
"¿Qué harías?"– preguntó Tsunade, probando a su asistente.
"Trataría de detenerla. Aunque me cueste la vida."– respondió con determinación. Su maestra finalmente llegó a su límite de paciencia.
"Shizune... ¿SE TE OLVIDÓ CON QUIÉN ESTÁS HABLANDO?"
Sin previo aviso, Tsunade le dió un golpe en el estómago a Shizune a una gran velocidad incluso caminando, dejándola inconsciente en medio del cuarto tirada en el piso.
Sin siquiera molestarse por lo que acababa de hacer y sin detenerse para ver que su asistente estuviera al menos bien, la legendaria Sannin salió de ese lugar con un único objetivo en su retorcida mente.
Con Goku:
El súper saiyajin estaba en la orilla del río. Había estado entrenando tanto con Naruto, que este se había desmayado del cansancio. Shizune había ido a ver como estaban y por suerte llegó justo a tiempo para llevarse a su amigo al hotel.
Goku estaba mirando el río, su reflejo en él. Tenía la mirada perdida, como si no estuviese plenamente conectado con el mundo. Lo cierto era que estaba totalmente ajeno al mundo de afuera, pero esta vez no era por causa de la meditación.
Goku estaba recordando una vez más todo lo que había sucedido. Sus ojos perdidos denotaban tristeza y nostalgia cuando recordaba a Krillin, pero en este momento, solo la ira y el rencor se manifestaron, incluso en un rostro apagado.
"¿UNA PELEA CUERPO A CUERPO? BIEN. PELEAREMOS COMO TÚ QUIERAS, IMBÉCIL."
"A-AYÚDAME... P-PORFAVOR. T-TE LO RUEGO... A-AYÚDAME."
"N-NO ME ESPERABA ESTO... ME DISTE UN POCO DE TU ENERGÍA. MALDITO INSECTO."
"¿POR QUÉ NO TE VAS DE ESTE PLANETA? PARA QUE DE ESE MODO ENTIENDAS EL VERDADERO VALOR QUE TIENE LA VIDA."
"YO TAMBIÉN SOBREVIVIRÉ..."
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
"...... (Freezer....)"
Goku, incluso con sus brazos totalmente hechos pedazos, apretó sus puños con tal fuerza que sus manos empezaron a sangrar, manchando por completo todos sus vendajes en esa zona. El blanco de sus ojos se llenó de líneas rojas de sangre y sus pupilas se afilaron y encojieron al pensar en Freezer.
La ira en su corazón era inexplicable. Siempre que alguien moría, tenían la esperanza de que las esferas del dragón los revivirían. Todo el viaje a Namek había sido con la esperanza de revivir a los asesinados por Vegeta y su amigo en la tierra. El precio había sido la vida de su mejor amigo, quien no podría volver nunca más de la muerte al haber muerto por segunda vez.
Sin darse cuenta, el saiyajin estaba cambiando el medio ambiente con su enfado. El ki se le escapaba del cuerpo pero no forma de aura, sino en forma de ese fenómeno ambiental. El cielo, que antes era brillante por la luna llena, ahora se había oscurecido incluso más, y el viento que soplaba tranquilo ahora se había vuelto violento. Su cabeza solo pensaba en una cosa:
"...... (Freezer...)"
"¡Oye!"– exclamó una voz cerca de ahí.
"¿Eh?"
En ese instante, Goku se calmó repentinamente, haciendo que todo el ambiente regresara a la normalidad de un momento a otro. El saiyajin sacudió un poco su cabeza como si está le hubiese estado molestando un poco para luego darse vuelta y ver a quien lo había llamado.
"A-Ah, eres tú. Lo siento, estaba un poco distraído."– se disculpó con su clásica alegría.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
".... ¿Te ocurre algo?"– preguntó Tsunade con un rostro sin emoción alguna.
"¿Eh? Oh, no es nada. Solo... recordaba algo del pasado."
"-Hmph-... Ya veo..."
"... Ehmmm .. ¿Pasa algo?"– preguntó el saiyajin al verla muy extraña. A simple vista, se notaba que tramaba algo.
"..... Quiero hacerte.. una última pregunta."– dijo Tsunade sin siquiera mirarlo a los ojos.
"¿Qué? ¿Otra pregunta?"– decía Goku ya un poco confundido.
".... ¿Le temes a la muerte?"– preguntó repentinamente. Aunque era una pregunta compleja, la respuesta de Goku fue simple.
"Pues no. No le temo a la muerte."– contestó honestamente.
Claro, él ya había muerto una vez. Sacando lo doloroso de la situación, el otro mundo era bastante alegre.
Tsunade permaneció en silencio durante unos pocos segundos. Goku no podía decir qué, pero algo le estaba pasando a esa mujer e incluso él podía darse cuenta. No podía ver sus intenciones, seguramente porque su mente estaba demasiado dispersa en todo el enojo que sentía y sus instintos estaban dañados por el Kaioken.
La legendaria Sannin se acercó a él y quedaron cara a cara, teniendo Goku una estatura un poquito más alta. Tsunade, sin embargo, no lo miraba a los ojos, sino que estaba mirando fijamente hacia abajo, como si estuviese mirando su pecho.
"Este... en serio, ¿ocurre algo?"– volvió a preguntar Goku.
"Muéstrame tu espalda."– ordenó de repente Tsunade.
"¿Eh? ¿Mi espalda?"– preguntó Goku.
"Voy a curarte."– afirmó la mujer. Ante esto, Goku esbozó una sonrisa.
"¿En serio? ¡Gracias!"– exclamó con alegría, dándole la espalda a Tsunade.
Tsunade, al ver la espalda de Goku detenidamente, se dió cuenta de algo muy interesante. El cuerpo de Goku tenía heridas que ningún cuchillo de Chakra podría realizar por más poderoso que este fuera, pues los cortes era demasiado profundos.
La herida en el omóplato del saiyajin no la quería ni tocar, pues seguramente estaba llena de sangre. La columna de Goku estaba apenas bien, pero todos los músculos de su espalda estaban atrofiados y dañados.
Goku estaba un poco emocionado, pues ya no soportaba estar en esas condiciones. No por el dolor, sino porque ya le parecía aburridísimo. Todo parecía ir bien con Tsunade usando su chakra para sanar sus cortes, hasta que de repente... la mujer se detuvo.
"¿Eh? ¿Qué pasó?"– preguntó Goku al ver que se detuvo.
"..... PERDÓNAME."
"¿QU–?... –¡¡UAAAGHH!!–"
SIN PREVIO AVISO, GOKU RECBIÓ UN PUÑETAZO EN LA NUCA CON UNA FUERZA DESCOMUNAL PARA LOS SHINOBIS. TSUNADE LO HABÍA ATACADO A TRAICIÓN Y, CON UN GOLPE DE MARTILLO, LO HABÍA DEJADO TOTALMENTE INCONSCIENTE.
GOKU CAYÓ AL SUELO SIN CONOCIMIENTO Y CON UN RUIDO SECO, HACIENDO TEMBLAR UN POCO EL SUELO DEBAJO DE ÉL.
TSUNADE MIRÓ AL SAIYAJIN DESMAYADO. AHORA... EL TRATO CON OROCHIMARU DEBÍA SER CUMPLIDO.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro