십팔. real life
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—Siento que me muero, y no es broma —habló Jisu entrecortada mientras se tumbaba en el suelo.
Habían terminado el ensayo, los cuales eran más duros al quedar cada vez menos tiempo para el comeback. Tenían que ver que todo quedara perfecto, y Eclipse era un grupo tan exigente que aquello significaba pasarse horas en la sala de ensayos, repitiendo una y otra vez los mismos pasos.
—Por primera vez, estoy de acuerdo con Jisu —dijo Sumin, uniéndose a ella, y los demás se sentaban o se quedaban de pie para recuperar el aire.
—Decidme, por favor, que alguien ha grabado eso —bromeó Haru, recibiendo una mala mirada por parte de las mayores—. ¿Qué? Es muy extraño que una esté de acuerdo con la otra.
Las dos miembros restantes asintieron, dándole la razón.
Las cinco siguieron hablando de lo suyo, sin darse cuenta del tiempo que pasaba, hasta que los bailarines empezaron a irse, por lo que se levantaron y se despidieron de ellos. Cuando todos se marcharon, las chicas empezaron a recoger sus cosas, a la vez que hablaban de lo que tenían pensado después de despedirse.
—Yo me quedaré un rato más con Sumin —comentó Jisu, y al ver que las demás fruncían el ceño debido a la confusión, añadió—: Quieren hablar con nosotras sobre unos temas y a lo mejor durará bastante, por lo que seguramente no iremos al dorm.
—Tranquilas, son cosas del comeback. Mañana os lo dirán ellos o nosotras —intentó calmarles la líder, tras darse cuenta de que seguían confusas—, así que no os preocupéis.
—Yo debo ir a casa de mis padres, Yeol se ha puesto mala y quiero estar con ella. —No pudieron evitar preocuparse, la perrita de Haru era amada por todas, por lo que al oír eso le pidieron que les informara de cómo se encontraba en todo momento.
—Yo tengo que quedarme también. Al parecer ha habido un problema con mis partes de las canciones y tengo que volver a grabarlas —informó Hana—. ¿Y tú, Eunji? ¿Te quedarás ensayando?
—Esta vez no, hoy quiero...
—¿Estás enferma? ¿Te encuentras bien? —preguntó Haru sorprendida, al igual que el resto, de que la maknae dijera eso.
Rara era la ocasión en el que la más joven no aprovechaba cada tiempo libre para practicar coreografías. En especial estando tan cerca de un comeback: Eunji era tan perfeccionista que era imposible no asombrarse con su repentina negación.
—Estoy bien, solo quiero descansar. Presiento que el ensayo de mañana será mucho más duro.
Después de seguir insistiendo a Eunji de que le pasaba algo y ella negándolo, cada una tomó un camino distinto para dirigirse a su destino. La idol, después de mucho pensarlo, terminó acudiendo a su apartamento: no le gustaba quedarse sola en el dorm, ya que se sentía vacío sin las demás, y sabía que ninguna iría ese día, así que era la excusa perfecta.
Cuando llegó, lo primero que hizo fue preparar todo para darse una ducha. Abrió su armario para escoger qué ponerse, dudando entre dos pijamas, hasta que su mirada se encontró con la chaqueta de Han, aquella que el joven le había prestado meses atrás. Pensaba que se la había devuelto, pero al verla colgada decidió usarla junto con un camisón.
Después de haberse dado una ducha ya se sentía más relajada, por lo que empezó a prepararse algo de cenar. Estaba sacando las cosas de la nevera cuando la luz se fue, tomándola por desprevenido y asustándola. Corrió a coger su teléfono para llamar a alguna de las chicas, pero se acordó de que todas estaban ocupadas y que sería difícil contactarlas.
En ese momento, se puso más nerviosa: nunca se había encontrado sola en una situación así, y ninguna de las chicas podría ir. Estuvo dándole vueltas y vueltas a la cabeza, aturdida, hasta que se acordó de alguien que a lo mejor podría acudir.
—Buenas tardes, ¿o serían ya buenas noches? —escuchó Eunji cuando Gaeul contestó—. ¿Estás ensayando?
—Buenas noches. Y no, estoy en casa —Intentó hablar lo más calmada posible, pero ni tosiendo para aclararse la garganta fue capaz.
—¿Estás bien? —preguntó Gaeul, preocupada al oír a su amiga—. Es raro que no estés ensayando. Y ese tono de voz me preocupa.
—No lo estoy, ha habido un apagón en mi casa... y estoy sola.
Eunji estaba muy asustada, podía notar cómo su corazón latía muy rápido, aunque estar hablando con Gaeul la calmaba, ya que no se sentía completamente sola. Se alegraba de contar con ella en estos momentos, y más sabiendo que era conocedora de su miedo a la oscuridad y el motivo.
—Tranquila, respira conmigo —ordenó la bailarina, temiendo que su amiga sufriera un ataque de pánico—. ¿Ninguna de las chicas puede ir?
—No, y creo que por esa pregunta, tú tampoco puedes.
—Me gustaría poder decirte que sí, pero tengo cosas que hacer —Eunji escuchó cómo suspiraba profundamente, antes de quedarse callada.
—¿Yoonie? ¿Estás ahí? —interrogó, asustada al no oír lo que sucedía al otro lado de la línea telefónica.
—Sí, sí, solo estaba pensando —intentó tranquilizarla. Se notaba que estaba al borde del colapso, por lo que hablaba con voz suave—. Ya sabes que nunca me gusta que me digas así, pero esta vez te lo perdono.
Eunji no pudo evitar sonreír, pero no era capaz de olvidarse de su miedo. Iba a volver a hablar cuando escuchó un ruido que pertenecía del piso de arriba, pero no pudo evitar asustarse por el golpe.
—No sé qué hacer —dijo, sorbiendo por la nariz—. Incluso he pensado en prepararme e ir a la compañía de nuevo, a ensayar o a otra cosa... Por los menos no estaría a oscuras.
—No. —Negó la mayor, cada vez más preocupada—. Tienes que descansar. ¿No has pensado en pedirselo a Han? —añadió, tras segundos de silencio—. O sea, a tu novio.
—Gaeul...
Sabía que la bailarina estaba haciendo pequeñas bromas para intentar que se tranquilizara e incluso para que se olvidase de la situación por un momento.
—Lo siento, mal momento para eso, ¿pero no lo has pensado? —Eunji no iba a negar que lo había hecho, pero lo último que quería hacer era molestarle—. Ese silencio me lo confirma, deberías llamarle.
—No quiero molestarle, Gaeul, seguro que estará ocupado o incluso descansando.
—No le conozco, pero si yo fuera él y me enterase de que lo has pasado mal, y que no me has llamado, pensaría que no confías en mí. —Gaeul soltó aquellas palabras tan rápido que Eunji tardó en asimilar todo.
—Te odio —se quejó, pensando que lo que había dicho la bailarina era cierto.
—Me quieres, y tengo un mensaje que lo demuestra —bromeó antes de ponerse seria de nuevo—. Llámale, y si no puede, me contactas de nuevo. Pero no vayas a ensayar. Prohibido.
Y sin darle tiempo a despedirse, Gaeul colgó.
Eunji encendió la linterna del móvil para buscar un mechero y encender las velas que había reunido. Mientras lo hacía, no pudo pensar en todo lo que la chica le había sugerido, así que al terminar, decidió llamar a Han.
—Hey, ¿estás bien? —escuchó Eunji en el momento que Han descolgó.
—Sí, ¿por qué la pregunta? —preguntó intentando que la voz no le temblase.
—Nunca me llamas sin avisarme antes —después de comentar, Han se calló por unos segundos, lo que le puso más nerviosa—. ¿Qué te pasa? Y no me lo niegues, se te nota por el tono de tu voz.
—¿Estás ocupado? —No quería decirle lo que le pasaba, porque sabía que estaría atareado, aunque una gran parte de ella deseaba que no lo estuviera.
—No, estoy saliendo de JYP para ir al dorm, ¿por? —se quedó en silencio, algo que no tranquilizó al chico—. Eunji, me estás preocupando...
—¿Podrías venir a mi apartamento? —soltó, sorprendiendo al chico, y al no oír una respuesta, añadió—: Por favor.
-—Mandame la dirección, y voy —Era la primera vez que Eunji oía a Han hablar tan decidido. Se notaba que estaba preocupado.
Después de colgar, le mandó la ubicación. A continuación, se sentó en el sofá mientras jugaba un juego en el móvil para entretenerse y no pensar mucho en la situación en la que se encontraba.
Tiempo después, su móvil sonó indicando que tenía una notificación de Jisung, quien le avisaba para que le abriera, ya que el portal no funcionaba debido al apagón. Cogió las llaves y bajó con la linterna del teléfono para evitar caerse, en cuanto le abrió, ambos subieron en silencio porque no estaban en un sitio solitario.
—Hola, ¿qué tal estás? —saludó Eunji al cerrar la puerta.
—Hola, y bien pero creo que tu...
Pero el abrazo de Eunji le interrumpió, no había podido aguantar más, en cuanto cerró la puerta hizo lo que tanto necesitaba. La chica no dijo ni una palabra, y él tampoco, lo que agradeció. En esos instantes no quería hablar, solo le apetecía estar así por un tiempo más.
—¿Quieres ir a un lugar más cómodo? —preguntó Han mientras la acariciaba la espalda, y ella asentía.
La joven se separó, y se encaminó hacia la sala, seguida de Jisung, dado que era la primera vez que iba.
—Gracias por haber venido —habló Eunji una vez estuvieron sentados en el sofá.
—Te dije que siempre iba a estar para ti —dijo mientras le acariciaba la mejilla, algo que la calmó, dado que aún seguía nerviosa por el apagón—. ¿Qué ha pasado?
—Se ha ido la luz, como podrás ver —explicó haciendo referencia a las velas que alumbraban el lugar—. Y... no quería estar sola.
—¿Tienes miedo a la oscuridad? —Eunji pudo notar la preocupación en su tono de voz.
Tuvo miedo de contestarle, ya que a lo mejor esa conversación iría para otro lado, y no sabía si se encontraba lista. El mero hecho de recordar todo lo que había pasado años atrás, le hacía temblar.
—Sí...
—No voy a preguntarte el motivo, esperaré hasta que estés lista —En cuanto dijo eso, Han la subió en su regazo para intentar calmarla, no le gustaba verla así. Eunji se abrazó a él y a continuación, notó como empezaba a acariciarle el pelo en silencio.
Ambos se quedaron en silencio, solo se quedaron disfrutando de la compañía del otro, aunque la chica estaba más centrada en sus pensamientos que en el contacto físico.
Las palabras de Han le llevaron a la charla que tuvo con las chicas después de que él se fuera, en la cual le preguntaban si en algún momento le hablaría sobre su pasado. No le conocían mucho, pero sentían que era de fiar, por lo que intentaron convencerla de hacerlo cuando estuviera dispuesta, y que ella sabría el momento perfecto.
—Jisung, ¿recuerdas que te pedí tiempo para contarte sobre lo que Jisu unnie mencionó? —se atrevió a hablar pensando que estaba lista para relatar su pasado, y él asintió a su pregunta-. Creo que estoy preparada para contártelo.
—Eunji, ¿estás segura? No te voy a obligar a que me lo digas si tú no quieres —respondió, preocupado.
Al escuchar eso, se quedó pensando de nuevo en sí se sentía lista para decírselo de verdad, y después de meditarlo un rato, decidió contárselo.
—Lo estoy, pero prométeme que lo nuestro no cambiará, que no me verás con pena.
—Lo prometo. —Y afirmó eso con un pequeño beso, acción que tranquilizó algo a Eunji.
—Cuando fui aceptada como trainee en JYP, fue uno de los mejores días de mi vida, pero no sabía que también sería mi perdición —comenzó después de un tiempo callada—. No sé cómo, pero la gente de mi colegio se enteró. Al principio no me importaba, hasta que...
—No hace falta que sigas, no quiero que... —interrumpió Han, preocupado al escuchar la voz temblorosa de la idol, que estaba al borde de las lágrimas.
—Estoy bien, quiero decírtelo —expresó intentando calmarse, aunque no lo hizo hasta que sintió las caricias del chico en su cintura—. Un día estaba sola en el recreo, un grupo de chicas se acercaron a mí, eran amables y me integraron en ellas. Justo cuando las reconocí como mis amigas, me invitaron a la casa de una de ellas. Subí al ascensor y a los pocos segundos se paró por bastante tiempo —suspiró intentando controlar las lágrimas que querían salir—. No pude mandar mensajes por la falta de cobertura, pero pensé que me ayudarían al oírme gritar. Solo se burlaron de mí, diciendo que eso me pasaba por ir anunciando que era trainee para sentirme superior, que nunca llegaría a debutar.
—¿Por eso tu ataque de pánico en el ascensor? —Eunji noto que lo que le había contado le había afectado en cierta manera, pero no mencionó nada ya que aún quedaban cosas, solamente asintió.
Antes de seguir hablando, suspiró mientras que sentía la mirada de Jisung, cuando notó que se encontraba mejor, continuó.
—Pero eso no fue lo único que hicieron... Yo al principio no entendía el por qué me molestaban, ni de dónde escucharon que yo iba diciendo lo de que era trainee —siguió contando mientras se negaba a mirarle—. Decidí no prestarles atención, pensando que se cansarían, hasta que llegó una excursión a un camping. Una noche no pude dormir, así que decidí ir a dar una vuelta, aunque cuando empezó a nublarse decidí volver por si llovía —intentó no derramar ninguna lágrimas al recordar la situación—. Todo iba bien hasta que sentí que alguien me agarraba y me encerraba dentro de una cabaña.
»Grité, no quería volver a pasar algo parecido a lo del ascensor, pero justo empezó a formarse una tormenta. —La bailarina no pudo retenerlas más—. Sabía que nadie me oiría, por lo que me rendí. Me encontraron al día siguiente, me preguntaron qué había pasado, pero el miedo me paralizó y no pude hablar. Así que cuando me dijeron que debía trasladarme a SOPA, me alegré... pero no pude confiar en las personas como lo hacía antes.
En cuanto acabó de hablar, se refugió en el cuello del chico, quien parecía estar procesando todo lo que acababa de escuchar.
—Aún no me creo que alguien como tú haya pasado por todo eso, si pudiera hacer...
—Ya lo haces —interrumpió mientras establecía contacto visual con sus ojos-, que no me estés mirando con pena lo hace. Una parte de mí quería contártelo porque confío en ti y porque poco a poco lo estoy superando gracias a todos... aunque la otra parte tenía miedo de que en realidad esos sucesos me siguieran atormentando. A veces sentía que nunca avanzaría, pero me he dado cuenta de que no es así, de que estoy mucho mejor. Y es lo único que importa.
Y era cierto, Eunji estaba acostumbrada a que la gente le preguntara cómo estaba o como se encontraba, pero no necesitaba eso y menos cuando ya habían pasado años del tema. Lo único que pedía era que siguieran ahí con ella, a su lado, esperando que lo superara del todo.
—Aún no me creo que hayan quedado sin ningún castigo o algo...
—A lo mejor ya lo han tenido. Yo tuve mi infierno, pero ahora mismo me siento en el cielo, aquí contigo, porque lo importante es el presente —dijo cuando se tranquilizó.
A continuación le besó, intentando que su preocupación se desvaneciera, porque ella estaba bien como lo mencionó anteriormente, mientras que él estuviera a su lado.
Por primera vez, la joven se sintió bien en la oscuridad, ahí con Jisung, mientras las velas eran las únicas que alumbraban. Estuvieron besándose un buen rato, ninguno de los dos deseaba separarse, queriendo aprovechar el hecho de que sabían que nadie los molestaría.
—Quédate a dormir —pidió la joven en cuanto se separaron, decidida a ser más valiente, aunque no pudo evitar fruncir el ceño al ver la cara pícara del chico—. No me refiero a eso, solo a dormir. —Le pegó en el brazo por pensar en lo que no debía.
—Yo no estaba pensando en nada, la mal pensada aquí es otra —se defendió Han mientras la pequeña le miraba mal—. Y claro que me quedo —sonrió causando lo mismo a Eunji, quién intentó levantarse del regazo de su novio, pero él no se lo permitió—. ¿Quién te ha dicho que te puedes quitar?
La cogió en brazos, a la vez que ella le indicaba el camino entre risas por las equivocaciones del chico y él se defendía con que nunca había estado ahí.
—Espera, creo que tengo algo para ti —habló la cantante mientras intentaba bajar, lo cual consiguió después de haber dado un beso en el cuello al chico, sorprendiéndolo—. Compré este pantalón hace tiempo, pero me quedaba muy grande. Creo que a ti te quedaría bien, lo único que no tengo nada para la parte de arriba.
—Tranquila, tengo una camiseta de tirantes debajo, iré a cambiarme, ¿dónde está...?
Antes de acabar la pregunta, Eunji le señaló dónde se encontraba el baño, y mientras él se cambiaba, ella empezó a pensar en que se alegraba de que Han no hubiera insistido más. Estaba acostumbrada a eso y ya le cansaba, lo único que le importaba era que se quedara a su lado, que no le mirase con pena, y eso justo era lo que él había hecho.
Estaba tan metida en sus pensamientos que no vio cuando Jisung se tumbó. Supo que ya estaba ahí cuando noto una mano en su cintura, la cual le tiraba hacia atrás para tumbarla, quedando apoyada en el pecho del chico.
—Buenas noches —susurró mientras le besaba la cabeza, y se acercaba a su oído—. Y no creas que no he visto que llevas mi chaqueta puesta. —El gesto y el escuchar al chico tan cerca de ella, la hizo estremecer y sonrojarse.
—Buenas noches para ti también —Intentó decir sin que se notase que estaba nerviosa, aunque fue en vano ya que pudo ver la sonrisa del rapero antes de dormirse.
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Hola!! ¿Qué tal la semana?
Por fin Eunji le contó a Han sobre su pasado, nuestra niña no se merecía eso 😔.
No os voy a mentir, pero últimamente me sale lo cursi con ellos, incluso a veces retengo esa parte para no escribirlos (no quiero sobredosis de azúcar).
Hoy es un día muy importante para mi, porque me han vacunado por fin y porque hoy cumplo 2 años con Everglow.
Espero que os haya gustado este capítulo, tenía pensado otras cosas pero me lie y se me olvidaron. Y lo siento si no ha sido lo que esperabais 🥺❤
Que tengais una buena semana, nos leemos el próximo miércoles💙
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