Extra
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Habían pasado años desde que Eunji y Han decidieron empezar a vivir juntos. Y si la idol se ponía a pensar en todo lo que había ocurrido en ese tiempo, las buenas y las malas, prefería quedarse con las primeras.
Una de ellas era su boda, de la que hacía ya seis años, seis años desde que había dado el siguiente paso con su pareja. La recordaba con un cariño especial, algo inevitable cuando todas las personas importantes en su vida habían estado presentes: sus excompañeras de Eclipse, las perdidas, los chicos, su familia... Aquel día lo único que se podía apreciar en su rostro era una sonrisa junto con algunas lágrimas que se le escapaban de los ojos por lo emocionada que estaba, aunque era lo más normal cuando se había casado con el amor de su vida acompañados de sus seres queridos.
Por el contrario, si pensaba en uno de los negativos, sin duda alguna fue el dejar su carrera como solista. Su pasión siempre había sido la música, pero con el paso del tiempo sentía que ya no pertenecía al mundo de los idols, que esa etapa ya había pasado para ella. Antes cuando se subía a un escenario, o con solo pensar en ello, le embargaba la emoción, se sentía llena, completa, hasta que sin saber la razón, dejó de ocurrirle, no tenía esos nervios típicos, ni las ganas de estar cara al público.
Quizá por eso, y porque su amor por la música seguía intacto, PNation le ofreció un trabajo de compositora junto a Jisu, siendo las encargadas de crear nuevas canciones para los siguientes grupos de idols.
Sin embargo, llevaba casi dos años sin trabajar, ya que había decidido centrarse en otros aspectos de su vida, no le importaba, no cuando se trataba de lo mejor que le había pasado desde que tenía memoria, su hijo.
No hizo falta darle la noticia a su esposo, ya que había estado con ella en el momento en que se hizo la prueba y él estuvo más nervioso que ella. El joven no paraba de preguntarle cuánto quedaba cada segundo, algo que la inquietaba, pero cuando el test dio positivo, lo primero que hicieron fue alegrarse mientras se abrazaban.
Jisung era el más feliz, dado que había comenzado un tiempo atrás a dar indicios de querer formar una familia. Algunas veces se lo había mencionado, pero también lo podías notar al observar su actitud y el brillo en los ojos que tenía cuando estaba con algún niño. En aquel instante, la sonrisa que se le había puesto era una de las más bonitas que jamás había visto en él, en la cual podrías apreciar lo mucho que había significado aquel momento.
Cuando se enteró de que estaba embarazada, sintió un mar de emociones difícil de reprimir, hasta tal punto en el que lo segundo que hizo fue contárselo a sus amigas, que estuvieron junto a ella y gritaron como nunca al saber que la prueba dio positivo, a la par que celebraron que habría otro bebé en el grupo, pues el de Sumin había sido el primero.
Durante este tiempo, había tenido mucha ayuda tanto de las perdidas como de sus ex-compañeras, pero estaba claro que la persona que había estado más pendiente de ella había sido Han. Él había sobrellevado muy bien todos sus cambios de humor, sus antojos,... y estaba muy agradecida por ello.
Entonces nació Youngjae. Eunji estaba segura que por mucho que pasasen los años, nunca olvidaría ese día. Cada vez que lo recordaba, las emociones a flor de piel, los nervios, la incertidumbre... Y lo más importante, la primera vez que vio a Jisung con el pequeño en brazos, una de las imágenes más bonitas, una que no borraría nunca de su mente, las dos personas más importantes para ella juntas. También las expresiones de sus padres, fue un momento agradable, en especial por las risas que hubo por la pequeña pelea de ambas señoras, dado que ambas querían pasar tiempo con su nieto.
—Ya he acabado con lo que me habías pedido, ¿algo más que puede hacer para ayudarte? —preguntó Jisung mientras la abrazaba por la cintura.
—¿Has ido a mirar cómo está Youngjae? —interrogó dejando lo que estaba haciendo para darse la vuelta y así estar entre la encimera y él, juntando sus frentes.
Había pasado un año desde el nacimiento de su hijo, un año desde que su vida había cambiado para siempre. Era el primer cumpleaños de Youngjae, y estarían tanto su familia como sus amigos más cercanos. Le hacía bastante ilusión a la vez que le ponía melancólica al pensar que ya había pasado tanto tiempo desde que el niño había llegado a su vida.
Ese período había sido como una montaña rusa, con altos y bajos, con el constante aprendizaje, con las dudas de si lo estaban haciendo bien ya que los dos eran padres primerizos, sabían lo necesario, pero había cosas que prefería consultar con Sumin o Jiyong, quienes tenían mucha más experiencia.
—Sí, es lo primero que he hecho después de terminar. —Al ver que no le contaba cómo estaba, frunció el ceño, gesto que Jisung notó, ya que continuó—. Está dormido, no te preocupes —respondió, a lo que Eunji no pudo evitar sorprenderse a la vez que calmarse.
A veces el pequeño solía pasar noches sin despertarse, pero en otras ocasiones era todo lo contrario, lo que significaba menos hora de descanso para los dos, aunque Han era el que casi siempre se levantaba en esos momentos, la joven solo lo hacía cuando Youngjae tenía hambre.
Por lo que oír eso la extrañó a la vez que la alegró, aunque no iba a mentir, hubiera preferido que fuese otro día, en uno en el que pudiera echarse en la cama o en el sofá, no cuando aún le quedaban algunas cosas para hacer.
—Por lo menos podemos estar tranquilos al saber que va a poder descansar un poco. —Y de repente sintió un beso en su cabeza y luego en su cuello, algo que la relajo.
—Si quieres ya me encargo yo, tú túmbate un poco —dijo para luego cogerle de la cara y besarla.
Daba igual cuantos años pasasen, aquel gesto siempre le hacía sentir mil emociones, no podía evitar pensar en cómo sus sentimientos nunca habían cambiado por él, sino todo lo contrario, habían aumentado. Estaba perdidamente enamorada y sabía que al muchacho le pasaba lo mismo, dado que siempre se lo demostraba.
Unos segundos después, notó cómo las manos de Jisung se colaban debajo de su camiseta y dejaba algunas caricias en su cintura sin querer soltarla. Sabía que no tenía segundas intenciones, pero de igual manera no pudo evitar estremecerse.
—Te quiero —admitió Eunji de golpe tras separarse. Sin dejar de mirarlo, acarició la mejilla de su esposo y sonrió al darse cuenta de que seguía con los ojos cerrados, disfrutando de aquel roce.
—Y yo a ti, muchísimo —respondió de forma honesta—. Así que ahora mismo puedes irte a la sala y...
—No te pienso dejar solo —le interrumpió para luego añadir—: lo hacemos ambos y así luego podemos estar juntos hasta que llegue la hora de que Youngjae se despierte, porque seguro que lo hará antes de que empiece todo lo de la fiesta.
—Como te conozco, sé que no podré hacer que cambies de idea —afirmó a la par que ella negaba con la cabeza de manera divertida.
Los dos juntos terminaron más rápido de lo que pensaban, por lo que cuando vieron que ya estaba todo listo, se acomodaron en el sofá, Eunji apoyada en el pecho de Jisung, quien le hacía caricias en el pelo hasta quedarse dormida.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero el llanto de Youngjae la despertó, y ahí fue cuando se dio cuenta de que se encontraba sola, que no había ningún rastro de Han, lo que le extrañó ya que no se había dado cuenta de cuándo se había levantado.
No obstante, lo que más le importaba en esos momentos no era dónde estaba su pareja, sino su hijo, lo que hizo que se encaminara hacia la habitación. Una vez allí, se encontró con una imagen de lo más adorable, a Jisung con Youngjae en brazos, quien había parado de llorar unos segundos antes y ahora soltaba unas pequeñas risas
No hizo ningún ruido, aprovechó para apoyarse en el marco de la puerta y sonreír con la imagen que tenía enfrente de ella mientras pensaba en lo afortunada que había sido en la vida al tenerlos a ellos y él se dio cuenta de su presencia, ya que se giró a ella y le regaló una sonrisa.
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Unas horas después, los invitados empezaron a llegar poco a poco, los únicos que faltaban eran Hyunjin y su pareja, quienes llegaron tarde por un pequeño percance.
A pesar de que confiaba en Changbin, que tenía en brazos a Youngjae, Eunji no le quitó la mirada de encima. Aunque estaba segura de que no llegaba al nivel de Jisung, que se preocupaba muchísimo por el pequeño, le era inevitable no ser algo protectora con él.
Tras terminar la conversación con su amigo, cada uno se dirigió con el resto, Eunji con las perdidas y Changbin con los chicos, no sin antes devolverle a Youngjae.
—Hola, ¿interrumpo? —preguntó con delicadeza al llegar al grupo, para luego ver cómo todas tenían la mirada en el pequeño, quien estaba balbuceando algunas cosas y en alguna ocasión llamaba a su madre.
—No, para nada, ¿cómo está el cumpleañero? —interrogó Jiyong mientras se acercaba a él, por lo que Eunji hizo un gesto para dárselo, a lo que la joven no se negó—. Esto me recuerda al primer año de Hyori y Hyeon, ahora mírales —dijo a su par que los observaba, los niños estaban con el resto, daba igual la diferencia de edad.
—Deberías decirle a Chan de tener otro niño —soltó Ayaka, lo que provocó la risa de todas al ver la expresión de Jiyong—. Pero yo aún no me creo que Eunjicita tenga un hijo, está chiquita.
—Voy a cumplir treinta y siete dentro de poco, puedo entender que lo hagáis con Miyeon, ¿pero conmigo? —respondió pensando en cómo nunca pararían de decirle así.
—Solo tienes unos meses más que yo —apuntó la anterior mencionada como defensa, pero Eunji no la escuchó, solo se fijó en lo adorable que era cuando la molestaban, ya que tenía la manía de hacer un puchero sin darse cuenta.
Miyeon había sido la última en incorporarse al grupo, y aunque al principio creyó que el resto pararía de llamarla así cuando ella llegó, no fue así. A ella le seguían diciendo chiquita, y a la otra muchacha maknae.
—Nunca pararemos de decirlo —apuntó Gaeul con burla, quien hasta hacía unos segundos estaba comiendo—. Además, por mucho que me queje, tú sigues llamándome Yoonie, ¿recuerdas?
Para ella, la comparación no tenía sentido, Yoonie era un apodo que siempre podía usar, pero lo de chiquita, cuando ya tenía más de treinta y un hijo... Le resultaba irónico.
—Pero eso es adorable, aún no me creo que no te hayas acostumbrado —contestó mientras aceptaba con una sonrisa la bebida que le había pasado Sunhee.
—Han pasado años, Eunji, debes aceptar que seguirán haciéndolo —aconsejó Yerim interrumpiendo a Gaeul, que iba a responder.
—También ha pasado algún tiempo y aún no se ha acostumbrado a tu franqueza —soltó Ayaka divertida, haciendo que Eunji casi se ahogara al no esperar aquel comentario, a su par mientras era ayudada por Nari, que le daba unos pequeños golpes en la espalda—. Pero bueno, sois todas mis besties, os acepto tal y como sois, sin discriminar a nadie.
—La verdad es que hemos cambiado bastante, aún recuerdo cómo poco a poco el grupo se iba haciendo más grande —dijo Jiyong con un tono de voz que indicaba que se encontraba nostálgica—. Erais mis niñas, aunque da igual cuánto pase, seguiréis siéndolo.
Algunas de las chicas la abrazaron con cuidado de no hacer daño a Youngjae, aunque él aprovechó en un momento para agarrar del pelo a Sunhee, lo que causó la carcajada de las demás.
—Eunji... ¿podrías? —preguntó dándose por vencida en intentar soltarse, ya que no quería hacerle daño a la vez que señalaba su cabello.
—Parece que a Youngjae no le ha gustado que nos hayamos puesto melancólicas —mencionó Gaeul tratando de calmar su risa, ya que la expresión que había puesto su amiga había sido graciosa.
—Nosotras también te queremos, Jiyong unnie —bisbiseó Miyeon en voz muy baja, en un intento de que solo la escuchara ella, pero terminaron haciéndolo todas.
Estuvieron un rato conversando de diferentes cosas, con molestias por parte de alguna de las chicas para otra. Eunji no podía evitar pensar lo afortunada que había sido al tenerlas en su vida, daba igual todo el tiempo que hubiese pasado con ellas, sentía que nunca se acostumbraría.
—¿Vamos con los demás? Creo que este pequeño necesita a su padre. —Al escuchar aquello, dirigió su vista a su hijo, quien tenía la mirada puesta en Han, por lo que asintió.
En cuanto llegaron con el resto, se dieron cuenta de que de inmediato cambiaron de tema, a lo que las ocho fruncieron el ceño.
—¿Por qué de repente os habéis callado? —interrogó Sunhee mientras se colocaba al lado de Felix, que le dio un pequeño beso en la cabeza.
—No queríamos aburriros con lo que estábamos hablando —respondió Changbin mientras Ayaka se colocaba a su lado y él rodeaba su cintura.
—Estabais molestando a Jisung, ¿verdad? —apuntó Jiyong dándole a Youngjae al joven, quien estaba ansioso de ir con su padre.
—Qué va, noona —negó Hyunjin con una falsa tristeza, como si le doliese aquella suposición, pero la sonrisa que trataba de ocultar de forma fallida daba entender lo contrario.
Todas vieron cómo la mirada de la mayor se dirigió a Jeongin, quien intentó no mantener contacto visual con ella, ya que a él era a quien más se le complicaba el ocultarle algo a Jiyong.
—Es algo obvio que era eso lo que hacíamos —soltó Minho sin ningún tapujo, recibiendo una mala mirada de Hyunjin, ya que él había intentado no decirlo—. No me mires así, si no lo hacía yo, Jeongin no aguantaría más y se lo contaría.
—Es solo que nos parece increíble que Youngjae siga intacto, conociendo a Han —soltó Seungmin, lo que consiguió que todos se rieran por aquel comentario, excepto el mencionado, que en cuanto oyó su nombre dejó de prestarle atención al niño para centrarla en la conversación.
—Eso es gracias a Eunji, si no, pobre Youngjae —continuó Changbin mientras Ayaka, que estaba a su lado, le seguía el juego asintiendo.
—No me hagáis hablar de alguno de vosotros —contraataco Jisung con el ceño fruncido—. Para que sepáis, soy muy buen padre, ¿verdad, pequeña? —preguntó y ella asintió con una sonrisa mientras ponía los ojos en blanco.
Unos segundos, la conversación solo tenía un objetivo, la de molestarle, en donde alguna de las perdidas también se había unido. Eunji no paraba de reír, era imposible no hacerlo cuando el muchacho, siempre que se defendía, la usaba a ella para que dijera que aquello era verdad.
—Niños, no creéis que ya... —Pero Chan no pudo continuar, ya que los demás seguían a lo suyo y no se le podía escuchar bien.
—Pasarán años y nada cambiará, ¿eh? —preguntó Eunji al mayor con una sonrisa melancólica, la cual él devolvió mientras negaba.
Al final tuvo que intervenir Jiyong, a quien sí escucharon, lo que causó unas cuantas risas por aquello y más al ver la expresión de Chan, donde los chicos se burlaron de él diciendo que en un futuro, sus niños tampoco le harían caso.
Terminaron por cambiar de tema a como las cosas habían dado un giro de ciento ochenta grados en los últimos meses. Cada uno había tenido su historia, pero siempre había habido alguien a su lado cuando lo necesitaban, de alguna u otra forma habían formado una familia, una inseparable.
En un momento, Eunji recibió un mensaje por el grupo que tenía con sus compañeras, avisando de que en unos minutos estarían allí, y tras responderles, miró la hora. Era el momento perfecto para la tarta.
—Voy a encender las velas y ahora vuelvo, podéis sentaros, si queréis —dijo Eunji al mismo tiempo que seguía dándole unas caricias en la mano a Youngjae.
—Yo te acompaño —añadió Han pasándole al pequeño a Minho, que era el que se encontraba a su lado—. Ten cuidado con él, sobre todo con la cabeza.
—Sé cómo hacer esto, confía en mí, tengo experiencia —alardeó, pero Jisung seguía sin fiarse, tanto que antes de irse, le miró con los ojos entrecerrados.
Después de un año, él seguía siendo bastante protector con su hijo y ella sabía que eso no cambiaría en un futuro.
—¿Te han dicho algo las demás? —preguntó cuando estuvieron solos en la cocina.
—Jisu, Haru y Hana ya están llegando, seguro que gracias a Jisu estarán en un par de minutos aquí —respondió mientras sacaba la tarta de la nevera—. Sumin me ha avisado de que no puede venir, Sooyoung se ha puesto enferma.
—Espero que no sea nada grave —comentó poniéndose detrás de ella—. Deja que lo haga yo, no quiero que te quemes. —Pero en cuanto fue a coger el mechero, Eunji se lo apartó.
—No pienso dártelo, tú eres más peligroso con esto que yo —aseguró y soltó una carcajada al ver cómo ponía los ojos en blanco.
Eunji había acertado, ya que antes de que empezaran a cantar el feliz cumpleaños, sus otras amigas llegaron, disculpándose con todos por presentarse tarde.
Ya estando todos, empezaron con lo anterior mientras Hyunjin sacaba algunas fotos, ya que Jisung se lo había pedido para tener recuerdos de ese día. En un momento de despiste, Youngjae casi se llegó a quemar al querer tocar la vela, pero al final no ocurrió nada, dado que Hyeon se dio cuenta y pudo apartarle la mano.
En lo que quedó de fiesta, Eunji no se separó de Youngjae, quien estaba muy feliz y entretenido con el muñeco que le habían regalado Changbin y Ayaka, a lo que la segunda lo alardeó, diciendo que era su tía favorita.
Unas horas después, Han y Eunji estaban tumbados en la cama después de dormir a Youngjae, quien lo hizo con el peluche, era imposible que se despegara de él.
Ambos se encontraban cansados, algo normal desde hacía un año, pero el motivo hacía que aquello valiera la pena.
—Estoy agotado —murmuró Jisung con la cabeza apoyada en el pecho de ella.
—Los dos lo estamos, pero ha sido fantástico, no puedes negar eso —sonrió acariciando el pelo de su esposo—. Aún sigo sin creerme todo lo que ha pasado en estos años, todavía recuerdo el día que nos conocimos y míranos ahora, casados y con un hijo.
—Y yo, nunca me esperé que aquella chica que entró en el estudio, se convirtiera en el amor de mi vida. —Apoyó los brazos a los lados de ella y la besó, para después ponerse el uno enfrente del otro—. Hablando de recuerdos, mira qué me he encontrado.
Jisung se dio la vuelta y abrió uno de los cajones de la cómoda que había, para luego volver a la misma posición, esta vez con un papel en la mano.
—Dime que no es lo que estoy pensado —pidió con un brillo en los ojos al creer que se trataba de la canción que habían compuesto años atrás.
—Lo es —asintió Jisung mientras la abría y ambos comenzaban a leer. Un par de minutos después, añadió—: Mi yo del pasado hacía arte, no he cambiado nada.
Eunji no pudo evitar reír al escucharle decir eso y mucho más con el tono con el que lo había hecho, con algo de soberbia.
—¿Sabes? Deberíamos hacer otra —anunció con una sonrisa mientras mantenía la mirada con su pareja—. Seguro que ahora saldrá diferente, incluso podría ser para Youngjae, no hay mejor manera que expresar lo que uno siente que con la música.
—Estoy de acuerdo, pero ya otro día, ahora quiero estar con mi mujer y relajarnos un poco —dijo mientras juntaba sus frentes y ambos cerraban los ojos—. He estado pensando que Youngjae podría querer compañía. —Eunji los abrió al escuchar aquello para ver a Jisung con una sonrisa ladeada.
—Pues continua creyendo eso, porque por ahora, ya tengo bastante con uno o dos si te cuento a ti —respondió tratando de aguantar la sonrisa que le salía al ver la expresión de su esposo tras aquello.
Unos segundos después, se encontraba debajo de él mientras le hacía cosquillas, aunque tuvo que tratar de no soltar risas fuertes para no despertar al niño; sin embargo, Han paró de repente, algo que la extrañó.
—Siempre que te veo, sé que he tenido la mejor de las suertes al encontrarte, aún más al ver esa sonrisa todos los días —admitió, lo que consiguió que Eunji se sonrojara—, y de seguir viendo que todavía te pones colorada por mí.
—La suertuda soy yo porque te tengo a ti, que además me has dado el mejor regalo del mundo, mi hijo—contestó avergonzada por lo último que había mencionado para luego sujetar sus mejillas con delicadez y besarle, sin darle la oportunidad de responder.
Nunca creyó que la vida fuera tan maravillosa, pero ahí estaba con el amor de su vida y el padre de sus hijos, con quien estaba segura que estaría hasta el final.
Porque no importaba cuántos años pasarán, él siempre la volvería loca como el primer día.
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La edad de Eunji está puesta en la coreana, no en la internacional.
SORPRESA!! Aquí tenéis el extra de GD, tenía ganas de subirlo aunque también tristeza, ya que hasta nuevo aviso no escribiré ningún capítulo de los chiquitos, esperemos que en un futuro haya algún que otro extra.
Que Hanji ya son padres TT, ya están mayores pero seguirán siendo nuestros chiquitos siempre, este capítulo ha sido una mezcla de soft y lágrimas, los voy a extrañar mucho.
Encima no hay mejor fecha para subir el capítulo, el 25 de Abril GD cumplió un año, hoy es el día de la madre, y además es el cumpleaños de nuestra Maria mediana, que espero que se lo haya pasado genial porque se merece lo mejor.
Me encanta cómo he engañado a los de Discord (podéis pedirme el link y os lo envío), aunque si lo pensáis no he mentido, dije que no habría de My Universe, pero no mencioné nada de GD ;)
También quiero agradecer a mis marias, por ayudarme en este capítulo porque la verdad es que hay momentos en los que me ha costado hacerlo, os quiero mucho y sois las mejores.
Espero que os haya gustado este capítulo, os deseo una gran semana y ya nos leeremos, mientras tanto My Universe sigue y otra historia comenzará pronto.💚
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