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7

Eran las 11:00 pm y tranquilos caminaban por las bellas calles de Inazuma.
La suave lluvia al fin había parado, así que naturalmente había decido ir a casa.

Shuya en silencio pensaba en lo feliz que su hijo del futuro se pondría al saber de la nueva noticia. Con una discreta sonrisa y sin mirarlo a los ojos Natsumi tomó su mano, provocando una explosiva lluvia de emociones positivas. «ella huele tan bien. ¿Por qué es tan bonita?» se preguntó el rubio tras mirarla de reojo. Su amada dama de cabellos rizados y ojos bonitos le había dedicado una sonrisa que solo para el.

—Fue por que a mi me gusta entrenar mucho y el fútbol es una de mis pasiones, pero también tomé la decisión de ser medico pediatra.

—Pues tus calificaciones son buenas, no creo que te sea difícil. 100% en casi todo.

—¿Eso como lo sabes? —Extrañado alzó una de sus extrañas cejas.

La chica se sonrojó un poco. —Yo investigue muchas cosas de ti cuando entraste a Raimon, desde entonces supe que eras buen elemento jajajaja algo popular en tu otra escuela y a muchas les parecías muy guapo. —Eso último lo dijo sin pensar y entonces ambos se sonrojaron.

«Ella pensara lo mismo de mi?»
—¡Oye, Natsumi! —Gritó de pronto tomando la atención de la chica y provocando que esta tirara la bolsa que llevaba. —Lo siento no quería asustarte, solo te quería decir que. Ay, olvídalo —le ayudo a levantar las cosas y para su extraña sorpresa ella comenzó a reír.
—¿Soy un tonto cierto? —Con una risita desvió la mirada bastante avergonzado. Simplemente no tenía idea de como debía comportarse.

—¡tranquilo! —con gentileza tomó la bolsa y le dedico una sincera sonrisa al muchacho. —No es que me burle de ti y tampoco creo que seas un tonto, es que me. yo me siento igual de nerviosa que tu. Yo jamás me imaginé vivir una situación similar contigo.

—¿Hablas de algo amoroso?

—Exacto —sonrió con naturalidad. —Te conozco desde hace mucho tiempo ya, pero en ningún momento te imaginé interesado en mi.

Shuya la miró de reojo y volvieron a caminar, Natsumi estaba muy callada y el como siempre intentó volver mas agradable la situación entre ambos.  —¡La noche es muy bonita! ¿verdad?

—¡Si, eso creo! —Sonrió. —parece que el clima se presta para volver perfecta esta noche. A pesar de la lluvia. —observó su reloj y este marcaba las 11:24 de la noche.

La compañía de Shuya había sido muy agradable. El siempre era tan correcto y parecía que siempre tenía la respuesta adecuada a todo.

Natsumi simplemente no podía evitar caer ante sus encantos. Tan distraída estaba con la conversación que se distrajo, pisó mal y azotó. Apenas y logró colocar las manos antes de la dura caída, el frío y duro suelo impacto con fuerza sus rodillas y manos. Parpadeó y trató de levantarse pero un par de manos se adelantaron y le ayudaron.

—¡tranquila, yo me encargo! —con cuidado Shuya la cargó hasta encontrar un lugar adecuado para que ella se sentara.

—Estoy tan avergonzada —sollozó. Podía escuchar lo murmullos de lejos pero estaba tan aturdida por el gran golpe que no logró descifrar lo que decían.

—Yo apenas y me di cuenta, caíste con estilo Natsumi Raimon —bromeó mientras revisaba sus rodillas y como lo sospechó en una había un largo raspón que obviamente le ardía, pero no sangraba. Además y por fortuna sus manos estaban bien. Sin embargo de la bolsa de su chaqueta sacó una curita de gatos y con cuidado la colocó en su rodilla. 

—Pero…

—Tengo una hermanita muy traviesa
—Sonrió —Listo, creo que vivirás —un silencio invadió el lugar, el pálido rostro de la chica se tornó rosa y sin razón se sintió desfallecer. El era tan amable siempre, lo miró detenidamente y al ver su reflejo en esos brillantes ojos sonrió.  Shuya limpió las pequeñas lágrimas que se habían derramado por sus mejillas. —¿Lista para ir a casa? —dijo acercándose mientras ella se sonrojaba observando su alto cuerpo.

Unas 6 personas a lo largo de la calle observan el espectáculo que estaban dando, incluso dejaron de hablar por observar y eso involuntariamente la había hecho llorar.

Sin mas inconvenientes al fin llegaron a casa de la chica. Estaba muy agradecida de que su padre hubiera salido, ya que si no seguro la habría regañado por la hora, pues había salido desde las 3 de la tarde.
—¡Gracias por acompañarme!

—Fue un placer  —Se rascó la cabeza con nervios. «Vamos Goenji, el momento lo mas complicado ya ocurrió. Solo invítala de una vez»
Se miraron una vez mas y ella se decidió a entrar, estaba a punto de abrir la puerta cuando de nuevo Shuya la detuvo, jalándola suavemente y haciendo que lo mirara de muy cerca.

—No quiero irme sin… —Se acercó y sin previo aviso la abrazó con fuerza. Sus brazos eran acogedores y cálidos, jamás había tenido una sensación así. Todo perdió sentido para ella. —Creo que siempre fui tonto al aparentar que no me atraías. Pensaba que no tenía ninguna clase de oportunidad y quise. Solo, quise que fueras libre de buscar aquello que tanto querías.

La muchacha se quedó helada, su corazón comenzó a latir aceleradamente y su rostro se torno totalmente rojo. Ella en realidad quería saltarle encima y besarlo,  sin embargo no pudo mas que quedarse pasmada ante el abrazo del joven.

—Salgamos juntos entonces —pronunció en voz baja.  —Hace un rato que espero que me lo pidas, pero como no lo has dicho, te lo pido yo. Veámonos otra vez, pero no por casualidad, ni un golpe de suerte. Shuya tengamos una cita formal.
Goenji sonrió, había intentado pedirle una cita desde hacía rato. Pero las palabras parecían no salir, ahora ella se había adelantado, cada vez era mas claro que su atracción por ella no era casualidad.
—¿Qué dices? Me da vergüenza que solo te quedes en silencio.

—Lo siento —Pronuncio en voz baja
—Estoy tan nervioso. Que apenas y puedo hablar.

—Es es un si.

—Si.

Parecían un par de tontos sonriendo. Shuya se despidió y con una sonrisa sincera siguió su camino ante la mirada de ella quien estaba confundida, apenas y podía procesar lo ocurrido. «Shuya» pensó tocando sus labios. Las cosas habían cambiado y eso la hizo sentir un extraño cosquilleo en todo el cuerpo. Por fin había descubierto que causaba ese cosquilleo.


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5:39 am

—¡Te quiero papá! ¡eres el mejor, el mas guapo de todos los guapos! —con extrema euforia Fudo abrazaba y besaba a su joven padre del pasado. —¡Nunca desconfíe de tus habilidades de conquista! Si salí bien guapo como tu, picara maquina del amor.

—Suficiente Fudo, pareces un lunático obsesivo —se puso serio. —Esto no es por mi. Mas bien tu mamá tiene buen gusto.
—ambos empezaron a reír y celebrar con un par de tontos.

—No puedo creer que si voy a nacer —Fudo se dejó caer sobre la cama. —Estoy muy feliz papá. Yo no puedo creerlo. Kenta el va…

—¿Por qué dices eso? —Shuya se recostó junto a el. —¿Quién es Kenta?

—Nadie pa ya sabes gente del futuro.

—Debe ser importante, a veces dices su nombre mientras duermes. ¿Es alguien que aprecias?

—No entiendo ¿Ahora eres muy preguntón? ¿Te importan los detalles? Que pesado —Fudo básicamente se puso a la defensiva.

—No es eso tonto —Shuya le pegó en la frente. —Necesitas aprender modales. —Sacó su celular y en una nota titulada “Cosas que le enseñaré a mi hijo” escribió: Modales. —Tendrás buenos modales, de eso me encargaré yo. Ahora ¿No crees que es importante para mi saber cosas sobre mi hijo del futuro? nunca hemos hablado de ti o que pasa contigo, por ejemplo  ¿Por qué te impresionaste tanto al ver un tornado de fuego? Eso no es normal ¿Crees que no me interesa?. Ni siquiera me has dicho como es que estas aquí.

—Yo. Se que si, se que te importamos, solo que tu estas muy ocupado, se que tu trabajo es muy importante y que por eso no estas tanto en casa. Los papás tienen que trabajar ¿no?

Shuya miró en Fudo un extraño toque de tristeza que antes ya había visto en sus propios ojos. En el tiempo que habían compartido omitía hablarle de muchas cosas de vital importancia y en ocasiones actuaba como si no confiara en el. —Eso es no es excusa. Una familia debe estar unida, un padre no puede descuidar a sus hijos ¿Soy esa clase de padre Fudo? ¿Por eso no conoces el tornado de fuego? ¿Por eso no confías en mi? —Algo dentro de Goenji comenzó a quebrarse pues su padre en ciertas ocasiones se había comportado así con su hermana y con el y eso lo había lastimado mucho.

—No seas dramático papá, olvídalo y mejor concentra las energías en mi mamá —Con una mirada que Shuya no pudo comprender se levantó y simplemente se retiró.



(…)


Esa misma tarde durante un entrenamiento Shuya muy distraído pensaba en el futuro, tanto que no se dio cuenta del pase de Kido y este lo hizo caer a algunos cuantos metros de su oposición.

—¡Goenji! —inmediatamente Kido corrió hasta el, pero el golpe había sido tan fuerte que Shuya había quedado un poco aturdido.

—Estoy bien —Con esfuerzo se puso de pie al ver como todos lo comenzaban a rodear. —Estoy un poco cansado, creo que necesito un momento para poder reponerme. —El muchacho abandonó la cancha evitando a sus demás compañeros, ni siquiera Endo quien era el mas insistente logró hacer que Shuya hablará. Shuya estaba tan distraído que casi se le había olvidado donde estaba. (Caminado por los pasillos del colegio) ni siquiera notó los escalones, de lo único que fue consiente, fue de que lo duro del suelo.

—¡¿Estas bien?! —una chica de la clase 201 había corrido a ayudarlo. —Eres Goenji-kun del equipo de fútbol, ¿Verdad?

estaban cara a cara viéndose uno al otro, como un para de estúpidos. Algo dentro de Shuya dolía, saber que fracasaría como padre le dolía mucho. Y entonces se quebró, cubrió aun rostro con sus manos y simplemente se echó a lamentar todo.

Amablemente la chica que lo miraba intentó animarlo y colocó una de sus finas manos sobre el hombro del goleador de fuego. Sin embargo el contacto duro muy poco pues de la nada una de las gerentes del equipo apareció. —Shuya.

—Natsumi —No lo pensó ni un segundo y se puso de pie, parecía que el simple hecho de mirarla le devolvía la vida. En sus ojos se notaba la poderosa atracción que sentían y lo mucho que deseaban su compañía. Perdidos en ese momento tan perfecto, con las hermosas mariposas en el estomago revoloteando de un lado para otro,  esas mariposas que sientes solo cuando amas de verdad a alguien.

—Me quede tan preocupada por ti ¿Qué ocurre? Puedes contarme —pronunció la chica con una voz suave pero firme, mientras acariciaba su mejilla.

—¿Crees que estar a mi lado te va a hacer feliz? —Se notaba preocupado. ¿Realmente el la iba a poder hacer feliz?

Natsumi lo miró en silencio. ¿Que pasaría si llevaba lentamente sus labios a los de ella? Quizas así le demostraría que si lo quería a a su lado.  Ella realmente había olvidado donde estaba, ella simplemente sintió la necesidad de besarlo. Sería un beso perfecto pero entonces una voz los interrumpio.

—Lo siento Chicos, no quise interrumpir un momento tan intimo —con algo de pena y amabilidad falsa Endo se presentó frente a ellos. —Es que me quedé preocupado por ti Goenji-kun. Pero veo que estas bien.

CONTINUARÁ...


Estamos a solo unos cuantos capítulos para llegar al final de esta historia.

Gracias por tomarse el tiempo de seguirla.

Bueno

Sin mas me despido. Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía, si les gustó no olviden votar o comentar, para mi su opinión es lo mas importante ❤❤

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