Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tocar El Cielo

La pérdida de un ser humano excepcional, lleno de determinación y que no se rinde había dejado un dolor irreparable. Dos semanas de dar por muerto a Horus, pero se sentía como si fuese una eternidad para dos corazones rotos, quienes amaban cada uno con diferente intensidad al mismo hombre.

Los días de Seth eran de matices grises y negros, él que había pasado por muchas cosas dolorosas, nada de eso se comparaba a su sentir actual, todo era distinto cuando se pierde a esa persona que se convierte inesperadamente en una parte importante de tu vida.

Más que un simple amante, era quien soportaba sus repentinos cambios de humor, ese confidente que le relataba su pasado mientras dormía plácidamente en sus brazos, sólo Horus lo hacía sentir pleno, pero aún tenía muchas dudas atacando su mente, si era ó no amor, no lo estaba pasando bien, tenía remordimientos y sólo una vez se permitió derrumbarse, llorando como un niño y aunque quisiera seguir encerrado en su habitación y estar sólo tenía que continuar con sus responsabilidades como teniente coronel, su máscara de frialdad se la colocó y fingió estar bien ante Sekhmet.

Nazareth por su parte no podía ocultar su tristeza, su personalidad alegre se había ido al enterarse que su mejor amigo ya no lo vería jamás, no había más bromas y risas escandalosas. La atracción que sintió en un principio se transformó en una amistad sincera pero con el paso del tiempo aquellos sentimientos habían evolucionado. Él siendo un casanova que no creía en romanticismos se había enamorado de un lindo moreno de ojos azules y al ver la cama vacía de quien fue su compañero de habitación le generaba un dolor indescriptible.

Ojalá todo fuera un terrible sueño del cual pronto va a despertar...

Los dos soldados que estaban custodiando la entrada desde lo más alto del muro no daban crédito a lo que veían, lo habían dado por muerto, no había rastro alguno que señalara que siguiera con vida, sin embargo ahí estaba parado en la puerta, en malas condiciones pero vivo, por medio de la radio se comunicaron con el general Saquim quien corrió directo a la entrada para cerciorarse que fuera verdad y no una broma de mal gusto, el shock no duró mucho ya que Horus se desmayó y pudo atraparlo en sus brazos antes que cayera al suelo. Dio órdenes específicas a sus hombres, llevarlo de inmediato al área médica para que fuese atendido por el doctor quien evaluaría su estado de salud actual.

La alarma se activó en el hombre de mediana edad al descubrir la herida en su pierna, rápidamente llamó a un enfermero para que prepararan el quirófano porque ese joven debía ser operado en ese instante además de hacerle una transfusión de sangre, sólo era cuestión de una hora o menos para que perdiera la vida si no intervenía de inmediato.

La llamada había terminado y colocó el teléfono en su sitio, una sonora carcajada se le escapó a Sekhmet, finalmente el niño había aparecido despues de dos largas semanas.

Sabía que estaba vivo, desde un principio lo supo, siendo un viejo león nada se le escapa, en el lugar del ataque hubo varias pistas que Seth no notó en su desesperación por buscarlo él mismo, no dijo nada porque esa fue su venganza, tarde o temprano se las cobraría. Su instinto le decía que el pajarraco en cuestión de dos días encontraría el camino para regresar por su cuenta, tal vez se equivocó en eso pero lo importante es que no murió ó bueno se está debatiendo entre la vida y la muerte según a palabras de Saquim.

Ahora mandaría llamar a Seth y decirle que su amante apareció, eso sin duda le cambiaría su estado de ánimo, ya no era divertido molestarlo porque no le respondía con insultos, se volvió un aburrido despues que regresaron e iniciaron con los homenajes póstumos para los soldados caídos. Los padres de ese niño también estarán felices de saber la noticia pero eso se lo dejaría en manos de su teniente, quedaba de él avisarles ó dejarlo para despues ya que estaba seguro que una vez le dijera tomaría un helicóptero e iría a Afganistán de inmediato, ver la desesperación reflejada en su rostro será un divertido espectáculo que no quiere perderse por nada del mundo, su aburrimiento se terminará con esos dos nuevamente juntos.

Deshidratación, desnutrición ligeramente crónica, pérdida de sangre debido a la herida en la pierna, las altas fiebres eran un síntoma más de la fuerte infección que estaba avanzado, por suerte aún no llegaba al hueso y tuvieran que amputarle la extremidad, la operación había sido exitosa, con terapia y algunos cuidados extras volvería a caminar con normalidad sólo que había un pequeño problema.

Todo en general causó un colapso en el cuerpo de Horus que llevaba cuatro días inconsciente, no reaccionaba al constante monitoreo del médico y enfermeros, en un brazo tenía conectado el suero intravenoso, en el otro la sangre que era transferida a su torrente sanguíneo, poco a poco el color iba volviendo a su pálida piel, la fiebre había cedido.

Día y noche se mantenía sentado en una silla por demás incómoda, situado al lado de su cama, no se despegaba ni un segundo, nuevamente comía y descansaba poco, esperando el momento en que abra los ojos y volver a perderse en aquella mirada azul como el mar. Era el quinto día, los primeros rayos de sol se colaban a través de las cortinas, sus ojeras eran notorias, el brillo feroz en sus pupilas granate se habían apagado lentamente con el paso de los días.

El médico repetía lo mismo "Despertará en cualquier instante, debe ser paciente y comprender que su estado de salud fue delicado, nunca nadie había sobrevivido en tan extrema situación."

Tal vez el hombre no entendía o él era tan bueno ocultando el desastre de emociones en que se convirtió. Estaba ansioso, preocupado y sus demonios internos cada que cerraba sus ojos le decían que no merecía amar, que todo lo que tocaba moría. Su padre se lo decía a cada momento, reprochandole que su madre murió cuando lo tuvo en sus brazos despues del laborioso parto, lo culpaba de matar a su amada Nut, maldiciendo su existencia. Harto de todo escapó de casa al cumplir su mayoría de edad y decidió entrar al ejército, aun siendo un novato aprendió el arte de la guerra, de ser un simple soldado raso fue escalando de rango hasta llegar a ser el temido y respetado teniente coronel Seth, el dios de la guerra con su actitud fría e indomable.

Nunca se había rendido ante nada pero ahora comenzaba a hacerlo, sumido en un profundo sueño Horus parecía no querer regresar al mundo de los vivos, ni un solo músculo movía para dar aunque sea un mínimo de esperanza en su marchito corazón, el pequeño rayo de luz que llegó a iluminar la oscuridad en la que vivía se estaba apagando lentamente.

¿Qué debía hacer para traerlo de regreso?

¿Cómo lograr lo que el médico no hacía?

¿Estaría bien a pesar de la delicada situación en la que se encontraba decir todo lo que se estaba guardando celosamente?

Sólo era cuestión de tiempo para que explotara cuál bomba nuclear, quería expresar muchas cosas, pero sólo una es la más importante. Tomando la inerte mano de Horus entre la suya se armó de valor. Había llegado el momento de admitirlo.

- Aún estando dormido luces hermoso como la primera vez que te vi. No soy de palabras bonitas, ni de andarme con rodeos pero lo que voy a decir será lo más sincero que puedas escuchar. Tienes que volver a mi lado Horus, no dejes que la oscuridad te arrastre a ese lugar sin retorno, vuelve para que pueda hacerte feliz, para que seamos felices los dos, carajo, quiero sentir de nuevo la cálides de tu cuerpo junto al mío. Eres indispensable en mi vida, te necesito a mi lado, nadie me había hecho sentir así, es abrumador éste sentimiento que agita mi corazón. Maldita sea, Te Amo Horus, te amo con locura, por eso deseo que despiertes y así decírtelo de frente mientras me miras con aquellos ojos que me fascinan.

Sus ojos picaban al querer salir sus lágrimas, hundió su rostro en la camilla para tranquilizarse, conteniendose por la frustración que sentía, sin ser consciente del apretón que ejerció la mano morena enlazada a la suya.

- En... verdad... me... amas?.

Su voz ronca salió tan débil como un susurro pero fue tan clara a oídos de Seth que levantó su cabeza de inmediato, las pupilas azules e intensas como el mar lo miraban con un brillo de felicidad a pesar de lucir cansados, su declaración de amor había funcionado, logró traerlo de vuelta. Las palabras se habían atorado en su garganta para responder a un ansioso Horus que esperaba su respuesta, escuchar su voz nuevamente sólo hizo que su cerebro dejase de funcionar por unos segundos.

- Seth, tú, ¿En verdad me amas y no soy sólo un juego para ti?

El apretón en su mano lo trajo de vuelta a la realidad, pero la pregunta que le formuló hizo que respondiera de inmediato.

- Te amo y te lo repetiré las veces necesarias para que no dudes de mi. Aunque admito que al principio sólo te veía como una diversión para matar el aburrimiento pero después te metiste profundamente en mi ser. No sabes lo mal que la he pasado desde que recibí la noticia, te busqué como un loco y después Sekhmet me obligó a regresar para preparar los homenajes póstumos, la búsqueda se detuvo y decidieron darte por muerto. Yo...

El tirón en su mano fue señal para que parara de hablar y otro más para que se sentara en la camilla, cerca de Horus que le dedicaba una radiante sonrisa.

- No sabía que enamorado fueras más hablador de lo habitual.

Escuchó un resoplido y rió bajito, su mano la dirigió al cuello del pelirrojo y lo acercó a su rostro.

- Igual así me encantas, serio o parlanchin. Sabes, sólo en sueños se hacía realidad que me dijeras esas cinco letras, ahora sé que ésto no es parte del mundo onírico y eso me hace dichoso. Cumplí mi promesa Seth, he vuelto sólo para decirte que yo también te amo, quería decírtelo antes de partir pero estaba inseguro, que tal y no sentías lo mismo? No quería parecer un tonto y todo éste tiempo lo oculté, incluso estando en el desierto jamás dejé de pensarte y no quería morir sin decírte cuanto te amo.

Acarició la mejilla con devoción, su rostro estaba totalmente rojo, sabía que estaba avergonzado, luego le dio un beso pequeño en sus labios pero eso sólo aumentó los colores en el mayor.

- Tonto pichón.

Desvió la mirada y murmuró en tono bajo, que fuese mutuo el sentimiento lo hacía sentir cálido por dentro, su corazón es el que no paraba de latir como un loco. Recordó que debía llamar al médico para que revisara a Horus, apretando el botón de emergencia junto a la cama esperó paciente la llegada del hombre que no venía solo, Sekhmet lo acompañaba causando alboroto en la habitación, recibiendo miradas de odio por parte del teniente hacia el león revoltoso, tras ser revisado minuciosamente se le fue retirado el suero intravenoso.

El médico explicó algunas cosas sobre su recuperación, por suerte volvería a caminar con normalidad, sólo debía tomar terapia para fortalecer los músculos de su pierna, pero todo a su tiempo, primero debía recuperar el peso que perdió en dos semanas, tras retirarse a los pocos minutos un enfermero le trajo comida y empezara alimentarse, pero Seth le arrebató la cuchara y comenzó a darle en su boca en completo silencio.

El moreno no se opuso, ser mimado de esa forma le hacía sentir como un pequeño nuevamente, sonriendo en cada bocado, tras terminar se dejó a un lado la bandeja y una sesión de besos dio inicio, estaban cómodos en la camilla compartiendo un momento íntimo, con la cercanía que tanto extrañaron sus cuerpos.

Aquel acto inocente empezó a subir de intensidad, la lengua traviesa de Horus se había colado en la húmeda cavidad bucal, una hábil mano se metió en la camiseta del pelirrojo y recorrió su espalda haciéndolo estremecer, si el caliente pichón continuaba así, perdería el control y lo follaria ahí mismo. Todo se fue al carajo cuando una inquieta mano se movía por su muslo derecho, llegando a su entrepierna y comenzar a masajear por sobre la tela, se dejó arrastrar a las caricias que recibía, pero antes de caer por completo en el deseo carnal un resquicio de lucidez atravesó su nublada mente.

- No...

Se separó del húmedo beso y con su respiración agitada se alejó unos centímetros del cuerpo moreno, no estaban en Estados Unidos como para hacerlo, si los llegaban a descubrir en una posición comprometedora tal vez habría problemas, aunque eso es lo que menos importaba si no otra cosa.

- Te necesito Seth, no sabes cuanto he anhelado volver a sentir el calor de tu cuerpo, han sido semanas que me fue negado ese privilegio. Por favor.

Sabía que se negaría por muchas razones obvias pero dudaba aguantar más tiempo.

- Pero tu pierna, recién despertaste, no quiero lastimart...

Un dedo fue colocado en sus hinchados labios deteniendo sus miles de excusas que tenían validez.

- Escuchaste al médico decir que estoy en perfectas condiciones, déjame demostrarte cuanto te amo y que te quiero sentir en todas las formas posibles.

Podía notar a través de la bata lo despierto que se encontraba el pene de Horus, su hombría ante las caricias también había reaccionado, dejó escapar un suspiro y rindiéndose atacó los delgados labios en un contacto lascivo, húmedo. La mano volvió a explorar la ancha espalda de Seth, bajando por su columna vertebral, llegando al inicio de los glúteos, los dedos siguieron su camino, masajeando el anillo de carne, adentrándose sin previo aviso a ese cálido lugar.

El pelirrojo dio un respingo por la intromisión, más no se quejó, continuando con su labor de morder el cuello del menor, el dedo hurgaba su interior y un gruñido salió de su garganta cuando el segundo intruso expandió su esfínter, para el tercero el calor en su cuerpo había aumentado y los jadeos los reprimía por si alguien pasaba por el pasillo.

Se puso de pie retirando rápidamente su ropa, para subirse rápidamente en la camilla, ésta vez abriendo sus piernas y acomodarlas a cada lado, optó por ésta posición pensando en su pichón y para que no hiciera un esfuerzo mayor en su pierna, todo el trabajo lo haría él para disfrute de ambos. Subió la bata de Horus a la altura de su pecho, dejando expuesta la palpitante erección con líquido pre-seminal escurriendo de la punta, lo masajeó para distribuir el cristalino fluido por toda la base.

- Hoy te demostraré que tan bueno soy como jinete. Disfruta de la vista soldado.

Las pupilas granate lucían dilatadas, la intensidad que desprendía su mirada y la sonrisa ladina hizo secar su garganta, la sangre fluía rápido en las venas hinchadas de su pene, todo era un espectáculo erótico, digno de ver, admirando en todo su esplendor la belleza masculina de su dios sanguinario.

Colocó en posición la punta y sus caderas bajaron para recibir toda la longitud en su interior, el dolor mezclado con el placer hizo arquear su espalda y echar su cabeza hacia atrás ¿Siempre ha sido así de dotado Horus? Y la pregunta más importante ¿Porqué carajos se estaba haciendo más grande?

- ¡Mierda!.

Se mordió los labios para no gemir, se apoyó en los pectorales de Horus para un mayor agarre y empezó a moverse lentamente, en un suave vaivén de adelante y hacia atrás.

- Aprietas delicioso Seth pero quien me decepciona es mi teniente coronel ya que se jacta de ser un buen jinete y hasta ahora no lo ha demostrado.

Arqueó una ceja, ese niño lo estaba provocando sin saber que quien las tenía de perder era él, haría que se tragara sus palabras sólo por esa osadía, se encargaría de dejarlo sin aliento al final. Elevó su cadera y se dejó caer en un sonido seco, sus testículos chocaron contra la piel morena, un gemido que no salió de su garganta lo hizo sonreír en satisfacción, logró la primera parte de su cometido.

Se inclinó sólo para besar de forma salvaje al atolondrado pichón que correspondió tardíamente al contacto antes de que su pezón fuera tirado del piercing, su cuerpo se estremeció y mordió su puño para callar su voz.

El sudor corría por sus cuerpos y el olor a sexo inundaba las cuatro paredes de la habitación, el sonido de chapoteo cada que entraba y salía, las respiraciones agitadas sólo hacían nublar sus sentidos, los movimientos eran vigorosos, sus piernas no perdían fuerza cada que subía y bajaba.

- ¡Sssethhh!.

Exclamó cuando las paredes anales lo apretaron deliciosamente, una nalgada y ese fue el plus para que todo se descontrolara en Seth. Horus se encontraba hipnotizado por el mayor que saltaba y su pene rebotaba contra su abdomen, el como se pellizcaba los pezones gimiendo roncamente su nombre, aunque deseara tomar el control y tenerlo bajo su cuerpo, follandolo hasta hacerlo llorar por tanto placer que le daría, no podía debido a su pierna.

Una mano cerrándose en su cuello y ejerciendo una leve presión lo sacó de sus pervertidos pensamientos, se enfocó en el pelirrojo que su rostro estaba cerca, la respiración agitada chocando contra sus hinchados labios, sacó su lengua para hacer una invitación que no se tardó en responder, iniciaron una batalla campal donde no hubo un ganador debido a la falta de aire que los obligó a separarse.

La labor del mayor continuó, en cada estocada profunda su próstata era estimulada y todo su interior apretaba la gruesa longitud creando una placentera fricción, la mano en su cuello aplicó más fuerza y un gemido estrangulado murió en sus labios por otro beso demandante donde la saliva escapó de sus comisuras, el orgasmo los alcanzó y juntos tocaron el cielo.

El semen de Horus bañó sus ardientes entrañas mientras que la liberación de Seth hacía contraste con la piel morena, exhausto se dejó caer en el pecho del menor y sus brazos lo rodearon en un fuerte abrazo, no sin antes decirse cuánto se aman.

Fueron largos meses de terapia que valieron la pena, estar de nuevo activo en el ejército y servir a la nación lo llenaba de orgullo. En el cuartel se llevaba a cabo una fiesta debido a que serían ascendidos de rango los soldados con alto desempeño y disciplina, entre esos estaba Horus además de recibir una condecoración por ser un sobreviviente en batalla, los padres de cada soldado estaban invitados, el moreno creyó que la ocasión sería perfecta para hablar de sus sentimientos, sin saber lo que pasaría a continuación.

Sekhmet terminó de hablar y ordenó disfrutar de la fiesta, las personas se dispersaron hablando de lo orgullosos que se sentían de sus hijos. La hora de la verdad había llegado, para calmar sus nervios tomó la mano de Seth y juntos caminaron en dirección de Isis y Osiris, su único hijo les presentó a su novio, la noticia los dejó sin habla, cuando el shock se esfumó se vinieron las palabras hirientes, reproches y una verborrea sobre su homosexualidad.

No le agradó la forma en como atacaban a su pichón y al notar como su semblante decayó notoriamente se metió en la "conversación" y muy amablemente les pidió que se retiraran, los mayores se fueron no sin antes gritar que a partir de ese momento no tenían hijo, bufó porque fueron muy extremistas, esperaba que más adelante se sientan culpables por tanto veneno dicho y pidan perdón antes que sea demasiado tarde.

Cuando salieron de su campo de visión observó a su pareja, sabía perfectamente lo que le subiría el animo en cuestión de segundos y se acercó para susurrarle que esa noche lo dejaría tomar el control, la sonrisa opacó la tristeza y el fulgor en las pupilas azules lo llenó de gozo al lograr su objetivo, se dieron un pequeño beso y su burbuja romántica se vio interrumpida por el metiche león que a sonora carcajadas decía lo mucho que se divirtió por las palabras altisonantes que Seth le dijo a sus suegros, rodó los ojos, alguien debía ponerles un alto y nadie pero NADIE se metería con su pequeño pajarraco, aunque fueran sus padres.

Horus era feliz aunque su vida estuviera en el cuartel, tener a su lado a un hombre gruñón y que lo ame inmensamente, que más podría pedir, lo tiene todo con su pelirrojo, el dios de la guerra que se robó su corazón.


Extra:

Desde una prudente distancia los observaba, verlos tomados de la mano y felices ahora que son pareja, en cierta forma le dolía, tal vez él sería quien ocupara ese lugar pero jamás confesó su amor ante Horus porque había visto las marcas en su cuello, no tenía idea quien podía ser, pero todo indicaba que era alguien sumamente celoso y posesivo, por eso dejó las cosas como estaban, así evitaría un doloroso rechazo y perder su amistad.

Ahora que sabía quien era, entendió que no era un rival fuerte ante Seth, a pesar de todo les deseó lo mejor, abandonó la fiesta, nadie lo estaba viendo ó eso creía Nazareth, las pupilas de un negro profundo lo seguían en cada paso que daba hasta que salió por la puerta.

Anubis decidió seguirlo por el ancho pasillo en completo silencio, aunque no lo demostrara, se preocupaba por el moreno, desde hace un tiempo lo ha observado y su personalidad le atraía, se ponía nervioso cuando le coqueteaba descaradamente pero sabía que lo hacía con todos los chicos lindos del cuartel.

El moreno se detuvo y apoyó sus brazos en el barandal, su semblante era decaído, sinceramente no le gustaba verlo así, por eso en un extraño y tonto impulso se colocó tras su espalda y sus brazos lo rodearon para reconfortarlo, diciéndole "Todo estará bien", en silencio permanecieron así, sin importar el tiempo que pasara y si alguien los veía.

Tal vez fueron sus palabras o el cálido contacto que lo hizo sonreír despues de meses sumidos en tristeza, Anubis no podía verlo porque escondía su rostro avergonzado en la ancha espalda, pero sus palabras lograron el efecto esperado.

Una sensación agradable se instaló en su pecho, su alma se sintió reconfortada y sus manos tomaron las más pequeñas para darles un beso a cada una en los nudillos como forma de agradecimiento, tal vez ese sea el inicio de un amor verdadero, uno que puede florecer como los Jacintos de su amada Grecia.














Ahora sí se ha terminado éste fic, espero que el final feliz que muchos pidieron sea de su agrado 😃 lamento la tardanza pero mi celular había muerto unos días hasta que lo llevé con un técnico 😭💔 y por lo menos tuvo salvación 😥 eso hace una semana y pues perdí toda mi información y aplicaciones, además de éste capítulo el final que estaba a punto de publicarse y tuve que volverlo a escribir nuevamente desde cero 💔😭 nos leemos en el siguiente fanfic mis bellos lectores 😘

31-10-22

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro