Capitulo 9
Los tres habian vuelto a entrar a la casa de la bruja. Vieron que la bruja estaba en el suelo con un cuenco y utensilios. Atreus le dio la raíz y Kratos le entregó las flores.
Bruja: Ah, justo lo que necesito.
Tomó los ingredientes y comenzó a mezclarlos en el recipiente. Los ingredientes comenzaron a emanar una energía rosada clara a medida que la magia de la bruja se infundía en ellos. Una vez completada la receta, aplicó el brebaje frotando suavemente el estómago del jabalí.
Atreus: ¿Sobrevivirá?
Bruja: Sí.
Berenice: Eso es bueno. Me alegra haberte ayudado.
Bruja: Yo tambien.
Al no ver ningún propósito en esto, Kratos decidió apresurarse.
Kratos: Entonces nos vamos.
Pero antes de que pudiera irse, ella todavía tenía algunos regalos que otorgarles.
Bruja: Esperen. Debo agradecerles.
Sumergió dos de sus dedos en el brebaje mágico que había preparado, lo que hizo que las puntas de esos dedos brillaran de un amarillo brillante. Ella iba a ponersela a Kratos, pero el espartano desconfiado, la detiene agarrandole la muñeca.
Bruja: ¿Quieres soledad? Esta marca te ocultará de... aquellos que quieran hacer tu viaje... dificil.
Kratos piensa en lo que dijo la bruja y accede con un gruñido. Con un habil movimiento, la bruja extiende la luz amarilla en la base del cuello de Kratos.
Bruja: Leyna.
Ella pronunció este encantamiento mágico y una marca brillante apareció en su cuello. La bruja repitió la acción con Atreus y Berenice. Con Atreus, hizo un gesto igualmente cariñoso y limpió un pequeño trozo de comida de la comisura de la boca de Atreus antes de administrar el hechizo.
Bruja: ¡Heimili!
La bruja agitó la mano mientras pronunciaba otro hechizo. La habitación empezó a temblar. Desde el otro lado de la habitación, el trii podía ver que el terreno al otro lado de la puerta empezaba a moverse y ahora conducía a una caverna oscura.
Bruja: Hay un atajo bajo esta casa que los sacará a salvo de este bosque. Sigan todo este camino, y luego diríjanse a la luz.
Los tres guerreros se dirigieron hacia la puerta y vieron la enorme caverna que los esperaba. Atreus miró con nostalgia a la bruja ahora que se estaban despidiendo. Berenice la mira con la esperanza de volver a verla.
Atreus: ¿Te volveremos a ver?
La bruja se inclinó y miro al niño.
Bruja: Tanto o tan poco como deseen.
La bruja le señala con la cabeza el camino hacia la taverna.
Bruja: Ahora, váyanse.
Tanto Berenice y Atreus le sonrien a la mujer y salen de la casa siguiendo a su padre.
Kratos: Vengan, niños.
Cuando ven un poco mejor la caverna frente a ellos, se dan cuenta que tambien hay un paisaje subterráneo que los lleva al exterior.
Bruja: Este pasaje subterráneo debería conducirte de nuevo a tu camino a la montaña. Solo usa el bote. Espera. Y toma esto...
Colocó una brújula en la palma del espartano.
Bruja: Puedes usarlo para orientarte y moverte por el mundo. Siempre te guiará hacia tus metas.
Berenice: Muchas gracias. Adios.
Los tres empiezan a caminar y ven que esta caverna estaba humeda y goteando de varias rocas sobre ellos. Además, había una serie de antorchas y velas colocadas dentro de jaulas esparcidas a lo largo del camino. Debieron haber sido colocadas por la bruja para permitir que otros pudieran navegar más fácilmente a través de la caverna.
Atreus: Veo un bote.
Pero antes de continuar, el trio pudo escuchar el sonido de una especie de criatura que emanaba de su alrededor. Levantaron la vista y vieron tres globos oculares flotantes con zarcillos flotando debajo de ellos, cada uno de ellos emanando un aura verde claro.
Los tres no tardaron en actuar. El espartano activó la escarcha de su hacha y la apuntó a una de las criaturas, matándola instantáneamente. Al mismo tiempo, Atreus disparó una andanada de flechas a la otra criatura flotante, haciéndola caer y morir en el suelo. Berenice con su espada le clavo a la otra criatura en sus tres ojos. La tercera criatura disparó una bola de energía verde a Kratos, pero este bloqueó fácilmente el golpe con su Escudo Guardián. Para la última criatura, el dios de la guerra saltó, agarró a la criatura por sus tentáculos y la golpeó repetidamente contra el suelo. La fuerza de estos ataques acabó con la vida del monstruo en cuestión de segundos.
Atreus: Pesadillas... Mamá me hablaba de ellas. Pensaba que no existían de verdad.
Kratos: ¿Pesadillas?
Atreus: Sí. Hacen que la gente tenga pesadillas. ¿O es que SON las pesadillas? No lo recuerdo bien. Quisiera poder preguntarle.
Berenice: Pues yo creo que se llaman así porque son criaturas de pesadillas. No creo que provoquen pesadillas. La gente le da muchos nombres a las cosas cuando se encuentran con algo desconocido.
Atreus: Eso tiene sentido...
En eso, Kratos encuentra otro cofre dorado y lo abre agarrando una runa que es un talisman de vitalidad concentrada. Que sirve para obtener una oleada de salud. El trio no tardó mucho en encontrar el barco que la bruja había mencionado al final del camino. La pequeña embarcación flotaba al borde de un pequeño muelle de madera.
Y sin perder más tiempo, se suben al barco, los niños se sientan juntos mientras Kratos sienta frente a ellos, el espartano toma el remo, empujó el bote lejos del pequeño muelle y comenzó a remar.
Atreus: Ahora llegaremos rápido a la montaña. No puedo creer estar aquí haciendo esto. Tiempo atras pensaba que nunca saldría del bosque. Incluso aveces ni de mi propia cama.
Kratos: Tú no tuviste la culpa de tu enfermedad.
Atreus: Oh, lo sé. Me refiero a que... esto es genial.
Su padre siguió remando, avanzando por el rio y siguiendo la luz que sale de la cueva en dirección a la montaña. Desde el interior de la caverna, llegaron a un gran agujero en los cimientos, lo que les permitió a todos tener una vista clara del paisaje.
Atreus: ¡Ahí esta la montaña! Mira lo cerca que estamos.
Berenice: En efecto.
Kratos: Vamos a dar al mar.
Atreus: ¿Cómo lo sabes?
Kratos: ¿No lo hueles?
Atreus: Si ese olor es el mar, el mar apesta.
Kratos no tardó mucho en llegar remando en el bote hasta la salida de esta extensa caverna. Una vez que el trio llegó a la salida, se encontró con la visión de un mar que parecía no tener fin, rodeado por una espesa niebla que envolvía todo el paisaje cercano. Sin embargo, a solo un par de docenas de metros de distancia se encontraba la parte superior de una especie de estatua.
Atreus: Mira eso. Es Thor...
Kratos: Thor... Dios del Trueno...
Atreus: ¡Exacto! Pensé que nunca escuchabas cuando madre hablaba de los dioses.
Kratos: Rara vez. ¿Habló de alguno que no sintiera dolor?
Atreus: Eh... suena a Baldur.
Kratos: Baldur...
Berenice: Un dios Aiser. Hijo de Odín y Frigg.
Kratos: Y Odín es el rey...
Atreus: Exacto. ¿Por qué preguntas?
Mientras navegaban a través de la niebla, el niño con entusiasmo vió algo frente a él en la niebla del lago. Era otra estatua, al igual que la estatua de Thor, esta estatua estaba casi completamente sumergida en el agua, dejando solo visible la parte superior del pecho. Sin embargo, a diferencia de la estatua de Thor, la cabeza de esta estatua tenía una gran llama en el centro.
Berenice: Otra estatua sumergida.
Atreus: Tiene runas en el pecho. No llego a descifrarlas.
Cuando se acercaron a la estatua, notaron que había una especie de runas escritas sobre el pecho de la estatua.
Atreus: Berrie, ¿Crees que eso haga abrir una puerta?
Berenice: Como no podemos ver nada por aquí, no tenemos nada que perder con descubrirlo. Digo, probablemente sea solo una frase.
Atreus se dio la vuelta y se dirigió al final del bote para ver mejor las runas.
Atreus: Dice: "Sacrifica tus armas en el centro del agua; despierta de nuevo la cuna del mundo".
Atreus volvio a sentarse mientras Berenice se quedó pensativa en tratar de resolver el significado de esa frase.
Atreus: ¿Qué? ¿Tirar nuestras armas al agua? Creo que para tí no será un problema. ¿Acaso lo vas a hacerlo?
Berenice: ¡Ya lo entiendo! Mi madre siempre decía que al sacrificar nuestras armas al enemigo de Thor, el enemigo nos concideraría lealtad eterna. Pero yo no veo a nadie por aquí.
Al ver que no tenía nada que perder, Kratos se levantó y desenvainó el hacha de su espalda. Los dos observaban con expectación. ¿Pasaría algo? Kratos envolvió el hacha con escarcha y la arrojó a lo lejos. Mantuvo la mano abierta, esperando que el hacha volviera a él como siempre lo hacía. Pero los segundos pasaron y el agua permaneció quieta.
Kratos: El hacha no volvió...
De repente, la tierra empezó a temblar. El agua que los rodeaba se volvió menos quieta y su intensidad aumentó rápidamente. Desde la distancia, el grupo notó que había una especie de objeto grande moviéndose en la distancia. Parecía estar adornado con escamas. ¿Qué criatura podría tener escamas?
Berenice: Espero que al hacer eso no haya sido mala idea.
En cuestión de segundos, el agua comenzó a chocar violentamente y a agitarse a su alrededor. El barco se inclinó a medida que cambiaba la altura del agua.
Kratos: ¡Resistan, niños!
Atreus: ¡De acuerdo!
La joven para proteger a su hermano lo sostiene en sus brazos y el niño se aferra a élla para no caer al agua mientras Kratos se aferra al bote. Los tres luchaban desesperadamente por permanecer a bordo mientras las olas de agua los golpeaban. El área a su alrededor de repente se oscureció. Aunque el agua comenzó a calmarse, frente a ellos había una especie de objeto grande que emergía de las profundidades.
Kratos: (Murmurando) ¿Qué es esto?
El objeto en el agua siguió subiendo. Justo delante del grupo, un gigantesco ojo naranja apareció del extraño objeto. ¿Eso significaba que se trataba de algún tipo de criatura?
Atreus: Es la Serpiente del Mundo...
El enorme reptil se levantó, lo que permitió que todos vieran mejor a esta criatura. Tenía escamas de color azul claro que contrastaban con sus ojos anaranjados y pupilas entreabiertas. De debajo de su barbilla colgaban grandes hebras de algas y otras plantas acuáticas, lo que indicaba que la serpiente había estado sentada bajo el agua durante bastante tiempo. Tenía una hilera de dientes cónicos afilados dentro de sus mandíbulas superior e inferior, así como un par de colmillos articulados en el techo de su mandíbula superior, listos para morder a cualquier persona que tuviera la mala suerte de provocar su ira.
Los niños nunca se habian encontrado a una criatura de tamaño monstrouoso. En cambio, Kratos siempre había tenido que luchar contra criaturas tan grandes cuando aparecían, y creía que este momento no sería diferente. ¿Kratos necesitaría el hacha? ¿Sería capaz de luchar contra una criatura así sin ella, especialmente porque había pasado tanto tiempo desde que había luchado contra una criatura de ese tamaño? Como por obra del destino, la serpiente escupió el hacha y esta cayó de nuevo en el bote. El espartano rápidamente agarró el arma, todavía preparándose para lo peor.
Kratos: No pierdan la calma.
Atreus: ¡Lo estamos! ¡Esto es genial!
Berenice: Nunca imagine que fuera tan grande.
La Serpiente del Mundo acercó su cabeza al trio y, para su sorpresa, comenzó a hablar en un idioma que no entendían. Su voz resonó con un profundo poder, creando un torrente de vientos y sacudiendo el agua a su alrededor.
Kratos: ¿Y habla?
Atreus: ¡Si! ¡Mamá decía que es amable!
Kratos: ¿Qué esta diciendo?
Atreus: No tenemos idea.
La Serpiente del Mundo continuó con sus poderosos bramidos, hablándoles a aquellos que nunca podrían entender sus palabras. Poco después, la serpiente decidió dejar en paz a los viajeros y apoyó su cabeza cerca de una montaña cercana.
Atreus: Eso... eso fue sorprendente.
Berenice: Yo no creo que sea así... porque si hubiera sido hostil, podria habernos comido ¿Qué tan sorprendente pudo haber sido eso? Sin mencionar que casi nos ahogamos.
Ahora que la Serpiente del Mundo había emergido de debajo del agua, el nivel del agua disminuyó drásticamente, lo que les permitió a todos tener una vista mucho mejor de sus alrededores. A lo lejos, había varias torres, cada una con un marcador distintivo grabado en las estructuras. Todas estaban centradas alrededor de un gran templo ornamentado en el medio del lago. Había otros puntos de referencia que el trio notó.
Atreus: Alto... Hay un barco que naugragó. ¿Lo ven?
Atreus señaló el naufragio, mirando a su alrededor para ver qué más había a la vista.
Atreus: Y ahí está la estatua de Thor. Pero... ahora puedo ver más de ellá.
Kratos: El agua descendió... cuando la serpiente se elevó.
Berenice: (Pensando) Que buena rima.
Berenice se levanta observando un poco mejor los lugares que antes no se podían ver.
Berenice: Y por eso no estaba esa playa antes.
Berenice señalando el área abierta lejana cerca de una de las torres del reino.
Atreus: ¡Y la montaña! Miren, ese edificio lleva de la montaña al templo dorado.
Kratos: Todo estaba debajo de la superficie.
Atreus: Excepto la estatua. Menos mal, ¿eh? Y hay un muelle. Ahí, junto a la bandera.
Berenice volvio a sentarse y se saco un mechon de su cabello en su cara, sabiendo que lo tenia despeinado por lo que paso con la serpiente.
Atreus: (Sarcastico) Aquí no hay peines, princesa.
Berenice solo lo mira y suspira de fastidio y decidió ignorar la burla.
Atreus: Vamos al muelle primero, ¿Verdad? ¡Seremos los primeros en caminar sobre él quien sabe desde hace cuánto tiempo!
Kratos no respondió y simplemente comenzó a remar hacia el muelle. Mientras el espartano remaba, tenía más curiosidad por la gigantesca serpiente que emergió del lago.
Kratos: ¿Conocen a esa serpiente?
Atreus: Es uno de los Gigantes... es tan grande que rodea el mundo y se muerde su propia cola.
Kratos: Una exageración.
Atreus: No sé... a mi me pareció bastante grande.
Berenice: Si... a mi tambien.
Continuara...
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