Capitulo 16
Los tres bajan las escaleras y notan que allí hay tres campanas rúnicas y un cofre mágico, un descubrimiento importante y emocionante. De hecho, la puerta de enfrente está cubierta por el material viviente con la luz roja de los elfos negros.
Kratos: Más de esas campanas.
Atreus: Tiene que haber un cofre de Nornir cerca.
Kratos con su hacha rompe el materia que bloqueaba la puerta, logrando abrirla. Una vez que la puerta se abre, se encuentran con el cofre con la campana encima.
Berenice: Si quieres te puedo ayudar, yo tocare la campana del cofre y tu toca esas dos.
Kratos asintió en respuesta, y una vez que tocaron las tres, el cofre fue abierto para encontrarse con otro cuerno de hidromiel que aumento su ira.
Berenice: ¿Sabes? Cuando usas eso, cualquier persona sentiria miedo que alguien pueda usar esa habilidad.
Kratos: Si... ya lo creo.
El trio baja por las otras escaleras del lado derecho, pero en esa escalera se vuelven a encontrar a Sindri trabajando.
Kratos: El enano otra vez.
Atreus: ¿Sindri?
Berenice: Sindri, nunca entedere como es que llegas de un lugar a otro.
Sindri: La verdad, es un misterio para nosotros tambien.
Entoces Kratos encuentra otro santuario y lo abre.
Kratos: Otro más aquí.
A la izquierda, está el círculo de los nueve reinos y, debajo, un gigante en el borde. O una mujer, una bruja, que siempre tiene un libro. En el centro, nuevamente la misma bruja con un cetro y el libro y una masa de soldados luchando y cargando contra ella. Finalmente, en el lado derecho, la guerra continúa y alguien robó el libro de la bruja después de matarla.
Atreus: Hum... este gigante es hechicera. Se llama Gróa...
Berenice: ¿Gróa? Creo que ella tenía un libro de magia y que todos los reinos lo buscaban...
Atreus: ¡Oh, si! Parece que tenía visiones. ¿Odín la mató por su libro?
Luego el trio se dirige a Sindri.
Atreus: Sindri, encontramos algo interesante.
Sindri: ¿De verdad? Me encantan las cosas interesantes.
Atreus: ¿Le echarias un vistazo a esto?
Sindri: ¿La verdad? No tengo mucho por hacer ahora mismo.
Atreus le entrega lo que quedo del Antiguo y el enano queda impresionado, que casi no lo podía creer.
Sindri: Vaya, ¿Acabaste con un Antiguo?
Kratos: Sí.
Sindri: ¿Fue... difícil?
Kratos: Sí.
Sindri: ¿Eso... es todo lo que vas a decirme?
Kratos: Sí.
Berenice sonríe por las simples respuestas de su padre y apoya las manos en la mesa de madera.
Berenice: El no quiere contar nuestras historias de batallas... y ninguna otra historia.
El trio mejora sus armas, luego de hacerlo, se dirigen a la pequeña entrada, un pasadizo secreto que seguramente los llevará al interior. Los tres, en fila, se agachan y comienzan a caminar torcidos y encorvados.
Atreus: Oigan... ¿Cómo es que Sindri llegó antes que nosotros?
Berenice: Yo no sabria como responderte esa pregunta.
Kratos: Él y el azul parecen viajar rápido.
Atreus: Hum.
Unos segundos de silencio llegan hasta el final. Y en efecto, cuando atraviesan el túnel son conducidos a una fortaleza interior, todavía llena de plantas por donde pasan, donde por supuesto los esperan los elfos.
Atreus: Ya entramos.
Cuando entran se dan cuenta de que se avecina una nueva batalla por lo que Berenice prepara su espada y su escudo y cuando su padre salta de arriba a abajo ella los ayuda también. Allí encuentran a los elfos esperándolos.
Atreus: (Sarcastico) Por supuesto.
En esta ocación, Berenice mató más elfos que su padre, y eso es algo sorprendente, tanto ella como su padre se dan cuenta que estaba volviendose más fuerte y con mejor resistencia.
Atreus: Estuvo bien, ¿Verdad?
Kratos: No estuvo mal, pero tampoco bien.
Kratos con su hacha destruye los materiales de los elfos, permitiendo que se pueda continuar con el camino.
Atreus: Sería bueno estar aquí por un rato antes de los elfos destruyan Alfheim.
Berenice: Si, pero como te dije antes, la guerra lo destrute todo.
Atreus: Estaría bueno ayudar a los elfos claros.
Berenice: No podemos declarar la guerre ni la revolución. Pero si la luz se liberara, beneficiaría a los elfos claros. Al menos de esta manera Alfheim volvería a ser tranquilo y agradable. Y no estoy diciendo de interferir, tal vez ya estemos luchando por liberar el lugar de los elfos oscuros. Solo digo que ayudemos a los necesitados.
Atreus: Oh. Bien, eso es impresionante.
Sobre ellos, en un círculo dorado sobre las paredes de piedra, dentro del cual hay una inscripción rúnica en forma de anillo, que el pequeño debe leer.
Kratos: ¿Puedes leerlo?
Atreus: "Manten la luz asalvo de la oscuridad".
Berenice: Oh...
Atreus: No les fue muy bien con eso.
Berenice: Um, si. Pero afortunadamente estamos equipados.
Ahora siguen por donde el camino los deja, encuentran un muro que los lleva a su destino y lo escalan, el niño por supuesto a la espalda de Kratos y Berenice los sigue, de la misma manera. Allí, mientras avanzan y, enganchados al muro, escalan de lado, ven desde el lado derecho -por fin- la luz... Bloqueada por la luz roja, pero al menos llegaron a su destino. Ya era hora.
Kratos: Ahí. La luz.
Atreus: La cubrieron con esa cosa... ¿Por qué lo harían?
Berenice: Ganaron la guerra, y los que ganan se quedan con todo. Aunque ya es bastante molesto seguir encontrandose con más elfos oscuros.
Mientras dice esto, a lo lejos ve a un elfo oscuro matando a un elfo de luz desarmado que estaba arrodillado ante él y rogaba misericordia.
Atreus: Miren... otro elfo de luz... ¿Qué hace?
Después del primer golpe del elfo oscuro con la lanza, los otros elfos oscuros comienzan a atravesar sin piedad al elfo de la luz muerto.
Atreus: Oh, no. ¿Por qué lo están matando? No hizo nada.
Kratos: No asumas. Estas viendo el fin de una guerra, niño. No sabes qué es lo que llevo a este momento.
Atreus: Pero si ni siquiera se defendió.
Kratos: Fue su elección. Nosotros decidimos la nuestra.
La escalada terminó y cuando suben, ven a un grupo de elfos atacándolos. Berenice teniendo la ventaja con su padre, empieza realizar sus ataques con su espada. Cuando queda el ultimo, Berenice se atrevió a sacarle su lanza y se la empala en el pecho.
Berenice: ¡Malditas moscas humanas!
En cuanto termina la batalla, Berenice limpia la sangre de su arma y luego la guarda.
Atreus: ¿Ahora qué?
Kratos: La luz está cerca. Encontremos la forma de entrar.
Kratos se acerca al material, y vuelve a hacer lo que hizo la primera vez, congelarlo y luego destruirlo con su hacha, el puente de luz aparece para que crucen.
Atreus: ¡Sirvió! Miren... más puentes de luz.
Kratos: Por aquí.
Como ya se ha perdido bastante tiempo, corren por el puente y llegan al otro lado donde está el material que bloquea el resto de los cristales azules. Otra vez volvieron a encontrarse con más elfos y pesadillas, que lograrian derrotar. Kratos hace lo suyo otra vez y libero otro puente de luz.
Atreus: Restauran todos los caminos...
Pero cuando pasan corriendo el siguiente puente iluminado y cruzan el camino, se encuentran con un lugar de reunión, o algo así como un árbol cercado por cosas de elfos oscuros, que emiten una luz roja por todas partes.
Berenice: Maldición. Ahora que vamos a hacer con toda esta porqueria roja.
Kratos: Voy a intentar liberar el camino.
Kratos estuvo un rato tratando de liberar el camino, pero con una estrategia especifica tendría que hacerlo para hacerlos desaparecer.
El Fantasma de Esparta finalmente logra romper algunos, a un ritmo diferente y tratando de romperlos de una manera especial y así sucesivamente, hasta que los rompe todos.
Berenice: Oh, lo lograste.
Al menos su camino se abre a una entrada estrecha, un pasaje hacia otro lado que cruzan en diagonal. Donde dentro hay un montón de elfos de luz muertos... por supuesto.
Atreus: Me parece que no deberíamos estar aquí.
Berenice: Eso no hace ninguna diferencia, pequeño.
Kratos: Silencio.
Mientras caminaban, Atreus escucha algo.
Atreus: ¿Oyeron eso?
Kratos: (Susurrando) Mantente alerta y a nuestro lado.
Tras el estrecho paso, pasan por un corto pasaje cubierto como una cueva y escalan la pared para finalmente llegar a la luz.
Atreus: Oigan... cuando llegemos a la luz. ¿Cómo crees que conseguiremos meterla en el Bifröst?
Kratos: La bruja dijo que hay que entraramos.
Atreus: ¿Dijo eso?
Kratos: Cuando fue desterrada de este reino.
Atreus: Oh, ¿Cómo me perdí de eso?
Kratos: Te preocupaba más su seguridad que nuestro objetivo.
Inmediatamente, un elfo oscuro sale de la pared y ataca desde la izquierda que agarro a Atreus.
Atreus: ¡Padre! ¡Berrie!
Kratos lo agarra de la cara mientras le tapa la boca.
Kratos: (Susurrando) Silencio, lo tengo. Berenice, haz lo tuyo.
Berenice que estaba cerca, saca su espada y se la clava en la cabeza que lo mata, Kratos lo empuja sacandolo de encima. Y lograron llegar a la cima, donde tienen que atravesar más pasadizos y cuevas con luz roja.
Atreus: Estuvo cerca. Gracias Berrie.
Kratos: No te alejes de nosotros, niño.
Atreus: No tienes que decirmelo.
Ahora tenían que arrastrarse por otro pasaje subterráneo que tenía tierra pegajosa.
Atreus: Agh. Es muy... pegajoso.
Cuando iban gateando chocan desgraciadamente con otro elfo que iba así.
Atreus: ¡Otro más!
Kratos: ¡Atrás!
Kratos logra detenerlo, con una mano lo agarra del brazo y con la otra del cuello, luego agarra su cabeza y lo golpea contra el suelo, el siguiente golpe que hace es tan fuerte que finalmente el suelo se derrumba y tras caer los lanza por un agujero de fuera, al otro lado, ya muy cerca de la luz. Antes de que lleguen, Berenice saca el espada y se engancha al suelo pero el niño se caería por el borde del acantilado si su padre no lo bebía a tiempo. Por suerte su padre pudo sujetarlo y apartarlo. Efectivamente, la luz ahora está muy cerca y por fin se están acercando.
Atreus: La luz...
Kratos: (Le tapa la boca) ¡Shhh! Si, casi lo alcanzamos, hay que tener cuidado. ¿Entendido?
Atreus: Sí.
A medida que avanzan encuentran un último corazón y una fuente de luz roja que finalmente los conducirá a la luz, pero para destruirla el suelo tendrá que derrumbarse y así ellos también caerán.
Kratos: Ahí. Prepárencen cuando caiga. Tendremos que movernos rápido.
Atreus/Berenice: Está bien.
En el momento en que su padre los lleva al corazón del material rojo para congelarlo en el centro y romperlo. Esto sucede, y tan pronto como el suelo original se derrumba, tanto ella como el niño siguen a su padre, quien salta al suelo debajo del derrumbado. Y, por supuesto, un grupo de elfos oscuros apareció en su camino para lidiar con ellos.
Kratos: ¡Aquí vienen! ¡Quedate atrás y proteje los flancos!
Atreus: ¡Si, señor!
Esta vez fueron demaciados elfos. Un elfo ataco a Kratos con su lanza, pero Kratos se cubre con su antebrazo y le da un puñetazo en la cara al elfo.
Kratos: ¡Protegete al disparara, niño! ¡Despejarémos el camino!
Atreus: ¡Bien!
Otro elfo se abalanzo hacia Kratos, pero logro agarrarlo de los hombros y lo lanza lejos. Pero seguían apareciendo más y más.
Kratos: ¡Tienes que disparar más rápido!
Atreus: ¡¿Qué paso con lo de "precisión antes que velocidad"?
Kratos: Son muchos... ¡No vas a errar!
Berenice fue lo más rapida que pudo con los elfos con atacar y protegerse.
Atreus: ¡¡Estan en todos lados!!
Kratos: Un camino angosto evita que nos superen en número. ¡Concentraté!
Les costo mucho tener que liberarse de ellos, pero pudieron derrotarlos a todos.
Cuando la batalla llegó a su fin, Kratos congelo el corazón del material rojo y todo volvió a derrumbarse.
Kratos: ¡Niños!
El niño corre y se sube a la espalda de su padre. De repente, el suelo comienza a derrumbarse bajo sus pies y comienzan a caer hasta que chocan el suelo. La chica tuvo que protegerse con el escudo cuando aterrizo en el suelo. Incluso cuando las rocas cayeron al suelo no los golpearon. Afortunadamente, los tres están bien y con alegría y emoción ven que están pisando una base, donde la luz del Bifröst, brilla y sobresale como una franja de línea blanca brillante hasta el cielo.
Kratos: ¿Están heridos?
Atreus: Estoy bien.
Berenice: Yo igual.
La luz de Alfheim que aparentemente también provocó la guerra entre los elfos. Una notable maravilla de la naturaleza y de los reinos que haría famoso su poema. La inspiración recorre su mente repetidamente y finalmente despierta después de un tiempo.
Los tres miraban la luz con absoluta admiración.
Atreus: Vaya, es precioso.
Berenice: Es mucho más precioso de lo que imaginaba.
Mientras tanto, la luz despierta todos los puentes, todas las luces azules que tenían antes desaparecieron debido a la magia de los elfos negros, en todo el templo alrededor y más allá de los celestiales y los puentes.
Atreus: La luz... hace que el templo reaparezca. Es la fuente de todo.
Berenice: Por supuesto, niño.
A través de la gran franja de luz, que en tamaño parece una habitación pequeña, Atreus parece oír algo, pero desde dentro.
Atreus: Espera, está... cantando.
Berenice: ¿Qué quieres decir?
Atreus: Oigo una canción atravez de la luz.
Berenice: ¿Una canción?
Berenice acerca el oído a la luz, pero no oye absolutamente nada.
Berenice: Pero no oigo nada.
Atreus: Oigo...
Por un tiempo el niño permanece curioso pero al final queda entusiasmado y contento con lo que "escucha".
Atreus: ¡La oigo! ¡Les dije que la oía! ¿Creén que esta dentro?
Berenice recuerda que el niño supuestamente escuchó la voz de su madre cantando, pero aún ahora está segura de que todo esto probablemente sea una trampa o algo peor. Definitivamente es un juego de luces. Por eso sigue dudando al respecto.
Berenice: No, no lo creo, niño.
Atreus pone su mano en la luz por un minuto pero inmediatamente la retira con un movimiento relámpago y un gemido de dolor, después de que se escucha una chispa de la luz.
Atreus: ¡Aah! Aah...
Berenice: ¿Qué paso?
Atreus: Eso dolió. Sentí como si mi mano se quemara.
Berenice: Mejor no la toques.
Pero a diferencia del muchacho, su padre parece decidido y capaz de atravesar la luz sin vacilar y sin pensarlo demasiado. Mira fijamente a la luz y sabe que entrará en ella a cualquier precio.
Kratos: Quédate aquí.
Atreus: Pero quiero ir...
Kratos: Quédate... aquí.
El niño está decepcionado porque no puede entrar para comprobar si realmente escucha a su madre, pero Berenice sigue dudando sobre la luz...
Berenice: Niño... mejor dejemos esto en sus manos. Puede ser peligroso. La bruja había dicho que no debíamos quedarnos atrapados.
El niño, todavía decepcionado, obedece a los mayores y entonces su padre les entrega su hacha, por supuesto a Berenice quien puede asumir mejor esta responsabilidad.
Kratos: Solo úsenla como último recurso.
Berenice está sorprendida al igual que el niño de que su padre realmente les entregue el hacha que perteneció a su madre.
Atreus: ¿Nos estás dando tu hacha?
Kratos: Estoy dejando que la sostengan. No es un obsequio.
Atreus: Aún así...
Berenice toma el hacha en sus manos, pesaba, pero aguantaba. Sonrientemente la explora con el niño.
Kratos, dispuesto y decidido a atravesar la luz, mete su mano varias veces, sin importar cuantas de ellas le quemen o lastimen, y al final logra entrar completamente, y ya no es él visible, sino la luz misma, con la sombra de su padre dentro.
Continuara...
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