Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

go to hell

Despierta con la respiración acelerada y con sudor escurriendo por su frente. Las lágrimas hacen borrosa su visión y el dolor en su pecho causa que solloce. Quiere borrar las imágenes de su mente, pero no puede. 

Y eso causa que llore con más fuerza.

Lo que soñó no solo es un mal sueño que lo atormenta desde hace semanas, sino, que es un suceso que lo marcó con dolor, que aún no sabe cómo superar.

Lleva ambas manos a su rostro y trata de quitar esas asquerosas gotas, pero siguen saliendo a borbotones, causando que sienta más dolor en su pecho.

Llora con dolor y solloza sin poder evitarlo.

Intenta tranquilizarse, dando largas y lentas respiraciones. Pero todo progreso se va a la mierda cuando su mirada cae sobre aquel estúpido llavero de moomin que está en su mochila -llavero que aún no tiene el valor de tirar a la basura-. Logrando que se rompa un poco más.

Se toma del pecho y se encoje sobre su cama, rogando con todas sus fuerzas que su amor por Jung Kook se muera o, tan siquiera, que el dolor pare durante esa madrugada.

—¿Por qué? —Solloza las palabras, mientras arruga su camisa entre sus puños— ¡¿Por qué dejaste de amarme, Jung Kook?!

No puede evitar gritar lo último, sintiendo como se desahoga un poco del dolor que siente; aunque, aún así, no es suficiente para respirar tranquilo.

Su cuerpo tiembla y las lágrimas calientes siguen cayendo, sin embargo, los sollozos se van haciendo más bajos y lentos. Se va quedando dormido conforme pasan los minutos y en su mente solo está la imagen de Jung Kook sonriendo; como solía hacerlo, solo para él.

Tan sólo ha pasado un mes desde que terminaron, pero Yoon Gi sigue llorando como la primera noche que se separaron.

Y ¿cómo no hacerlo? Cuando Yoon Gi todavía tiene un amor profundo por el menor, que simplemente no se puede morir por más que quiera acabar con él.

.

.

A la mañana siguiente, despierta con un dolor de cabeza y sus ojos irritados. Además de que su garganta está rasposa y duele. No piensa más en lo que sucedió y solamente se levanta de su cama para ir a la ducha.

Cuando está bajo el agua y solo se deja mojar por la lluvia artificial, sus pensamientos de nuevo lo traicionan y hacen que piense en Jung Kook, en su bonito Jung Kook.

Su corazón se parte y sus ojos de nuevo se llenan de lágrimas, pero éstas no caen porque pasa rápidamente sus manos por sus ojos para quitarlas. Intenta ignorar el dolor en su pecho y comienza a ducharse.

Suspira cuando sale de la regadera, completamente desnudo y se queda de pie en frente del pequeño espejo del baño. Observa con asco las ojeras bajo sus ojos y el ligero acné que se formó en su frente. Además de que su color de piel se ve más pálido de lo usual, así como también se da cuenta que se ve más delgado.

—Te ves del asco, Yoon Gi —Se dice a sí mismo, en un murmullo ahogado.

Se muerde el labio inferior y aprieta los puños. Odia por completo lo que está viendo, porque ese no es el Yoon Gi feliz y alegre de siempre; ahora es un Yoon Gi roto y deprimido. Que lo poco que come es comida chatarra y la mayor parte del tiempo se la pasa llorando por alguien que le rompió el corazón... Pero que sigue amando con todas sus fuerzas.

Aparta la mirada del espejo cuando siente lágrimas escurrir por sus mejillas, porque sabe que sí sigue viéndose de esa forma, terminará por romperse por completo. Y él debe ser fuerte; debe de salir de ese fondo que lo ahoga por más que sienta que no pueda salir de él.

Limpia sus lágrimas y toma la pequeña toalla que cuelga atrás de la puerta, para quitar las gotas que aún resbalan por su cuerpo. Y sólo se coloca su ropa interior antes de salir del baño y estar en su habitación. Suspira, viendo todo a su alrededor. Hay basura por todas partes, además de que todo está fuera de su lugar. Quizá debería limpiar un poco antes de comer, pero primero tomará algo para el dolor de cabeza, que lo está matando.

Se chupa sus labios resecos al mismo tiempo que camina hacia su clóset y toma algunas prendas sin darle mayor importancia. Una sudadera amarilla y un pantalón de chándal negro. Cuando tiene puesto el pantalón, se sienta en la cama, hasta hora dándose cuenta de aquella sudadera amarilla que está en sus manos.

Su respiración se hace lenta y pesada, conforme los recuerdos se atraviesan rápidamente por su mente.

Aquella sudadera es ropa de pareja, la obtuvo cuando la compraron Jung Kook y él por su día 300 de noviazgo. Recuerda perfectamente ese día.

Habían ido a un parque de diversiones y en una tienda de recuerdos, vieron ropa de pareja, que, sin dudarlo, compraron aquellas sudaderas amarillas a juego.

"Vamos, hyung, será muy lindo tener estás sudaderas en nuestras próximas citas". Recuerda que le dijo aquella vez, con una hermosa sonrisa y ojos brillosos.

Traga un poco de saliva, cuando siente que va a llorar de nuevo. Pero le duelen tanto los ojos, que mejor pasa sus manos por su rostro y suspira para tranquilizarse. Cuando cree estar mejor, se levanta de la cama y toma aquella sudadera para volverla a meter al clóset y sacar una camiseta.

Sale de su habitación una vez tiene su camiseta puesta. Camina hacia la cocina, encontrándose la caja de pastillas para la migraña sobre la barra -que divide la cocina del comedor-. La toma y saca dos píldoras, tomándoselas al instante con un poco de agua.

—Ojalá esta medicina también pueda curar mi corazón roto —Le dice al viento en un susurro, aunque él sabe perfectamente que eso no pasará y suena estúpido.

Sale de la cocina, dispuesto a limpiar el basurero de su habitación, pero el timbre de su puerta lo detiene por completo. Frunce el ceño y se pregunta quién será. Fugazmente su mente piensa en Jung Kook, pero enseguida niega.

No, él no lo buscará.

Suspira cuando camina hacia la puerta y la abre, encontrándose con aquel tonto de gran sonrisa -que tiene por mejor amigo- con una bolsa de pollo frito y atrás de él, a Ji Min, quien al parecer tiene en las manos una caja de pastelillos.

—¡Ey! ¿Por qué tardaste tanto? —exclama Ho Seok, con un exagerado puchero en sus labios.

Yoon Gi se hace a un lado, dándoles paso a sus menores a su departamento y sonríe apenado, no respondiéndole a Ho Seok.

—Hola, hyung —En cambio, Ji Min le regala una linda sonrisa a su mayor, dándose cuando al instante de sus ojos rojos—. ¿Cómo ha ido su día?

Yoon Gi voltea al menor, pensando por un instante su respuesta, pero al final utiliza la tan famosa frase de siempre:

—Bien, Min... —Pero Ji Min lo ve fijamente, deseando saber la verdadera respuesta, por lo que Yoon Gi cede— Creo que voy mejorando... Hasta ahora solo he llorado una vez...

Admite en voz baja, con su mirada en el piso y con su mano rascándose la nuca. Ji Min asiente y solo puede dejar la caja de pastelillos en la mesa del comedor, para darle un fuerte abrazo a su mayor. Yoon Gi no se sorprende, porque es muy común que Ji Min le dé abrazos para hacerlo sentir mejor.

Corresponde el gesto y agradece silenciosamente que Ji Min siempre le dé apoyo cuando más lo necesita.

—Lamento mucho que su corazón aún duela, hyung —susurra en su oído Ji Min, dándole ligeras caricias en su espalda—. Pero así sea en una semana o seis meses, sanará. Y podrá ser de nuevo aquel Yoon Gi brillante y alegre de siempre. Se lo prometo.

Yoon Gi tiembla y siente en su garganta un gran nudo, pero aun así se esfuerza por responderle:

—Gracias, Min.

—¡Oigan! Si no vienen, me comeré el pollo yo solo —dice Ho Seok, saliendo de la cocina con un vaso de agua y caminando hacia la mesa, donde se encuentra la bolsa de pollo y la caja de pastelillos. Ignorando intencionalmente como su amigo y su novio se abrazan.

Enseguida Ji Min y Yoon Gi rompen el abrazo y se miran fugazmente, para después sentarse junto al americano, quien ya había comenzado a comer.

.

.

—Yoon Gi, si no comes, tomaré ese pollo frito y te lo meteré a la garganta por las malas —Amenaza Ho Seok, al pasar unos minutos desde que comenzaron a comer y darse cuenta de que el mayor no ha comido nada.

—¿Acaso no tiene hambre, hyung? —Ahora pregunta Ji Min.

Yoon Gi intenta sonreír, pero falla y termina con una mueca en los labios, aun mirando el pollo en su plato.

—No mucha.

Ho Seok suspira y mira fijamente al pálido, doliéndole ver a su mejor amigo así de deprimido.

—Yoon Gi, sabes que siempre estaremos para ti. Así sea que quieras hablar, nosotros te escucharemos y nunca te juzgaremos. O solo quieras compañía. Pero, por favor, no sufras en silencio —finaliza Ho Seok, siendo lo más comprensible.

Yoon Gi siente un nudo en su garganta y con sus ojos cristalizados solo puede asentir.

—G-gracias, Ho —Intenta hablar Yoon Gi, viendo a ambos menores—. Por todo, a ambos.

Ho Seok y Ji Min le sonríen.

—Ya, tonto. Mejor come algo —Ho Seok le pone una pieza de pollo sobre sus labios, invitándolo a que le dé una gran mordida.

Y Yoon Gi no tiene más remedio que morderlo, obteniendo una sonrisa de Ho Seok. Y toma un poco de agua cuando traga, pensando que no sabría qué hacer si no los tuviera en su vida. Lo cual, podría resumirse a que podría ser un gran desastre.

.

.

¿Cómo podrían describir la manera en la que se conocieron? ¿Vergonzosa? ¿Incómoda? ¿Cliché?

¡Mierda! De entre todas las maneras en las que pudieron conocerse, esa tuvo que ser la ideal.

—Lo siento —dijo el chico de cabellos rosados, con una clara preocupación en su rostro.

Yoon Gi se quedó mudo y solo se quedó viendo al bonito chico frente a él, importándole poco que tuviera alcohol escurriéndose por su camiseta hasta su pantalón -quizá impregnándose hasta sus calzoncillos-.

—N-no importa —Es lo único que contestó, aún embobado con la belleza de aquel ser hermoso.

—En verdad, lo siento mucho —Sus ojos brillaron con culpa, pareciendo que quería hacer un puchero—. Su camiseta se manchó y seguro será difícil de limpiar. Por favor, acepte que le compre una nueva.

Yoon Gi se conmovió por su gesto, pareciéndole que aquel chico podría morir de culpabilidad si lo rechazara.

—Está bien —Sonrió un poco y vio como el rostro del chico cambió a una de alivio—, pero con una condición.

¿Cuál?

—Dime tu nombre —De entre todo este tema vergonzoso, tenía que sacar algo bueno, ¿cierto?

—Me llamo Jeon Jung Kook, pero... —Se mordió su labio con timidez, tornando sus mejillas un poco rosadas— ¿Usted cómo se llama?

Min Yoon Gi.

Ambos se miraron y sonrieron, pensando que aquella vergonzosa y desastrosa situación llegaría con el fin de esa conversación. Pero, lo que no contaron, fue que -en realidad- se quedaron hablando durante toda la fiesta, mientras disfrutaban de esa mágica noche.

Una noche donde no solo hablaron para conocerse, sino, también bailaron, rieron e inclusive se besaron. Lo cual, los llevó al departamento del mayor y conocer sus cuerpos desnudos y lo placentero del sexo con una persona que te gustó desde el primer instante. Lo que haría cualquier joven hormonal y sin razonamiento.

—Ah~ Yoon —gimió Jung Kook, aferrándose al cuello del mayor.

Yoon Gi sonrió y con más ánimo arremetió contra el fornido cuerpo bajo suyo. Tomó con fuerza la cintura de Jung Kook y bajó sus caderas, haciendo los movimientos un poco más duros.

Jung Kook tenía sus ojos cerrados y el entrecejo fruncido, dejando sin pudor que sus labios se mancharan de sus gemidos. Yoon Gi estaba fascinado con la imagen abajo de él, con sus ojos tan dilatados, que solo dejaba evidente su excitación. Y, lentamente, fue bajando su pecho hasta pegarlo con el del menor para poder llenar de besos aquel cuello blanquecino.

Jung Kook abrazó con fuerza la espalda de Yoon Gi, sintiendo que en cualquier momento podría explotar.

—¡Más rápido! —Jung Kook susurró con ánimo y abrió un poco más las piernas.

Yoon Gi paró los besos y sonrió de manera ladina, aumentando de poco en poco los movimientos de cadera. Y, por un momento, se quedó embelesado con el hermoso rostro de Jung Kook, con sus mejillas rojas, sus labios entreabiertos y el sudor en su frente.

—Eres tan hermoso —susurró para sí mismo, para después estampar sus labios con lo de Jung Kook y comenzar un beso fogoso, dónde culminaron con su orgasmo.

Sus cuerpos se contrajeron y sintieron juntos esa conexión más allá del éxtasis.

El primero en abrir los ojos, después de aquel momento, fue Yoon Gi, quien de nuevo quedó flechado con la hermosa expresión en la carita del menor, pareciéndole tierna y jodidamente caliente.

—S-sería... —Tragó saliva y obtuvo la atención de Jung Kook, quien abrió los ojos y lo miró con curiosidad— ¿Sería inapropiado de mi parte, pedirte una cita, después de esto?

Ambos sonrieron como bobos y la respuesta que obtuvo Yoon Gi fue un simple beso, para después escuchar la aterciopelada voz de Kook.

—Sí, acepto la cita, pero cógeme de nuevo —Sus ojos brillaron y se mordió el labio, pareciendo que no quedó satisfecho—, por favor.

Con lo último que dijo, Yoon Gi sacó su miembro semiduro y quitó el condón para remplazarlo por uno nuevo. Y, una vez más, entró en el caliente interior de Jung Kook.

El menor gimió satisfecho y le sonrió, mientras él mismo movía sus caderas y se auto penetraba. Yoon Gi se sorprendió un poco por lo descarado que era el menor, pero eso le gustó. Porque, al parecer, Jung Kook solo era un sexy chico con una pequeña faceta de inocencia.

Comenzó con movimientos rápidos y arrebatados, lo cual provocó una gran agitación en ambos, pero eso era lo que menos importaba. Lo único importante -en ese momento- era llegar de nuevo al orgasmo.

Y, se podría decir, que Yoon Gi quedó encantado desde ese momento, pareciéndole que Jung Kook era un chico divertido y educado, con facetas tiernas e inocentes, como calientes y descaradas.

Porque en ningún momento se aburrió de él; así como en el sexo, durante la cita fue muy... ¿cómo decirlo? ¿Divertida y caliente? Sí, fue así; con chistes y comentarios en doble sentido, además de que parecía que compartían los mismos gustos, tanto en ropa como en música. Lo cual provocó que hablaran durante horas sobre su artista favorito: Lauv. Pareciéndoles lindo y fantástico, porque así podían compartir cada uno un audífono, mientras escuchaban Feelings y ambos cantaban en voz baja.

Y haber leído todo lo anterior, te habrás imaginado que sin miedo se tomaban de las manos y se robaban besos durante sus próximas citas. Pero no, la realidad fue que, quizá durante su primera noche de sexo los ayudó el alcohol y, su primera cita, la emoción. Pero, después de ahí, se convirtieron en personas tímidas.

La faceta descarada de ambos se había escondido, creyendo -tontamente- que podrían espantar al contrario si seguían con esas actitudes. Creyendo que, tal vez, el contrario pensaría algo así como que: solo era algo momentáneo. Lo cual, no era.

Los dos, sin saberlo, se estaban enamorando y fue inevitable que dieran el siguiente paso. Fue cuestión de solo tres meses para que se convirtieran en novios y pudieran hablar del tonto miedo de perderse por malos entendidos.

—¿En serio, hyung? No puedo creer que hayamos pensado lo mismo —Se sorprendió de sobremanera el menor, con sus ojos abiertos y su boquita en una perfecta o.

Yoon Gi también hizo una expresión de asombro y le pareció curioso -y un poco gracioso- que los dos hayan llegado a lo mismo: no querer que su algo, fuera momentáneo. Quizá, porque ambos habían encontrado a una persona especial o porque estaba surgiendo algo más que simple emoción, tal vez... cariño.

Y, desde entonces, podría decirse que tuvieron una linda historia de amor durante más de dos años, donde hubo muchos buenos y pocos malos momentos; pero tuvieron un último problema horrible, el cual, fue el causante de su separación.

De verdad, fue muy doloroso para Yoon Gi, porque en ese momento su mente no lo quería creer, pero su corazón fue más rápido y se estrujo con la escena frente a sus ojos.

Y si tan solo Jung Kook le hubiera pedido perdón y una segunda oportunidad, Yoon Gi se lo hubiera dado sin pensar. Pero lo que recibió en ese momento, fueron palabras muy crueles.

Ahora amo a Seok Jin.

En ese momento se quedó sin palabras y lo único que fluía de él, eran sus lágrimas. Y, en ese tipo de casos, una persona reaccionaría con enojo y gritos al haber presenciado a la persona que amas con otro en la cama, pero, lo que Yoon Gi hizo fue simplemente salir de ahí, o, más bien, escapar.

En estado de shock, solo pudo llegar a la parada de autobús, adelante de un parque. Donde se sostuvo del panel publicitario, donde pudo ver su reflejo, gracias al cristal; pudo ver su rostro pálido y las gotas regadas por sus mejillas, pero, sobre todo, lo vacía que se veía su mirada.

Comenzó a temblar al darse cuenta de que Jung Kook lo había engañado. Lloró con más fuerza, importándole una mierda quien lo pudiera ver en ese estado tan vulnerable.

Se suponía que era un intenso amor lo que sentían ambos, entonces... ¿Acaso no era suficiente para él? ¿Por qué Jung Kook le hizo esto?

¿Por qué?

¿Por qué?

¡¿Por qué?!

Se tomó del pecho y apretó su camiseta, sentía tantas ganas de gritar. Cerró los ojos y se contuvo, mentalmente contó hasta diez, mientras pretendía tranquilizar su respiración. Pegó su frente al vidrio, intentado encontrar un soporte.

Se quedó por algunos minutos en aquella posición, solo escuchando su respiración y los hipidos que quedaban atrapados en su boca. Aunque, alguien tocó su hombro y, lo primero que pensó, fue que era Jung Kook, por lo que, de manera muy rápida, volteó. Y, lo primero que halló, fue una mirada preocupada, aunque esa mirada no era de Jung Kook.

—Hyung, ¿qué pasa? ¿Por qué llora? —cuestionó la persona frente a Yoon Gi.

Min no contestó y solo se tiró a los brazos de ese rubio para llorar sin consuelo. Aquel chico sintió su corazón romperse, aún sin entender por qué su hyung favorito parecía que le habían roto el alma.

—M-me engañó, Tae Hyung —susurró con dolor Yoon Gi, dejando totalmente sorprendido al menor—. Jung Kook ya no me ama.

Tae Hyung sintió como si su estómago hubiera caído y sus piernas temblaron. Un nudo se formó en su garganta y sintió lastima por Yoon Gi; porque él no merecía eso. Yoon Gi era la persona más bondadosa, fiel, valiente y capaz que había conocido. Y verlo en un estado tan vulnerable como éste, solo causó que sintiera una gran rabia y odio por Jung Kook.

¡Ese hijo de puta no merecía a Yoon Gi!

Y le dolió a un más a Tae Hyung, porque no solo estaba viendo llorar a su hyung favorito, sino, que, estaba viendo sufrir a la persona que amaba.

Pero, se tragó las ganas de llorar y pudo decir:

L-le ayudo a llegar a casa.

Yoon Gi solo asintió y, como pudo, se limpió las lágrimas de sus ojos. Juntos llegaron al departamento del mayor, solo siendo seguidos por las lágrimas que caían al sueño del rostro de Yoon Gi.

Durante esa noche, sucedieron tantas cosas malas y dolorosas, que ahora, Yoon Gi las recuerda con lágrimas y rabia. Pensando que fue demasiado estúpido haberse metido con Tae Hyung. Pero en ese momento, su única justificación fue: quiero sentir, lo que sentía Jung Kook cada vez que me engañaba.

Tuvo sexo con Tae Hyung de una forma cruda y fría, aprovechándose inconscientemente del enamoramiento del menor hacia él. Pero, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, fue demasiado tarde.

—Lo siento, n-no qui-... —Su voz se rompió y las lágrimas de nuevo lo bombardearon.

Salió del menor y corrió al baño a encerrarse, sintiéndose peor que antes.

En ese momento, que dejó solo a Tae Hyung en la cama, el rubio también se sintió como una mierda, pensando que no debió llegar tan lejos con Yoon Gi, aprovechándose de su estado. Su enamoramiento no era justificación para hacer ese tipo de cosas.

Y, con el corazón quebrado, salió del departamento del mayor, siendo un poco cobarde, como para enfrentarlo.

Mientras, Yoon Gi se quedó sentado con la espalda contra la puerta del baño, ensimismado y solo pensando que era un idiota, lastimó a Tae Hyung. 

Sus ojos dolían y sentía un gran vacío en el pecho. Y, por una razón más estúpida, pensó en Jung Kook y dolió aún más.

¿En verdad merecía todo lo que pasó?

.

.

Algunos podrían decir que es más un castigo, que un recuerdo, pero Yoon Gi piensa que se está dando valor para dejarlo ir. Aunque en realidad, muy en el fondo, ruega para que nunca olvide esos recuerdos, que son como un tesoro para él.

Recuerdos como el día que se conocieron; su primera cita; cuando compartían sus audífonos para poder escuchar juntos a Lauv. Muchos buenos recuerdos, como también lo es rememorar la hermosa sonrisa de Jung Kook. 

Sean pequeñas o grandes cosas, Yoon Gi las recuerda.

Y luego, vienen los malos recuerdos, como aquella vez que el padre de Jung Kook gritó y golpeó al menor frente a él, al negarse que su hijo estudiara arte. En ese momento, Yoon Gi se quedó hecho piedra y solo pudo reaccionar cuando vio llorar a su novio. Y lo único que pudo hacer en ese instante, fue tomar la muñeca de Jung Kook y salir de ahí.

Y pensando un poco más afondo, tal vez tenga un problema con huir de los problemas.

Ríe sin gracia y da otra calada al cigarrillo de su diestra. Son las 2:14 a.m. y no puede dormir, por lo que ahora está parado frente a su ventana con las luces apagadas, mientras fuma. Mira la ciudad tranquila y un poco fría, mientras, que, de fondo suena Feelings de Lauv, a un tono muy bajo, apenas perceptible. Quizá es la razón por la que está recordando sin cansancio.

Se siente adolorido y con un gran sentimiento de nostalgia, pensando en si Jung Kook también lo extrañara como él lo hace. Y, por favor, no lo juzguen, han sido solo dos meses desde que terminó todo. Para Yoon Gi, aún es muy reciente la herida. Por lo que tampoco tiene el valor de dejar ir muchas cosas.

Porque es un camino muy difícil por recorrer, cuando aún amas a esa persona que te hizo daño.

Pronto la música para y suena el timbre de llamada, Yoon Gi frunce ligeramente el entrecejo y toma su teléfono para contestar, viendo rápidamente que es Tae Hyung.

—¿Hola? —Escucha un susurro desde el otro lado—, ya estoy afuera.

—Pensé que no vendrías... —susurra, sin esperar respuesta— Bien, ahora mismo abro la puerta.

Termina la llamada, y antes de ir, apaga su cigarrillo y deja la basura en el cenicero. Camina tranquilamente hasta la puerta y la abre, encontrándose con aquella cabellera rubia y ojos preocupados.

—Te llamé para poder despejar mi mente, no para que me vieras con lastima —susurra Yoon Gi, recargándose un poco en su puerta.

—Lo siento —Tae Hyung baja la mirada y siente como se ruboriza por la vergüenza.

—Solo no lo vuelvas a hacer, por favor —Se hace a un lado y deja el camino libre—. Pasa, te congelarás ahí afuera.

Tae Hyung asiente y entra al departamento con la mirada baja. Yoon Gi cierra la puerta y espera algunos segundos antes de girar, ahora encontrándose con una mirada cálida. Yoon Gi sonríe con los labios sellados y toma la muñeca del menor para juntos llegar al sofá.

Cuando están sentados -en una distancia prudente-, relajan sus cuerpos y Yoon Gi libera un suspiro.

—Lo extraño —Suelta sin emoción.

Tae Hyung siente dolor en su pecho y muchas cosas se vienen a su cabeza, pero no dice nada, simplemente toma la mano del mayor y da pequeñas caricias como apoyo. Se recuerda mentalmente que sus sentimientos no deberían interferir en esto, se supone que lo prometió.

Porque, después de aquella noche desastrosa, ambos tuvieron el valor de hablar con el contrario, porque al final, seguían siendo amigos. Y ambos prometieron que jamás llegarían a lastimarse por arrebatos del momento -y sin saberlo, en ese instante, Yoon Gi rechazó los sentimientos de Tae Hyung hacia él-.

Y, aunque terminaron esa noche con disculpas, el ambiente entre ellos cambió a uno un poco incomodo. Pero esa plática sucedió hace un mes, así que ahora podría decirse que está bien, o eso piensa Yoon Gi.

Tae Hyung ve como Yoon Gi cierra los ojos y recarga su cabeza contra el respaldo del sofá. Sigue con sus caricias y piensa alguna forma en que pueda distraer a su hyung de esos dolorosos pensamientos.

—Hyung —llama Tae Hyung, parando el pequeño masaje. Yoon Gi le contesta con un sonido nasal, en señal de que lo escucha, pero el rubio tarda un poco en seguir, pensando cómo debería decirlo—. El próximo sábado Tae Yong hyung le hará una fiesta sorpresa a Yuta hyung-...

—Ah, sí —Yoon Gi corta de pronto—, Ho Seok me dijo. También quiere que vaya.

Abre sus ojos y posa su mirada sobre el rubio, no teniendo expresión alguna en su rostro.

—Entonces, ¿no irá?

—No lo sé —Baja la mirada y traga un poco de saliva— ¿Debería ir?

—Sí —Tae Hyung apresura su respuesta antes de pensar, pero después, aclara su garganta y dice—: debería, para que así pueda divertirse...

Poco a poco fue bajando el tono de su voz, pensando que, quizá lo que dijo, fue un poco tonto. Pero la respuesta que da Yoon Gi, lo deja sorprendido.

—Es el cumpleaños de Yuta, ¿cierto? —Tae Hyung asiente— Bien, iré, pero solo un rato.

Tae Hyung sonríe y piensa que puede ser él, el que pueda sanar el corazón de su hyung, sin importarle que su corazón se pueda que romper en el camino. Aunque, si eso sucediera, no lo lamentaría.

.

.

Apaga el cigarrillo antes de cruzar la calle, cuando el semáforo peatonal cambia a verde. Hay muchas personas en la calle, que, así como él, esperan ir a algún club a beber y bailar. Pronto llega a su destino, pero se detiene antes de entrar cuando siente su teléfono vibrar; lo saca y nota que es un mensaje de Tae Hyung.

Tae Hyung
Llegaré un poco tarde, lo siento :(

No contesta al mensaje y simplemente lo apaga, listo para seguir su camino.

Cuando pasa por seguridad, piensa que Tae Yong realmente se lució al escoger ese club para el cumpleaños de su novio. Está lleno de personas, algunas caras le son conocidas y otros son simples desconocidos que fueron a pasar el rato en el club. La música se escucha bastante bien y solo es iluminado por estratégicas luces de colores.

Y puede ver como en una mesa al fondo están sus amigos, quienes también lo ven y enseguida hacen señas para llamarlo.

Yoon Gi sonríe y se escurre entre las personas que bailan para poder llegar a la mesa, donde todos lo reciben felices.

—Pensé que no vendrías —El primero en hablar es Ho Seok, chocando su puño con el del mayor.

—Quería sorprenderlos —Se encoje de hombros y toma asiento a un lado de Yuta—. Por cierto —Gira su rostro hacia el japonés, a la vez que extiende un regalo—, feliz cumpleaños, Nayu.

—¡Oh, hyung! No te hubieras molestado —Enseguida el japonés sorprende al mayor con un efusivo abrazo.

—No fue nada —Corresponde el abrazo, con una ligera sonrisa.

—Pero, vamos —Yuta rompe el abrazo y dice—, dime que quiere tomar. Hay de todo, cerveza, sujo, vodka, whisky y hasta ¡Tequila y sakeeeee! —explota de la emoción y toma al mayor de los hombros, sacudiéndolo por completo.

Yoon Gi ríe por lo eufórico que está su amigo, mareándose un poco cuando lo deja de sacudir.

—Ehh... —Cierra los ojos y espera que el mareo pase rápido, para después de un segundo, poder abrirlos— quisiera una cerveza.

—Oh, vamos, Yoon —habla Ho Seok, captando enseguida su atención—, toma algo más fuerte, para que te puedas relajar.

—No me quiero emborrachar porque regreso solo a casa.

—Por eso no te preocupes. Yo no podré tomar esta noche porque estoy tomando medicamento, así que podré llevarte a tu departamento. Lo prometo.

Yoon Gi lo piensa algunos segundos, pero, al diablo, se supone que fue a esa fiesta a despejar su mente y divertirse un rato.

—Está bien —Voltea a ver a Yuta y dice—, quiero tequila.

—¡Perfecto! —Se levanta de un salto y toma la mano de su novio— Amor, vamos por tequila para todos.

Tae Yong sonríe y acompaña a su novio a la barra, siendo seguidos por la mirada de Yoon Gi. Y mientras la pareja se va y deja sus asientos vacíos, Ji Min aprovecha para sentarse a un lado del pálido y poder hablar con él, sin la necesidad de gritar.

—Sabes que no tienes que tomar, si no quieres —El mayor lo voltea a ver, solo para regalarle una sonrisa y poder tranquilizarlo.

—En realidad, sí quiero tomar. Quiero divertirme y olvidarme de todo.

Ji Min frunce los labios, queriéndole decir que no es necesario perder la consciencia para pasársela bien. Pero, antes de que pueda decir algo, Yuta y Tae Yong llegan a la mesa con dos botellas de tequila y varios vasos tequileros, captando enseguida la atención de todos.

—¡A emborracharnos! —grita Yuta, dejando las cosas sobre la mesa.

Yoon Gi suspira cuando ve como Ji Min pierde el hilo de la conversación cuando Tae Yong le pasa un shot y lo obliga a tomarlo; lo que causa una tonta discusión entre ambos.

—Su tequila, señor —Le habla Yuta, pasándole su trago.

Yoon Gi sonríe como agradecimiento y sin pensarlo, se lo toma, sintiendo lo caliente y fuerte del sabor pasar por su garganta. Pero está bien, ya no necesita pensar, solo dejarse llevar.

Aunque sea, solo por esa noche.

—¡Oh, a mí también me gusta el tequila! —grita con emoción un moreno alto, que está atrás de Yuta.

Todos en la mesa voltean a ver al dueño de esa voz, quedando sorprendidos, pero, sobre todo, felices por verlo.

—¡Nam Joon! —El primero en saltar sobre el recién llegado es el cumpleañero.

Todos se levantan de sus asientos y hacen una bolita alrededor del chico, aún no creyendo que sea él.

—¡¿Cuándo llegaste?! ¡¿Por qué no habías avisado?!

Ataca con preguntas el japonés, al momento de deshacer el abrazo. Nam Joon ríe y procede a responder:

—¡Sorpresa! —Agita las manos con emoción.

Pero, lo que recibe, es en realidad un golpe en el hombro por parte de Ho Seok, quien al parecer luce molesto.

—Tenemos meses sin saber de ti y de pronto, apareces —Cambia radicalmente su cara a una de alivio—. Pero es bueno volver a verte, idiota.

—Oh, Ho Seok —Finge limpiarse lágrimas falsas—, me conmueves. Pero lo siento, ¿Sí? No fue algo que estaba en mis manos, pero aquí estoy.

—Idiota —El siguiente en darle un golpe en el hombro es Ji Min, quien parece querer llorar.

Yoon Gi ríe cuando ve como Nam Joon trata de consolar a Ji Min. Aunque se distrae cuando Tae Yong le toca el hombro y con la cabeza le dice tácitamente que quiere hablar con él. Yoon Gi asiente y sigue al menor, solo alejándose un poco, procurando no llamar la atención. Entonces, Tae Yong, dice:

—Si esto es muy incómodo para ti, po-...

—Yong, ¿de qué hablas? —corta de pronto Yoon Gi, teniendo una mueca de desconcierto en su rostro.

—Nam Joon es hermano de... —No termina de hablar, no queriendo nombrar aquel nombre.

—Lo sé —baja la mirada, pero pronto compone su actitud—, pero él no tiene nada que ver con lo que pasó. Además, es un buen amigo, así que no pasa nada.

—¿Seguro? —Yoon Gi asiente— Bien, entonces, volvamos con los demás.

Tae Yong sonríe con los labios sellados, para después, caminar hacia su novio y abrazarlo por detrás. Yoon Gi no se mueve y por un momento solo observa a los demás, específicamente a Nam Joon. Piensa si Jung Kook ya le habrá dicho que terminó su relación y cómo habrá reaccionado Nam Joon a eso. Pero en un momento abrupto para sus pensamientos y se dice a sí mismo que ese no es su problema.

Humedece sus labios con su lengua y piensa que solo tiene que disfrutar esa noche y pasársela bien con sus amigos. Y tomando un gran suspiro, camina hacia sus amigos con una sonrisa y sus hombros relajados.

.

.

Pronto el ambiente entre la bolita de amigos se torna divertida y llena de risas; están sentados en la mesa, tomando tequila como si fuera agua, lo que causa un rápido efecto en todos. Y podría decirse que el más divertido de todos es Yoon Gi, dejando salir de nuevo ese lado risueño, que hace mucho no se le veía.

—Y entonces, sin pensar, ¡me lance sobre la anciana! —Termina de contar Nam Joon, haciendo estallar en carcajadas a sus amigos.

—Si no... —Intenta hablar Ho Seok, pero su propia risa lo interrumpe— Si no hubiera escuchado toda la historia, pensaría que eres el asalta ancianas 3000.

Y de nuevo todos no pudieron contener las risas. A ese punto, Yoon Gi podía jurar que está llorando de la risa, por lo que piensa que ir al baño a echarse un poco de agua fría, es una buena opción para tranquilizarse, o podría terminar por orinar sus pantalones.

Se va sin llamar mucho la atención, para minutos después volver con la cara mojada y darse cuenta de que ya no están sus amigos en la mesa, solo estaba Nam Joon viendo algunas cosas en su teléfono.

—¿A dónde fueron todos? —pregunta, mientras toma asiento a un lado del moreno.

Nam Joon le sonríe y apaga su teléfono para después guardarlo en su bolsillo, mientras dice:

—Fueron a bailar.

Yoon Gi voltea el rostro y nota como los menores bailan alguna canción de moda, realmente no le toma mucha importancia y voltea su rostro hacia la mesa.

—¿Y cómo te ha ido con Jung Kook, hyung? —pregunta el menor, de nuevo captando la atención de Yoon Gi.

Por un momento, a Yoon Gi se le corta la respiración y se da cuenta que Nam Joon no sabe nada de su ruptura, por lo que, por un momento se queda en silencio, pensando en qué responder.

¿Mal?

¿De la mierda?

¿Cuáles son las palabras correctas a esa pregunta?

—Nosotros... —No puede terminar, aún lo sigue pensando; sigue desconcertado.

De pronto, poco a poco, Nam Joon va borrando la sonrisa de su rostro, pareciéndole que algo no está bien.

—¿Qué pasó? —pregunta despacio, no queriendo presionar al mayor.

—N-nosotros... —Baja la mirada y siente como su corazón de nuevo se aprieta— terminamos.

Lo último lo susurra y se muerde el labio, no queriendo decir más. Nam Joon, por otra parte, se sorprende de sobremanera, pues según Jung Kook, iban bien, como cualquier otra pareja enamorada y feliz.

—No lo puedo creer —Suelta sin pensar el moreno, aún inmerso en sus pensamientos, pero pronto sale de ellos y coloca su mano sobre el hombro de Yoon Gi—. Hyung, no sé qué haya pasado entre ustedes, pero puedes contar conmigo.

Yoon Gi lo mira de reojo y asiente, para después tomar la botella a medio terminar de la pequeña mesa.

—Entonces, sé un buen amigo y acompáñame a terminar este tequila —dice, con una sonrisa rota, para después tomar un trago directo de la botella.

Nam Joon lo mira con un nudo en la garganta, desconcertado del porque su hermano le habría mentido, y triste de ver a su amigo con esa expresión rota. Pero antes de hacer o decir algo, Yoon Gi le ofrece la botella, y, sin pensarlo, la toma, dándole un corto trago, para después regresársela al mayor. Yoon Gi termina con el líquido en dos largos tragos y después deja la botella en la mesa, sin voltear a ver a Nam Joon.

—Y-yo aún lo amo, pero... —Pareciera que Yoon Gi habla sin razón y con la mirada perdida hacia enfrente.

No termina la frase, simplemente se queda callado. Nam Joon ya no sabe cómo reaccionar, así que no responde, sintiéndose mal y sobrepensando un poco las cosas. El ambiente entre ambos se volvió pesado.

Y antes de que la mente borracha de Yoon Gi piense en irse, ve como Tae Hyung ya está con los menores, dándole un regalo a Yuta. Suspira con un poco de alivio y pronto la mirada de Tae Hyung está sobre él, dándole una ligera sonrisa. Yoon Gi solo le mantiene la mirada, esperando a que el menor se acerque.

Mientras, Nam Joon no está prestando atención a su alrededor, por estar contestando algunos mensajes en su teléfono, lo cual causa que salga del lugar sin llamar la atención.

Y Yoon Gi no lo nota, hasta que Tae Hyung está enfrente de él, que se da cuenta que Nam Joon ya no está ahí. Lo cual no lo piensa mucho y solo le presta atención a la voz de Tae Hyung.

—¿Tomó mucho, hyung? —pregunta, apuntando las botellas de la mesa.

—Sí, un poco.

Se lame los labios y después sonríe como tonto, intentado olvidar su conversación con Nam Joon. Tae Hyung sonríe mientras niega con la cabeza, tomando asiento a un lado del mayor.

—Entonces, supongo que se la ha pasado bien —dice Tae Hyung.

Yoon Gi solo asiente y cierra sus ojos, para luego lanzar lentamente su cabeza hacia atrás y chocarla contra la parte detrás del asiento, de pronto sintiéndose mareado -quizá el efecto del alcohol ya llegó a él-. No dice nada, solo se queda escuchando la música y el bullicio del fondo.

Tae Hyung observa su perfil, preguntándose si habrá hablado con Nam Joon, aunque la respuesta es más que obvia. Pero, aunque se muerda los labios por no preguntar, un cosquilleo se forma en su estómago por saber de qué hablaron exactamente, lo cual lo obliga a hablar sin pensar.

—¿De qué...? —Se muerde la lengua. No, no debe de preguntar cosas que no lo incumben.

—¿Qué cosa?

Yoon Gi abre los ojos y se queda expectante a lo que dirá Tae Hyung, sonríe, pareciéndole divertida la expresión del menor.

—Eh... —Piensa rápidamente qué puede decir y su vista cae en la camisa que está usando Yoon Gi— ¿De qué marca es su camisa, hyung? Es muy linda.

Ríe con nervio al terminar, esperando que el mayor no note su intento estúpido por cambiar sus palabras. Pero, al parecer, está tan ido que no lo nota.

—Prada, mi madre me la regaló la navidad pasada.

Sonríe al recordar el bello momento, aunque, poco a poco su sonrisa se apaga al caer en cuenta que esa navidad también la pasó junto a Jung Kook.

Enseguida Tae Hyung se preocupa por el repentino cambio en Yoon Gi, pareciendo que quisiera llorar.

—Hyung, ¿qué-...?

—¿A acaso todo lo que pasamos juntos, no significó nada para él? —Interrumpe al menor, aun conteniendo las lágrimas.

Bien, la noche de: "no pensar en Jung Kook y pasársela bien", ha terminado por completo.

Baja la cabeza, con su mente ebria reviviendo el dolor. Tae Hyung se le aprieta el corazón y lo único que hace es colocar su mano como apoyo sobre el brazo de Yoon Gi. Pero ese contacto termina enseguida, cuando Yoon Gi se levanta y sin voltear a ver a Tae Hyung, dice:

—Iré a tomar un poco de aire, en un momento vuelvo.

Tae Hyung intenta hablar para detenerlo, pero el mayor simplemente se va.

Yoon Gi enseguida sale del lugar y toma un gran respiro cuando siente al aire frío abrazar su cuerpo. Y sin pensarlo, saca la cajetilla de cigarros que guarda en su pantalón y un encendedor. Pero, mientras lo enciende, camina hacia el pequeño callejón, a un lado del bar, para estar un poco a solas.

Al llegar, su mente ebria tarda un poco en procesar lo que están viendo sus ojos, pero cuando comprende que debe irse, es demasiado tarde.

Unos pequeños ojos marrones lo ven sobre el hombro del más alto, causando que se congele en su lugar y ni siquiera pueda apartar la mirada. El chico alto que cubre al de ojos marrones, voltea a ver a Yoon Gi, sorprendiéndose de verlo ahí.

—Hyung...

Yoon Gi no responde al llamado de Nam Joon, solo se puede enfocar en aquellos malditos ojos marrones. Tan desgarradores. Tan bellos.

Y está tan borracho que no sabe si es su imaginación o de verdad es él.

Siente su corazón agitarse y su estómago revolverse. Quisiera correr y besarlo, decirle que lo ama y rogar para que vuelvan a estar juntos. Pero antes de que dé un paso hacia al frente, nota como el chico de ojos marrones trata de irse.

—Jung Kook —Lo llama Yoon Gi, provocando que enseguida el menor detenga sus pasos—, ¿p-podemos hablar?

Jung Kook siente un nudo en la garganta y aprieta sus puños, pero, aun así, asiente a la pregunta de Yoon Gi. De nuevo se regresa sobre sus pasos y le da una última mirada a su hermano antes de que se vaya en silencio.

Una vez Nam Joon se va, Yoon Gi se toma otro momento en admirar el bonito rostro del menor; pareciéndole que fue hace mucho desde la última vez que lo vio. Y antes de hablar, le da una calada a su cigarrillo y suelta lentamente el humo, aun con la mirada fija en Jung Kook.

—¿Por qué? —Es lo primero que puede formular su mente, pareciéndole que solo está en su imaginación.

La pregunta no la entiende Jung Kook. ¿A qué se refiere? ¿Qué es lo que realmente quiere que le conteste? ¿Por qué lo engañó? ¿Por qué ya no lo ama?

Yoon Gi enseguida nota la confusión en el rostro de Jung Kook, por lo que, con una sonrisa amarga en su rostro y apunto de soltar lágrimas, procede a decir:

—¿Por qué nuestro amor no fue suficiente para que te quedaras?

A Jung Kook se le aprieta el pecho al escuchar esa pregunta y ver a Yoon Gi con esa expresión rota, pero, aunque quiera, no tiene una respuesta; porque -así como de seguro Yoon Gi se la hizo durante mucho tiempo-, Jung Kook tuvo rondando en su mente esa misma pregunta, sin aun hallar la respuesta.

—N-no fue algo que-... —La voz de Jung Kook se rompe y no termina.

Yoon Gi ya tiene lágrimas escurriendo por su rostro, pareciéndole ver que a Jung Kook le está envolviendo una especie de culpabilidad.

Da pasos hacia al frente al mismo tiempo que tira el cigarrillo al suelo, pero Jung Kook intenta detenerlo, poniendo una mano hacia al frente, pareciendo totalmente frágil. Sin embargo, eso a Yoon Gi no le importa, porque termina con el menor entre sus brazos, sintiéndose tan correcto y, a la vez, tan doloroso ese acto.

Kook lucha por un momento para salir de ese agarre, pero es inútil, es como si todas sus fuerzas se hubieran desvanecido. Ambos terminan mirándose a los ojos, en una conexión culpable y dolorosa.

—Déjeme ir —susurra Jung Kook.

—No —Niega lentamente con la cabeza—, hasta que me respondas, por qué Seok Jin y no yo.

—No lo meta a él.

Responde rápidamente el menor, de nuevo intentado romper el agarre. Aunque Yoon Gi pone más fuerza y mira con enojo a Kook.

—¡Lo meto porque, por su culpa, nuestra relación terminó!

Jung Kook se queda estático, pero eso no evita que apriete los puños.

—¡No terminamos por su culpa!

—¡Entonces dime porque terminamos!

Ambos, a este punto están enojados, viéndose directo a los ojos con ira. Y aun con ese sentimiento vil quemando en su pecho, Yoon Gi no para de llorar; y, aunque Jung Kook también sienta el nudo en su garganta y tenga los ojos brillosos, su orgullo no le permite ni siquiera soltar una lágrima.

—P-por favor —Yoon Gi cierra los ojos y junta su frente con la del menor, chocando a su vez sus alientos—, merezco saber por qué no fui suficiente para ti.

A Jung Kook se le deforma su cara cuando deja salir las primeras gotas en una mueca de llanto. Su orgullo se quebró.

Y, aunque quiera seguir callando, tiene que decirlo.

—Terminó nuestra relación porque me cansé de rogar el apoyo que necesito —Su voz es baja, pero, aún así, Yoon Gi las sintió como hierro caliente cruzando su pecho—. Esperé mucho para que pudiera enfrentar las cosas y no escapara, pero eso nunca sucedió.

—P-perdón por no ser el novio que necesitabas —dice con culpa, llorando con más fuerza.

Jung Kook niega con la cabeza, porque, aunque la razón principal de su ruptura fue esa; una gran parte de la culpa se la lleva él, por no ser claro desde el comienzo y preferir engañar a Yoon Gi, antes que terminar su relación.

—No —Sigue negando, mientras que su ligero llanto va en aumento—, no fue el único en cometer errores. Yo no fui honesto con usted y lo engañé.

—¡Entonces podemos cambiar! ¡Ser mejores! —Abre los ojos y mira directamente al menor con esperanza, aún sin separar sus frentes— Todavía podemos arreglar nuestra relación. Una segunda oportunidad... Te extraño.

Jung Kook deja salir sollozos cuando escucha las últimas palabras, a la vez que ahora es él, el que cierra los ojos. Duele haberlo escuchado, porque sabe, sin discusión alguna, que Yoon Gi no miente. Pero ya es demasiado tarde para un "nosotros".

El silencio de Jung Kook desespera a Yoon, sintiendo como su quebrado corazón termine por romperse. Pero, incluso con ese dolor, su desesperación lo anima a seguir hablando.

—Te amo tanto, que duele.

Y, quizá por su corazón roto y el alcohol circulando en su cuerpo, que no lo piensa y solo toma el rostro de Jung Kook para juntar sus labios en un beso brusco, solo buscando un poco de contacto. Pero Kook enseguida se separa del beso y rompe el agarre, aumentando la distancia entre él y el mayor.

—¡Ya no lo amo! —grita con enojo, limpiándose las lágrimas con su mano— Ahora amo a Seok Jin. Él me ama y me trata como usted nunca no pudo hacerlo.

Quizá fue el enojo del momento o algo que realmente siente. Aunque, sin poder negarlo, no se arrepiente de haberlo dicho.

Yoon Gi siente como su pecho se presiona en algo muy doloroso, difícil de explicar. Baja la mirada y piensa que el del problema siempre fue él; que solo él pensaba que tenían una bonita relación.

Jung Kook ya no dice nada y por última vez se limpia las lágrimas de su rostro, antes de empezar a caminar.

Yoon Gi aprieta sus puños y su cuerpo tiembla cuando Jung Kook pasa por su lado. El alcohol, su amor y el dolor hacen que quiera gritarle a Jung Kook todo lo que sintió durante todo ese tiempo. Por lo que se limpia las lágrimas en un movimiento brusco con su antebrazo y se voltea, viendo como la espalda del menor se va alejando.

Jung Kook va a medio camino antes de salir del callejón, dispuesto a no voltear al mayor, aunque le grite que lo haga, no lo hará. Esto tiene que terminar ahora.

Yoon Gi suelta el aire y cierra los ojos con fuerza cuando grita, liberándose y sintiendo -por fin- su despedida.

—¡Vete al infierno, Jung Kook!

.

.

.

F I N

Hey, no he muerto!

¿Cómo están? ¿Les gustó?

Déjenme escribirles, que esta historia la escribí para mi otra cuenta moonhomie, para una pareja sacada de la alcantarilla, pero que a mí me encanta.

Sin embargo, quise compartírselas a ustedes, con la adaptación de nuestros papis para no tener abandonada esta cuenta y ustedes tangan algo para leer.

Lamento mucho estar inactiva, no hay excusas para esto. Y, la verdad, no quiero prometerles cosas que quizá no pueda cumplir; aunque, quizá habrá ocasiones cómo esta, donde les sorprenda sin avisar.

Nunca me cansaré de repetirlo, pero, muchísimas gracias por su apoyo porque eso me hace muy feliz. Les mando con beso mucho amor en su oreja derecha.

Y creo que eso es todo por el momento. Espero pronto leernos de nuevo.

Aquí, Jor. <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro