Prólogo
Estaba destrozado.
Mis manos temblaban sin parar, al mismo tiempo que mis pies se sentían ligeros, a punto de correr, pero sin poder moverme de donde estaba parado. Porque, sencillamente, toda la situación pendía de un hilo, dónde mi corazón parecía latir con fuerza para escapar en lágrimas enormes y saladas que recorrían mis mejillas unas tras otras. No habría tenido caso conducir como loco y subir las escaleras de dos en dos si me quedaría tan lejos de él, a unos cuantos pasos.
Mis labios no podían mantenerse quietos, tenía miedo. Mi mandíbula dolía, de tanto que temblaba y lo sentía tenso que estaba en todas partes. Eran sensaciones que nunca había experimentado. Estaba seguro de que todo esto no había pasado nunca en mi cuerpo, mi mente y corazón. No había tenido dolor de verdad de esta manera.
Aunque, habría preferido nunca sentir estas emociones y continuar con mi vida plenamente feliz. No cambiaría nada de lo que había pasado desde que lo vi en aquella cafetería hasta el día de hoy. De saber que hoy ocurriría esto, lo único que habría hecho, sería esforzarme aún más.
⸺Vante, por favor ⸺rogué con voz quebrada, un paso mío hizo temblar sus piernas y tuve que regresar. Él me gritó en cuanto me vio entrar y caminó con firmeza a la orilla mientras me acercaba. Ahora, no me dejaba dar un paso más o todos hasta tenerlo entre mis brazos. Me sentía desesperado ⸺. Aléjate de la orilla, Vante...
Vestía ese saco rojo, cuál le había regalado y por el que me gritó con gran fortaleza. Aquella camiseta blanca que le hice usar para ese conjunto específico. Llevaba tal cual lo que yo combine para él con el pantalón en color negro que se ajustaba con sus cabellos carbón despeinados por el viento y sus zapatos perfectamente pulidos. Totalmente distinto a cuando lo conocí, pero con esa mirada azul igual que siempre y podía decir que incluso peor que antes.
Esa mirada azul, tan atrayente, llena de emociones.
⸺¡Lárgate! ⸺gritó, su cuerpo parecía tambalearse de atrás hacia adelante, girando sobre sus talones para mirar hacia abajo.
⸺Vante, por favor, ven a mí. Solo aléjate de la orilla. Estoy aquí, estoy contigo, por favor.
Deseaba con todo mi corazón que esta experiencia fuera solo una pesadilla de la que pudiera despertar, obligarme a salir de este subconsciente y encontrar que nada de esta situación estaría pasando. Salir de la cama para empezar mi rutina de cada mañana y mostrar una brillante sonrisa a su rostro amargado como había sido cada día después de decidir acercarme a él.
Pero las sensaciones eran completamente reales y el miedo se sentía un horror.
⸺¡He dicho que te putas largues! ⸺volvió a gritar, doblando su cuerpo una vez más para llenar su mirada de hostilidad hacia mí. No me mires así, por favor ⸺. No necesito más de tu puta caridad. ¡Largo!
¿Qué error había cometido? ¿Fue no haber sido sincero con él desde el principio? ¿Será tal vez el quedarme callado tanto tiempo y no ser directo? ¿Debí inmiscuirme más?
Lo que empezó por curiosidad y una atracción inmediata a su bello, pero algo demacrado rostro, para acercarme a él, descubriendo más cosas en el proceso, se volvió en algo más. Al haberme ganado su confianza. Tuve estos fuertes sentimientos.
Conocí a un chico de diecinueve años, con el alma hecha pedazos, conocí a un chico de cabello oscuro y mirada azulada, con un rostro pálido y enormes ojeras, conocí a este chico que parecía simplemente tener mal carácter, pero iba más allá. Quien parecía ser una mala persona para terminar siendo alguien que necesitaba de ayuda y amor más que nadie, una persona más herida que cualquiera.
Me esforcé demasiado y amé cada maldito minuto en que pude observar el avance en él, amé cada maldito segundo donde sus cejas dejaban de estar juntas y sus dientes aparecían en una sonrisa que no mostraba arrogancia sino ternura. Disfruté cuando él me decía cosas más allá de monosílabas, deseaba saber más de las historias detrás de sus preciosos dibujos. Goce de probar sus labios, sentirme en su piel, vivir en sus brazos y de verlo pertenecer en mi corazón.
Necesito más de él.
Necesito todo de él.
Porque estoy completamente enamorado de él.
⸺Vante, aléjate de ahí. Tengo algo importante que decirte y no lo diré si estás al borde del techo en un edificio. Te he dicho que todo estará bien, solo cuenta hasta tres y ven acá ⸺comencé a decir, mis piernas temblando al tratar de acercarme, sentía que el alma se iba de mi cuerpo.
⸺¡Eso no funciona una mierda!
Mis ojos se abrían grandes, mi boca igual, mis manos querían alcanzarlo, mis dedos necesitaban aferrarse a sus ropas y traerlo conmigo. Quería acariciar su rostro y juntar nuestras frentes para hacerle entender que estaría bien.
Nada era su culpa.
¿Cómo había comenzado todo esto?
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