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O9


Ese día estuve mandando mensajes constantemente, los cuales eran ignorados. Muy pocos fueron respondidos, ignorando los varios anteriores y aún con la frialdad en sus palabras sin ningún emoji, yo estaba feliz de poder hablar un poco más con él.

Me permití disfrutar un poco más de los comportamiento de Vante donde él tal vez pensaba que no me decía nada, pero yo estaba realmente creando varias ideas de lo que era él y aunque tal vez pensaba la mayoría del tiempo en deshacerse de mí, la verdad es que sin pensarlo estaba permitiendo cientos de cosas para mi.

No podía pensar en que realmente funcionaría tener una relación más cercana, pero las esperanzas aumentaban con cada mensaje, hasta que finalmente dejó de responder y yo tuve que bajar a cenar junto a mis padres.

Para la hora de dormir, leí bastante tiempo las novelas gráficas de Vante que no había leído y preparé preguntas que me gustaría hacerle en algún momento, cuando supiera que leía sus novelas. Porque, por más que quisiera preguntárselas ahora mismo que tenía su número, no podía hacerlo.

Pensaba mucho en que si le dijera lo que sabía se asustaría o me patearia la cara, muy seguro de la segunda. Estaba pensando en todas las posibilidades, pero había momentos en los que simplemente quería dejarme ir y probar que sucedía con él.

Ser insistente hasta cansarme o que él se cansara.

Y dormí con esa idea, con la imagen donde Vante sonreía estando a mi lado.

Así pasaron dos días más, con la misma interacción que el primero. Vante no me dejó ir más allá de la puerta de su facultad, encontrándolo en el camino y reuniéndonos en el mismo café de antes sin conseguir que avanzáramos de ahí.

Vante no me dio respuesta, continuando con la misma actitud que antes y aún así me mantenía sonriente intentando hacer bromas para hacerlo reír o lograr aunque sea un poco de interacción distinta con él. Sin embargo, seguía en las mismas.

Aún así no tenía ganas de rendirme con ésto, estaba seguro que aunque sea tenía un poco de oportunidad de poder llegar a algo con él.

Sabía que ya no era solo por razones egoístas, ya no era solo para saciar mi curiosidad, había algo más. Tenía algo más que querer saber sobre su actitud, sentía una idea más profunda naciendo en la boca de mi estómago, recorriendo hasta mi lengua.

Entonces, tenía que idear algo con la información que obtenía al pasar los días. La forma de obtener cercanía a él, encontrar ese momento donde mis ojos brillen y mi sonrisa crezca por ser algo para él más que un estorbo o alguien molesto.

Porqué me lo había dicho; "eres alguien irritantemente energético y me molestas mucho, a un lado estorbo". Para después seguir caminando rumbo a la cafetería e ignorar mis preguntas.

Tenía que encontrarme de nuevo con él en la cafetería, retrasar un poco más el trabajo. Debido a que avanzamos rápidamente.

Al día siguiente, me vi en la penosa necesidad de tener que cambiar mis planes como tenía pensado.

Usualmente iba en bicicleta a la universidad, pero estos días yendo a la cafetería a otro lado sin tener que cuidar de mi vehículo súper inteligente de última generación, tuve que pedirle a mi padre me llevara en su lugar. Sin embargo, el día de hoy no sería así, debido a que tuvo que salir tan temprano que incluso olvidó desayunar y para cuando me di cuenta mi madre ya estaba corriéndome de casa con el casco mal acomodado en mi cabeza.

Iba a llegar tarde, tenía que buscar a Vante en su área al terminar las clases, aún cuando lo encontrara en camino tenía la esperanza de ir más cerca, de verlo salir de su aula y, así, nos iríamos juntos a la misma cafetería.

Por eso miré fijamente a mi bici después de encadenarla junto a las demás, sostenía el casco entre mis manos y mis cabellos seguían aplastados por estar húmedos.

Tendría que dejarla aquí durante todas las horas en las que Vante y yo estaríamos trabajando en la cafetería, después correría en dirección contraria a él para rodear y volver hasta la universidad. Mi bicicleta no era lujosa como muchas otras, tenía bastante tiempo en mis manos al ser un regalo de mi hermano mayor.

Me la dio cuando supuestamente yo estaba muy decidido en entrenar ciclismo, entonces me compró la bicicleta que necesitaría para poder hacerlo profesionalmente. Para comenzar.

Antes de color azul claro, el cual apenas se veía por las estampas que fui colocándole con el tiempo, de distintos colores y sobre distintas cosas. Stickers que me salían cuando comía paletas o frituras con premios, algunos otros que compraba en algún puesto ambulante al salir con mis amigos a lugares no tan remotos. Era una colección de cosas que significaban mucho para mí aunque no pudiera admitirlo en voz alta.

La estampa que más me gustaba, era una en forma de oso con un parche en el ojo y gusanos saliendo de su boca. No iba con ninguna de las otras que estaban en la bicicleta al ser de tonos oscuros.

Aquella había sido adherida por Ame, después de un día entero en el que nos fuimos los cuatro desde la mañana, cada quien en su bicicleta, recorriendo las calles sin un rumbo fijo y parando en un lugar en medio del bosque, cerca de un río, donde jugamos hasta empaparnos. Después de aquello, volvimos a la ciudad, compramos café en una pequeña tienda, nos sentamos en la banqueta, con la luz de las farolas sobre nosotros y la música del celular de London.

Ame simplemente sacó cuatro estampas de su bolsillo sobre cuatro animales distintos y las pegó en las bicicletas sin el consentimiento de ninguno. No nos molestó, solo nos hizo sonreír.

Que me la robaran me pondría muy triste.

Un brazo se colocó sobre mis hombros, tirándome cerca de su pecho y asustandome un poco, pero luego comencé a reír al sentir cosquillas en mi cuello por la nariz intrusa en esa zona.

─¿Qué andas haciendo parado aquí? ─habló Angus ─, te veías tan nostálgico.

Mis manos se pusieron sobre su pecho alejándolo entre risas para mirarlo directamente al rostro, sus cabellos se deslizaron con su movimiento para tener esa mirada café sobre mi. Mi mano derecha empujó los míos detrás de la oreja y el dedo meñique de la misma removió los del flequillo en el lado izquierdo.

─Solo recordaba cosas sobre la bicicleta, nada importante. ¿Dónde están Ame y London?

─Cuando pasé por ellas dijeron que tenían que comprar algo en una tienda de por el camino, me aburrí de esperar y les dije que te encontraría. No creo que tarden mucho.

Después de aquellas palabras, despeinó mis cabellos y volvió a colocar su brazo sobre mis hombros para tirar de mi cuerpo hacia otra dirección, llevándome consigo durante todo el camino rumbo a nuestros salones. Donde, como dijo Aungus, llegaron la pareja de chicas que teníamos por mejores amigas a los minutos, para ocupar lugar cerca de nosotros y hablar de algún tema o chisme vano que encontraron de interesante.

Las horas pasaron rápido, justo como los días anteriores donde me encontré intrigado por Everard Jmin. Estando no muy presente de vez en cuando en las conversaciones de mis amigos, no podía seguir repitiendo lo mismo, la misma excusa de que tenía cosas que hacer.

I bet you feel it now, baby

Especially since we've only known each other one day

But, I've got to work shit out, baby

I'm exorcising demons, got 'em running 'round the block now

Conocía a mis amigos, pero nunca se habría presentado una situación así y no sé cómo reaccionaría sabiendo que me estaba intentando hacer cercano a una persona del estilo de Vante Everard; chico problemático con personalidad frívola y mirada intensa, de labios anchos y estatura baja pero capaz de intimidar con la mirada, de manos grandes, piernas largas y musculatura considerable.

Location drop, now

Pedal to the floor like you running from the cops nowOh, what a cop out

You picked a dance with the devil and you lucked out

Vante Everard, de ojos azules como el cielo, con manchas oscuras debajo de ellos, con esa mirada intensa que me hacía dudar si continuar hablando. El cómo los volteaba harto de algún comentario, su ceja fruncida con la otra ligeramente levantada. Sus hinchados labios se volvían finos cuando se exasperaba y abría sus fosas nasales a punto de perder la cabeza al no entender algún punto sobre la tarea. Cómo agita la pierna por debajo de la mesa, sus puños presionándose y sus labios empujándose con la lengua hacia alguna esquina.

The water's getting colder, let me in your ocean, swim

Out in California, I've been forward stroking, swimSo hard to ignore ya, 'specially when I'm smoking, swim

World is on my shoulders, keep your body open, swim

Me pregunté, ¿Cómo sería Vante riendo a carcajadas mientras toma su estómago? ¿Cómo será su risa? ¿Será escandalosa o tendrá una risa bonita que te invita a verlo?, no como si no fuera suficiente él ya verlo, porque sencillamente ya tenía un aspecto que te hacía verlo. No sabía, no creía que todos lo miraban por la misma razón que yo lo hacía.

Audífono fuera de mi oreja, un dedo meñique entrando con saliva en mi oído y me movía asqueado lejos de Ame para enfrentarla con la mirada. La campana y en vez de decirle algo, guardaba mis cosas apresurado. Ellos tres, se dedicaron a mirarme.

─Estábamos deciendo de ir a-

─Tengo un trabajo en equipo ─interrumpí ─, será para la próxima, lo siento.

Mi mochila hizo lugar en mi hombro y el sonido de mis pasos se volvió lejano para ellos. Sabía que en algún momento tenía que explicarles todo lo que acontecía en mi cabeza, porque ya sabían que algo raro había, solo esperaría hasta el momento en el que se hartarían y me obligarían a decirles.

Esperaría ese momento.

Esta vez no fue como las anteriores, no encontré a Vante en la entrada de su facultad o camino de ella, por lo que apresuré mi paso intentando encontrarlo de camino a su aula y en medio de ello temí de que no me estuviera esperando y haya decidido adelantarse. Sin embargo, justo doblando la esquina para ver la entrada de su aula de diseño gráfico, me encontré con un agitado Vante Everard.

El tipo chocaba contra una pared por el empuje de la palma de Vante, su cabeza rebota por el impacto y el tipo caía al suelo, Vante lo miraba desde arriba, poniendo su pie en el pecho del tipo para lograr que este no se levantara. Él levantó un fajo de hojas en su mano derecha y las señaló con la izquierda.

─Te dije que no quería alguna porquería. En el momento que decidiste aceptar ser mi equipo por parte del profesor, te putas dije claramente que tenías que hacer bien tu trabajo, ¿qué clase de puta mierda es esto?

─Vante, por favor-

─¿Quién te crees para llamarme por mi nombre?

─Pero, tenemos la misma edad y-

─No me interesa ─soltó, el par de hojas fue a dar contra el rostro del tipo ─. No me importa si tienes que trabajar hoy, decidiste ser mi pareja porque tengo las mejores notas, porque pensaste que terminaría haciendo todo ─acusó ─. Tus malditas excusas no funcionan para mi ─encajó su pie, porque la expresión del tipo fue clara para mi ─. No quieres perder la beca, ¿verdad?

Sus dedos se aferraron en la ropa del chico, levantándolo del suelo para dejarlo contra la pared, lo soltó alejándose para sacudir sus manos y arreglar su ropa, luego lo miró.

─¿Y qué hay de ti? ─preguntó el chico, armado de valor ─, estás sin duda peor que yo. Una más y te expulsan de la escuela, puedo decir sencillamente que me acabas de golpear y me obligaste a hacer tus tareas, ellos me creerían. ¿Sabes por qué? ─su rostro estaba llenó de orgullo ante sus palabras ─, porque eres una persona horrible. Solo piensas en ti, no te importa nada y eres agresivo, como un perro rabioso.

Mis ojos corrieron a su postura, su espalda tensa, sus puños ejerciendo presión en sí mismos y los nudillos se notaban blancos, su cuerpo estaba rígido y podía verlo desde donde estaba, sobre todo por el paso más cercano que dio.

"Una más y te expulsan de la escuela."

Me volví a mover sin pensarlo mucho, metiéndome entre Vante y el chico, mis manos estuvieron sobre el pecho de él y lo empujaba lejos del otro. Mi sonrisa se extendía hacia el tipo.

─Pero ¿qué hacen aquí aún con ese día tan bonito afuera?, las clases terminaron y es hora de salir de este lugar ─solté ─. Largo, seguro te espera la tarea que no hiciste.

Su rostro había cambiado en cuando notó la actitud agresiva de Vante, por lo que no le tomó mucho el salir apresurado y yo, estaba con el corazón en la garganta, porque al girar mi mirada, Vante Everard miraba mis manos en su pecho, subía la mirada a mis ojos y me alejaba con una sonrisa nerviosa, retrocediendo unos pasos.

─ Tenemos que ir a la cafetería.

Y me alejé.







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