veintisiete ✨
Unos cuantos niños y niñas van corriendo de un lado a otro, algunos llevan sobres de caramelos en mano, otros llevan algún juguete y eso me hace sonreír, pero a la vez me viene este sentimiento de sofocación, no estoy acostumbrada a muchos niños corriendo y gritando como locos alrededor mío y al parecer Luke lo nota porque toma mi mano entrelazándola con la suya.
—Vamos, te presentaré a mi madre. — susurra cerca de oído haciendo que me encoja un poco por su proximidad. Me da miedo cómo me hace sentir Luke cuando está demasiado cerca.
La simple idea de ir donde su madre me hace querer salir corriendo de esa casa, me digo que debo calmarme, tal vez a como dijo él, les llegue a agradar. Mientras pasamos por un pasillo que según mi parecer nos llevará hacia el jardín trasero, puedo notar en las paredes fotos de su familia, fotos de su infancia, de cuando iba al prescolar y me sorprendo demasiado pues ha cambiado mucho, la pubertad se ha gobernado de Luke Hemmings.
Cuando llegamos al jardín trasero, que es donde se supone que será la fiesta en sí, no puedo creer que hayan más niños, demasiados, sus gritos y risas me llegan de golpe al igual que algunas miradas de señoras que están sentadas alrededor, escucho a Luke decirle hola a alguien a lo lejos, aún llevo el regalo que le compré a su sobrino en mano, solamente espero dárselo ya al pequeño, cuyo nombre me dijo Luke, es Theo.
—Ven. — me dice, estoy a punto de preguntar si tengo otra opción, pero eso no sucede, pues al frente de mí aparece un muchacho idéntico a Luke. Mi corazón ha comenzado a ir de prisa. — Él es Jack, uno de mis hermanos.
—Hola, yo... soy, me llamo Darling. — digo rápidamente y sé que lo que he dicho es pura basura por culpa de los nervios. Jack suelta una risa pequeña y no puedo sentirme más torpe que nunca.
—Un placer conocerte, Darling. — me dice con una gran sonrisa, al instante me doy cuenta que a él también se le forma un hoyuelo en la mejilla como a Luke. Oh, genial, al parecer los genes Hemmings van a matarme.
—Igual. — logro decir a penas porque Luke me jala consigo para llevarme por otra dirección, ignoro el hecho de que se está riendo de mi desgracia de chica torpe y me enfoco en lo que tengo adelante mío.
— ¡Madre! — grita Luke para llamar la atención de una señora rellenita y no tan alta, ella es rubia como sus hijos, su mirada se posa en mí inmediato haciéndome sentir más nerviosa que nunca. — Ella es Darling Irwin. — me presenta, su madre me muestra una sonrisa y por un momento estoy confundida cuando le veo abrir sus brazos, oh, ella va a darme un abrazo.
—Soy Liz, un gusto conocerte, me alegra que al fin Luke traiga a una chica a casa, cuando me dijo que quería traerte me emocioné, al fin mi muchachito va a en serio con alguien...
— ¡Mamá, basta! — le espeta Luke, avergonzado. Cuando me separo de su madre, dirijo mi mirada hacia él, jamás había visto esta etapa suya, parece tímido, casi como un niño de diez años que ya están emparejando con su nueva amiga. Me da pena decirle a Liz que Luke y yo no somos novios o algo por el estilo, pero temo borrar la sonrisa que lleva en el rostro, así que lo dejo pasar. Es una señora encantadora.
—Andrew, ven, mira a la invitada de Luke. — Liz grita hacia un lado, llevo mi mirada hacia ahí y noto a un señor que está acercándose a nosotros, sus ojos son tan azules como los de Luke que me sorprende, enseguida sé que es su padre. — Ella es Darling. — Liz me sonríe y luego a su marido.
—Un gusto conocerte, jovencita. — me dice amablemente, le sonrío y digo lo mismo. Luke a mi lado parece aburrido y eso me hace sonreír levemente.
—Llevaré a Darling donde Theo. — informa Luke tomándome de la mano para llevarme con él, trato de disminuir mi sonrisa, pero simplemente no puedo.
— ¿Qué pasa?
—Nada, te estaban acaparando, mi madre es así. — explica mientras pone los ojos en blanco. Ambos esquivamos algunos niños que se nos atraviesan, a los lejos puedo ver la piñata de Tortuga Ninja colgada en uno de los árboles, sin duda este niño es un gran fan.
—Así que nunca habías traído a una chica... — empiezo a decir divertida, Luke gira su rostro para poder verme a los ojos, sé que también ha cogido algo de humor.
—Darling, es cruel decir esto, pero antes, las chicas que conquistaba no valían la pena como para ser presentadas a mis padres. — confiesa y me muestra una mueca apenada.
— ¿Así que yo sí valgo la pena? — me atrevo a preguntar, de repente Luke me hace detener de golpe, le miro confundida cuando se posiciona enfrente de mí y empieza a hablar.
— ¿En serio me estás preguntando eso ahora? — parece indignado, observo callada cómo se lleva una de sus manos al pecho y se señala a él y luego a mí. — Lo que siento por ti es tan absurdo para el Luke de antes, Darling, ya perdí la cuenta de cuántas veces te he dicho que me gustas, por favor, lo mejor que puedes hacer por mí ahora es creer en mis palabras, que no me cuestiones. — me pide, sus ojos azules inspeccionan tomo mi rostro que por unos segundos me hace temblar. Su mirada me hace tiritar, lo admito.
—Bueno. — asiento, tratando de darle la misma mirada que él me da, pero es imposible. — No te cuestionaré jamás, te gusto. — después de decir eso me siento pesada. ¡En verdad le gusto a Hemmings!
—Me gustas. — confirma seguido de darme una sonrisa, él vuelve a tomar mi mano y reanudamos nuestro camino.
En una esquina se encuentra un niño castaño claro, que lleva un antifaz morado cubriéndole parte de los ojos, que está amarrado atrás de la cabeza, en seguida sé que él es Theo Hemmings.
—Él realmente, ama mucho a las Tortugas Ninjas. — me dice Luke divertido de su sobrino, sonrío también, pero mi sonrisa se queda congelada al ver cara a cara al pequeño. ¡Es el niño más adorable y lindo que he visto! ¡Los genes Hemmings atacan de nuevo! — Theo. — le llama Luke, el niño le sonríe a él, y me queda viendo a través de su antifaz, sus ojos azules me inspeccionan y luego caen en la caja de regalo que llevo en una de mis manos.
—Hola, me llamo Darling, feliz cumpleaños. — le digo aun enternecida con él. — Alguien me dijo que te gustan las Tortugas Ninjas así que...
— ¿Alguien? — pregunta Luke en un murmuro mientras ve todo a su alrededor, que claramente tiene que ver con estos personajes. Sin dudarlo, le doy un codazo para que se calle.
—Te traje esto. — le tiendo el regalo a Theo, él me ve a los ojos y luego a la caja, pero la toma con una sonrisa en su lindo y apretable rostro.
— ¿Puedo abrirlo ahora? — me pregunta y Luke comienza a reír.
—Theo, los regalos se abren hasta después. — le dice su tío, él parece decepcionado así que me agacho hasta su altura, menos mal que me puse unos pantalones y no aquel vestido floreado.
—Puedes, si quieres. — le digo viéndole a los ojos, él sonríe anchamente y comienza a rasgar el papel con decore de coches.
—Te manipuló. — escucho decir a Luke atrás de mí, pero le ignoro y le presto toda mi atención al niño, que cuando al fin quita el envoltorio y ve lo que es, me mira a los ojos y luego al juguete soltando un grito demasiado agudo que me hace tambalear, pero la mano de Luke aparece a mi lado y la sostengo para no caer de espalda.
El grito de Theo ha llamado la atención de la mayoría, que se han acercado para ver qué ha pasado, Luke ríe y le escucho hablar.
—No le pasó nada más que ahora amará a mi chica. — le oigo decir, alzo la mirada para encontrarme a su lado a otro con parentesco a él, supongo que es su otro hermano y padre de Theo.
— ¿Te ha gustado? — le pregunto al niño, él asiente y sonrío cuando le observo que viene hacia mí para darme un abrazo, sus bracitos me envuelven el cuello y me sorprendo cuando él deposita un pequeño beso meloso en mi mejilla.
—Eh, es mía. — le llama Luke, pero no le contradigo, este día tiene pase libre de decir cualquiera de sus cosas tontas y cursis.
— ¡Es Donatello! — grita Theo emocionado, los que están cerca sueltan una risa, Luke me da su mano nuevamente para que me ponga en pie, así que lo hago, me acomodo la camisa rosa que llevo y noto que algunos me observan con curiosidad y otros me sonríen.
—Te aman, te lo dije. — me dice Luke al oído y puedo decir que me siento feliz.
♥♥♥
Ya ha oscurecido, la mayoría de los niños ya se fueron a sus casas, los adultos están sentados en una esquina del gran patio, hablan, beben y ríen. Theo no suelta la figura de Donatello que le regalé, va de un lado a otro con ella, se mira tan tierno con su antifaz.
Luke y yo estamos sentados en una mueble mecedora que está en la entrada del patio, él sostiene una soda, en sus piernas está su plato de pastel de chocolate a medio comer, el mío ya es historia, amo el pastel.
—Me alegra que estés aquí conmigo, de no ser así todo esto sería tan aburrido. — me dice en un murmuro, como si alguien nos fuese a escuchar, pero la verdad es que estamos algo lejos. Su brazo izquierdo está alrededor de mis hombros, llevándome a él para que esté más cerca, por primera vez no me quejo y es porque me gusta estar así. Todo está tan tranquilo.
—Me alegra haber aceptado venir. — le digo con una sonrisa.
—Le has agradado demasiado a mi familia, piensan que eres una chica encantadora y que yo soy un chico con suerte. — cuenta, suelto un risa pequeña y giro mi rostro para verle a los ojos, pero se me es algo complicado por la oscuridad que nos rodea, el foco de luz da a sus espaldas.
—Es bueno saberlo, Luke. — él sonríe y también me ve a los ojos, nos quedamos un momento así, donde podemos escuchar nuestras respiraciones, hasta que una voz femenina nos irrumpe.
—Lamento importunar, pero Ben quiere romper la otra piñata que le quedó. — nos dice ella, es la esposa de Jack, su nombre es Celeste y probablemente es la chica más dulce que he conocido en mi vida, si los padres de Luke piensan que soy encantadora, me gustaría saber qué piensan de ella. ¡Es un terrón de azúcar!
—Claro, Celeste, vamos hacia allá. — le dice Luke, ella asiente para luego ir donde los demás, sin dudas ahí hay otra piñata de las tortugas ninjas, Ben, el otro hermano de Luke, está sujetándola al árbol. — Vamos, Darling. — él toma mi mano y nos lleva hacia donde está todo su familia, en seguida escucho la risa de todos que va en aumento cuando nos acercamos más. Esta gente es tan genial.
— ¡Primeros los niñatos! — grita Jack que está a un lado. — ¡Vamos Luke, tu turno! — todos ríen por la broma, hasta yo.
—Cállate, Jack. — le espeta él, pero me divierte el hecho de que va hacia donde Ben para tomar el bate. — golpeo mejor que tú.
— ¿Tratando de impresionar a Darling, hermanito? — le pregunta Jack, todos dirigen sus miradas divertidas hacia mí y puedo sentir el leve calor en mis mejillas.
Luke lo ignora yendo hacia la piñata de Miguel Ángel, es la tortuga con cinta naranja. Sí, se sus nombres porque a mi hermano le gustan.
—Hey, aguarda un segundo, tendré que vendarte los ojos. — dice Ben divertido mientras sostiene una pañoleta negra entre sus manos, Luke le ve incrédulo, pero a los segundos acepta resignado y se deja colocar la venda. Todos soltamos risas al verle averiguar por dónde camina.
Es ahí, entre risas y gritos para animarlo que me siento bien, verle intentar golpear la piñata todo alegre me hace sonreír. Aunque me cueste admitirlo, este Luke me ha gustado.
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amé escribir esto, en serio, lo amé, y si a ustedes les gustó comenten al respecto y por favor voten, me harían feliz si lo hicieran.
pAREN UN SEGUNDO Y OBSERVEN LA FOTO QUE ME DIO LA IDEA PARA ESTO.
sE PUEDEN IMAGINAR A LUKE RIENDO Y GRITANDO Y DARLING ALENTANDOLE????? PORQUE YO SÍ?? FUCK YEAH.
ya, bASTA, es suficiente para mí.
- Kat.
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