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treinta y siete ✨


Su habitación no es como me la imaginaba, no hay desorden, ninguna prenda arrojada en el suelo o restos de comida, eso me sorprende. Hay un escritorio de madera pegado a la pared con un gran monitor en ella, tiene una consola al lado. Hay estantes con libros, la mayoría sé que son historietas. Jamás llegué a pensar que él leería de esos. Escucho reír a Luke detrás de mí, seguido del sonido de la puerta ser cerrada, me giro hacia su dirección y le doy una sonrisa incrédula mientras señalo mi entorno.

—Demasiado lindo para un chico —bromeo, él niega divertido y se acerca a mí.

—Argh, Darling, los chicos también pueden ser ordenados. 

—Me doy cuenta —reprimo una sonrisa cuando me toma de las manos, me lleva hacia su escritorio, me hace sentar en la silla giratoria de esta, observo cómo arrastra otra silla de madera para colocarla a mi lado y se sienta. Miro a la pantalla del monitor de su computadora y suelto una risa cuando veo que va directo a YouTube—. ¿Iba en serio eso de ver algún programa sin sentido?

—Siempre hago lo que digo, a menos que quieras hacer otra cosa —contesta sin mirarme, está muy concentrado recorriendo varios vídeos de su inicio, los cuales la mayoría son gameplays de Youtubers que no conozco. No sé si sea una buena idea estar quieta a la par de Luke mientras vemos alguna serie, sé que me impacientaré por su cercanilla y que no pueda hacer nada al respecto. La idea de jugar se me viene a la mente y me felicito por ello.

— ¿Qué videojuegos tienes? —gira el rostro para verme a los ojos, alza una ceja y emboza una sonrisa de lado.

— ¿Quieres perder contra mí, Darling Sophia? —frunzo el ceño por como ha dicho mi segundo nombre, pronunciando más fuerte el "phi". Niego entretenida por sus palabras y alzo mi mano a la altura de su rostro y hago señas de una boca con esta.

—Puras palabras las tuyas, puedo ganarte.

—No hay manera.

— ¿Me estás retando, niño? —suelta una risa, llevándose una mano al abdomen, lo que me hace reír también.

—Vale, ¿En cuál videojuego estás pensando?

—Quería jugar Call Of Duty o Hello Neighbour, pero esos los dejaré para otro día, así que estaba pensando en alguno que tuviese retos y obstáculos, como Happy Wheels, ¿Lo tienes?

Luke frunce el entrecejo mientras procesa mis palabras, ve la pantalla de su ordenador, se lleva el labio inferior entre los dientes y asiente furtivamente.

—Lo tengo —Luke me ve a los ojos, como evaluándome—. ¿Cómo es que conoces esos videojuegos?

—Tengo un hermano, ¿recuerdas? —dejo escapar una risa desanimada, bajo la mirada al teclado de Luke, por mi vista periférica observo cómo la mano de él va directo a la mía para cogerla, va dejando suaves caricias en el dorso de esta y me hace elevar las comisuras de mi boca.

— ¿Cómo van las cosas con Ashton?

—No sé cuán malo puede ser salir contigo, no entiendo —musito no tan bajo, por una extraña razón no quiero verle a los ojos, siento que su mirada me está quemando ahora—. Cuando estamos en casa hace como si no existe, me ignora, eso me duele, ¿sabes? extraño pasar tiempo con mi hermano.

—Se le pasará —me dice, ha acercado su rostro al mío, inclinándose en su asiento. Alzo la mirada hasta toparme con la suya, luce serio, por un momento pienso que este tema le llega como a mí—. Él piensa que te voy a hacer daño, que me burlaré de ti y luego te dejaré, que solamente quiero divertirme contigo.

Nos quedamos callados mientras nos examinamos, su mirada escanea todo mi rostro y yo hago lo mismo. Este chico jamás podría hacerme daño, lo siento.

—Pero nunca lo harás —afirmo segura. Luke me ofrece una sonrisa de ternura, lleva ambas manos hasta colocarlas en cada una de mis mejillas y se acerca a mí para depositar un pequeño beso en mi frente.

—Me alegra que sepas que nunca te haría daño, Darling —musita llevándome entre sus brazos, me acurruco en su pecho, ignoro la incomodidad de estar en sillas diferentes y suelto un suspiro—. Venga, vamos a jugar, no quiero verte triste.

Antes de dejarme ir, deja otro beso en mi frente, casi en mi cabello, justo en la sien. Ese pequeño acto me hace hervir mis mejillas y trato que no se note.

—Ya. Quiero ganar —sonrío.

Conecta los controles a la consola, que da señal al monitor, pone el juego que le he pedido, me da un control y él toma el otro. En la pantalla aparece el intro de Happy Wheels y las tres opciones para elegir tu personaje. Es mi turno porque según Luke, la chicas van de primero, sin dudas le he volteado los ojos por eso. Elijo a la familia en el carro convertible. Son cientos de obstáculos los que salen me lamento varias veces cuando todos mueres por flechazos o porque el carro se volcó. Luke se ríe de mí, palmea su mano en su pierna por la fuerte carajada que le producen mis gritos de ayuda, le doy una mirada matadora y trato de concentrarme. Pero la familia sale disparada del vehículo haciéndome perder otra vez. Diablos. Este juego es difícil y estresante.

— ¡Es culpa de los personajes, parece que no tienen huesos, que están hechos de gelatina! —exclamo indignada—. Le has visto el brazo a ese niño, ¿No?

Luke se tira una gran risotada, su cara está roja y se pueden ver lágrimas salir de sus ojos. Maldito. Dejo el control en el escritorio y me cruzo de brazos. En la pantalla aun sale el game over.

—Qué divertido —susurra, se pasa una mano por sus ojos para restregárselos y luego me ve a mí—. No te estreses, solamente es un juego.

— ¡Lo sé!

—Vale, tengo una idea —dice, alza una ceja, su mirada me escanea en busca de algún signo de alteración de mi parte, me encojo de hombros y le aliento a que hable—. Pero no alucines.

—No lo haré.

—Vale, lo has dicho, ahora cúmplelo —me señala, pongo los ojos en blanco y él comienza a hablar—: Si logras pasar los obstáculos esta vez, hago lo quieras... —estoy a punto de hablar, pero él me corta—, Menos que me aleje de ti.

Suelto una risa y me encojo de hombros de manera inocente.

—Pero si no lo haces y pierdes, te olvidas te eso —sonríe—. Pero si yo logro ganar, tú harás lo que quiero.

—No —suelto incrédula, él ríe, se cruza de brazos y me ve divertido—. ¿Qué es lo que quieres, exactamente?

—Luego lo sabrás, cuando gane —alzo ambas cejas y suelto una risa. Luke toma su control y eleva su barbilla hacia el monitor.

—Vale, acepto, niño bonito porque yo ganaré.



—💔💔💔—



¿En qué diablos estaba pensando cuando acepté? En ese momento firmé mi sentencia final. Por supuesto, él lo tenía todo planeado, sabía que me ganaría, es un idiota, ni siquiera tuvo que pedir una de sus tres intentos, lo logró a la primera. ¿Cómo? Los obstáculos eran difíciles. Soy tan tonta, era obvio que él ganaría, ni al saber cuántas veces ha pasado ese nivel antes. En estos precisos momentos quiero cavar un hoyo en el suelo e irme, ¿a dónde? No sé, solamente irme y ya.

Luke me da una mirada divertida y deja el control en su escritorio. Lleva una de sus piernas hasta cruzarla encima de la otra y eleve sus cejas. Esa actitud que está implementando conmigo se me hace graciosa, es como si su actitud corporal reflejara el claro mensaje de "te lo dije". Mierda. Estoy muerta, sin dudas que sí.

Comienzo a maquinar miles de maneras de cortar la conexión que tienen nuestros ojos, y aunque pareciera que es fácil como apartar la mirada y ya, no lo es. Una vez que caes en ese azul, no hay vuelta atrás. Decenas de preguntas sobre qué querrá me bombardean sin cesar, no puedo estar otro segundo más en silencio, la incertidumbre que siento en estos momentos es demasiado grande como para aparentar tranquilad.

— ¿Qué es lo que quieres? Puedo hacer tu tarea de sociología o física, o... —comienzo a hablar rápidamente, tratando de salir de esta. Juro que la idea de hacer tareas de física hasta la madrugada se me hace más gratificante que otra cosa loca que me vaya a pedir. Estoy a punto de soltar otra pregunta cuando él alza su mano en señal de que me calle y lo hago, lo hago porque quiero que hable ya de una jodida vez.

—Ven —me dice, las comisuras de sus labios forman una leve sonrisa, miro curiosa su mano, que la ha extendido para que la tome, la acepto, y me levanto con él de nuestros asientos, aprieta ligeramente mi mano con la suya, trasmitiéndome algo seguridad. Nos dirigimos justo en el centro de su habitación, sobre la alfombra gris, bajo la mirada a mis zapatos y luego a los suyos, tengo miedo de verle a los ojos, ya me puedo imaginar la expresión que me da, juro que puedo sentir mi pulso ir de prisa, mi corazón bombea más de lo normal, a tal grado que siento que traspasará mi blusa, y siento mi estómago subir por mi garganta, amenazando con que todo se irá al caño si abro la boca.

— ¿Qué? —pregunto después de un rato en el que Luke no ha dicho nada. Me atrevo a verle a los ojos, muestro una pequeña sonrisa, frunciendo levemente mi boca, él suelta una risa perezosa, se queda callado mientras me toma de las manos con delicadeza y examina mi mirada como si su vida dependiese de ello. ¿Qué he hecho para tener a este chico en frente de mí?

— ¿Qué tan malo sería si te pidiera un beso?

Mi comprensión disminuye, es como si lo hubiese dicho en otro idioma pues, frunzo el ceño exageradamente, haciendo que Luke alce sus cejas, es en estos instantes en los cuales no se puede bromear, he aprendido la lección antes, así que mejor me quedo callada, de todos modos, ¿Qué es respirar?

—Bueno... —trato de hablar después de salir de mi asombro, pero enseguida me cierro la boca, recordando mis pensamientos anteriores, ¡Calladita te vez más bonita! Decía mi madre. Logro soltarme de su agarre, para poder cruzarme de brazos, pienso en una manera de salir de esto, pero no hay nada que me ayude, pedir una revancha jamás podría suceder porque Luke me ganaría otra vez. Miro hacia el techo en busca de alguna respuesta divina, regreso mi mirada al azul de sus ojos, y me digo que estoy acabada, que no saldré de esta—. Un besito —murmuro entrando a la incomodidad.

De forma vacilante me acerco a él, coloco mis manos detrás de mi espalda, me impulso con mis pies para poder llegar hacia su mejilla y de forma rápida le planto un beso, inmediato su risa llega a mí e internamente gimo por el sufrimiento, la verdad es que ya no sé lo que es vergüenza.

—Sabes a lo que me refiero, Darling —ríe, formando esos lindos hoyuelos a cada lado de sus mejillas.

— ¿Lo sé? —me hago la confundida, pero con Luke eso ya no funciona. Por una extraña razón, este chico sabe cómo actúo en cada situación, no puedo fingir con él, porque se da cuenta. Muy triste.

La sonrisa de Luke se borra, remplazándole una expresión de decepción, niega furtivamente y se aleja unos cuantos pasos hacia atrás. El ambiente cambia radicalmente, hemos pasado de risas incomodas a miradas realmente incomodas que te hacen querer morir.

—Vale, si no quieres está bien, tampoco te voy a forzar, no soy así —suelta un suspiro cansado, haciéndome sentir mal. No quiero ser una mojigata, no quiero tener que coquetear con él y luego huir en el acto. Y por más que suene tonto, es mi momento de hacer las cosas entre nosotros, si es que hay un nosotros, claro.

No lo pienso dos veces y le tomo de las manos nuevamente, atrayéndolo hacia mí, accede inmediato a mi movimiento, dejándome entrelazar nuestros dedos a como las demás veces, él baja su rostro hasta verme a mí, luce confundido, mira nuestras manos y luego a mis ojos, muestro una gran sonrisa de confianza y es ahí cuando me inclino, le suelto para llevar mis manos por detrás de su cuello y acercarle a mí. Actúo instantáneamente y choco mis labios con los suyos. Le he tomado por sorpresa, lo sé porque le lleva segundos posar sus manos en mis caderas y cuando lo hace; me pega más a su anatomía y mueve sus labios también, entierro mis dedos en la parte baja de su cabello rubio, impulsándome más, puedo sentir el tacto de sus manos en mi cintura que empieza a quemar, hace presión en esta, y sonrío sobre sus labios cuando ambos nos detenemos para tomar aire.

—Jamás haré apuestas contigo otra vez —logro decir sobrellevando el ajetreo de mi corazón, suelta una risa lenta y vuelve a posar sus labios en los míos, dejando pequeños besos cortos.

Vale, creo que todo lo estudiado de matemáticas se me ha olvidado por completo.



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vale, probablemente ya nadie lea esto, sé que me de demorado tanto tiempo en subir algo y esto ya lo había subido, pero lo había dejado de publicar para mejorarlo porque sentía que era mierda escrita, y no me sentía bien subiendo algo como eso. pero ahora, no sé, supongo que puedo volver a escribir. comprendo si ya no les interesa. *nadie lee esto porque la historia es antigüedad*

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