treinta y seis ✨
—Darling —me llama, mientras intenta alcanzarme, los alumnos salen de sus aulas como estampidas, el pasillo parece un caos en la hora de salida, todos intentando escapar del edificio. Con Luke siguiéndome el paso, me dirijo hacia mi casillero, él estaba a mi lado, observándome atento lo que hace que me ponga tensa—. Vamos, es por tu bien.
—No —digo por tercera vez, causando la mirada cansada del chico rubio y de ojos azules, él me ve exasperado, trata de disimularlo, pero sé que le molesta que me esté negando a su idea.
— ¿Por qué?
—Porque no quiero molestarte —contesto, alzo mi mirada al interior de mi casillero, coloco mi libro de física adentro y cierro la puerta, para después darme la vuelta y ver a los ojos a Luke—. Me dijiste que tenías planes con Michael, no puedes cancelarle, es tu mejor amigo.
—Y tú eres la chica que me gusta. Y mucho.
En otra ocasión hubiese puesto los ojos en blanco o bufado, pero esta vez solamente le doy una mirada seria. Ya me estoy acostumbrando a sus palabrerías.
—Mira, agradezco que quieras explicarme el tema de matemáticas, te juro que puedo entenderle por mí misma, hay tutoriales en YouTube, lo sabes.
—No es lo mismo —Me toma de la mano, con la otra se reajusta la correa de su mochila roja, hago lo mismo y empezamos a caminar por el pasillo de la escuela, directo a la salida—. A Michael no le molestaría cancelar, además, tienes que entenderle al tema, hay una prueba mañana, no quiero que repruebes.
—Gracias, pero...
—No, nos vamos para mi casa, estudiaremos y veremos algún programa de tv sin sentido —planifica y suelto una risa, negando divertida.
—Vale.
—💔💔💔—
Mis pensamientos me juegan sucio cuando estoy sentada en el comedor de la casa de Luke, tratando de entenderle a ecuaciones algebraicas, le oigo hablar sobre algo de sumar los negativos, la verdad es que no estoy prestándole atención, y eso me hace sentir culpable porque él ha cancelado una salida con Michael solamente para explicarme el tema, quizás se sienta culpable también, ya que mientras el profesor Charles impartía la clase, él se la pasó hincándome con su plumilla el brazo, sí creías que tener a Luke Hemmings al lado es muy agradable y lleno de historias hermosas, pues no, el chico suele molestar mucho.
Si nada de esto, ya saben lo de Luke tratando de conquistarme, ganando mi confianza y a Ashton molesto con eso, probablemente el que estuviese aclarándome el tema fuese mi hermano. Le extraño, parece que se ha olvidado de mí porque ya no me intersecta para pedirme que deja al rubio, tal vez ya se cansó y cumpla con su palabra de no estar para ahí para mí.
—Luke llamando a Darling, ¿Estás ahí? —alzo mi mirada hasta posarla en los ojos azules de él, me mira curioso, sostiene su plumilla negra a la altura de su nariz, a veces pasa la base de este por sus labios, haciendo que me distraiga el doble. Jamás consideren tener a este chico como tutor, es una tortura.
—Sería tierra llamando a Darling, no eres el mundo, Luke —trato de sonreír victoriosa por mi comentario, pues ahora luce ofendido.
—Vale, lo entiendo.
—Eres realmente adorable cuando haces eso —Mierda. Luke me ve divertido, con una ceja alzada, me maldigo por haber dicho aquello, en la próxima me pondré una cinta adhesiva.
— ¿Hacer qué?
—Oh vamos, cállate, no pienso subirte el ego.
Ríe, le observo dejar el lapicero en la mesa, cierra el gran libro de matemáticas, me ilusiona que diga que hemos acabado con la práctica, pero lo que hace a continuación es que se recuesta en el respaldar de la silla de madera, se ha cruzado de brazos y me mira fijamente. Me giro un poco para no estar incomoda con la cabeza hacia un lado, me acomodo hasta poder mirarle a los ojos frente a frente.
— ¿Hacer qué? —vuelve a preguntar, dejo soltar un quejido de lamento y le miro con los ojos de en par en par, intentando que se apiade de mí, pero no lo hace.
—Eres necio —gruño, luego suelto un largo suspiro mientras le observo—. Eso, cuando finges una expresión, se te hace un lindo ceño entre las cejas y tu sonrisa trata de no aparecer, aunque es obvio que te quieres reír, pero... ¡Argh, como te odio! Ahora siento mis mejillas como el infierno.
—Tus mejillas están como el infierno —confirma serio, pero una sombra de sonrisa asoma en su boca, entrecierro los ojos en su dirección, causando su risa.
—Eres malo —me quejo.
—Y tú eres hermosa —me muestra una sonrisa, esta vez no me contengo y acerco mis dedos índices a la altura de su rostro, colocándolos en casa hoyuelo. Suelto un sonido de "pop" a la vez que hinco sus mejillas. Luke me examina, bate sus pestañas castañas, me quedo hipnotizada por el color de sus ojos, por cómo su nariz se eleva al final, haciéndola respingada. No puede ser que este chico sea perfecto, es malditamente hermoso.
—Tú también.
—Gracias, Darling.
Parpadeo unas cuantas veces hasta caer en la cuenta de lo que acaba de pasar, mis mejillas arden más de lo normal, puedo sentir en nudo en mi estómago. Luke suelta una carcajada, llevándose una mano hacia el abdomen para sostenerse, le miro mal, me cruzo de brazos y decido apartar la mirada lejos de él, la mejor opción es la portada de mi libro.
—Eres cruel.
—No lo soy.
—Lo eres, me haces sentir tan idiota.
—Darling —dice mi nombre lentamente, como un quejido—. Lo siento, es sólo que te me haces tan tierna cuando te pones enojada, tu expresión se torna de un color rojo, tus cejas van hacia abajo y aunque quizás no lo sepas, pero haces un pequeño puchero.
— ¿Qué? ¡No lo hago!
—Lo estás haciendo ahora, linda.
—Uhmm —gimo exasperada, este chico me saca de mis casillas. Tomo una gran bocana de aire, trato de suavizar mi expresión, y cuando siento que ya estoy en la normalidad, fijo mi mirada en la de él—. Satán.
Me levanto de la silla, y me alejo de ahí no sin antes acomodar el mueble en su lugar, Luke me llama, pero no le hago caso. Recuerdo a la madre del idiota que dijo que estaría en el jardín, en el mismo donde se celebró el cumpleaños de Theo. Camino con cuidado por el pasillo que da a la puerta trasera, me obligo a no ver los retratos familiares porque sé que cederé cuando observe lo adorable que era satán cuando era bebé, así que tengo mi mirada puesta hacia adelante, en la puerta blanca.
— ¡Cariño! —me saluda la mujer rubia, que está sentada en el sillón-mecedora. Le sonrío amablemente, ella palmea el lugar vacío a su lado, dudo por un instante, pero esta mujer no es intimidante, así que me acerco con seguridad—. ¿Ya terminaron de estudiar?
—Sí.
— ¿Y Luke?
—Se quedó ordenando las cosas —digo y espero que no sea mentira, odiaría tener que recoger el desastre de hojas arrugadas y basura de borrador.
—Luke te quiere, me alegra mucho eso, ¿sabes? él es un poco reservado con sus cosas, la última chica que trajo a casa fue hace unos años, pero ya sabes, era de esos romances pasajeros, tenía dieciséis.
No me imagino a Luke estando enamorado de verdad de otra persona, a veces pienso que lo mío es una locura que le ha agarrado, lo que me cuenta Liz me deja pensando, estoy a punto de preguntarle sobre esta chica, pero la puerta se abre bruscamente y aparece el chico rubio con expresión preocupada.
— ¿Cuántas veces te he dicho que no azotes la puerta? —le regaña su madre, él se encoje de hombros, tiene su mirada fija en mí cuando se disculpa.
—Muchas veces, lo siento, ¿Puedo llevarme a Darling?
— ¿Ella quiere? —Liz le observa expectante, haciendo que su hijo suelte un bufido, suelto una risa pequeña, me levanto del sillón y voy hacia donde él.
—Vamos —digo tomándole de la mano, giro mi cabeza hacia un lado para darle una sonrisa de despedida a Liz, quien me responde del mismo modo, Luke quiere decir algo, pero no le dejo porque le jaloneo hasta adentro. Cuando estamos solos, en el pasillo de su casa, él entrelaza sus dedos con los míos.
—Lo siento.
—No te disculpes, no estaba enojada contigo, es sólo que a veces me frustra que me hagas sentir así.
—Lo sé, jamás lo volveré a hacer, no más bromas cuando estemos en un momento tierno.
— ¿Momento tierno?
—Iba a decir íntimo, pero...
—Okay, tierno está mejor.
Ambos soltamos un risa, le miro a los ojos y me doy cuenta que realmente no quiero tener que alejarme de él. Me gusta estar a su lado. Me digo que estoy perdida, pero lo ignoro porque la mirada que me ofrece Luke me hace acallar cualquier mal presentimiento.
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estos idiotas me causan ternura y ganas de golpearme la frente. comenten y voten plzzzz.
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