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siete ✨

La música retumba en mis oídos, la bulla que causa la gente que está a mi alrededor hace que mi cabeza punza, y las manos de Luke en mis caderas hacen que mis piernas tiemble y a la vez que yo esté a la defensiva.

— ¡No me gusta esto! — logro decir, el rubio me entiende, toma mi mano y me lleva lejos de la pista de baile.

En todo el tiempo que he estado con Luke bailando y bebiendo no he visto a Ashton, es como si se hubiese esfumado porque si él realmente estuviera aquí, inmediato me hubiera sacado de la par de Hemmings.

Dejo de pensar en mi hermano y enfoco mi mirada algo turbia por las bebidas en Luke, él sostiene un vaso de agua al frente mío y no dudo en tomarlo. Estoy sedienta.

— ¡Hey, con calma! — exclama divertido al verme beber de forma rápida, pongo los ojos en blanco para luego dejar escapar un gran suspiro.

—Creo que estoy ebria y es tu culpa.

— ¿Mi culpa? — se ríe. — Darling, linda, no te he obligado a beber, fuiste tú quien arrasó con todo.

Me quedo callada, fue mi culpa por querer mostrar un punto, ahora que lo pienso es un punto muy absurdo. No me importa si Luke piensa si soy aburrida. Realmente no me entiendo y el mareo no ayuda para nada.

— ¿Qué hora es? — me limito a preguntar, observo cómo el rubio se mira el reloj de mano y sonríe mientras me ve de nuevo.

-Las once.

Me exalto, es tarde y Ashton no está conmigo. Oh no, soy un desastre.

— ¿Estás bien? — pregunta, asiento lentamente, bajo la mirada a mis manos sobre el taburete, escucho estornudar a Luke y mis modales me ganan.

—Salud.

—Gracias. — responde, sonríe levemente, le miro caminar lejos, pienso que se irá y me dejará sola, pero no, él va a la refrigeradora y saca dos bebidas, trayéndolas. — Ten.

—Gracias. — no pregunto qué es, simplemente me lo bebo. Es una cerveza. Bajo la mirara, y sí, es una corona. — Me estás embriagando. — le acuso, pero no dejo de beber mi cerveza, a como dije anteriormente; estoy sedienta.

Luke ríe, mostrando su perfecta dentadura, sus ojos se achican y se lleva una mano a su abdomen.

—Darling, no tengo una pistola, no te estoy forzando, ¿Entiendes? — se detiene para evaluarme. — Lo que digo es que yo te doy los recursos y eres tú la que decide tomarlos.

¿Por qué tiene que tener razón? Lo odio.

Me cruzo de brazos, sin antes no haber apartado la botella de vidrio lejos de mí, me rehúso a ver al rubio, sé que está sonriendo, se está burlando de mí y eso me frustra.

—Te odio.

—Bien, usualmente una chica no me diría eso, pero...

Le arrojo un vaso rojo que está vacío, él lo esquiva con sus manos, me mira confundido, espera a que diga algo y vaya que le voy a decir muchas cosas.

—No quiero escuchar lo que dirían las demás chicas, Luke, sé que eres el chico más lindo de la jodida escuela, sé que la mayoría de la población femenina te ama sin importar que seas un hijo de perra con algunas, sé que te gusta jugar con las chicas y romperles el corazón y sé que no estás acostumbrado que una chica sea difícil, créeme, esto no será como una de esas historias estúpidas sobre el chico jugador y la idiota que se resiste, no me resisto por ser mala, o hacerme la interesante, simplemente no quiero tener que lidiar con otro...

Me detengo, me detengo porque mi pecho comienza a doler, la respiración me hace falta, trato de recobrar mi postura, no miro a Luke, no ahora. Me alegro que no haya flanqueado en mis palabras y no sé si decir todo aquello fuera buena idea. Luke Hemmings no me dejará en paz, lo sé.

— ¿Lidiar con otro qué? — pregunta, niego varias veces, me encojo de hombro tratando de restarle importancia, pero el chico vuelve a hacer la pregunta.

—No, Luke.

—Oh vamos, Darling, no me dijiste todo ese discurso para no terminar de contarme el final.

Y de nuevo, él se lo está tomando a juego.

—Eres increíble.

Entonces me largo de ahí, sin importar que me sienta mareaba y no sepa por donde voy.

***

Parpadeo varias veces, tratando de ver lo que tengo al frente, una figura alta y oscura se posiciona enfrente de mí, sonrío sin entender muy bien el porqué, siento mi rostro y el resto de mi cuerpo muy pesado, agradezco que no estoy en pie sino recostada en un sillón.

—Al fin te encuentro. — escucho entre la música y asiento. — Darling, ¿Cuánto has bebido desde que te fuiste y me dejaste solo? — niego sin entender por qué él está aquí y se está sentando a mi lado. Pensé que era Ashton.

—Luke, has silencio. — le digo, me llevo una mano a mi boca para taparla, la otra la llevo al rostro del rubio, quien me mira fijamente. Él frunce el rostro y trata de quitar mi mano.

—Darling, basta. — me reprende, me encojo de hombros y trato de hacerme bolita en el sillón, no me gusta que me griten. — Oh vamos, Darling, creo que debería llevarte a casa, pero no sé...

Lo miro divagar por unos segundos, su perfil está en alto, su nariz respingona llama mi atención y se me es inevitable no tocarla. Luke gira su rostro para verme y otra vez se halla tratando de apartar mi mano de su cara.

—Luke, quiero responderte la pregunta. — suelto de la nada.

— ¿Qué pregunta?

—Sobre eso que te dije en la cocina y lo de lidiar con otro... — me callo al ver su ceño fruncido convertirse en un gesto de claridad.

—No te detengas, puedes seguir, te escucharé. — sonríe, miro a otro lado para no distraerme con su rostro y comienzo a hablar.

—Hace dos años tuve un novio, lo amaba, pero, ¿Cómo una niña de 16 puede amar a alguien? Es tonto, da igual, el asunto es que ese chico rompió mi corazón en pedazos, hizo algo que jamás le podría perdonar... - evalúo a Luke, este me mira atento, lo cual me extraña, ya no quiero hablar, es suficiente. Tomo una gran bocanada de aire y miro a los ojos al rubio. — Luke, así que no puedes romperme el corazón, ya lo tengo roto. —sonrío a medias.

Él luce profundamente perdido en sus pensamientos, en un momento su mirada choca con la mía y se me ocurre decir algo que solamente lo guardo para mí cuando me siento mal.

Tranquilo, mi corazón está roto, pero tengo un poco de pegamento.

Luego de eso, lo demás se vuelve como un remolino en mi mente.

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