sesenta y cuatro ✨
Viernes por la tarde y me encuentro viendo hacia el interior de mi armario, siento como si mi ropa, que en realidad es una gran cantidad, no me sirve ya. Y odio estar con el gran dilema de qué ponerme, puedo asegurar que en el suelo está la mitad de mi closet, pero es que no hay nada ahí adentro que me convenza en verdad. Estoy tan tentada de llamar a Bridget para que me ayude, pero sé que aún no estamos en el momento para hacer eso, sería algo incómodo.
—Por un demonio —susurro algo frustrada, aún llevo puesta la toalla envuelta en mi cuerpo y mi cabello está amarrado en una moña.
Después de unos largos minutos donde maldigo en voz baja y tiro ropa al suelo, me decido por unos pantalones negros de tiro alto que hacen ver demasiado bien mi trasero, para ser sincera, hoy es una de las pocas veces que lo uso. Estaba tan consternada al principio en usar una prenda tan corta y con un color tan llamativo como lo es el rojo, pero al final me dije que no importaba, que usar un crop top rojo que me llega hasta por arriba del ombligo y que deja parte de mis hombros descubiertos, estaba bien. Por suerte, el pantalón cubría el resto.
Totalmente satisfecha con mi atuendo, voy hacia mi tocador para comenzar a maquillarme y no me da miedo usar un labial rojo. Jamás había usado este color en mi rostro porque llamaba mucho la atención, pero justo hoy quiero hacerlo, quiero que Luke me mire y se quede sin palabras, y creo que lo voy a lograr. Después de aplicar el iluminador, y poco de primer. Me veo al espejo y me sonrío. He dejado mi cabello suelto y agradezco que este no tenga un mal día, está domable.
A eso de las 7pm, mi teléfono suena, rompiendo el silencio que hay en mi habitación, inmediatamente sé que se trata de mi novio.
— ¿Diga? —contesto con una boba sonrisa.
—Querida, estoy afuera —me dice, su voz se escucha tan ronca, que siento que en cualquier momento me desmayaré.
—Enseguida salgo —después de eso cuelgo la llamada, tomo mi pequeña cartera, y salgo de mi cuarto. Procuro no caerme por las escaleras con mis botines negros, cuando bajo, la sala está sumida en silencio. Mamá está trabajando, le tocó hacer un turno por la noche con un montón de papeleo. Y bueno, Ashton desde que llegó de la universidad no ha salido de su habitación.
Cierro la puerta con seguro, y cuando me giro hacia la calle, Luke está apoyado en el auto de su hermano, tiene su mirada fija en su celular y su rostro es alumbrado por el brillo de este. Llego cuidadosamente donde se encuentra, posicionándome enfrente de él, aclaro mi garganta y él levanta la vista. Parpadea unas cuentas veces hasta caer en cuenta de que se trata de mí, y eso me hace sonreír. Le veo bloquear el teléfono y guardárselo en su bolsillo. Luce tan bien con esos pantalones negros con agujeros en las rodillas, con una camiseta de mangas largas, a cuadros rojos y negros, que está abotonada hasta el cuello, que por cierto, la lleva fuera del pantalón, dándole un toque informal. Joder, está bellísimo.
— ¿Darling Irwin? —pregunta anonadado. Sus ojos están puestos en los míos y lo único que hago es encogerme de hombros—. Estás hermosa.
—Gracias —sonrío, él me da una última miradita antes de girarse hacia el carro, le veo abrir la puerta y sacar lo que parece ser un... ¿Regalo?
—Ten, quería darte algo lindo, creo que te va a gustar —me dice con una tierna sonrisa en su bella cara. Dudosa, tomo la bolsa con decores florares, está algo pesada y la verdad es que ya quiero abrirla—. ¿Por qué no lo vas a guardar a tu habitación? —Pregunta y le veo confundida-, Digo, no querrás andar con él en la fiesta, se puede dañar.
Asiento, estando de acuerdo, le hago una seña para que me espere y de manera rápida abro la casa, voy hacia mi habitación y dejo la bolsa sobre mi tocador. Y en cuestión de minutos, estoy afuera, junto a Luke.
—La noche es joven, mi Darling —dice subiéndose al vehículo, y puedo ver un rastro de diversión en su expresión. Eso fue justo lo que me dijo cuando estuvimos en una fiesta por primera vez, sí, la vez que me emborraché y le terminé soltando todo. Ja.
No digo nada y me subo al auto, totalmente lista para lo que sea que nos depare la noche.
Cuando llegamos, observo totalmente impresionada el panorama que se nos pone enfrente a Luke y a mí. Es algo obvio que Michael Clifford da las mejores fiestas, pero esta vez se pasó. Hay un jodido juego inflable en forma de castillo, que es casi del tamaño de una casa común, está en el patio trasero y se puede ver desde afuera cómo este sobresale.
—Es un castillo —le digo a mi novio, sorprendida, él asiente divertido, toma mi mano, entrelaza nuestros dedos, y nos lleva hacia el interior, donde inmediatamente se pueden ver a chicos bailando al ritmo de la fuerte música, que hace palpitar mis oídos.
—Michael debe de estar en el patio, vamos —Luke grita cerca de mi oreja, y asiento.
Y efectivamente, Michael está en el patio, montado en el juego inflable, no es el único, hay varios saltando y riendo. Puedo asegurar que el teñido ya está algo ebrio por la forma en la que se deja caer para resbalarse y salir, después de tantos gritos de su nombre por parte de Luke.
— ¡Mi pareja favorita! —exclama, emocionado. Yo solamente me limito a sonreír—. Joder, Darling, estás hermosa.
—Gracias, Michael.
—Pensé que no te ibas a embriagar —le reclama el rubio a su amigo, este se encoge de hombros y sus ojos verdes van hacia mí y luego hacia Luke.
—No pude aguantar, lo siento —niega con lástima-—. Darling, ¿Quieres saltar conmigo?
Me pienso la respuesta, porque una gran parte de mí quiere decir que sí, pero otra parte me hace ver a Luke, sus ojos azules están puestos en mí, pero luego veo al teñido y me encojo de hombros.
—Sí, ¿Por qué no? —Acepto— ¿vienes? —le pregunto a Luke, pero él niega.
—Iré por una cerveza, luego regreso —me informa, seguido de dejar un beso en mi frente y regresar al interior de la casa.
—Vamos, es realmente divertido —escucho decir a Michael, me giro para verle y le muestro una sonrisa. Me hace quitarme los zapatos y dejarlos a un lado, donde hay varios pares, toma mi mano y nos metemos por una pequeña entrada al castillo inflable, enseguida siento la adrenalina al ver a tantos chicos y chicas saltando y hacer piruetas mientras ríen— ¡Salta! —me grita, alentándome.
Y lo hago, salto lo más que puedo, a veces agarrándome de las manos con Michael, pero trato de hacerlo por mi cuenta, no puedo evitar caerme por el impacto con otros, pero rápidamente me levanto. Dirijo mi mirada hacia afuera y me hace sentir mejor ver a Luke observarme mientras se lleva la botella de cerveza a la boca para beber, me saluda con su mano en alto y yo hago lo mismo. Estoy a punto de gritar su nombre para que se anime a entrar, pero soy tomada del brazo por Michael, haciendo que le preste atención.
—Vamos allá, está más vacío —me comunica, y señala hacia una esquina.
Luego de un rato de estar haciendo el tonto, me dejo caer y me apoyo contra la pared de red, para evitar resbalarme por los constantes movimientos de las demás personas que hacen que yo también rebote levemente. Michael me copia y ambos observamos a todos divertirse.
—Me caes bien, Darling —le escucho decir sobre los gritos y risas. Volteo mi rostro para verle a los ojos y asiento.
—Tú también.
Michael permanece en silencio un largo rato, pero al instante lo rompe, sorprendiéndome.
—Me duele aquí —me confiesa, su mano derecha sobre su pecho. Al principio pienso que es de verdad, pero conforme los segundos pasan, me doy cuenta de que no es así, que no se trata de ningún ataque al corazón, taquicardia o algo por el estilo. Quiero que me mire a los ojos, pero no lo consigo.
— ¿Por qué? —pregunto, curiosa. Sería algo grande saber que le gusta alguien y que está sufriendo.
—Por muchas cosas —es lo único que me dice antes de alejarse de mí, gateando hasta la salida. Le veo confundida, quiero creer que las bebidas lo han dejado así. Me toma varios segundos levantarme para ir hacia afuera, y cuando lo hago, Michael está hablando con Luke, pero este parece no prestarle atención porque su mirada está puesta en mí. Tomo mis zapatos y me los coloco para ir hacia donde ellos.
—Michael me estaba contante que te caíste varias veces —Luke ríe, y me encojo de hombros, divertida.
—Era demasiada gente —me justifico. El teñido parece decaído, Luke lo nota y al instante pasa un brazo alrededor de sus hombros.
— ¿Te has aburrido de tu propia fiesta? —bromea el rubio, esperamos por una respuesta ingeniosa de él, pero eso no es lo que obtenemos.
—Iré a mi habitación a dormir, no tengo ánimos para esto —nos dice, observo a Luke poner los ojos en blanco, pero suelta a su amigo. Él viene hacia mí y pasa su brazo sobre mis hombros, de la misma manera en la que tenía a Michael—, Adiós, Darling —se despide, su mirada verde se posa en la mía y me sonríe antes de darse la vuelta y desaparecer en el interior de su gran casa.
— ¿Sabes qué le pasa? —le pregunto a Luke.
—Uhmm, bueno, él me comentó que dejó tres materias, y creo que a sus padres no les gustará saber eso, mucho menos que está haciendo una gran fiesta en su ausencia —me explica rápidamente—. Supongamos que siente culpa —se encoge de hombros, asiento, entendiendo el porqué de la actitud del teñido—. ¿Quieres ir a bailar?
—Vamos —sonrío, él quita su brazo de mis hombros, y lo extiende para que entrelace mi brazo con el suyo.
Nos unimos a la gente que ya está bailando con todas sus pasiones en la gran pista de baile en la sala, hay cientos de luces de colores por todos lados, huele a cigarro junto con sudor y alcohol, es el típico olor que hallarás en una fiesta.
Luke agarra mis manos y las alza mientras comienza a mover su cuerpo, sus dedos se entrelazan con los míos, ejerce presión en el agarre y se acerca a mí para depositar un beso en mis labios, sonrío y al igual que él me dejo llevar por la música que retumba en la casa. Baja nuestras manos, y pasa las mías alrededor de su cuellos a la vez que las suyas van hacia mis caderas. Puedo sentir su aliento sobre mi boca, lo que me provoca besarlo, y lo hago.
— ¿Darling, me amas? —pregunta sobre mis labios, tengo los ojos cerrados y cuando los abro, me encuentro con su mirada tan azul, inspeccionando cada centímetro de mi rostro. Quiero reír porque le he dejado algo de labial en sus comisuras, pero enseguida le limpio con mis dedos, pero él parece esperar mi respuesta, atento.
—Lo hago —le grito sobre el ruido y por una extraña razón me río-, Te amo, Luke Hemmings.
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voten y comenten sobre lo que creen que sucederá. Les quiero.
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