Es un día perfecto para salir, por lo tanto me encuentro en el centro comercial, donde la mayoría de los visitantes son los propios estudiantes, aquí vienen a pasar el rato en sus tiempos libres. Supongo.

Bridget habla sobre lo cuánto que quiere un vestido de una vitrina de una tienda, ciertamente es muy bonito, de color celeste y piedras preciosas, ambas lo miramos y no dudamos en entrar a la tienda.

—Es que, Darling, tengo que tener ese vestido, me quedaría tan bonito. — me dice mientras cruzamos por la puerta, le sonrío y asiento. Bridget queda muy bonita con todo.

—Pruébatelo. — me encojo de hombros, ella asiente decidida, me toma de la mano y me lleva justo donde están los vestidores.

—Le diré a una asistente que me lo pase. — informa antes de irse en busca de una. Miro a mi alrededor el cual solamente son vestidos y más vestidos, me siento en los sillones blancos que están frente a los vestidores y espero por mi amiga.

— ¿Darling? — escucho una voz femenina decir mi nombre atrás mío, se me hace familiar, pero no logro saber quién es hasta que me giro en el sillón. Y menos mal que estoy sentada porque, si no hubiese caído desmayada. — Tanto tiempo sin verte. — me dice la chica, emocionada.

Me limito a respirar de forma tranquila y asiento.

—Sí, mucho tiempo. — sonrío de manera falsa. — ¿Cómo va todo, Valentina?

— ¡Dime Tina! — exclama la morena de forma ofendida a lo que se me escapa una risita. — Se te han olvidado algunas cosas. ¿Eh?

—Tal vez.

Era bueno para mí olvidar ciertas cosas.

A lo lejos miro cómo Bridget trae a una asistente con el vestido, ella capta mi mirada y al hacerlo me mira confundida. Sé que ya miró a mi compañía.

— ¿Estás sola? — pregunta Tina con una gran sonrisa y al mirar sobre mi hombro esta se borra.

—Está conmigo. — escucho decir a Bridget, que está cerca con una asistente que sostiene su vestido deseado.

—Ah. — musita la morena, ella me mira a los ojos y sonríe. — Bueno, Darling, fue un placer haberte encontrado por aquí. — dice, se acerca a mí y deposita un beso en mi mejilla para luego musitar un adiós e irse.

—Nunca me agradó. — dice mi amiga, toma el vestido y se introduce al vestidor. La asistente se retira y me deja sola. Me pongo a pensar en lo sucedido, algo dentro de mí se ablanda al recordar algunas cosas que en verdad quiero olvidar y sé que con más tiempo eso será posible.

Miro hacia un lado, justo al gran cristal donde se muestran algunos maniquíes promocionando ropa, al otro lado pasa gente, algunas chicas se detienen para ver o encontrar algo de su agrado desde lejos, eso es normal.

Pero una mirada azul a través del cristal hace que me sorprenda.

¿Luke?

El chico me mira, sonríe y al parecer decide entrar. Las chicas tras el mostrador le miran intrigadas pues, ¿Qué demonios haría un chico acá? Nada.

—Darling. — saluda el rubio con una gran sonrisa. Sigo sorprendida. — ¿Qué haces aquí?

Inmediato me obligo a salir de mi estado de pasmo, le miro a los ojos sin inmutarme y logro sonreír de manera falsa.

—Pues, no me creerías si te dijera que ando capturando a pie grande. — digo amablemente, mis palabras disfrazadas de sinceridad le golpean, lo que causa su risa.

—Lo siento, mi pregunta fue tonta, es obvio que estás de compras. — se disculpa, trato de no mostrar mi sonrisa de autosuficiencia, pero se me es imposible. Amo que una persona caiga en cuenta de su error.

—Obvio.

Me cruzo de brazos y recuerdo que Bridget está en el vestidor, recuerdo que ella no puede verme con Luke o sino armará un drama, no quiero un drama.

— ¿Por qué entraste aquí? — pregunto, Luke deja de mirar lo que sea que estaba mirando y enfoca su mirada penetrante en mí.

—Es que miré un vestido que pueda ser que me quede bien...

Esta vez es él el que sonríe. Idiota.

—Okay, okay. — dejo escapar un suspiro de cansancio, él alza ambas cejas y se lleva sus manos hacia atrás, todo un mozo.

—Darling, entré aquí porque te vi, por nada más. — explica de manera suave, sus palabras parecen deslizarse por todas partes haciendo que me quede sin habla. ¿Por qué?

—Bien, ya me viste, ahora vete. — espeto en voz algo baja, quiero que se vaya, no quiero que Bridget nos mire.

—Eres mala, me gusta. — sonríe, se queda por un segundo evaluándome para luego girar y comenzar a caminar hacia la salida, pero en medio camino se detiene, vuelve la cabeza y me mira. — Hasta mañana, Darling.

Y Luke Hemmings me guiña un ojo.

Le miro salir de la tienda de manera despreocupada, mientras tanto yo, estoy hecha un manojo de nervios. Oh no.

— ¿Cómo me miro? — llega a preguntar Bridget cuando sale del vestidor, le miro rápidamente y asiento.

—Hermosa. — digo, ni siquiera le miré bien, pero de todos modos sé que ella luce de esa manera.

— ¡Me lo llevo! — grita emocionada, me sonríe y le devuelvo el gesto aunque no me sienta bien. Odio a Luke por dejarme este sentimiento.