XII
—Llegaste temprano...— Dijo Yoongi entrando a su casa, apenas llegó vió al muchacho allí.
—Si, sólo fuí a visitar a mi hermano y regresé, usted dijo que me quería aquí lo antes posible — Dijo Jimin escondiendo sus manos en los puños de la camisa, Yoongi notó eso pero le restó importancia.
—Has trabajado muy bien hoy Jim.— Dijo Yoongi quitándose su abrigo y mirando al menor — Puedes ir a descansar...
—Eh... Todavía no tengo mucho sueño señor Montana, puedo hacerle compañía si me permite...— Yoongi apretó sus labios levemente, desde hace rato no había alguien que quiera hacerle compañía dejando de lado el trabajo. Mayormente las personas huían de él o se alejaban, solo su familia estaba dispuesta a pasar tiempo con él.
— Si así deseas...— Dijo Yoongi sentándose en el sofá, invitando a Jimin a sentarse en el sofá frente a él.
— Sabía que vendría tarde así que preparé té...— Dijo Jimin sirviendo en dos pequeñas tazas el té caliente que había terminado de preparar antes de que Yoongi regresara, se había tomado muy en serio eso de caerle bien a los Montana.
— No soy un apasionado del té, pero lo acepto en ésta ocasión — dijo Yoongi tomando la taza que Jimin le había ofrecido.
—Lo sé, usted debe preferir el whisky o bebidas fuertes... Pero un té de vez en cuando creo que viene bien.— Jimin tomó antes que Yoongi y el mayor lo hizo luego, solo quería asegurarse de que el menor no le haya echado algo raro. Yoongi tenía muchos enemigos así que debía tomar precauciones, no quería ser envenenado o algo así.
—Tienes razón... Dime Jim ¿Como te fue con tú hermano?— a Yoongi realmente no le interesaba en lo más mínimo cómo le había ido a Jimin, pero sólo quería iniciar la conversación porque por primera vez se sintió incómodo sin hablar.
—Bien, le expliqué la situación y entendió — Dijo Jimin mirando a Yoongi como tomaba el té de una forma tan delicada, Jimin se tomó el tiempo de apreciar esas grandes manos pálidas pero a la vez tan sutiles sostener la taza, las venas se le marcaban y hasta podía notar el color. Jimin relamio sus labios y apartó la mirada.
— Eso es bueno, mañana tengo una reunión, así que tendrás libre unas horas. — Yoongi encendió un cigarrillo ya que hace rato no fumaba uno.— ¿Quieres uno?
—Si gracias— Dijo Jimin y aceptó el cigarro que Yoongi le ofreció, luego el mayor le dió la caja de fósforos para que Jimin pueda encender el cigarro.
—No sabía que fumabas...— Dijo Yoongi después de ver como el muchacho inhalaba el humo.
—Hoy en día todos lo hacen... ¿A qué edad empezó a fumar señor Montana? — preguntó Jimin y exhaló el humo
—A los doce — Dijo Yoongi.— ¿Y tú?
— A los quince...— dijo Jimin agarrando el cigarrillo con su dedo pulgar y el índice.
— Y... ¿Que es de tu vida Jim? Cuéntame— Preguntó Yoongi, quería conocer más al pelirubio así que debía preguntar.
—Emm... No es nada interesante la verdad, tengo a mi hermano y a mi hermana aunque esté desaparecida.— Dijo Jimin y exhaló un poco el humo— no tengo padres, ellos murieron cuando era pequeño y luego nada más... Mi vida es trabajar y lo que resta de tiempo buscar a mi hermana.
Yoongi oía con atención, ataba cabos, pensaba en donde diablos podría estar la hermana del chico pero todas las conclusiones lo llevaban a un mismo resultado, el muchacho que tenía en frente tenía muchas cosas en común con la persona que él estaba buscando.
—Y dime Jim, ¿Dónde crees que está tu hermana, cuántos años debe tener actualmente?— Dijo Yoongi apagando su cigarrillo en el cenicero y mirando con atención al pelirubio frente a él.
—La última vez que supe de ella me dijo que estaba en un burdel, la llevaron engañada diciendo que se iba a casar con un hombre de buen estatus. Pero la obligaron a trabajar como prostituta. Actualmente debería tener unos treinta y tres años...— Dijo Jimin mirando también al muchacho pálido e inexpresivo frente a él, ya no le daba miedo, más bien disfrutaba de ver las bellas facciones del intimidante hombre.
Yoongi había apoyado sus codos en sus piernas para estar más cómodo y ver a Jimin con atención. Oía lo que relataba y cada vez la historia cerraba más. Si la persona que tenía en frente era la misma que el creía, debía haber sido un ciego por no darse cuenta antes.
—¿Como se llama tu hermana?— Preguntó Yoongi por última vez, si le decía el nombre que esperaba, entonces ese chico era su Jimin.
—Park Jisoo— Dijo Jimin tratando de descifrar que era lo que pasaba por la mente del mayor que parecía analizar cada una de las palabras de él.
—Park, ¿Tu también eres Park? — dijo Yoongi levantando la ceja.
—Bueno en América me decían Parker, pero aquí supongo que también es Park— Dijo Jimin rascándose se nuca.
—¿Te llamas Park Jimin cierto? — Yoongi liberó la tensión que llevaba en su cuerpo y agachó un poco la cabeza para formular una sonrisa de felicidad por primera vez en mucho tiempo.
—Si... Señor Montana ¿Que tiene que ver mi nombre con mi hermana? — Dijo Jimin admirando esa preciosa sonrisa y podía afirmar que deseaba verla otra vez.
—Tiene mucho que ver Jimin...— Dijo Yoongi relamiendo sus labios y levantando la vista hacia el pelirubio nuevamente, quería ir y abrazarlo, decirle lo mucho que lo extrañaba y que sabía que volverían a encontrarse. Era su destino. Pero no lo hizo porque prefería esperar un poco más y qué tal vez Jimin se dé cuenta solo de quién es verdaderamente. — Mañana saldremos a buscar a tu hermana Jimin, creo que se dónde está..
—¿En serio? Señor Montana muchas gracias, yo... No sé cómo agradecerle este gesto— dijo Jimin levantándose de su asiento y Yoongi de la misma forma, quedando los dos frente a frente, medían casi la misma estatura. Yoongi se tomó el atrevimiento de mirar más de cerca los abultados labios de su pequeña bolita de arroz como el solía llamarlo, sus ojos, todo. Era Park Jimin y no se había dado cuenta antes, pero estaba muy feliz de tenerlo en su casa y durmiendo juntos bajo el mismo techo. Se encargaría de dejar pistas para que Jimin se dé cuenta sólo de que él era Yoongi.
—No hace falta agradecer, con esa sonrisa me alcanza— Dijo Yoongi aún mirando los labios de Jimin, provocando un sonrojo en el menor y despidiéndose de él para luego subir a su habitación y cerrar la puerta tras el. Sus sentimientos estaban más revueltos que nunca, su corazón estaba acelerado y por un momento olvido de quién era él, olvidó ser Tony Montana y volvió a ser Min Yoongi, el pequeño niño lleno de sueños e inocencia que jugaba en la vereda con sus dos amigos y eran sumamente felices. Sintió ese calor en el pecho que había dejado de sentir cuando Jimin se fué. Ahora que estaba con el nuevamente no lo dejaría ir.
Ésa fué la primera noche en mucho tiempo que Yoongi pudo dormir bien, sin miedos y sin pesadillas.
~~~~~~~~~~~
Acá me dicen que les pareció.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro