Su aroma
La noche habría sido lo suficientemente larga y cansada para que sus ojos sufrieran al día siguiente una poca tolerancia a la luz, con lentes oscuros y un café cargado en la mano entró a la empresa arrastrando los pies, deseaba ausentarse por lo menos tres días, pero Namjoon se lo había impedido, así fue, como después de una larga charla prometio no dejar de lado su trabajo.
Por dentro estaba enojado, porque nadie lo entendía, Jimin para él era kriptonita, le debilitaba y le mataban lentamente, era su única debilidad, desde el comienzo aquel muchacho que entró a su estudio con ganas de ser un gran artista, se había convertido en un nutrido alimento para su cuerpo y alma, dejarlo, siempre será la decisión más difícil tomada, sobretodo, en aquellas circunstancias.
Llegó a su estudio, se sentó en la silla especial y se quedó ahí, sin mover un sólo dedo, se regañaba a sí mismo, ¿Cómo era posible que le diera el poder a Jimin para tenerlo de esa manera? No tenía sentido. Como todo en su vida, se decidió por comenzar a trabajar, con el fin de despejar su mente, estaba funcionando, cuando escuchó el timbre.
Dejó que este sonara hasta que se volvió más insistente, cuando abrió, el nerviosismo se había convertido en náuseas, al otro lado estaba Hoseok mirándolo con fastidio, detrás de este estaba la persona que menos quería ver. Les dio la entrada, Hoseok se quedó en la puerta mientras que Jimin entró mirando alrededor.
—Si necesitas algo llámame—dijo Hoseok con una mueca preocupado.
—Está bien—asintió cerrando, sin poner el cerrojo, se dio la vuelta sin siquiera mirar a Jimin—. Siéntate ahí—señaló el sillón de cuero.
—Es mucho más grande de como lo recuerdo—dijo com voz neutra—. Hay más cosas, se ve que tu estatus como productor subió en estos años.
—¿De qué quieres que hable la canción? Tengo algunas letras ya hechas—dijo tomando una carpeta—. Si trabajamos ahora, podemos terminar en tres semanas o menos.
—¿Qué tal hablar del engaño y las mentiras? —preguntó cruzándo la pierna y sonriendo de forma tajante.
Yoongi dejó la carpeta de lado y le miró derecho. —¿Quieres seguir con eso? Han pasado siete años ¿No puedes simplemente superarlo?
—Yo nunca nos mencioné—levantó una ceja—. Sólo di un tema.
—No te engañe, jamás lo hice—dijo con una mueca—. Lo que pasó fue necesario, de igual manera te fue bien ¿No lo crees?
—Estas de joda—bufó cruzándose de brazos—. Me sacaron de la empresa por tu culpa.
—Ya me disculpe ¿Qué más quieres? —gruñó molesto—. Tienes una buena vida, al parecer todos te quieren.
—Claro que lo hacen, no me meto en problemas y procuro estar para ellos, a diferencia de...
—Mi poca estabilidad y bajo control de impulsos no tiene que ver con mis fans, a ellos los respeto y quiero—levantó una ceja—. Jimin ¿Por qué pediste trabajar conmigo?
El semblante del rubio cambió a uno más tranquilo, se encogió de hombros. —Aunque eres una mierda, eres muy bueno en lo que haces, eso no lo voy a negar, nadie lo haría, además, supongo que una parte de mí quería verte. La última vez que nos vimos, las cosas no eran igualitarias, ahora somos iguales, la misma fama, la misma fortuna, diferentes empresas y deseos ¿No? Quería verte sabiendo que ahora no tienes ningún poder sobre mí.
Yoongi le miró con profundidad, Jimin había cambiado, ya no era el mismo chico tímido que tenía una enorme curiosidad por aprender, era un hombre, maduro, que sabía lo que quería y que conocía sus capacidades, se sentó recargado en la silla con una sonrisa tajante. Ese era el Jimin con quien todos soñaban, sensual, audaz y carismático. Lastima que él ya lo conocía a profundidad.
—¿Poder? No, jamás hice algo que tú no quisieras, ¿No es mejor llamarlo amor? Estoy seguro que eso hubo entre nosotros.
—Yo era demasiado joven para saber qué es el amor—soltó con el ceño fruncido.
—Y yo lo suficientemente grande como para saber que no podrías haber fingido todo lo que vivimos, estas enojado y el rencor no te deja ver que a pesar de todo vivimos buenos momentos—puso las manos en los brazos de la silla—. Muchos en esta silla.
—Confundes el sexo con el amor—bufó, sin embargo, Yoongi al ver los movimientos de sus manos supo que estaba nervioso.
—¿No es el sexo una expresión del amor? —preguntó con una ceja alzada.
—No te confundas.
—Eso fue lo que primero nos unió y no empieces con la cantaleta de que eras menor que yo y que no lo querías, en todo momento te pregunte si estabas de acuerdo, sí yo fui el culpable del final, pero no del desarrollo.
Jimin rodó los ojos. —Eres un sátiro—bufó desviando la mirada—. En lo único que piensas es en sexo.
—¿Y tú no? Los rumores son fuertes Jimin, desde Taemin, ChanYeol, Mina, Kai ¿Sigo?
—No sabía que estabas tan al tanto de mi vida sexual, aunque ¿No te pasa lo mismo? SuRan, Jennie, JiEun ¿Sigo?
—Jennie fue una fachada, las demás son amigas, mis parejas sexuales no son del medio, no quiero problemas.
Se quedaron envueltos en un silencio incómodo, ninguno de los dos estaba manteniendo el filtro, hablaban sin pensar, intentando encontrar las respuestas en el otro o simplemente destruirse, el rencor era palpable, también las ganas de acercarse, una tensión que sintieron desde el principio.
—Sólo Taemin, los demás fueron amigos—respondió con una sonrisa ladina.
Yoongi sonrió con picardía. —He escuchado que lo dejaste traumado, sólo piensa en ti ¿Ese es tu efecto?
—No lo sé, dímelo tú—respondió con una ceja alzada.
—Vamos a trabajar—bufó abriendo su laptop—. Acercate, no muerdo...mucho—dijo con burla sin mirarlo.
Jimin acercó la silla con ruedas y se puso a su lado. Por unos segundos Yoongi dejo de teclear, porque aquel aroma dulce le distrajo por completo, lo llevó a aquellos días donde se había inundado de aquella fragancia, tragó en seco llamando la atención de Jimin quien sonrió ladino.
—¿Pasa algo? —preguntó con una ceja alzada, fingiendo inocencia.
—Nada—respondió por lo bajo.
—¿Estás seguro que nada? — preguntó curioso.
Yoongi le miró con indiferencia. —Nada, no me pasa nada.
Jimin se acercó un poco más, a medida que lo hacía Yoongi tensaba cada parte de su cuerpo, estaban muy cerca, demasiado para su seguridad. Yoongi aguantó lo más que pudo, hasta que sucumbió, se acercó de forma peligrosa a su cuello, tomando su hombro derecho, olió su cuello y oreja. Jimin suspiro levantando una mano a su cabello, la sensación de su nariz en su cuello se sentía bien.
—¿Por qué volviste? —preguntó sofocado.
—Porque quería saber si después de tantos años seguía sintiendo esta sensación—susurró.
—¿Y? —preguntó salienfo de su escondite para mirarlo fijamente.
—No siento lo mismo—respondió con seriedad.
Yoongi río y se alejó. —Eres bueno jugando Jimin.
—No me digas que tu sientes algo—comenzó a reír—. ¿Lo haces?
—No, no me gustas Jimin.
Ambos terminaron en silencio, la puerta se escuchó, por lo que salieron de su ensimismamiento para mirar al recién llegado. Jimin levanto una ceja al ver a Taehyung entrar.
—Vaya, mira lo que trajo el perro.
—Mira lo que trajo el gato—respondió Jimin en el mismo tono.
—¿Van a pelear? ¿Pueden hacerlo sobre gelatina? —preguntó Yoongi entretenido.
Taehyung bufó. —Te venía a preguntar si querías algo de comer, pero mejor vuelvo en otro momento—se dio la vuelta sin despedirse de Jimin quien suspiro profundamente.
—Veo que aún no me perdona.
Yoongi le miró con una ceja alzada. —Te metiste con quien amaba para darme una lección a mí ¿Eso no es suficiente?
—Idiota—chaqueo la lengua—. Ya pedí perdón.
—A mí no—le miró indignado.
—Porque tu no me lo pediste a mí—atacó después.
—¿Un perdón arreglará lo que hicimos?
—No—susurró desviando la mirada.
—La canción debe hablar de eso, la traición del corazón—suspiró volviendo a su trabajo, Jimin le miró de reojo con dolor, nuevamente su orgullo les había impedido hablar de corazon.
Gracias 💜
🖤🖤🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro